No vaya a dañarse la institución



Un periodista dijo una vez que la corrupción de la sociedad catalana es transversal, queriendo decir que aquí se alía uno con quien sea con tal de sacar tajada. Así, por ejemplo, la sociovergencia no es una opción política de gobierno, sino una alianza táctica para lucrarse a gusto, como se ha visto en el caso Pretoria o en la gestión de la sanidad pública catalana.

A cambio de no interesarse demasiado por el tabaco que pasaba un conseller por la frontera de Andorra, CiU ha conseguido que ERC no se interese demasiado en lo que pudiera decir el presidente del Gobierno de los Mejores, don Artur Mas. Porque tiene mucho que decir. 

La cuestión es que el jefe de filas de Convergència Democràtica de Catalunya tendría que explicar el porqué de los 3,3 millones de euros de fianza que les ha impuesto el juez del caso Palau. Que un militante de ERC se gane la vida pasando tabaco de Andorra es un asunto pintoresco y en cierto modo particular. Pero que un partido político cobre comisiones sobre la concesión de obra pública a través de un chanchullo de fundaciones creadas para tal fin no es lo mismo. Es muchísimo más grave. Es gravísimo.

La excusa de ERC ha sido que no había que mezclar la institución con el partido, que no había que echar mierda (perdonen la expresión) sobre la institución Presidente de la Generalidad de Cataluña. Pues, que me perdonen, pero aquí el único que ensucia, deshonra y mancilla la institución ésa no es precisamente quien pide explicaciones; acaso será quien la ostenta o quienes la sostienen, por corruptos.

Pero ésta es una opinión que no será considerada. Qué le vamos a hacer.

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