Meter la cabeza dentro de un calcetín alivia el estrés (IV)


Pero... ¿qué?

Respondamos a una pregunta: ¿cómo pincharon a las ratas durante el experimento?

Dejemos que la profesora Eshkevari responda. Explica que indujo a las ratas de su laboratorio a construir su nido en la punta de un calcetín. A las ratas les gusta la penumbra. En el calcetín se sentían seguras. Cuando metían las jaulas en el hielo picado, las ratas corrían a meterse dentro del calcetín y, dice la profesora, las patas traseras de las ratas quedaban al descubierto.

El zusanli (el punto ST36) quedaba al descubierto. La cola, también.

El calcetín acabó hecho polvo, ya que fue compartido por todas las ratas sometidas a la prueba, atraídas por el olor de sus congéneres, un aroma que también les generaba seguridad. Al final del experimento, el pobre calcetín tenía un aspecto desastroso, cuenta la profesora Eshkevari.

A la vista de esta revelación, el resultado del experimento toma un cariz bastante diferente.
  1. Las ratas no estresadas viven contentas y felices y tienen un bajo nivel de NPY.
  2. Las ratas estresadas que no disponen de calcetín acaban con el NPY por las nubes.
  3. Las ratas estresadas que disponen de calcetín, corren a refugiarse en él. Eso las tranquiliza. Entonces, un grupo recibe un pinchazo en la cola, y ese pinchazo eleva su nivel de NPY; otro, recibe un pinchazo en el supuesto punto ST36, y su NPY crece moderadamente.
Conclusiones:
  1. A las ratas les duele que las pinchen en la cola, y el dolor provoca estrés.
  2. La cola es más sensible que el punto ST36.
  3. En todo caso, queda fuera de toda duda que meter la cabeza dentro de un calcetín alivia el estrés de las ratas.
Como en todo caso la muestra es pequeña y el experimento tiene que ser replicado y criticado, y sometido a pruebas de falsabilidad, como ahora mismo no es significativo, sino indicativo, tenemos que tomar algunas precauciones antes de asegurar nada. Pero nos atrevemos a afirmar que la terapia del calcetín funciona. Al menos, en las ratas.

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