La lectura y los libros - Sobre la erudicción y los eruditos



En 1851, Arthur Schopenhauer publicó Parerga y Paralipómena, que no es ninguna pareja ni trágica ni cómica, como Epi y Blas, sino una colección de ensayos sobre muy diversos temas. Parerga y Paralipómena contiene reflexiones sobre la cultura, el arte, la vida cotidiana, las mujeres o los animales de compañía. Fue este libro y no sus monumentales reflexiones filosóficas sobre la voluntad y su representación el que premió a Schopenhauer con la fama, los últimos años de su vida. 

En su mayor parte, son ensayos de fácil lectura (no puede decirse lo mismo del resto de su obra). Pero no se lleven a engaño, que tienen mucha enjundia y dan que pensar, si uno es aficionado a semejante práctica. Centellas, con José J. de Olañeta de editor y Edmundo González-Blanco de traductor, publica en (muy) pequeño formato algunos de estos ensayos. Éste en particular va sobre la lectura y los libros y sobre algunos lectores de libros, llamados eruditos.

El verbo de Schopenhauer es agudo y su puntería, certera. Si su contribución a la filosofía hubiera sido nula, seguiría destacando por encima de sus contemporáneos por su dominio del lenguaje. No las copiaré, pero de este librito saldrían un par de docenas de maravillosas citas, aforismos que superan ellos solos varios volúmenes de Hegel (lo digo así para provocar la sonrisa de los schopenhauerianos).

Recomiendo la lectura de esta pequeña joya. Da en qué pensar y está maravillosamente escrita. Es un regalo para cualquier aficionado a la lectura. Nos deja una lección: el verdadero arte no es leer un buen libro, sino dejar de leer malos libros. Es más difícil de lo que parece.

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