Me dicen que cierran TV3


¡Cuidado, que viene el lobo!
¡Ay, que vuelven a tocarnos lo más sagrado!
¡Qué malos que son...!

Es mentira, naturalmente. No van a cerrar TV3. La Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) no piensa hacerlo, como sospechábamos. Pero ¡qué bien les va poder hacerse las víctimas! ¡Otro ataque contra la libertad del pueblo, etcétera, etcétera! Será contra el poder sobre los medios audiovisuales del Gobierno de la Generalidad de Cataluña, tan plural, ¿verdad? Desde luego, la CCMA no es la BBC. De plural, nada.

Es cierto, sin embargo, que algo se mueve en el mapa de radiofrecuencias y es posible que la CCMA pierda canales. Pero, atención, ¡canales que no utiliza! ¡Que no utiliza nadie! Porque ni siquiera los alquila.

El canal de alta definición de TV3 lleva en pruebas hace años y no hacemos nada con él.

Ahora mismo, la CCMA tiene acceso a tres canales multiplex, que suman doce canales de televisión (que podrían ser dieciocho). Es la Comunidad Autónoma con más canales de televisión asignados y hay que insistir en señalar que no los ocupa todos (aunque tiene todos estos). La cuestión es que puede perder y seguramente perderá un canal multiplex, quedándose en ocho canales (que podrían ser doce). Y ocho canales, chicos, son muchos canales, y la CCMA seguirá sin utilizarlos todos. ¿Para qué queremos más de uno o dos canales? De verdad, ¿para qué? Por lo tanto, ¡qué ataque ni qué demonios! ¡Nadie nos priva de nada!

Algunos de los canales de la CCMA. En total, suman una audiencia media del 13% en Cataluña.

Lo cierto es que nadamos sobre aguas revueltas por culpa de una sentencia judicial que ha ordenado liberar canales adjudicados de manera (simplifiquemos) irregular. Se queja la CCMA, pero el clima de quejas y protestas entre los operadores de los canales de la TDT es tormentoso. Todo el mundo echa la culpa a todo el mundo de la situación vivida, de la sentencia judicial y de los inconvenientes padecidos, que se agravarán porque hay que cumplir con no sé qué directiva europea antes de final de año, que obligará a más cambios en la TDT, en la asignación de frecuencias y en la desaparición de canales para televisión. El Gobierno de España recibe de todas partes y sus razones tendrán los operadores de televisión para acordarse de él, ¡de sobras!, no me cabe la menor duda.

Pero recordemos que antes de ejecutar esta sentencia judicial, ya existía el compromiso entre el Gobierno de España y las televisiones privadas de ceder canales a otros usos no televisivos. Las televisiones privadas cederían un multiplex (Mediaset, Atresmedia, Vocento y Unidad Editorial cederían un canal cada una) y RTVE y cada una de las televisiones autonómicas cederían otro canal cada una. La CCMA, también. El compromiso se hizo público en 2012 y es ahora cuando montan el circo, ya ven, como si se enterasen ahora.

Nadie niega la necesidad de poner orden en las radiofrecuencias de televisión.
Pero nadie quiere perder canales, naturalmente.

El objetivo de estas cesiones era dejar un espacio de radiofrecuencia a la telefonía móvil, que está comenzando a ocuparlo con su tecnología 4G (de cuarta generación, con servicios interactivos e internet de alta velocidad). La demanda de estos servicios es creciente e inédita hasta hoy.

Pero la sentencia judicial ha ido más allá de los ajustes técnicos y se han perdido más canales privados de los previstos. Quedan más sentencias pendientes y además, el cumplimiento de la regulación europea de las radiofrecuencias. Todos los que conocen el tema apuntan a que van a perderse más canales. A los que pierda la CCMA tendrán que sumarse los que pierda RTVE, las demás televisiones autonómicas y las cadenas privadas de televisión. 

¿Que ha habido una mala gestión de la radiofrecuencia? ¡Eso no lo niega nadie! ¡Seguro! Nos conocemos de hace mucho tiempo, nadie duda de la mala gestión del Gobierno de España, siempre tan chapucero en cosas así. Ahora bien, es un tema muy técnico y complicado y sin dudar de la mala gestión de nadie, hay que andar con ojo al afirmar o negar tal o cual cosa. Fíjense qué lío supone todo esto que hay quien dice que el ministro de turno podría estar haciéndolo bien, al fin y al cabo. Nadie da crédito a semejante noticia, pero así está el patio.

Además, y no es poco, las compañías telefónicas ya han pagado 1.600 millones de euros por un espacio de radiofrecuencia que tiene que liberarse. Si no se libera en un par de meses, y ya no digo antes de final de año, puede liarse la de Dios es Cristo y quedarse usted sin teléfono, por ejemplo.

Insisto: cuando la CCMA se queja de perder canales, hay que notar que lo sabía hacía ya dos años, que la notificación del cambio definitivo le llegó antes de iniciarse la campaña electoral y que ha tardado dos semanas y un poquito más en empezar a quejarse de que nos dejan sin TV3, mintiendo y exagerando. En plena campaña electoral, cómo no, echando las culpas a Madrid, como es la costumbre. 

Insisto, perdera varios canales de televisión ¡que no utiliza! Que piensa utilizar en el futuro, se dice, que es lo que digo yo del Ferrari que tengo visto, que hoy no puedo comprar, pero ya verás tú mañana, como me toque la lotería. ¡No los utiliza! Por lo tanto, ponga usted sobre la mesa todo el dinero que cuesta la CCMA hoy mismo y unos canales vacíos e inútiles que, liberados, nos permitirían disfrutar de internet de alta velocidad en nuestros teléfonos móviles. 

El teléfono móvil, el enemigo de los canales de televisión por TDT.

Porque la CCMA nos cuesta una pasta tremenda. Según los datos del Registro Mercantil, la CCMA ha recibido las siguientes subvenciones de la Generalidad de Cataluña:

2010, 293,6 millones de euros.
2011, 278 millones de euros.
2012, 257,5 millones de euros
2013, 257,5 millones de euros (cifra teórica, estimada por la prórroga presupuestaria).
2014, 226,1 millones de euros (cifra teórica, asignada en los Presupuestos de la Generalidad de Cataluña).

En total, 1.312,7 millones de euros (más de 218.000 millones de pesetas). A eso hay que sumar la deuda, que va acumulándose. Porque los ingresos publicitarios de la CCMA se han reducido a menos de la mitad en siete años. En parte, porque la audiencia también y hoy roza el 13% (sumados todos los canales de la CCMA). Paradójicamente, el cierre de canales de televisión hará que aumente la audiencia y los ingresos publicitarios, porque habrá menos canales de televisión que usted podrá escoger. 

En tiempos de durísimos ajustes presupuestarios en sanidad, servicios sociales, educación, justicia, cultura, etc., gastarse lo que no se tiene en ¿cuántos canales de televisión? Ya me entienden, ni que fueran dos, incluso uno. Es una burrada. Deja de serlo si lo que pretende el Gobierno de la Generalidad de Cataluña es un control efectivo sobre la opinión pública catalana, que defendería intereses ideológicos, no el bien público. ¡Que nos conocemos de hace años...! No sé qué es peor en este caso, si la estulticia o la maldad. Quizá la combinación de ambas.

A lo que cuesta la CCMA habría que sumar las subvenciones a la prensa. Con las subvenciones que reciben los periódicos catalanes este año, nos ahorrábamos suprimir un tercio de las plazas hospitalarias del Hospital Universitario de Bellvitge, recorte que se hace efectivo en 2014 con el apoyo de CiU y ERC (más en este enlace). 

Nos gastamos cientos de millones en la CCMA y mientras tanto, los nueve hospitales públicos del ICS sufren 50 millones de euros de recortes al año y quedan en situación crítica. Caiga el cielo sobre mí, pero prefiero un quirófano a El Gran Dictat y ya no les digo si tengo que escoger entre una planta de hospitalización y un Telenotícies. Nadie morirá si cierran un canal de televisión, pero cuando cierran una planta de un hospital, hay muertos.

Son muchas las personas que acusan a la CCMA de propaganda ideológica.
En mi modesta opinión, la CCMA es el NO-DO en formato actualizado.


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