Como se habla mucho, pero no se sabe muy bien de qué, he decidido traducir el comunicado del Sr. Jordi Pujol Soley literalmente, conservando la puntuación y las incoherencias gramaticales, y luego en una traducción que se entienda. Luego, que juzgue cada uno, a discreción.
Vamos por partes, alternándolas, pero vamos.
Comunicado del Sr. Jordi Pujol Soley
Se hace saber... (sonido de trompeta)
Ante las informaciones aparecidas desde hace casi dos años alrededor de los miembros de mi familia más directa y de las insinuaciones escritas sobre el origen de los medios económicos de la misma, me veo en la obligación de poner de manifiesto los siguientes extremos:
Como me han pillado, les cuento:
Mi padre Florencio Pujol Brugat dispuso como una última voluntad específica que unos dineros ubicados en el extranjero --diferentes a los comprendidos en su testamento--, rendimiento de una actividad económica de la cual ya se ha escrito y comentado, y que no se encontraban regularizados en el momento de su muerte en septiembre de 1980, fuesen destinados a mis siete hijos y a mi mujer, pues él consideraba errónea y de incierto futuro mi opción por la política en vez de seguir en el mundo de la actividad económica. Y más todavía, porque habiendo vivido de cerca la época difícil de los años 30 y 40 tenía miedo de lo que podía pasar, y más de lo que podía pasar a un político muy comprometido.
Mi padre, don Florencio, arregló las cosas para procurar que no me faltara de nada, dejando una fortuna a mi alcance en paraísos fiscales, fortuna que no pienso decir de dónde salió ni a cuánto ascendía. No se fiaba de mí, porque me conocía bien.
La súbita muerte de mi padre tuvo lugar a escasamente cinco meses de mi toma de posesión como presidente.
Se fue antes de admitir que esta vez yo tenía razón.
En ese momento la minoría de edad de la práctica totalidad de mis hijos me convertía en responsable legal de cualquier decisión, y pese a que mi conciencia y mi cargo me empujaban a rechazar esta herencia, la última voluntad de mi padre juntamente con su opinión y dudas sobre mi opción vital por la política pesaban todavía más, y finalmente decidí encargar su gestión y regularización a una persona de máxima confianza de mi padre y también mía, gestión de la que no quise saber nunca ni el más mínimo detalle, hasta que llegados a la mayoría de edad todos mis hijos se decidió que esta persona cediese esta gestión a uno de mis hijos. Es en ese momento que mi error original contaminó directamente a mis siete hijos y a mi mujer.
Y ya que tenía el dinero, me quedé con él. Tres de mis hijos ya tenían 18 años, pero todavía no me fiaba de su juicio. Así que un amigo de la familia, no diré quién, se encargó de todas las gestiones, no diré cuáles, y he de decir, para quitarme las culpas de encima, que no sé lo que hizo, nunca me lo contó, nunca le pregunté y si algo salió mal, fue por su culpa. Algo saldría mal, porque tiempo después le quité los poderes y se los dí a uno de mis hijos, no importa cuál ni cuándo. Ya tenían todos edad para disfrutar de la herencia, ellos, mi mujer y yo mismo.
Lamentablemente no se encontró nunca el momento adecuado para regularizar esta herencia, como sí han podido hacer el resto de personas que se encontraban en situación similar en tres ocasiones excepcionales a lo largo de más de treinta años de vigencia del actual sistema tributario.
Hemos engañado a Hacienda treinta y cuatro años seguidos y al final, como nos han pillado por todas partes, hemos decidido acogernos a una amnistía fiscal. Nos hemos ahorrado una pasta en impuestos que quita el hipo.
Finalmente ha habido de ser en estos últimos días que los miembros de mi familia han regularizado esta herencia, con las consecuencias del nuevo marco legal aprobado para incentivar la última regularización excepcional de noviembre de 2012 y para penalizar extremadamente las regularizaciones posteriores.
No hemos tenido otro remedio. Nos habían pillado y si no nos apuntábamos a la amnistía fiscal nos iban a coser a multas. Como nos hemos apuntado, nos ha salido muy bien la broma.
De los hechos descritos y de todas sus consecuencias soy el único responsable, y quiero manifestarlo de forma pública, con mi compromiso absoluto de comparecer ante las autoridades tributarias, o, si fuera necesario, ante las instancias judiciales, para acreditar estos hechos y de esta manera acabar con las insinuaciones y los comentarios.
Así que no podréis hacerme nada.
Expongo todo esto con mucho dolor, por lo que significa para mi familia y para mí mismo, pero sobre todo por lo que puede significar para tanta gente de buena voluntad que pueden sentirse defraudados en su confianza, a la cual pido perdón. Y también les pido que sepan separar los defectos de una persona --por muy significativa que haya sido--, y que esta declaración sea reparadora en lo que sea posible del mal y de expiación para mí mismo.
Me duele que nos hayan pillado, más por mí que por ustedes, pero si alguno se molesta, pues le pido perdón y así estamos todos en paces.
En Barcelona el veinticinco de julio de dos mil catorce.
¡Ajá! O sea,que era culpable. Pero,¿no era una conspiración de "Madrit",la derecha mediática o el Sursum corda? Y la Catverna siempre desmintiendo y haciendo victimismo y ahora pasando de puntillas. Habrá gente a la que se le habrá caído un mito.. A mí no,desde luego,estaba claro que mangaba a diestro y siniestro.
ResponderEliminarNadie ha pensado todavía en los que compraron sus "Memorias" y resulta que no eran un ensayo, sino ficción. Qué contrariedad. Pero ¿saben qué les digo? Que en el pecado está la penitencia.
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