La Coca-Cola nazi (II)


La primera Coca-Cola.

La historia de la Coca-Cola es fascinante. Lo que comenzó como un jarabe con mucha cafeína que vendían en la botica de un pueblo se ha convertido en una bebida azucarada y refrescante que se bebe en todo el mundo. En Alemania, también.

Amuleto de Coca-Cola, de 1925.
Anunciaba los botellines de 5 centavos.

Los coleccionistas de los fetiches de Coca-Cola se dan de bofetadas por una cruz gamada de 1925 que anunciaba los botellines de 5 centavos. Es un recuerdo siniestro, no en sí mismo, sino por lo que hoy sabemos y entonces no sabían. El NSDAP (el Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes) ya empleaba este símbolo, pero ¿quién era entonces el NSDAP? Un puñado de fanáticos alemanes y un tipo en la cárcel que escribía un libro demente (el Mein Kampf) e imitaba el bigotito de Charlot para llamar la atención. El resultado de esta triste casualidad es un buen reclamo para hablar de la Coca-Cola en Alemania y echarle pimienta al texto.


La historia de la Coca-Cola en Alemania comienza en 1929. Se funda entonces Coca-Cola GmbH (sociedad anónima) y los alemanes se embarcan en la aventura de vender Coca-Cola en el país de la cerveza, en medio de una crisis económica tremenda y una crisis política de la peor especie, con la emergencia del NSDAP y la decadencia de la República de Weimar.

En aquella época, la Coca-Cola se fabricaba importando el jarabe de los EE.UU. y mezclándolo con soda en la fábrica donde se embotellaba. No iba a ser diferente en Alemania, pero la situación obligó a la empresa Coca-Cola GmbH a hacer amigos poco recomendables, ya me entienden. Obtener los permisos para abrir una fábrica y distribuir las bebidas exigía un gasto considerable en regalos y sobornos.

La principal fuente de ingresos de la cuenta corriente de Adolf Hitler.

La corrupción en la Alemania nazi era sistemática, tremenda. No nos podemos hacer a la idea del volumen que alcanzó el latrocinio de los jerarcas nazis. La producción de automóviles de lujo alemanes se disparó y los jefes del NSDAP se enriquecieron a manos llenas. No estamos hablando del saqueo de los bienes de los judíos o los enemigos del Partido (que también), sino del uso sistemático del poder para enriquecerse personalmente. No sé si lo sabían, pero Hitler mismo cobraba derechos de imagen de la fábrica de la moneda. Cada vez que un alemán compraba un sello para enviar una carta, pagaba un céntimo a Adolf Hitler en persona, a cuenta de sus derechos de imagen. ¡Ahí es nada! 

Coca-Cola tenía todos los ingredientes para fracasar en este entorno de cerveza, corrupción, nacionalismo y fanatismo. Pero triunfó. En 1939 vendía más de cuatro millones de botellines al año y Alemania se había convertido en el segundo mercado de la Coca-Cola después de los EE.UU. ¿Cómo lo hizo?

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