Los famosos inventos del TBO.
Cuando era pequeñito, todavía se publicaba el TBO, de donde viene tebeo. Una de las secciones más famosas del TBO era la de Los grandes inventos de TBO diseñados por un tal profesor Franz, de Copenhague, de donde procede otra expresión famosa, la de calificar algún artefacto inverosímil como un invento del tebeo. El primer invento de TBO es de 1943. Aunque prefería las viñetas dibujadas por Coll (uno de los mejores humoristas gráficos del siglo XX), la fama de los inventos del profesor Franz ha quedado para la posteridad y para los diccionarios.
Menciono los inventos del tebeo porque voy a hablar de uno de ellos. ¿Qué les parece la idea de un tanque volante?
La aviación había demostrado su valía en la Gran Guerra y durante el transcurso de esos cuatro años de matanzas había nacido el carro de combate, también llamado tanque. Los únicos artefactos capaces de superar las trincheras y las alambradas eran los aviones (volando) o los carros de combate, que Churchill (entonces Primer Lord del Almirantazgo) había llamado acorazados terrestres. Avanzaban arrastrándose por el suelo, lentamente, protegidos por planchas blindadas y escalando (o aplastando) los obstáculos. Desde luego, no eran lo que son hoy en día.
Bombardero Gotha G. V, alemán, uno de los aviones más grandes de la Gran Guerra.
Carros de combate estadounidenses durante unas maniobras, c. 1920.
Son el modelo Mk. VIII, diseñado por los británicos, pero construido en los EE.UU. Por esa razón fue llamado International o Liberty. Los americanos también construyeron tanques Renault FT.
Alguien sumo dos y dos y dijo: Eh, muchachos, ¿por qué no diseñamos un tanque que pueda ir volando hasta la retaguardia del enemigo? Pues ¡caramba! No era una mala idea. Pero ¿cómo hacer volar un tanque? De dos maneras, básicamente. Una, construyendo un aeroplano capaz de cargar con un tanque. Otra, construyendo un tanque capaz de volar. Como veremos, hubo opciones a medio camino entre una y otra aproximación al problema.
Dejaremos la introducción aquí mismo, pero les ruego que echen cuentas y piensen cómo eran los carros de combate y los aviones de 1919. Los primeros eran lentos y pesados, propensos a las averías y torpes en el andar. Los segundos, frágiles. Los motores de la época tampoco daban para mucho, ni para volar ni para mover orugas. El desafío de conseguir un tanque volante no era pequeño, pero se decidió aceptar la idea e ir a por ella.
Ésta es la idea. Arriba, con las alas desplegadas, el avión-tanque vuela hasta la retaguardia enemiga. Abajo, ya en tierra, pliega las alas y comienza su misión.
Éste es un juguete fabricado en la Unión Soviética hacia 1930. La idea del tanque volante era muy popular por aquel entonces.
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