Vale más tarde que nunca o la memoria del fiscal


Desde el glorioso 25 de julio, que ya tendría que ser fiesta nacional, los señores Mena y Villarejo han sido entrevistados varias veces. En su tiempo, por investigar el latrocinio del señor Pujol en los asuntos de Banca Catalana, fueron echados a los perros y sufrieron acoso y persecución, no en sentido figurativo, sino de verdad. Hoy, cuando el vulgo apenas comienza a vislumbrar la sombra del Gran Engaño, muchos tienen que morderse la lengua y reconocer que esos dos fiscales tenían razones más que sobradas para sospechar del señor Pujol.

La fotografía es de eldiario.es.

Dejo un enlace hacia una entrevista que le han hecho al señor Mena, uno de los protagonistas de tan heroico y desigual combate, con agradecimiento para él y con pena después de haberla leído, porque hay que ver cómo nos han dejado el país y lo que no sabemos. Es una entrevista más, una de tantas que les han hecho, publicada en un medio electrónico. 


Recomiendo leerla, que cada uno la lea con independencia de su fe o su parecer político, nacional-religioso o ideológico. Leer, dejar pasar el tiempo, recuperar lo leído, meditar, criticar (en el buen sentido), analizar, sintetizar y enfrentarse a las conclusiones. Con que se haga la mitad del camino de leer (le), me daría por más que satisfecho, porque se habría superado la media nacional.


Mientras tanto, las noticias alrededor del señor Pujol están animando la fiesta. Amantes despechadas, comisiones a mansalva, cuernos por aquí y cuernos por allá, fiestorros en yates menorquines compartidos por tanta gente conocida, mossos convertidos en espías para controlarlo todo, cuentas compartidas con fulanos del caso Gurtel, ¡brujas! ¡no se nos olviden las brujas! y un larguísimo etcétera que apenas hemos empezado a conocer. Hamlet tenía razón, huele a podrido.


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