A vueltas con La Rotonda


Los vecinos de Sant Gervasi y la avenida del Tibidabo de Barcelona se están sublevando por el proyecto de reforma de La Rotonda. Una promotora del grupo de Núñez y Navarro ha encargado al arquitecto Alfredo Arribas que convierta el monumento en 10.900 metros cuadrados de oficinas. El edificio (una delicatessen del modernismo barcelonés, cursi, decandente y entrañable) está catalogado y protegido, pero el Ayuntamiento de Barcelona ha tramitado legalmente el proyecto y durante el período de alegaciones ningún partido político levantó la mano para preguntar. (Como pasó en Sitges con el proyecto de Hernández-Cros para el Cau Ferrat, ¿recuerdan?) Aunque está pendiente un veredicto de Patrimonio, los vecinos temen que se perpetre la reforma, digámoslo así, y ya muestran su irritación.

No sé si es un proyecto bueno, malo o decente, pero me pregunto por la degradación que sufre el edificio. Se ha descuidado durante muchísimos años y el ayuntamiento ha mirado siempre hacia otro lado. La Rotonda ¿no formaba parte del patrimonio de la ciudad? ¿Y se deja que se caiga a pedazos? Quizá sea una estrategia de los propietarios para justificar el proyecto de reforma.

La gente desconfía de los promotores, y quién no, pero también de las autoridades. Fíjense: que el proyecto sea finalmente autorizado por los munícipes no es garantía de nada, se dice por ahí. Qué autoridades son éstas que el público desconfía de ellas; qué autoridades serán que a veces se desconfía con razón.

Total: desidia, descuido, abandono, especulación y un final entre paredes de cristal. El patrimonio se duele, y la confianza en la Administración Pública, lo único que nos separa de la barbarie, queda en entredicho. Así nos va.

1 comentario:

  1. Un cas més de la desidia pública ver la conservació del patimonia arquitectònic català...... però un cop més ha estat la població la que es mou per salvar-lo!!!!

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