La calidad de la fotografía no es muy buena.
Es que el guardia de seguridad puso mala cara.
Pasaba yo por una librería de Barcelona cuando descubrí lo siguiente. Era una gran librería, una gran superficie, adocenada. Donde la narrativa, los libros se clasificaban en cinco grandes familias: Novela Histórica, Novela Policíaca, Autores Extranjeros, Autores Hispanoamericanos y Autores Catalanes. Como ven, en la novela de género no importa la nacionalidad del autor ni la lengua en que está escrita su versión original y en la demás narrativa, sí.
Esta clasificación confundirá a una persona poco leída. España, Portugal y Andorra ¿pertenecen a Hispanoamérica?; Borges, el cuentista argentino, tiene un apellido catalán; Guerra y Paz no sabemos si estará donde la novela histórica o donde los autores extranjeros... Pero tengo que añadir que los grandes autores y las grandes obras desafían toda clasificación.
En cualquier caso, paseando por los estantes descubrí más cosas. Había estantes de Extranjeros y estantes de Autores Extranjeros. Es decir, no es lo mismo un autor extranjero que un extranjero sin más. Como si dejaran escribir a cualquiera, en el extranjero, y sólo unos cuántos merecieran el título de autor. ¡Qué raro!
¡Sorpresa! Lo mismo ocurría con los catalanes: unos eran autores y otros, no. Así podían verse los estantes de Autores Catalanes y al lado, los de Catalanes, sin más. La autoría volvía a ser discrecional, no parecía seguir un criterio objetivo. Unos catalanes consiguen publicar libros, pero no son autores, exactamente lo mismo que pasa en el extranjero, y no me pregunten por qué ése es autor y ese otro, no llega a serlo. Negaban la autoria a Pàmies o Espriu, cosa que llama la atención.
Sin embargo, los autores catalanes que escriben en español no son ni catalanes ni autores catalanes, ni siquiera españoles, autores o no. Serán Autores Hispanoamericanos, y eso complica la búsqueda de un libro de Mendoza, por poner un ejemplo. ¡Con lo fácil que sería clasificar los libros por la lengua en que fueron escritos! Narrativa en español, en catalán y traducida, pongamos por caso.
Curiosamente, todos los estantes de narrativa en español se han bautizado igual: Autores Hispanoamericanos. En Hispanoamérica no distinguen entre autores y gentes de a pie. Todos los que ven su libro publicado en español serán Autores Hispanoamericanos y ninguno correrá el deshonor de ser sólo Hispanoamericano. ¿Qué singularidad se amaga tras esta extraña clasificación? No acierto a descubrirla.
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