Así ha quedado la playa, tal cual.
Este verano le ha dado por llover y la rambla se ha llevado por delante la mitad de la playa de San Sebastián. Los indígenas, los veraneantes de toda la vida y los forasteros de veras se han visto sorprendidos por la magnitud de la avenida, que les ha partido la playa en dos.
La lucha del hombre contra la naturaleza, inútil.
En vista del suceso, se ha enviado una máquina excavadora para poner un poco de orden. ¡Bah! ¡Vana empresa! Después de cambiar de sitio un poco de arena, se ha retirado. Ha sido una lección de humildad impuesta por la madre naturaleza al imperio de las máquinas.
Forasteras de playa.
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