Leer, fumar, repartir

Los periódicos dan cuenta de un estudio sobre niños maltratados y maltratadores, ésos que campan por los patios de las escuelas. Les ha costado horrores llegar a la conclusión siguiente: los maltratados son escogidos entre los diferentes, porque es fácil que tengan pocos amigos. Ah, brillante. Los gordos, una tercera parte de los maltratados, son las víctimas preferidas. Otra magnífica conclusión: los abusones gastan mala leche; es decir, tienen una visión negativa de la vida, como les cuento, y son irascibles y primarios. Ah, bien, nunca me lo hubiera imaginado.

Cuentan que ha sido víctima alguna vez uno de cada diez jovenzuelos, y que ha sido abusón uno de cada veinte, quizá alguno más. El dato curioso, en cierto modo previsible, es que el perfil del abusón macho nos indica que no lee un libro ni que lo maten, mientras el perfil de la abusona hembra señala que fuma regularmente. Por eso recomiendan a los niños no salir con mujeres que fuman, digo yo.

La parte más inquietante de la encuesta es la que pasan por alto los sabios. La mayoría del patio contempla el abuso con la más absoluta, completa y total indiferencia. Qué jodíos que somos todos, así nos va, así nos fue y no creo que vaya a mejor.

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