Caso Masià: Retribuciones, dietas y residuos


Me ha sorprendido recibir una respuesto del Archivo del Parlamento de Cataluña en el breve plazo de un día con la información solicitada, la que se mencionaba en las páginas 35 y 45 de este BOPC

Se advierte que la información que facilita el Archivo es confidencial y que no puede hacerse pública sin haberlo solicitado por escrito. Pero se añade acto seguido que la documentación que se ha publicado en el BOPC no está sujeta a dicha confidencialidad. Éste es el caso.

El documento adjunto a la respuesta parlamentaria remitido por el Archivo del Parlamento de Cataluña.

Me han enviado un documento escaneado en formato pdf que adjuntó el consejero don Felip Puig en su respuesta parlamentaria. El documento, de una página, contiene una tabla con las retribuciones anuales totales de la directora del Instituto Catalán de Energía (ICAEN) entre el 2 de marzo de 2011 y el 3 de diciembre de 2014, que era, ni más ni menos, la señora Masià, la misma que es ahora directora adjunta de la Oficina Antifraude de Cataluña. Ahora hablaremos de ellas.

También se adjuntan las retribuciones anuales del señor Calmet. No incluyen ni dietas ni indemnizaciones. Suman 59.627,49 euros brutos anuales en 2012 (el único año que trabajó todo entero). Seguimos sin saber qué hizo exactamente a cambio de esa retribución. 

Las retribuciones de la señora Masià tienen mucho más interés.

Para que puedan comparar ustedes, el salario bruto del ministro español de Energía y Turismo es de 64.053,79 euros. Con las dietas e indemnizaciones a las que tiene derecho como diputado (que son las máximas, pues da la casualidad que es canario y viene de lejos), sale todo junto por 85.940,11 euros. (V. www.sueldospublicos.com).

Al grano, a las retribuciones de la señora Masià

De entrada, su salario bruto.

2011 (comenzó a trabajar el 2 de marzo): 66.932,72 euros 
2012: 72.249,74 euros
2013: 74.832,72 euros
2014 (dejó el ICAEN el 3 de diciembre): 71.422,98 euros

Hay que sumar Dietas y kilometraje, Atenciones protocolarias y representativas y Desplazamientos. Serán, en total:

2011: 4.191,51 euros
2012: 14.373,75 euros
2013: 12.849,39 euros
2014: 15.110,63 euros

En suma, la señora Masià nos salió más cara que un ministro con los complementos e indemnizaciones de un diputado canario. Tela. Puede que su incompetencia sea pareja con la del ministro, pero sus responsabilidades son mucho menores y se pagan mucho mejor.

En cualquier caso, lo mejor viene ahora. La señora Masià cobró dietas por asistir al consejo de administración... del mismísimo ICAEN que ella dirigía. 

Cobrar dietas para reunirte contigo misma con tus jefes en la habitación que está pared con pared de tu despacho, cobrarlas por hacer el trabajo por el que ya te pagan un salario... Cobrar estas dietas tiene miga, no me digan que no. Estamos hablando de dos a cuatro reuniones al año entre amigos y conocidos. Estas dietas por asistencia al consejo de administración del ICAEN fueron:

2011: 754,56 euros
2012: no hubo dietas
2013: 2.515,20 euros
2014: 1.257,60 euros

Más o menos lo mismo decimos de las dietas por asistir a los consejos de administración de EFIENSA y EISSA. Éstas eran dos sociedades participadas por el ICAEN. Todas las acciones de EFIENSA eran del ICAEN y EISSA se repartía, mitad y mitad, con la consejería de Salud. Ambas sociedades fueron desmanteladas por la señora Masià y dejaron de existir durante los años que estuvo al frente del ICAEN. De nuevo, las reuniones de estos consejos de administración se celebraron en la sala de reuniones adjunta al despacho de la directora. 

Las dietas que cobró por asistencia a los consejos de administración de EFIENSA y EISSA fueron:

2011: 2.204,20 euros
2012 (sólo hubo dietas para EFIENSA): 1.257,60 euros

De repente, en 2013, las dietas se disparan. Aparece SIRUSA y en los estatutos de esta empresa el director del ICAEN pertenece a su Junta Central, que se reúne alguna vez al año (una, generalmente) en Tarragona. Los accionistas de SIRUSA escogen un consejo de administración. Éste también se reúne algunas veces al año, entre una y cuatro a más estirar. Puro trámite. 

El documento que adjunta el consejero don Felip Puig afirma que la señora Masià cobró dietas por asistir a las reuniones del consejo de administración de SIRUSA, que fueron:

2013: 8.293,09 euros
2014: 6.379,30 euros

¡No está mal! 

Pero ¿qué es SIRUSA? El sitio web de SIRUSA es www.sirusa.es. SIRUSA quiere decir Servicios de Incineración de Residuos Urbanos, SA

En su sitio web se dice (copio) Las instalaciones de Sirusa se construyeron por iniciativa de la Mancomunidad de Incineración de Residuos Urbanos del Camp de Tarragona, integrada por los ayuntamientos de Tarragona, Reus, Salou, Cambrils, Vila-seca, Valls, La Canonja y Constantí.

Sus estatutos los publica aquí:

Se dice que (traduzco) la Sociedad tiene como objeto social la gestión y administración de una planta incineradora de residuos con recuperación de energía así como toda clase de servicios y operaciones complementarias a las antes mencionadas que refieran a la gestión de residuos. Las actividades enumeradas podrán ser desarrolladas por la Sociedad de manera directa o indirecta, total o parcialmente, mediante la titularidad de acciones o participaciones en sociedades con objeto análogo o idéntico.

En pocas palabras, aparte de quemar basuras para generar electricidad, podrá servir como sociedad instrumental para crear o asociarse con otras empresas que tengan que ver con la recogida o el tratamiento de residuos, vertederos, incineradoras, etcétera, como, por ejemplo, las del grupo Sumarroca (supongo que les sonará el nombre), FCC y tantas otras.

¿Quiénes son los socios de SIRUSA? 475 de las 500 acciones son de una mancomunidad intermunicipal (sic) que se llama Servicios Mancomunados de Incineración de los Residuos Urbanos

En las reuniones de esta mancomunidad ¿también se pagan dietas? Supongo que sí, o quizá no, no lo he preguntado, pero a poco que uno fije la vista en los alrededores de Reus es un no parar de mancomunidades, consorcios, empresas, sociedades... ¡y si todas pagan dietas...! 

¡Al grano! La cuestión es que las otras 25 acciones son del ICAEN. Un 5% del total.

Resumiendo y en pocas palabras, es una empresa constituida con capital público y sus cargos directivos y sus accionistas son entidades públicas (ayuntamientos) y cargos electos (alcaldes). Pero la gestión no parece pública. Hasta qué punto SIRUSA sortea el control que impone el derecho administrativo es cosa digna de estudio, y las dietas que paga nos hacen sospechar lo peor. Pero ¡quizá sea yo, que pienso mal de todo el mundo!

En la Junta General (copio) La representación del capital en la Junta estará formada por los ocho alcaldes o alcaldesas de los municipios que forman parte de la mancomunidad y una persona en representación del ICAEN.

No hay retribución para los miembros de la junta general, aunque pueden pedir una tarjeta de asistencia para justificar dietas y kilometraje por el desplazamiento hasta el lugar de la reunión (lógico). Pero el caso de los nueve miembros del consejo de administración es diferente. Copio: En todo caso los miembros del Consejo percibirán por la asistencia a las sesiones las dietas que legalmente les correspondan. En la práctica, las que ellos mismos decidan. Yo me lo guiso, yo me lo como, pero con el dinero del público, naturalmente.

En el caso de la señora Masià, no fueron pocas las dietas: Más de 8.000 euros en 2013 y más de 6.000 euros en 2014. ¡No está mal! ¡Sólo por asistir a un pase de transparencias del señor gerente! ¿A cuánto sale la hora de reunión? ¿Cuántas horas de reunión son necesarias para sumar 8.000 euros?

Los consejeros de esta sociedad tienen amplios poderes, todo sea dicho. Para nombrar comisionistas, por ejemplo. Ahí está, en los estatutos, léanlos. Después de leerlos con atención, les pido que coloquen a SIRUSA en el ambiente político y de negocios que se respira en el Camp de Tarragona, donde se ha impuesto el modelo de gestión municipal que CiU impulsa en Cataluña, el del Grupo INNOVA. Supongo que habrán oído hablar de él.

Que se entienda. Éste consiste en crear empresas con dinero público para poder sortear los controles del derecho administrativo. Estas empresas se fusionan con concesionarias privadas, consorcios semiprivados o semipúblicos, etcétera, hasta crear un tejido complejo, especialmente diseñado para (como dijo uno) privatizar las ganancias y socializar las pérdidas. Uno de los jueces que lleva el caso dejó escrito que esa organización está especialmente diseñada para que las personas que la diseñaron y sus amigos pudieran enriquecerse a costa de los caudales públicos. Lo dijo así, con dos bemoles y toda la razón del mundo.

De hecho, adivino que las relaciones entre SIRUSA e INNOVA son íntimas y en algún caso llegan a confundirse los actores de uno y otro drama. Fíjense que en el consejo de administración de SIRUSA se sentaron hace unos meses la que hoy es directora adjunta de la Oficina Antifraude de Cataluña y algunos de los protagonistas del escándalo del Grupo INNOVA, imputados por uno u otro delito de corrupción y que todos juntos acordaron pagarse unas dietas de aquí te espero.

En la junta general de SIRUSA y en su consejo de administración se cuentan los alcaldes de Tarragona, Reus, Salou, Cambrils, Vila-seca, Valls, La Canonja y Constantí, como ya he dicho. Hace un par de días, los agentes judiciales entraron en los ayuntamientos de Amposta, Reus y Cambrils, en tres hospitales y varias empresas proveedoras del Grupo INNOVA. 

Mientras escribo hace tiempo que están imputadas docenas de personas (alrededor de sesenta), entre las que se cuenta el presidente de la Diputación y alcalde de Vila-seca (CiU) y antiguos alcaldes y concejales de Reus. Están todos los partidos metidos en el ajo (especialmente CiU y PSC, sin excluir ERC o el PP). Quizá se salva de la escabechina la CUP de Reus (que denunció el caso ante la justicia) y el concejal de la CORI que se disfrazaba de Elvis Presley, que avisó del peligro mucho antes que la CUP y al que nadie hizo ningún caso. Resultó ser la única persona honesta del Ayuntamiento de Reus y creo sinceramente que merecería un homenaje y unas disculpas, por habernos avisado hace ya tanto tiempo y por el poco caso que le hicimos entonces.

Gran parte de la cúpula de la sanidad pública catalana está atrapada en este lodazal de corrupción. Se calcula que la gestión semipública o semiprivada del Grupo INNOVA (gestión que SIRUSA reproduce, si es que no pertenece a ella) ha costado un déficit de cientos de millones de euros (sic) sólo al Ayuntamiento de Reus, y las empresas implicadas iban más allá de la sanidad pública. ¡Metían mano a todo lo que puedan imaginar! La gestión de residuos también formaba parte del negocio, cómo no. Será casualidad, pero la señora Masià es convergente, natural de Amposta y concedió contratos a dedo a las familias Pujol, Sumarroca y Sagi.

Me da pereza seguir. Pero dejo hilos de los que tirar, por ver si algún periodista o algún diputado siente interés y saca a la luz lo que se esconde tras ellos. ¡Ánimos!

Yo preguntaría, por ejemplo, adónde llevan a incinerar los residuos hospitalarios en el Camp de Tarragona, que no lo sé, y cuánto cobran por ello. Lo digo porque lo natural es que se incineren en SIRUSA, ¿no? Pero se me ocurren más preguntas: ¿Alguna empresa de la red clientelar convergente ha participado o participa en los contratos de SIRUSA? ¿Qué contratos son ésos, a cuánto ascienden, quién los firmó? ¿Qué relación, de haberla, se da entre SIRUSA y el Grupo INNOVA, más allá de sus accionistas o directivos? ¿Cómo adjudica SIRUSA los contratos a sus proveedores? Etcétera. Si está todo en orden, no hay por qué tener miedo a estas preguntas y sería muy bueno responderlas. Sería conveniente hacerlo.

Pero nos hemos ido de madre. Lo que queríamos decir es que la señora Masià nos costó más de 90.000 euros al año, todo incluído. A cambio, contrató al señor Calmet (amigo de Prenafeta y Pujol) por 60.000 euros al año y puso de patitas en la calle a un tercio de los empleados del ICAEN, concedió 180.000 euros en subvenciones a sus amigos de la trama ITV, se gastó más o menos otro tanto en contratar asesores a dedo, a los que conocía de antes, se gastó algo menos en contratos excesivamente caros a empresas afines a la familia Pujol y compañía, etcétera. 

Ahora, en su nuevo cargo como directora adjunta de la Oficina Antifraude de Cataluña, cobra 115.000 euros brutos al año, dietas aparte, según la documentación del sitio web de esta institución. A día de hoy, es una de las máximas responsables de la lucha contra la corrupción en Cataluña. 

Es lo que hay y ustedes mismos verán a dónde nos lleva todo y quién nos ha llevado hasta aquí. 

La calavera de Colón


Calavera.

Carabela.

Lío de cables.

Después de semejante ridículo, que todavía me duele, surgió una pregunta interesante: ¿Dónde está la calavera de Colón? No la carabela, sino la calavera. 

La documentación histórica nos dice que Cristóbal Colón murió el día de la Ascensión de Nuestro Señor de 1506 (el 20 de mayo), en Valladolid. Se ofició el funeral en la iglesia de Santa María la Antigua y le dieron cristiana sepultura en la capilla de don Luis de la Cerda, que está en el claustro del Monasterio de San Francisco, sin salir de esa ciudad. 

En abril de 1509 lo desenterraron y se lo llevaron al monasterio cartujo de Santa María de las Cuevas, en Sevilla. Mientras tanto, doña María de Toledo, esposa de Diego Colón (hijo de Cristóbal Colón), perseguía al emperador Carlos I o V, según se diga de España o Alemania, y consiguió que éste firmase, al fin, una real cédula que otorgaba a la familia y a sus difuntos la potestad de ser enterrados en la Capilla Mayor de la catedral de Santo Domingo, en las Américas, que es (era) privilegio de sangre real y que, dicen, había sido la voluntad del Almirante. Tal hizo su majestad el 2 de junio de 1537, firmó y se sacó de encima a doña María de Toledo, que estaba volviéndose un incordio.

Conseguido el permiso, María de Toledo trasladó lo que quedaba de su suegro de Sanlúcar de Barrameda, Sevilla, a Santo Domingo, entre 1540 y 1544 (no se sabe a ciencia cierta). Allá lo enterró, en la catedral de la isla, a los pies del altar mayor. 

Pasó el tiempo y España dejó de ser lo que era. Perdió La Española en el Tratado de Basilea (se la quedó Francia) y desenterraron los restos de Cristobal Colón y se los llevaron a la catedral de La Habana, en Cuba, para no dejarlos en manos de los franceses. En 1898, perdida la Guerra de Cuba, los restos de Colón regresaron a España a bordo del Conde de Vanadito, un buque de la Armada Española, no fueran a quedarse los yanquis con lo que quedaba del Almirante. Descansan desde entonces y hasta ahora en la catedral de Sevilla.

Tanto trajín para ir y volver, ya ven.

Pero el 10 de septiembre de 1877 dieron, en Santo Domingo, a los pies del altar, con una urna de plomo. En ella se había escrito que los restos que guardaba eran los de Cristóbal Colón. Se lió la de Dios es Cristo, o la de mi Colón y no tu Colón es Colón verdadero. Los de Santo Domingo sostenían que el Colón de ahí era el bueno y los cubanos primero y los sevillanos después, que no, que el bueno era el que se habían llevado ellos.

La tumba de Cristóbal Colón en Sevilla.
Supongo que la calavera está dentro.
La carabela, no, que no cabe.

En cualquier caso, se han hecho pruebas de identificación genética de los restos enterrados en Sevilla y son de Cristóbal Colón, sin (prácticamente) duda. No entraré en el trapo de los farragosos detalles del porqué, pero el ADN no suele mentir. 

Ahora bien, los restos de Santo Domingo ¿también son de Colón? Dos Colones no había, pero quizá se quedaron un trocito en la isla, ¿o no? Muchos cadáveres ilustres están hechos pedazos y se conserva un trozo aquí y otro allá. ¡Quién sabe! Una tesis defiende que los huesos del Almirante (de los que queda bien poca cosa) se mezclaron o confundieron con los de su hijo, Diego, y que los americanos se quedaron con Diego creyendo que era Cristóbal. El caso es que no se han hecho pruebas sobre el ADN de los restos de Santo Domingo, que yo sepa, y piensen que podría equivocarme. 

Y si me preguntan dónde está la calavera de Colón, supongo que en Sevilla, aunque no sé si en Santo Domingo también tienen una. Las calaveras suelen aguantar mejor que otros huesos el paso del tiempo, pero a estas alturas del cuento ya siento un poco de repelús de tanto darle vueltas al finado.

Caso Masià: Primeras respuestas parlamentarias


Mis lectores recordarán que dediqué unas líneas, hace ya días, a las preguntas que algunos diputados del Parlamento de Cataluña dirigieron por escrito al Gobierno de la Generalidad de Cataluña en relación con la señora Masià. Estas preguntas tenían mucho que ver con la gestión de quien fuera directora del Instituto Catalán de Energía (ICAEN) y hoy es directora adjunta de la Oficina Antifraude de Cataluña. Aparte de interesarse por sus retribuciones, se preguntaba por qué contrato a un amigo de Prenafeta y Pujol justo cuando estaba echando empleados a la calle. Pueden saber de ellas en este enlace:

El Boletín Oficial del Parlamento de Cataluña número 551, o BOPC 551/10 de 28 de abril de 2015, si prefieren, el gobierno responde en sus páginas 35 y 45 a dos de esas preguntas parlamentarias. 

Se da una prisa... Las preguntas se hicieron en febrero y se supone que les ha costado más de dos meses de arduo trabajo dar con todas las retribuciones que se llevaron a casa la señora Masià y el señor Calmet o descubrir para qué fue contratado este último y qué hizo exactamente en el ICAEN. 

En resumen, se quiso saber cuáles fueron las retribuciones de la señora Masià como directora del ICAEN durante los años 2011, 2012, 2013 y 2014, cuál fue su sueldo y cuánto cobró en dietas por asistencia a órganos colegiados, gastos de desplazamiento, manutención, representación o semejantes. También, cuáles fueron las del señor Josep Maria Calmet Iglesias, que fue contratado el 21 de noviembre de 2011 y dejó de trabajar para el ICAEN el 15 de mayo de 2013. Ya puestos, también se pregunta qué hacía el señor Calmet en el ICAEN y para qué se le contrató y qué hizo durante todo ese tiempo.

Las respuestas son decepcionantes. ¿Las retribuciones? El consejero nos remite a un documento adjunto en el que se detallan esas retribuciones, pero ese documento adjunto no se publica en el BOPC. Se dice que puede consultarse en el Archivo del Parlamento de Cataluña, sistema mediante el cual se procura que los ciudadanos no tengan nada fácil poder satisfacer su curiosidad. No les costaba nada dar un par de cifras y dejar el detalle para la documentación adjunta, pero lo público conviene que no lo conozca el público, ya saben.

Pero lo último que se pierde es la esperanza. Pueden solicitar una copia en la siguiente dirección: arxiu@parlament.cat, como acabo de hacer. ¿Qué me dirán? Ya veremos.

Por si acaso, si alguien consigue ese documento adjunto por otros medios, ¿podría hacérmelo llegar? Gracias.

En cuanto al por qué del señor Calmet, don Felip Puig, que es el consejero de Empresa y Ocupación, no dice nada que no supiéramos. De hecho, deja las cosas tal y como estaban antes de preguntar. 

Don Felip Puig asegura que (cito) las funciones asignadas al Sr. Calmet en el ICAEN eran las labores propias de un técnico, con categoria profesional de gestor de proyectos enmarcados dentro del Convenio Marco de colaboración firmado entre el ICAEN y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) para la definición y la puesta en práctica de las actuaciones contempladas en el Plan de Acción 2008-2012 de la Estrategia española de ahorro y eficiencia energética (PAE4), tal y como consta en su contrato de trabajo

Ah, los proyectos enmarcados dentro del convenio marco... Qué frase tan bonita.

Que se entienda lo dicho. Corto y claro, el Sr. Calmet fue contratado para trabajar en el ICAEN. Bien, ya lo sabíamos. Lo de los proyectos enmarcados dentro del convenio marco es una manera como cualquier otra de marear la perdiz, porque el trabajo de todo el ICAEN durante la mayor parte del tiempo en que fue gestionado (es un decir) por la señora Masià se enmarco dentro del convenio marco ése. De ahí procedía la subvención que otorgó la señora Masià a una empresa de la trama ITV, 180.000 euros para formación en eficiencia energética (sic), que ¿de dónde se creen ustedes que salían? La cuestión es que el señor Calmet trabajaba ¿haciendo qué? ¿Para qué? ¿Qué hizo exactamente? No se dice. 

Quizá sea mejor no decirlo. El señor Calmet fue puesto a dedo por el señor Prenafeta en la dirección de Petrocat. Entre uno y otro consiguieron la espectacular ruina de la aventura empresarial gasolinera de la Generalidad de Cataluña. Tuvo que nacer Spanair para que otra empresa gestada por el sector negocios de CiU y sus amigos perdiera tantos o más millones. Quién sabe qué actuaciones enmarcadas en el convenio marco gestionó con la misma habilidad. Mejor que ninguna. De entrada, para que él pudiera entrar en el ICAEN, tuvieron que salir media docena de empleados y durante el tiempo en el que estuvo ahí haciendo sabe Dios qué uno de cada tres empleados del ICAEN perdió su trabajo. ¡Buen comienzo!

Tocada y hundida


La carabela de Colón, hace ya unos años.

No fueron pocas las veces que, siendo niño, visité el Museo Marítimo de Barcelona. Me sentía fascinado por los modelos a escala de los grandes navíos de tres puentes y los vapores transatlánticos, los cañones, las ruedas de timón, incluso las canoas de los salvajes de váyase usted a saber dónde. Tan salvajes no tenían que ser si eran capaces de navegar con eso en los mares océanos y alcanzar una isla a cientos de millas de distancia. A mi manera de ver, serían, más que salvajes, insensatos. 

Mi ilustre antepasado de refilón, capitán de marina mercante.

Además, teníamos un antepasado en el museo, un antepasado de refilón, que se había casado con la hermana de nuestra abuela, bisabuela, o alguien así, y que había sido marino mercante toda su vida. Cuando la Guerra de Cuba (fíjense si hace tiempo de eso), el personaje burló con su vapor Montserrat el bloqueo yanqui no una, sino varias veces.

El vapor con el que cumplió tales hazañas, que también llevó a Trotsky como pasajero, años después, y contribuiría (modestamente) a la génesis de la Revolución Rusa. También es casualidad, caramba.

En las paredes del museo colgaba el retrato al óleo de tan ilustre (y también insensato) antepasado, todo él barbas y chaquetón azul (marino), con un catalejo en la mano... el mismo que guardo en casa. 

Al lado de esos vestigios de gloria, un cuadro ilustraba la hazaña del héroe. El protagonista del fantástico óleo era un vaporcito que se colaba entre unos gigantescos cruceros yanquis, que lo cañoneaban a conciencia, sin dar ni una. El vaporcito escapaba entre los piques de las granadas enemigas, con la bandera de la marina mercante española bien alta en el mástil, para que se viera bien, para que los marinos de la US Navy supieran con quién no iban a poder. Licencias artísticas, supongo.

La carabela de Colón en los años cincuenta, escenario de una gran fiesta poética (sic).

Un apéndice del museo era la carabela de Colón. Vale, bien, de acuerdo, no era carabela, era nao, pero todos decían carabela (y alguno, calavera). Tanto da, porque nao o carabela no era más que un cascarón. Qué redaños para lanzarse al mar océano en busca de Cipango a bordo de un artefacto como ése. Se confirma una vez más que los grandes marinos eran, más que valientes, insensatos. 

Había que pagar una entrada aparte para visitar la carabela de Colón, que estaba atracada cerca de las golondrinas, a la vista de la estatua del genovés, al final de las Ramblas, en una época en que esa parte del puerto no era el paseo que es ahora. ¡Cuánto ha cambiado todo desde entonces!

En 1949, Hollywood estrenó su versión del viaje de Colón y no gustó al franquismo.

La respuesta española fue Alba de América.
Si la primera era mala, ésta resultó peor. 
La carabela de Colón de Barcelona se construyó para esta película.
Luego se la quedó la Diputación y era, por lo tanto, un bien público.

Por supuesto, no era la carabela de verdad. La construyeron para servir en una película y protagonizó tres, ninguna buena. En el puerto de Barcelona sirvió de adorno y atracción turística, aunque no había mucho que ver. Los niños subían a bordo con mucha ilusión, creyéndose piratas o corsarios, no más, y los padres contemplaban el espectáculo de una tramoya decadente.

La carabela de Colón cuando la Gran Nevada.

Todo viene a cuento porque este fin de semana nos pusimos a recordar y alguien me preguntó qué había sido de la carabela de Colón. Pues, no sé, respondí, y luego, picado por la curiosidad, busqué por internet hasta dar con un artículo de La Vanguardia de hace unos años. 

Cuenta el artículo (fechado en 2011) que la nave fue blanco de las iras de Terra Lliure, un grupúsculo terrorista con peores intenciones que resultados, de ideología nacional y socialista (nacionalsocialista, en suma) y hoy tenido por inofensivo. ¿Inofensivo? Craso error. No eran más que mala gente, que iba por el mundo con ansia de sangre, venganza y odio, por mucho que digan. Aunque, es verdad, torpes hasta el ridículo, malos de opereta, que la tomaron con la carabela por considerarla un símbolo de la opresión del Estado español (sic). 

Por cierto, lo de Estado español es una expresión franquista que hicieron propia los nacionalistas catalanes. La primera vez que se usa en vez de España es en los Fueros Fundamentales del Estado, los que se publicaron en Burgos, en 1938. Lejos de repudiar el verbo franquista y llamar a las cosas por su nombre, la expresión fue adoptada por el pujolismo y todavía se emplea en el postpujolismo con sobrada insistencia. A TV3 me remito y ya verán ustedes.

Miquel Casals, autor material del incendio, fue noticia por su piromanía.
Hoy milita en eso del prusés y no sabemos qué piensa ahora de la catalanidad de Colón.

Al grano: que se les puso entre ceja y ceja hundirla. El artículo de La Vanguardia que adjunto describe los varios intentos de echarla a pique, más cómicos que trágicos. Fracasaron todos hasta que el terrorista empecinado en hundirla provocó un incendio con una botella de gasolina y dos días después, otro. Se conocen el nombre y los apellidos del gamberro, que todavía presume de su acto de suprema y heroica valentía, aunque, en el mejor de los casos, no pasa de estupidez.

El caso es que el navío estaba viejo, no iba nadie a verlo, costaba más mantenerlo que la recaudación de las entradas y sólo faltó eso para darle la puntilla. El daño fue importante, pero no irreparable. Una manita de pintura y habría quedado como nueva, pero se calculó el dispendio en 200 millones de pesetas (poco más de un millón de euros). Ahora bien, no salía a cuenta repintar la nao, porque iba a ser un negocio ruinoso, tan poca gente iba a verla. Así que decidieron hundirla y convertirla en apartamento para peces. Sin preguntar, sin consultar al común, en conciliábulo privado de Ayuntamiento y Diputación de Barcelona y Generalidad de Cataluña.

Es eso lo que llama la atención del cuento, que la hundieron en el mayor de los secretos, sin publicidad, a escondidas. Se acercaban las Olimpiadas del 92 y se guardó un tremendo silencio sobre este asunto. El acto terrorista (la gamberrada) no obtuvo la publicidad que buscaba, no fuera a cuestionarse la seguridad de los Juegos Olímpicos; el hundimiento de la nao se hizo con premeditación, alevosía y nocturnidad, con la complicidad de las autoridades todas. Un día estaba la nao, al día siguiente ya no estaba y nadie dijo nada, nadie preguntó nada, nadie. 

Hasta que veinte años después (veinte) se enredó la red de un pesquero en un escollo que no salía en las cartas marinas. Enviaron a un buzo a liberar la red y éste se llevó la sorpresa de su vida. En una inmersión en el Faro de Calella, en la costa de la comarca del Maresme, allá en el fondo, dió con ¡la carabela de Colón! La de verdad, no, la del puerto de Barcelona. Nadie en el lugar había sido informado de este naufragio y el pecio no había sido registrado en las cartas marinas, fíjense cuánto secretismo.

En la conversación que digo, sin saber todavía qué había sido de la carabela de Colón, uno de los contertulios mostró su irritación. Tendrían que devolverla al puerto, dijo, porque Colón era catalán y merece que lo sepa todo el mundo. ¡Vaya! ¡Que Terra Lliure erró el tiro y atentó contra un símbolo de la catalanidad! Y lo que es peor, ¡acertó! Los del Institut Nova Història deben de estar dándose con un canto en los dientes.

Me pregunto qué habría sido de la carabela de Colón de haber permanecido en el puerto durante los fastos del Tricentenario. No es éste el momento de discutir si el genovés era catalán o del Ampurdán, pero sí el de comprobar que Nietzsche tenía razón: el mundo se rige por el azar y la estupidez. Puede que no sea así, pero hoy, aquí, tengo la impresión de vivir días azarosos en un mar de estupideces. Ni Colón habría podido resistir semejantes olas y es de suponer que, viendo el percal, se hubiera dedicado a cultivar coles.

Para saber más:

Elogio de la mediocridad (o la democracia ideal)



He leído estos días un pequeño ensayo... En verdad, la suma de tres artículos del profesor Evelio Moreno Chumillas (1950-2011), que son: Las ciudades ideales del Cinquecento (1998), Utopías de la mediocridad (1995) y La democracia reside en la mediocridad (2000). Los ha publicado en 2014 uno tras otro en un pequeño librito, con introducción de José Manuel Bermudo, Ediciones sequitur (escrito así, con minúscula). Se publica con el título Elogio de la mediocridad (o la democracia ideal).

Qué maravilla. Se lee fácil, se entiende lo que dice, da en qué pensar, pone en cuestión muchas de nuestras ideas, invita a la reflexión... Es una lectura muy provechosa para los aficionados a la política en general, a la filosofía política en particular, a la historia, al Renacimiento, a la economía y un largo etcétera. Dicho así, parece un ensayo sesudo y académico, pero ¡quítense esa idea de la cabeza, caramba! El rigor del profesor Moreno no está reñido con un mensaje que es la mar de interesante y que cualquiera puede comprender.

Comienza con un capítulo poco conocido de la historia de la filosofía política, el que se refiere a los tratados sobre la ciudad ideal escritos en el siglo XVI, mucho menos conocidos que las famosas utopías. Sin embargo, fueron muy importantes en su época y resumen el pensamiento clásico y renacentista en un mundo en pleno proceso de cambio y crisis institucional. No se (re)conoce lo suficiente la influencia que tuvieron en la doctrina política moderna y contemporánea, dice el autor, y nos explica su esencia porque, sostiene, ahora, precisamente ahora, puede sernos muy útil.

Sin darle más vueltas al asunto y sólo a modo de resumen muy grosero, la mediocridad es una mala traducción de la mediocritas. En la ciudad ideal, no destaca un ciudadano encima de los demás, se procura que eso no suceda. Si alguno lo pretende, se le expulsa, aplicando la sentencia del ostracismo que inventaron los griegos. La mediocritas se afirma cuando uno es un buen ciudadano si está dispuesto a correr con las responsabilidades del gobierno y cuando uno es un buen gobernante si está dispuesto a dejar de serlo y regresar a su condición de ciudadano. Etcétera.

Hoy vemos algunos consejos de esos pensadores renacentistas con la mirada asustada, pero la redistribución de la renta en busca de una menor distancia entre las rentas de los ricos y los pobres, ¿no es acaso una herencia de esa mediocritas clásica?

A poco que les interese la cultura política, échenle un vistazo.

Gato




Mirada




Cosecha de libros



Para curiosos y chafarderos. Este Sant Jordi han caído en mis manos los siguientes libros (y más que caerán, pendientes de entrega):

Malas palabras, de Cristina Morales (Lumen). 
Esta autora promete mucho y bueno, lo digo en serio. No hay que perderle la pista.

Cinco novelas cortas, de Antón P. Chéjov (Alba Editorial). 
¿Qué les puedo contar de Chéjov que no se haya dicho todavía? 

Ser amigo mío es funesto, correspondencia entre Joseph Roth y Stephan Zweig (Acantilado). 
Le tengo unas ganas a este libro... Dos de mis autores favoritos, dejándose ir por escrito. 

La cena de los infieles, de Beryl Bainbridge (Ático de los Libros). 
Una autora apenas conocida en España, pero de gran fuste y muy entretenida.

Ya les contaré.

Imperios del mar



Ático de los Libros publicó en 2013 Imperios del mar (Empires of the Sea), de Roger Crowley, traducida por Joan Eloi Roca. Acabo de leerla y me lo he pasado muy bien. No podemos dejar así las cosas, así que diremos algo más.

La historia no es ni tiene por qué ser aburrida. Es cierto que los ensayos académicos sobre tal o cual cuestión pueden provocar indigestión, pero no es menos cierto que el ensayo histórico es un género donde abundan libros rigurosos y bien documentados que se leen de cabo a rabo y no se pueden dejar de leer. Imperios del mar es un ejemplo de esto que digo y trata sobre la lucha por el poder en el Mediterráneo en el siglo XVI. 

A mi derecha, los turcos, que después de haber hecho caer Constantinopla ponían sus ojos en Occidente. El sultán de la Sublime Puerta era el nuevo César de un gran imperio en expansión, poderosísimo y en apariencia imparable. El dominio del Mediterráneo (el Mar Blanco lo llamaban) era el paso previo para imponerse sobre Europa y el infiel. Su poder era terrorífico.

A mi izquierda, el rey de España, pero también la República Serenísima de Venecia, el papa y el resto de los reinos cristianos, que comenzaban a zurrarse entre sí por herejías y protestantes y sentían en el cogote el aliento del peligro. A principios del siglo XVI, la amenaza del turco no era cosa de risa, puesto que sus galeras parecían invencibles y los corsarios de Berbería asolaban las costas de España e Italia sin que hubiera manera humana de pararles los pies. Viena ya había sufrido un sitio y los turcos paseaban por Hungría y los Balcanes como Pedro por su casa.

No hace falta añadir sal o pimienta a ese encontronazo entre Oriente y Occidente. El autor comienza por el sitio de Rodas y acaba en Lepanto. Por el camino, veremos aparecer figuras míticas como Barbarroja, Solimán el Magnífico, Andrea Doria, los caballeros hospitalarios, don Juan de Austria y tantos otros. Sabremos qué hacen en nuestras costas las llamadas torres del Moro y comprenderemos el terror que provocaban los piratas. Solimán el Magnífico contra Carlos, el Emperador, César contra César. ¡Ríanse de Juego de Tronos y demás chucherías! Ésas no son más que imitaciones.

La Liga Santa contra el Turco, zurrándose en Lepanto.

Crowley carga las tintas en el intento de conquista de Malta, que marca un punto de inflexión en la guerra entre unos y otros, convirtiéndolo en el centro y cénit del libro. La precipitación de los acontecimientos hacia la batalla de Lepanto es también notable, por cómo ha sido tramada y narrada por el autor, mostrándonos cuán cerca estuvo de ser catastrófica.

En resumen, un acierto. Entretenida, rigurosa, fácil de leer y tramada por un autor que además de historiador, parece guionista de aventuras. Muy recomendable, en suma. 

Ahora sale otro título del autor, que también publica Ático de los Libros, 1453, que va de la caída de Constantinopla y pinta muy bien.

El Hombre de Hielo en medio del desierto (Gran Premio de Bahrein 2015)


En Bahrein no se respetan los derechos humanos y lo que es peor, no quieren respetarse.

De Bahrein o como se escriba, no pienso pelearme por eso. Un país por ahí perdido, que es modelo de régimen totalitario maquillado para que no se note demasiado. En ese país no existe la libertad de expresión y se dan casos de escándalo, con prisión severa para gentes que han escrito verdades que molestan al poder. Las mujeres son ciudadanos de segunda o de tercera. Lo que hacen con los inmigrantes no tiene nombre. Bahrein es como Qatar, que patrocina el balompié de Barcelona, o parecido. Hay que decirlo en voz alta.

El Gran Premio de Bahrein es una ostentosa y obscena manifestación de lujo, impunidad y bastardía, y se corre en el desierto porque los jefes de la Fórmula 1, detrás del dinero, pierden el oremus. Cuando los bólidos corren donde siempre o en algún que otro país civilizado, podemos criticar la exhibición de lujo y todo lo demás, pero (no es excusa) siempre ha sido así: mujeres, gasolina, dinero, y si no fuera asi, no sería lo que es. Pero manifiesto mi incomodidad cuando además hay sangre y un dinero que pertenece en exclusiva a la élite que gobierna con mano de hierro.

En los boxes, iban sacándole el polvo al disfraz de gorila.

En cuanto a la carrera, fue muy interesante. Ganó Mercedes-Benz (Hamilton), pero con muchos problemas de frenos al final de la carrera. Ferrari quedó segundo, y ahí salta la noticia, porque el piloto fue Raikkonen, que no se subía a un podio hacía mucho tiempo y estaba negociando la renovación de su contrato. Adelantó al segundo Mercedes-Benz en la penúltima vuelta (empleó una estrategia acertada, pero muy arriesgada) y el Hombre de Hielo subió al podio en el desierto. 

Nota: Le llaman el Hombre de Hielo (Ice Man) porque es una persona tímida, calladita y finlandesa. Ahora bien, cuando acaba la carrera puede disfrazarse de gorila (sic) para salir con sus amigotes a tomar unas cervezas. Tan gélido no será.

Vettel, el otro Ferrari, quedó quinto. Tal como están las cosas, Mercedes-Benz está todavía por delante, pero los únicos que pueden plantar cara a los Mercedes son los Ferrari. Vamos a divertirnos, ojalá que sí.

Bartolo Gigante, Homo Neardenthalensis Suburensis


El papá de Bartolo Gigante.

Un neandertal es como Quico Homs, pero con más pelo, para que nos hagamos a la idea. Es, en propiedad, un simio del género Homo, de la especie Homo Neardenthalensis. Se extinguió hace 28.000 años, o por ahí, y no se sabe muy bien por qué. Habitó en Europa y Asia Occidental durante unos doscientos mil años, en el Pleistoceno, y dominaron la piedra y el fuego, situándose en medio de las culturas paleolíticas. Esto, mejor lo leerán en las enciclopedias.

Compartió parte de su historia con otro Homo, el Homo Sapiens, nosotros. Dicen los genetistas que nosotros y los neandertales somos primos hermanos, que podríamos proceder de un mismo antepasado común, que incluso podríamos haber llegado a convivir juntos y esa vida en común es todavía objeto de polémica. 

Unos dicen que el Sapiens y el Neanderthal convivieron tan amigos que se dieron casos de compartir hembras con el vecino. Estos mismos afirman que una (pequeña) parte de nuestra herencia genética podría tener un origen neandertal por esa misma causa, porque no teníamos manías a la hora de hacer favores. Pero otros piensan que las cosas no fueron tan bonitas, que nosotros, simplemente, nos cargamos a los neandertales y que si hubo mezclas, fue por abuso. ¡Buen comienzo, el de la humanidad!

Intrépidos paleontólogos intentando llegar al yacimiento de la Cova del Gegant, en Sitges.

La verdad está ahí, oculta, y los paleontólogos están para descubrirla. En éstas, no se les ocurre nada mejor que colgarse con cuerdas por un acantilado de las Costas del Garraf, en el término municipal de Sitges, y meterse en una cueva que también se las trae, con grave riesgo de romperse la crisma. En efecto, para ser paleontólogo es necesario ser un gran científico, pero también estar poseído por la chispa de insensatez y locura necesaria para querer romperse el cuello en pos de un hueso viejo. Cómo los admiro, aunque a mí no me verán cuerda abajo.

¡Paleontólogo va!
Para que luego digan que la ciencia no es una aventura.

Hace cincuenta mil años, esa cueva, llamada del Gigante (en original, en catalán, la Cova del Gegant), no estaba en un acantilado, justo encima del mar, sino tierra adentro. Era refugio de hienas y neandertales. Simultáneamente, no, se supone; ahora los neandertales, ahora las hienas, haciendo turnos. Hoy ya no quedan neandertales (excepto, quizá, Quico Homs) y las hienas no se refugian en las cuevas, sino en las grabaciones del pequeño Nicolás. ¡La vida era muy diferente entonces!

El botín de los paleontólogos, Gigante 4 y Gigante 5.

Pues, como decía, después de jugarse el tipo colgándose de cuerdas y metiéndose de cabeza en cuevas angostas, con grave riesgo de salir perjudicado, un grupo de jóvenes y entusiastas investigadores de la Universidad de Barcelona han dado con dos huesecitos de neandertal que tienen 55.000 años, mes más, mes menos. A vista de profano son bien poca cosa, dos trozos de una mandíbula (uno, con algún diente) y un pedazo de húmero.

Los expertos, sin embargo, han podido precisar el sexo (un niño), la especie (un neandertal), lo viejo que es y la edad del finado cuando murió (calculan que tendría entre cinco y siete años). No se sabe por qué murió, pero lo han encontrado entre los restos de la carroña que se zampaban las hienas, aunque sin marcas de dientes de esos canes. 

Los investigadores se inclinan a pensar que todos los huesos eran del mismo niño (aunque no pueden asegurarlo con certeza) y señalan que las hienas se lo zamparon, seguramente cuando ya estaba muerto, aunque podría ser que no, que lo dejarán para después. Que no haya raspaduras de colmillos en los restos de la criatura pone el asunto en suspenso y también podría ser que fuera enterrado o abandonado por sus padres. Habrá que verlo, examinando los demás huesos alrededor y su disposición.

El hallazgo es notable. Son raros los fósiles de neandertales, y mucho más raros en Cataluña (que pasaba por lugar poco poblado de personas, en aquel entonces). Parece ser que el niño sería el niño catalán más antiguo conocido (aunque haya fósiles de adultos más viejos) y uno de los mejor analizados, porque se ha excavado con sumo cuidado, científicamente y con un método exquisito. El descubrimiento se ha publicado en el Journal of Human Evolution y ha merecido los aplausos del público paleontológico (de los que no se han partido la crisma cueva abajo).

Los científicos llevaban tiempo detrás de la cueva del Gigante. En los años cincuenta dieron ahí con una mandíbula y dos dientes que sólo recientemente se han clasificado como neandertales. En total, van cinco fósiles de cuatro individuos (además de caca de hiena fósil y huesos sobrantes de sus banquetes, restos de hogueras, alguna herramienta de piedra...). El yacimiento promete, pues queda un trozo por explorar.

Los audaces investigadores con los restos de Bartolo Gigante en la mano.

Los restos del niño se han bautizado Gigante 4 y Gigante 5 (Gegant 4 y Gegant 5 en catalán), por el nombre de la cueva y el número de fósil que han catalogado procedente del lugar. Muy frío, muy aséptico, muy paleontológico, como tiene que ser. 

En la presentación de los fósiles ante la prensa, surgió la polémica, para animar el asunto, que dormía a las ovejas. Uno de los investigadores (Fullola) propuso llamar Bartomeu (Bartolomé) al niño, porque Bartolomé es el santo patrón de Sitges, municipio al que pertenece la cueva del Gigante. Bartolo, el neandertal de Sitges. No queda mal, ¿verdad?

Bartolo (sobre la mesa), Daura y Sanz.

Pero otros dos investigadores presentes (Daura y Sanz) no siguieron la broma, porque piensan que esa moda de bautizar a los restos fósiles como si fueran de la familia es poco seria y que, en fin, ponerle el nombre de un santo a un neandertal... 

No llegaron a las manos y fueron todo risas porque son gente sensata y prefieren partirse la crisma colgándose por los acantilados del Garraf. El humor está siempre presente entre personas juiciosas e inteligentes y era cosa de ver qué contento estaba todo el equipo, con los huesecitos sobre la mesa, posando para los fotógrafos. A todos, a todos sin dejarme uno, felicidades, muchas felicidades y enhorabuena.

En fin, Bartolo Gigante (Tomeu Gegant) pasa a ser uno de nuestros antepasados más ilustres. Miento. Siendo niño, no dejaría descendencia antes de morir, así que no podríamos proceder de él. Los antepasados fueron los otros, los que quizá lo enterraron o los que quizá lo dejaron ahí, para pasto de hienas, que es algo que resta dilucidar ahora mismo. 

En cualquier caso, hablando en puridad, Bartolo Gigante es en verdad el habitante de Sitges más viejo del que se tiene noticia y uno se pregunta cuándo harán el gegant de Bartolo Gigante para sacarlo a pasear en la Fiesta Mayor. ¡Qué moros y qué cristianos, habiendo neandertales!

Más en:
R. Quam, M. Sanz, J. Daura, K. Robson Brown, R. García-González, L. Rodríguez, H. Dawson, R. F. Rodríguez, S. Gómez, L. Villaescusa, Á. Rubio, A. Yagüe, M. C. Ortega Martínez, J. M. Fullola, J. Zilhão, J. L. Arsuaga. "The Neandertals of northeastern Iberia: New remains from the Cova del Gegant (Sitges, Barcelona)". Journal of Human Evolution, abril de 2015. Doi: doi:10.1016/j.jhevol.2015.02.002
Es decir:

De la Rosa, empresario modelo, cantando como los canarios



No les pido que lean la noticia ni que compartan su punto de vista. No, no, nada de eso. No les pido más que una cosa, una sola. Tómense su tiempo y escuchen la grabación (en dos partes) que publica El Confidencial en:


Luego, ustedes mismos.

Antifraude, un fraude


La Oficina Antifraude de Cataluña (OAC) es un fraude. 

Si no lo es, quieren que lo sea. ¿Quién? ¡Cuánta gente está interesada en no meter la mano en el avispero...!

A modo de ejemplo, sabemos que las denuncias sobre la evasión de capitales de la familia Pujol a Andorra no fue investigada por la OAC, pero que toda la información que había recibido la oficina apareció en los despachos de Convergència Democràtica de Catalunya, CDC. 

Que no eran pruebas suficientes, que sólo lo eran circunstanciales, que alguna era verdad y alguna otra, mentira... Bien, vale, de acuerdo, pero ¿cómo fueron a parar a los despachos de CDC? ¿Por qué la OAC no investigó nada? Pero nada de nada. Hubo gente que entonces abandonó la OAC, irritada con la política de su director, pero su protesta se perdió en el aire, como la voz de quien predica en el desierto.

Luego se nombró a la inefable Maite Masià como directora adjunta. El director de la OAC preguntó antes al consejero de Justicia y éste dijo que Masià era la persona más adecuada, no aquella otra que había puesto en cuestión que no se investigara la relación Pujol-Andorra, que ya nos conocemos. 

Y el director de la OAC no se lo pensó dos veces y sin leer su currículum (sic), confiando en el criterio del consejero, manteniendo bien alta la independencia de la OAC (ironía), la escogió para controlar la oficina y hacer como había hecho antes con el caso Palau. Que se entienda, está ahí designada por CiU para que la OAC no meta las narices donde no debe. Ya hemos hablado mucho de esta fulana y no pienso insistir.

Hoy se publica que en la OAC han vuelto a las andadas. Ha contratado (por el método digital, i.e., a dedo) a Susanna Cano, que se ha dado de baja en CDC para disimular, para ahorrarse pagar el carné y para pasar a cobrar el sueldo de técnica de la Dirección de Prevención de la OAC, que se dedica a (cito) promover la transparencia y la integridad de las instituciones públicas. ¡Luego dicen que yo soy cínico...! El nombramiento, publicado en el DOGC, tiene fecha de 8 de abril. 

Susanna Cano, Artur Mas y la paradeta de CiU el pasado Sant Jordi.
El Mundo ha publicado este tuit. De la muestra, un botón.

La señora Cano ha sido militante de CDC. Muy militante. Tanto que estuvo en las listas de CiU en las últimas elecciones al Parlamento Europeo. Tanto que representó a CiU en el distrito de Les Corts (ciudad de Barcelona) y que estuvo bien metida en la sectorial de política europea e internacional de CDC. Tanto que su cuenta de Twitter era un no parar de fotografías de Susanita no con un ratón chiquitín, sino con Jordi Pujol, Artur Mas, Germà Gordó (el que recomendó a Maite Masià para el cargo), Xavier Trias, Ramon Tremosa (parlamentario europeo e histriónico) y tantos más. Una mujer muy luchadora y comprometida con el Partido, una mujer de país. Pero no busquen en Twitter, porque la señora Cano ya ha borrado esa cuenta, aunque hay maneras de recuperar lo que colgó en ella y otros sabrán más que yo cómo hacerlo.

Sólo un periódico (que yo sepa) ha publicado hoy la noticia, que pueden leer en:
(Donde, por cierto, resumen de nuevo el caso Masià.)

Supongo que más periódicos comentarán el nombramiento. Deberían hacerlo, porque no sé si huele a podrido en Dinamarca, pero en Antifraude ya sí.

Por eso, creo que puedo permitirme el lujo... Mejor, creo que es mi deber anunciar que Antifraude es un fraude, ahora mismo. ¡Y no saben cuánto lo siento!

La prosa de Mayrén Beneyto


La señora Beneyto y su magnífica prosa.

Leo en el periódico digital eldiario.es que Mayrén Beneyto ha anunciado en su cuenta de feisbuc (pronúnciese Facebook) que se retira. Mayrén Beneyto es, hoy mismo, la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Valencia, pero anunció que no piensa seguir ni en el gobierno municipal ni en las listas electorales de su partido (el PP). 

El asunto tiene su miga. Primero, por una cuestión de formas. Se ha puesto de moda anunciar cosas importantes de manera banal, con un tuit o una nota feisbuquera. Se acabaron los comunicados de prensa formales, escritos con cuidado. Ahora se saca el esmarfón del bolsillo, se teclean cuatro palabras apresuradas y uno anuncia que ya no es ministro, que se separa de su mujer, te da el pésame o que declara la guerra a China con cuatro palabras mal contadas y peor escritas. Ola ke ase y tal.

Formas aparte, también ha sido polémico porque la señora Beneyto declaró como testigo en el caso Nóos, donde estaba pringado todo quisque en Valencia. Su testimonio puso las cosas muy difíciles para el señor Grau, entonces teniente de alcalde y jefazo del PP valenciano. Según la señora Beneyto, el señor Grau era el responsable de haber decidido contratar a la empresa del hijo político del entonces rey de España, al cuñado del hoy rey, don Ignacio Urganda... Urdanga... Eh... Urdangarín, ése. ¿El resultado? El señor Grau fue imputado en el caso y tuvo que dimitir por fuerza, de mala gana, que fue cosa de ver.

Dicho esto, han corrido enseguida las voces que relacionan la delación, traición o chivatazo de la señora Beneyto con su abandono de la política. Se ha armado un pollo y la alcaldesa de Valencia, Rita Caloret Barberá, se ha apresurado a desmentir que la señora Beneyto no se presenta a las elecciones. Lo que ocurre, señala, es que será la última de la lista. Es decir, que no abandona el PP, sino sólo el cargo. Si con esto consigue desmentir los rumores, nos quitamos el sombrero.

Porque la señora Beneyto es gato viejo y cara conocida. Hace veinticuatro años (¡ahí es nada!) entró en el Ayuntamiento de Valencia de la mano de Unión Valenciana. En 2011 fue nombrada concejala de Cultura y ahí sigue, hasta que cambien a los munícipes y tenga que abandonar su despacho. Mientras tanto, sólo en viajes y comidas lleva gastados más de 60.000 euros en lo que llevamos de legislatura. Los últimos cinco mil euros, en un viaje a Bolonia de cuatro días para ver el estreno de una ópera, Tosca, que pasó a pan y cuchillo en un hotel de cinco estrellas, como es habitual en ella.

Apunten: concejala de Cultura. Es la máxima responsable de las actividades culturales y folclóricas de Valencia (la tercera ciudad de España). Fallas aparte, que no es poco, caen bajo su responsabilidad los museos, los conservatorios de música, las bibliotecas públicas, la promoción cultural, las fiestas y bailes populares, las exposiciones, etcétera. Además, es también presidenta del Palau de la Música de Valencia, uno de los auditorios más importantes de toda España. Cultura, cultura y más cultura y para despedirse cuelga en feisbuc el mensaje que copio a continuación:

(Publicado en eldiario.es)

Sobran los comentarios, pero vengan los de una profesora de literatura de un instituto valenciano, que también adjunto acto seguido. 

(Publicado en eldiario.es)

¡Concejala de Cultura...!


¿Por qué la República enseña el pecho?


La República, con todos sus atributos.

Hoy celebramos el aniversario de la proclamación de la
Segunda República Española.

¡Viva la República!

La República suele representarse de muchas maneras y mediante diversas alegorías, pero la más conocida es, sin duda, la de una señorita de gran belleza y apostura, de muy buen ver y armas tomar.

Observen que uno de los primeros símbolos de la República Francesa fueron la tricolor, el gorro frigio y además el hacha y las fasces, símbolo del poder del Estado en Roma. 

Como es de recibo y fácil de suponer, la imaginería republicana nace en los tiempos de la Revolución Francesa, cuando se necesitaron símbolos para que el pueblo se identificara con ellos y a traves de ellos, con la Revolución. Esos símbolos tenían que sustituir a los símbolos de la Corona, conocidos y populares. ¡No iba a ser fácil!

Fueron los jacobinos, por encima de los demás partidos, los que pusieron más empeño y más cuidado en la creación de este imaginario y la simbología republicana española bebe directamente de la tradición francesa (aunque la modificará un poco).

Los franceses bailan alrededor del Árbol de la Libertad mientras los prusianos huyen, al fondo de la imagen. El Árbol de la Libertad fue el símbolo que tuvo más éxito en el período revolucionario.

Nació entonces el Árbol de la Libertad (todavía puede verse en las monedas francesas de uno o dos euros), el gallo, el gorro frigio, la escarapela tricolor... Cualquiera de estos símbolos merecería un apunte propio y muy interesante, pero hablábamos de la señorita República, la de buen ver. Quede claro: no fue la primera opción y cuando nació, tardó en tener éxito. ¡Pero lo tuvo!

Posterior a la Revolución Francesa, la imagen de la República que pintó Delacroix es la que ha conseguido mayor fama. Una mujer guerrera, pardiez.

La República impuso la moda en el vestir. Los padres de la Revolución Francesa se referían continuamente a la República Romana y a sus grandísimas virtudes, de donde salió una señorita República vestida como las diosas griegas o las vírgenes vestales, con una túnica apenas, que mostraba sus curvas y virtudes sin amagar una. Esa moda en el vestir la copiaron las mujeres del Directorio, el Consulado y hasta del Imperio, como cualquiera puede comprobar examinando los retratos de la época. Antes de eso, las mujeres se dejaron torturar por corpiños, fajas y miriñaques. Cuando cayó Napoleón, regresaron poco a poco los tormentos del Antiguo Régimen en el vestir, que perdurarían un siglo hasta ser derrotados en la era del jazz.

En las primeras imágenes de la República, ésta ya aparece con un pecho desnudo. Pero viste todavía como una mujer del pueblo. Observen, además, la pica con el gorro frigio en la punta en una mano y el hacha con las fasces en la otra, símbolo del poder del Estado. Muchos años más tarde, Mussolini escogería ese símbolo para su partido nacionalista, y de ahí la palabra fascismo.

Pero las señoras del Directorio, el Consulado y hasta del Imperio no enseñaban la teta, y perdonen ustedes. Pero la República, sí. Una República como Dios manda lleva uno de los pechos al aire y no parece que sea por descuido. ¿Por qué?

Unos dicen que es un recuerdo de la república de las amazonas, pero mal recuerdo, porque las amazonas no desnudaban un pecho para luchar mejor, sino que se lo cortaban (sic), para poder disparar mejor con el arco. Así que no vale. De amazonas, nada.

Curiosamente, la imagen de la teta republicana proviene del imaginario católico. 

Pasaremos por alto que a María Magdalena penitente se la representa con los pechos al aire y despeinada, lo que explica por qué tantas imágenes de la santa fueron a parar a los gabinetes secretos de los grandes coleccionistas en tiempos de la Contrarreforma. Nos interesan otras dos imágenes.

Una Virgen de la Leche. Ésta, de Rubens.

Serán dos imágenes muy frecuentes. Una, la Virgen de la Leche, viva imagen de la madre amamantando a su hijo; otra, la imagen de una obra de misericordia, que es, según se mire, la de dar de beber al sediento o la de dar de comer al hambriento, representada por una mujer ofreciendo su pecho a un necesitado (sic). Vean, a modo de ejemplo, el cuadro de las Obras de la misericordia de Caravaggio, donde una mujer ofrece su pecho a un pobre viejo barbudo y sediento, o la veneración de (un poquito de) la Leche de la Virgen que se guarda en un relicario de la catedral de Oviedo, pero no son casos únicos, ni mucho menos.

San Bernardo a punto de beber del pecho de la Virgen, según Murillo.
Puede verse en el Museo del Prado, donde hay imágenes más explícitas del milagro.

¡No nos olvidemos de San Bernardo de Claraval! En uno de sus ayunos y penitencias, se le apareció la Virgen María con el Niño y... No se lo van a creer, pero le dió de beber de su pecho. Sacó la teta y le envió un chorrito a la boca y así se representa el milagro en docenas de óleos. La visión o milagro de San Bernardo toma de aquí y de allá, bebe (nunca mejor dicho) de la Santa Leche y de la obra de misericordia dicha. La Virgen del Chorrito, la llaman algunos. ¿No me creen? Dénse una vuelta por el Museo del Prado y busquen ustedes, que se llevarán más de una sorpresa.

El caso es que Bernardo de Claraval era, en francés, Bernard de Clairvaux, que está en Borgoña, y fue uno de los santos franceses más influyentes en el catolicismo. Expandió la orden del Císter por toda Europa y ayudó a crear la Orden del Temple. De su genio procede el asentamiento del canto gregoriano, la vida monástica y la arquitectura gótica. El Milagro de la Leche era, pues, conocido y comprendido en Francia y sólo había que darle la vuelta para la causa republicana.

La Primera República Española.
Muy francesa, todavía, con el gallo, las alas de la victoria, el gorro frigio, enseñando un pecho y la bandera rojigualda haciendo las veces de arco iris. 

El resultado es una mezcla de lo clásico y lo barroco, de lo católico y lo pagano. La República como madre y los ciudadanos, como sus hijos. La República bien provista de alimento. Una diosa Atenea o una virgen vestal someramente vestidas con un camisón (o una túnica) son casi lo mismo que una Virgen de la Leche que se ha despojado de sus mantos azules. Se cubre la mujer con un gorro frigio (de origen griego clásico, pero, como la barretina, de uso frecuente en el Mediterráneo), se añade la escarapela tricolor ¡y ya tenemos una República!

Los españoles en Cuba, más pícaros, no desnudaron el pecho de la República Española, pero a buen entendedor, pocas palabras. Aquí tienen a la señorita República despojándose de la corona y la capa de armiño, para aparecer (casi) como Dios la trajo al mundo, un ejercicio de striptease político digno de estudio.

Resulta curioso señalar que la República Española resultó ser más púdica que la República Francesa. Rara es la ocasión en que la República Española enseña su pecho. A diferencia de la francesa, no tiene necesidad de ello.

La República Española, más formal.