Rubens y Monteverdi en Mantua



Editorial Acantilado publica un breve ensayo de Hans Ost, historiador del arte, sobre un cuadro de Rubens, El consejo de los dioses, que se conserva en un castillo de Praga.

La tesis de Ost, que adquiere la forma de un librito muy docto y bien documentado, titulado Rubens y Monteverdi en Mantua, es que el lienzo era, en verdad, un telón para el teatro de los Gonzaga, y partiendo de esta hipótesis nos introduce en el mundo de la teatralidad del Barroco. Porque el Barroco tiene mucho de artificio, teatro, maravilla y disimulo, un aire docto por lo clásico y una afición por las pasiones que desatan sentimientos y fascinación. No queda señalado de mejor manera que con un lienzo que, en verdad, fue telón de un teatro donde se interpretaron las primeras óperas de Monteverdi.

Que Rubens y Monteverdi se cruzaran en la corte de Mantua y que quizá se conocieran no es poca cosa, y Ost juega con ello para mostrarnos cómo todas las artes, y más en la corte de los Gonzaga, tejen alianzas y beben de las mismas aguas, comparten inquietudes y plantean soluciones semejantes. 

Aunque se trata de un breve ensayo más académico que literario, es un librito muy recomendable, a poco que uno tenga idea o afición por el arte (y muy especialmente, por el Barroco).

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