La Libertad, así, con mayúsculas, es una de esas cosas que tiene su enjundia. Filosóficamente podríamos discutir si existe y es probable que acabemos negando su existencia, sea tanto por determinismo como por lo contrario. Sin embargo, en política, en sociedad, en la vida en general, es un bien preciadísimo, que tenemos y queremos conservar. Parece que una cosa y la otra son contradictorias, y puede que lo sean, pero bien cierto es que sin la luz de la libertad lo veríamos todo negro.
La luz de la libertad
La Libertad, así, con mayúsculas, es una de esas cosas que tiene su enjundia. Filosóficamente podríamos discutir si existe y es probable que acabemos negando su existencia, sea tanto por determinismo como por lo contrario. Sin embargo, en política, en sociedad, en la vida en general, es un bien preciadísimo, que tenemos y queremos conservar. Parece que una cosa y la otra son contradictorias, y puede que lo sean, pero bien cierto es que sin la luz de la libertad lo veríamos todo negro.
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