Lo malo es cuando la tontería se convierte en un programa de actuación política. Cuando esto ocurre ya no podemos hablar de talento sino de majadería perniciosa.Saludos
De acuerdo, pero el talento de la tontería inocua es meritorio igualmente. ;)
Lo malo es cuando la tontería se convierte en un programa de actuación política. Cuando esto ocurre ya no podemos hablar de talento sino de majadería perniciosa.
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De acuerdo, pero el talento de la tontería inocua es meritorio igualmente. ;)
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