Hola, queridos lectores. He aquí un nuevo artículo, titulado El misterio del tomate y el síndrome del distrito postal. Va sobre la desigualdad social, que también se traduce en una desigual esperanza de vida. Espero que les guste.
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He leído el artículo en "Metrópoli abierta": excelente.
ResponderEliminarEntiendo que lo del tomate ecológico es un "confounding" (creo que lo llaman así los epidemiólogos) pero, de todos modos, he de confesar que no sé a qué atenerme con respecto a lo que llaman productos ecológicos.
Lo anterior tendría que escribirlo en "Metrópoli abierta" pero ahora mismo no tengo tiempo.
Para acabar, una pregunta tonta de alguien curioso: ¿Por qué han preferido "metrópoli" a "metrópolis"?
Carmen
Sobre por qué es "metrópoli" y no "metrópolis", quizá tenga que ver con que Superman ya tenía pillado el nombre. ;)
EliminarEn cuanto a los tomates "ecológicos", todos los estudios serios parecen indicar son idénticos a los tomates que no son "ecológicos". Con una diferencia: contaminan más los "ecológicos" al ocupar más espacio por tomate, consumir más energía por tomate, más insecticidas por tomate (sí, sí, insecticidas), etc., y están asociados a más toxoinfecciones que los "industriales". Pero éste es un debate que nos viene grande por falta de tiempo y espacio. En mi artículo no quería hablar de los alimentos "ecológicos", sino de la diferencia de esperanza de vida entre ricos y pobres, que es real y evidente. El tomate era un McGuffin.
Ah, perdone, que se me había olvidado: ¡Gracias por leerme!
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