Silverstone es uno de los circuitos clásicos de la Fórmula 1, de los de toda la vida. Ha sido, tradicionalmente, uno de los más rápidos. También, uno de los primeros en ser cuidadosamente diseñados para evitar accidentes, lo que llevó a asegurar, en los años cincuenta y sesenta (cito) que era un circuito carente de emoción, puesto ¿quién puede hablar de emoción si no se pone en riesgo la vida del piloto? Así, tal cual.
En fin, que los tiempos cambian y Silverstone, pese a las quejas de los antiguos periodistas deportivos, ha visto este fin de semana una carrera muy emocionante. El safety-car ha tenido mucho que decir, porque ha salido dos veces a pista y las dos ha salvado la cara a Mercedes-Benz, que partía en primera posición y era la escudería favorita, pero seguida muy de cerca por Ferrari. Y digo que le ha salvado la cara por dos veces porque las ruedas de los Mercedes-Benz han sufrido demasiado y estas pausas en la carrera han permitido mantenerse algo más de tiempo en lo alto.
Pero, al final, Ferrari se ha impuesto, quedando en primera y tercera posición. Por lo demás, hay que felicitar también al equipo Mercedes-Benz, porque sus dos pilotos han hecho una gran carrera.
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