Este fin de semana ha ganado, por fin, un Ferrari. Ha sido la primera victoria del joven Lecrerc; su compañero, que sufrió una mala estrategia de neumáticos (y no se encontraba tan cómodo en el Ferrari), hizo de segundo piloto y frenó lo suficiente a los Mercedes-Benz para asegurar esa victoria. Sin embargo, ha sido triste, porque el día anterior, Anthoine Hubert, un piloto de Fórmula 2, se mató en un accidente tremendo y horrible. Le dedicaron la victoria. Estas cosas pasan, pero no tendrían que pasar.
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