Me permito publicar aquí una fotografía que he obtenido en el sitio web oficial del Arco del Triunfo, en París. Pero no he podido evitarlo. La imagen me ha enganchado al primer golpe de vista. La imagen del húsar merece ser señalada. Es un veterano, un gruñón de la vieja escuela. Las trenzas, los aros en las orejas, la gorra cuartelera, la pelliza a medio abrochar... Me ha encantado.
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