Un pequeño helicóptero radiodirigido levantó el vuelo el otro día en suelo marciano. Es la primera vez que una aeronave terrestre vuela en un planeta que no es el suyo, lo que tiene mérito. Se llama Ingenuity y forma parte de la última expedición no tripulada de la NASA. Ha sido una proeza, aunque nos parezca un jueguecito. Qué va.
No sé si lo sabían, pero ahora les digo: estas cosas de la astronáutica y la exploración del espacio me fascinan. Desde muy chiquito, además. Son motivo de constante asombro y maravilla.
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