La multiplicación de los panes



Tengo la costumbre de comprar una barra de pan de vez en cuando. Comencé comprando una que llamaban rústica, a la que yo llamé una de ésas. Luego se llamó del Pirineo. Más tarde, campesina. Luego pagesa (en catalán, en el original). Después, de montaña. Así hasta hoy, que es de piedra (sic), después de media docena de nombres más en tres idiomas diferentes.

El caso es que el pan es el mismo.

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