Las guerras médicas y el número de manifestantes (I)


El gran Heródoto, que citó al millón de persas.

En la Segunda Guerra Médica, Jerjes intentó invadir la Grecia europea. A decir de los griegos, el ejército de Jerjes lo formaban soldados de cuarenta y cinco naciones y era enorme. Véase las Historias de Heródoto, en el Libro VII, en los capítulos XXI, CLXXXVII o CXCVI, por ejemplo, cuando dice que eran tantas las bocas que bebían en ese ejército que secaban los ríos a su paso (sic). Aunque Heródoto cita que el ejército de Jerjes podía sumar más de cinco millones de bárbaros, admite que sólo (¡sólo!) cruzaron el Helesponto alrededor de 1.700.000 (v. Heródoto, His.VII.LX), unos a pie, otros a bordo de una flota innumerable. Los demás se quedaron en casa. 

Los puentes sobre el Helesponto serían algo así.
Es uno de los mayores logros de la ingeniería militar de toda la historia.

El paso por el puente de barcas del Helesponto es la primera vez en la historia de Europa (quizá en la historia, sin más) que se documenta una muchedumbre de un millón de personas reunida en un mismo lugar. Según Heródoto, el puente de barcas salvó una distancia de alrededor de 1.200 m y los persas emplearon unas 674 trirremes y pentecónteros para construirlo. De hecho, no fue un puente, sino que fueron dos, en paralelo. El ejército persa de un (supuesto) millón de hombres tardó siete días y siete noches en atravesar el Helesponto, sin interrupción. Durante siglos, nadie cuestionó esas cifras. Hoy en día, ya nadie las da por buenas.

La imagen poética del cruce del Helesponto.

Parecía evidente que la cifra del millón de soldados estaba fuera de lugar, que era una exageración que se había convertido en mito histórico. Pero si no eran un millón de persas, ¿cuántos eran? Algunos historiadores comenzaron a rebajar la cifra: medio millón, un cuarto de millón... Pero no sabían cómo calcular exactamente cuántos persas habían cruzado los puentes flotantes.

Los historiadores acudieron a los militares con todos los datos que tenían a mano. Los pontoneros concluyeron que los famosos puentes de barcas estaban bien descritos y calcularon sus dimensiones y capacidades. Dieron por buena la cifra de siete días y siete noches transportando soldados, carros, mulas, caballos... y una cantidad notable de mercaderes, prostitutas, palafreneros, etcétera, que acompañaba siempre a los ejércitos. Los topógrafos examinaron el terreno y se evaluaron tanto las necesidades como las capacidades logísticas de los persas; en especial, las fuentes que podían proveer de agua al ejército. Quedó muy claro, clarísimo, que del millón, ni hablar.

Puente de barcas de las legiones romanas en la columna de Marco Aurelio, en Roma.

J.K. Anderson en Xenophon, editado en Londres en 1974, ofreció por primera vez un cálculo realista del tamaño de los ejércitos persas. La Anábasis de Jenofonte habla de 1.200.000 hombres a las órdenes de Artajerjes y Anderson reduce la cifra a 60.000, arguyendo problemas logísticos y la propia organización burocrática-militar persa, descrita en la obra y que también conocemos gracias a la arqueología. Sus razonamientos son sólidos y difícilmente discutibles.

Ésa fue la primera vez que se calculó como he dicho y J.F. Lazenby en The Defence of Greece, 490-479 BC, editado en 1993, fue un poco más allá y se atrevió a cuestionar a Heródoto. Después de darle muchas vueltas al asunto, da las siguientes cifras sobre el ejército de Jerjes: de 60.000 a 70.000 soldados, incluyendo 10.000 de caballería, más entre 10.000 y 20.000 tracios y griegos aliados a Jerjes. En total, entre 70.000 y 90.000 hombres, más la muchedumbre de civiles que seguía a los ejércitos. Lo dicho, un máximo de 90.000 soldados (a los que sumar quizá 30.000 civiles), y no un millón, atravesaron el Helesponto.

La plaza de Sant Jaume el 14 de abril de 1931.
Mucha gente, pero no más de 3.000 personas en la plaza.

Con las manifestaciones en Barcelona pasa lo mismo. Una cifra es política-poética y realmente imposible y la otra, la matemática-física-topográfica, es realmente inadmisible, por llevar la contraria a la fe. Es Logos contra Mythos y se da una vez, y otra y otra y otra y otra... ad infinitum.

1 comentario:

  1. ¡Sólo los fascistas contáis menos de un millón por manifestación nacionalcatalanista!

    ;)

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