Fácil, difícil, bueno, malo


Fácil, difícil. Bueno, malo. 
Necesitamos que nos lo enseñen otra vez.

En algunos asuntos se confunden las cosas, unas con otras, y luego pasa lo que pasa. Hay quien las confunde a propósito, porque le interesa confundir, y hay quien las confunde porque no se ha parado a pensar o es, simplemente, tonto, sean dichas las cosas por su nombre. Así, por ejemplo, suele confundirse a una nación (conjunto de ciudadanos) con el Estado, al Estado con el gobierno de éste y su administración, al gobierno con el partido e incluso al partido con su líder. En el llamado prusés, estas confusiones están al orden del día y son buscadas y promovidas a propósito.

Así, cualquier observación sobre la corrupción o los recortes en la sanidad pública (por decir algo), que tanto gustan a quienes hoy mandan en Cataluña, se interpreta como un ataque contra la verdadera religión, y se dice España esto o España lo otro cuando lo que quiere decirse es que el gobierno del PP ha hecho tal o cual, que no es lo mismo. Y viceversa: los catalanes tal y cual, y si acaso son cuatro imbéciles que nos mandan, o algún descerebrado suelto, y Santiago cierra España cuando alguien se mete con el PP, que razones para ello no faltan. Por lo tanto, precisión y puntería, por favor. 

Pero, claro, entonces surge la cuestión. Cuando uno sostiene que quiere irse porque está harto del PP, uno responde que sí, que vale, que muy bien, porque uno también está hasta las narices del PP, pero entonces, hijo, ¿por qué no haces algo para que el PP no gane las siguientes elecciones? Porque si te metes en los berenjenales del prusés y del uno a cero, macho, ¿qué conseguirás? Primero, conseguir afianzar al PP (y a los que mandan ahora en Cataluña, también, que son lo mismo) en sus poltronas; segundo, un lío de mil pares de narices, que no traerá más que problemas; tercero, lo que no conseguirás seguro es lo que dices querer, pero irás haciendo daño por el camino. Mal asunto, ¿no?

¿Por qué fracasó el Tripartito? Porque se metieron en camisas de once varas en vez de hacer lo que tendrían que haber hecho: una política social y progresista y acabar con el nacionalpujolismo, y no fomentarlo. ¿Qué hicieron? ¡Consulten las hemerotecas! Desde luego, no demostraron paciencia y savoir faire, porque las cosas bien hechas se hacen despacito y con buena letra, sino que se dedicaron a eso tan catalán de fer volar coloms (echar a volar a las palomas, que equivale a hacer castillos en el aire) y regalaron el gobierno al Govern dels Millors, expertos de la tijera.

Si uno quiere borrar el modelo de política social, económica, etcétera, del PP (que es también el modelo de Juntos por el Sí y la CUP, idéntico), lo que tiene que hacer es hacerlo bien, plantear opciones, gestionarlas con acierto y demostrar que funcionan con bien para todos. 

Oh, sí, ya lo sé, eso es muy difícil... y no nos vemos capaces. ¡Da mucho trabajo! Precisa de personal preparado e inteligente. Es mejor montar un pollo. Eso lo hace cualquiera y es más emocionante. Dejas que unos fanáticos la líen parda y ya lo tienes, el pollo. Vale, bien, monta el pollo, pero luego no te quejes, idiota.

Menos mal que nos queda Portugal. Y la frase sirve como colofón gracioso, pero también como ejemplo. Pregúntense qué pasa en Portugal, averígüenlo y aprendan.

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