El circuito de Hungaroring tiene fama de ser el más estrecho y enrevesado después de Mónaco. Puede que sea así. En cualquier caso, es muy difícil adelantar y gestionar una buena estrategia de neumáticos es un punto básico. Ayer se vivieron algunas vueltas muy emocionantes cuando el Red Bull de Verstappen aguantó la persecución del Mercedes-Benz de Hamilton, que sólo después de mucho intentarlo y porque había seguido una mejor estrategia con las gomas, pudo adelantarlo. Fue una persecución brillante y una defensa excepcional.
Un minuto más tarde llegaron los dos Ferrari, que quedaron tercero y cuarto. No parece tan mal, pero que ya nos conformemos con eso dice mucho de la resignación de muchos ferraristas. Una pena, ¿no?
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