Uno hace lo que puede. Por ejemplo, algún ejercicio de esgrima en casa, gracias a los vídeos del maestro Imi. Eso sí, no me apuren mucho porque todavía no domino eso del Instagram.
La verdad es que tirar solo es algo que uno hace por no perder la costumbre, pero también con preocupación, porque cuánta habilidad hemos perdido encerrados durante dos semanas entre cuatro paredes... En fin, que tengo ganas de tirar con alguien, de nuevo, y considerar la distancia segura aquélla en la que puedes dejar corto un sablazo, y no la que debes mantener con el prójimo para no pillar un microbio.
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