Ortega en Berlín


Paisaje berlinés.

La Generalidad de Cataluña tiene una delegación en Berlín, eso que familiarmente llaman una embajada. Se creó en 2008. Está en Charlottenstrasse, 18, en el distrito postal D-10117, tocando al Check Point Charlie, en lo que hoy es zona pija. Las oficinas miden casi 290 metros cuadrados y salen por 60.000 euros al año (datos de 2010). Tiene teléfono (00 49 30 208 86 430) y fax (00 49 30 554 89 104), hasta un correo electrónico (deutschland@gencat.cat) y una dirección en internet (http://www.gencat.cat/alemanya). Es, pues, una oficina moderna, a la última.

A nadie se le escapa que la delegación en Berlín es muy importante: Alemania es una potencia económica de primera categoría y los contactos de la Generalidad de Cataluña con los países del Este se llevan, en su mayor parte, a través de la oficina berlinesa.

En la delegación trabajan la señora delegada (ahora hablaremos de ella), una secretaria de la delegación y un becario. Que no falte el becario, el único que pega sello.

En Charlottenstrasse 18, la delegación comparte oficina con ACC1Ó (director en Berlín, Sr. Joan Tarradellas), con el Instituto Ramon Llull (delegado en Berlín, Sr. Julià Florit) y con el ICEC (delegada en Berlín, Sra. Neus López). Aparte, ACC1Ó tiene otra oficina en Stuttgart y hay una Oficina de Turismo de Cataluña en Frankfurt.

El salario de la delegada en Berlín es imposible de descubrir en el sitio web de la Generalidad de Cataluña, pero la media salarial de los trabajadores de las delegaciones en el exterior es de 60.000 euros brutos al año más dietas y otros gastos (según el Presupuesto de la Generalidad de Cataluña 2012). El anterior delegado en Berlín se llevaba más de 80.000 euros brutos al año, más dietas y gastos.

La embajada española en Berlín cuenta con 112 trabajadores y ha propuesto en repetidas ocasiones ceder unas oficinas a tantos delegados y directores catalanes, para ahorrar el coste del alquiler de tantas oficinas. En un alarde de generosidad, también han prometido buscar un rincón para el becario, pero el Gobierno de la Generalidad de Cataluña ha rechazado la invitación en repetidas ocasiones.

El primer delegado de la delegación berlinesa fue un periodista, Martí Estruch, que ocupó el asiento el 4 de abril de 2008. El Gobierno de los Mejores decidió prescindir de sus servicios antes de tener que hacerle un contrato laboral y nombró una nueva delegada, doña Mar Ortega Puertas, el 23 de enero de 2012.

Mar Ortega Puertas, sobrina de la licenciada Ortega y delegada en Berlín.

Doña Mar Ortega fue escogida porque, en palabras de la licenciada Ortega, vicepresidenta del Gobierno de la Generalidad, necesitaban un perfil más económico para el cargo. La nueva delegada nació en Barcelona en 1980, se licenció en Derecho y tiene un máster de relaciones internacionales y comercio exterior. Ha trabajado un año para el Ministerio de Asuntos Exteriores (una especie de beca) y un año como asistenta de un Eurodiputado. Eso es todo.

Sus virtudes son, según confesó ella misma a un periodista en un cóctel, tener contactos personales, refiriéndose a la licenciada Ortega, naturalmente. El Triangle se enteró y publicó la noticia. En Unió Democràtica de Catalunya (UDC), partido de la licenciada Ortega, cundió cierto mosqueo y llovieron quejas para que se dijera que la nueva delegada en Berlín no había sido nombrada para el cargo por motivos personales, sino con la aquiescencia del partido. De hecho, una pequeña investigación por internet descubre el perfil de doña Mar Ortega seguido de nombrada a propuesta de UDC o una frase parecida. ¿Un concurso-oposición? Nadie sabe qué es eso.

Es decir, dígase alto y claro: doña Mar Ortega no ha sido nombrada delegada en Berlín por su capacidad profesional, sino porque cae bien a la licenciada Ortega y sólo por eso cuenta con el beneplácito del partido.

Esto me pone los pelos de punta, pero lo mejor está por llegar.

Doña Mar Ortega, delegada de la Generalidad de Cataluña en Berlín, ¡no habla alemán! Así lo declara la comunidad catalana en Berlín y así lo comunican El Triangle y otros periódicos. Repito: no habla alemán.

Doña Mar Ortega se defiende y dice que no hay para tanto. Ya que insisten, se apuntará a un cursillo intensivo de alemán (todavía no lo ha hecho), aunque no lo necesite (sic). Porque sostiene que conocer el idioma no es imprescindible (sic) y su argumento no admite discusión: Yo estoy aquí para ayudar a los catalanes que vienen a Alemania, y éstos hablan catalán.

13 comentarios:

  1. ¿Y usted cómo sabe cómo se trabaja dentro de la Delegación?

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  2. ¿Y usted cómo sabe que lo sé? Lo único que he escrito es el resumen de las coincidencias de lo que han publicado varios periódicos en catalán y español, además de la información oficial de la Generalidad de Cataluña. Además, cualquiera que haya pasado por una oficina de éstas sabe que el único que pega sello es el becario. Es un principio universal.

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  3. Yo fui becaria en una oficina de estas. El problema de que Estruch antes, y Ortega ahora, no trabajen demasiado es, básicamente, que no tienen competencias atribuidas ni las quieren tener. El resto de organismos (sobretodo el económico) con que comparten oficina copan las tareas económicas, culturales, turísticas y lingüísticas. Y el delegado, en teoria, debe coordinar y ser la cara visible. Pero la práctica es otro cantar. Pero bueno, el hecho de que la delegada catalana no hable aleman ni se gane el sueldo está en la línea de lo que pasa en la embajada con muchos cargos que se pasean por allí.

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  5. Ciertamente, el tema de nuestros representantes en Berlín tiene mucha miga. Luego se preguntarán por qué los alemanes piensan de nosotros lo que dicen que piensan. Qué pena.

    Y lo que yo decía, que en estos casos el único que pega sello es el becario, pobrecito.

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  6. Dos comentarios sobre el personal de la embajada española en Berlín han sido eliminados porque no es éste ni el espacio ni el lugar para airear diferencias personales que no vienen al caso. Sin dar ni quitar las razones para quejarse de tal o cual persona, he optado por ejercer mi derecho de eliminar comentarios. Aunque cada uno es responsable de lo que dice, yo también soy responsable de lo que dejo decir aquí.

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    1. Luego no diga que España que tal y que cual. Cuando uno habla claro y da información usted lo borra. Si no es el sitio adecuado, dígame si tiene usted uno mejor ?

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    2. No daba información ni adjuntaba documentos, no se identificaba, opinaba sobre algo que no puedo comprobar, faltaba al respeto y acusaba a una persona citándola por su nombre. El sitio adecuado para denunciar que el personal de la embajada española en Berlín no hace su trabajo es el libro de reclamaciones, el ministerio, incluso la prensa y depende del caso, la policía. Pero le he de decir que una carta con el texto que suprimí en este blog no merece una respuesta ni la tendrá de instancias oficiales; tampoco de la prensa. Su tono es inadecuado y su lenguaje, inapropiado. En ningún momento, además, explica cuál es su problema en relación con la embajada o qué perjuicio le ha causado.

      Además, ni soy un periódico ni ejerzo cargo público, y este sitio lo escribo porque me place. Si usted tiene diferencias personales con tal o cual señora que trabaja en la embajada española en Berlín, porque son hijas de Fulano o Mengano, porque le trataron mal un día que pasó por ahí, porque le robaron el puesto en unas oposiciones o por otras razones que me atrevo a imaginar pero que no oso escribir, ese problema no tiene por qué complicarme la vida a mí (a mí, repito) con una posible denuncia.

      Lo que he escrito sobre la señora Ortega más arriba ha sido publicado en los periódicos y cualquiera puede acceder a tal información.

      Pruebe, pues, con la prensa, si no le hacen caso en el ministerio. Pero le recomiendo respirar hondo y contar hasta diez antes de ponerse a escribir, no emitir juicios de opinión ni acusar gratuitamente a nadie, ni que tenga usted razón, que no se la he negado nunca. Modere el tono, sea cauto, escríbalo bien escrito y haga que su reclamación pase por un registro, porque así estarán obligados a responderle.

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  7. Gran trabajo de investigación del Sr. Soravilla y artículo de brillante factura. Me permito introducir un pequeño matiz sin a penas importancia, pero que sé que será convenientemente valorado por el autor en su justa medida: tal y como se vio obligado a reconocer el diario ABC en nota de rectificación publicada en 30/08/13, la delegada de la Generalitat en Berlín no es familiar de la vicepresidenta Joana Ortega. El resto, una pieza ejemplar, sí señor. #MarcaEspaña

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  8. Apreciado Luis,también te felicito por no haberte esforzado en documentarte,automáticamente pierden validez tus afirmaciones,sintiéndolo mucho. Gracias Oriol. Por cierto te invito a que te des un paseo por las embajadas Españolas que tenemos por allí

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    1. ... y verás la falta que hacen las delegaciones que Cataluña tiene en el extranjero

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  9. La noticia del nombramiento de la señora Ortega para su cargo en Berlín es igualmente escandaloso sea o no sea pariente de la señora Ortega, vicepresidenta del Gobierno de la Generalidad de Cataluña. Escogida a dedo, sin tener ni idea de alemán, la envían a dirigir la oficina en Berlín, con un currículum más bien escaso... Si además la embajada española en Berlín está tan mal como dicen, peor, más grave es intentar superar su mal hacer.

    El asunto de las oficinas de la Generalidad de Cataluña en el extranjero daría para llevarse las manos a la cabeza en éste y en otros casos. Es lo que hay.

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