En el Parlamento de Cataluña se votan cosas. Algunas veces, se votan declaraciones. Una declaración no es más que la manifestación de una opinión de los delegados de los ciudadanos catalanes, los señores diputados. Como son los que gestionan el Estado, por delegación, se considera importante lo que puedan opinar.
Las declaraciones son muy variadas. El pasado 10 de marzo, por ejemplo, el Parlamento de Cataluña hizo una Declaración sobre el Año Internacional de la Estadística (en catalán). El 22 de mayo hizo una con motivo del Día Internacional contra la Homofobia, la Lesbofobia y la Transfobia, que, por cierto, había sido el 17 de mayo y llegó con retraso. Aquí la tienen (otra vez en catalán).
Aquí tienen un enlace para poder leer todas las declaraciones institucionales del Parlamento de Cataluña, en:
Verán que las hay muy curiosas.
La del 10 de marzo de 2011 la presentó Ciutadans (C's, en argot). Pese a ello, todos los diputados y todos los grupos parlamentarios la apoyaron, de manera unánime. Todos votaron a favor de la Declaración del Parlamento de Cataluña de apoyo a las víctimas del terrorismo.
La fecha no había sido escogida al azar. El Parlamento Europeo había declarado el 11 de marzo Día Europeo en Recuerdo de las Víctimas del Terrorismo, en homenaje a las víctimas de los brutales atentados islamistas del 11 de marzo de 2004 en Madrid.
Hace un año, a petición de la Asociación Catalana de Victimas de Organizaciones Terroristas, el Parlamento de Cataluña organizó un acto de homenaje y recuerdo. Pueden leerlo aquí mismo. Asistieron representantes de todos los grupos parlamentarios, excepto CiU (sic), porque no lo creyó oportuno, ya que asistía la consejera de Justicia del Gobierno de la Generalidad de Cataluña y como era de CiU, pues ya valía para representar al partido y para representar al grupo parlamentario. Dos en uno. Aunque no fuera diputada.
La fecha ocultaba un macabro significado. Se cumplían 25 años del atentado de ETA más sangriento de todos, que fue en Barcelona: el atentado de Hipercor.
Un niño, víctima del atentado de Hipercor.
Un viernes, a primera hora de la tarde, los asesinos aparcaron un Ford Sierra en el aparcamiento subterráneo de Hipercor, en la avenida Meridiana de Barcelona. La tienda estaba llena a rebosar. Los miembros del comando Barcelona de ETA (Josefa Ernaga, Domingo Troitiño y Rafael Caride Simón) habían preparado un potente artefacto explosivo-incendiario. 30 kg de amonal prenderían fuego a casi 200 kg de gasolina, escamas de jabón y pegamento, una mezcla incendiaria con gran poder de deflagración, que alcanza los 3.000 ºC, se engancha a la piel, no se apaga con agua fácilmente y genera una gran cantidad de gases tóxicos. Estaba diseñado para matar gente sin dañar demasiado las estructuras. A las cuatro y diez de la tarde, estalló.
Provocó un socavón de 5 m de diámetro en el establecimiento comercial, por donde penetró una bola de fuego que prendió todo. Pocas víctimas murieron en el acto. Las 21 personas asesinadas fallecieron en su mayor parte en los hospitales, días después, víctimas de horribles quemaduras. Entre ellas, cuatro niñas menores de 15 años y doce mujeres. Quedaron malheridas 45 personas más, que sumaron meses de hospitalización cada una de ellas.
El poder de la deflagración de la bomba y su capacidad incendiaria fueron pavorosos.
Aunque la policía actuó con negligencia (así quedó probado), los asesinos tenían intención de matar y nombre y apellidos. Los pillaron. Ellos son los responsables de la matanza, ellos personalmente. Pero también tienen nombre y apellidos las personas que mataron o mutilaron esos hijos de perra. Todas las víctimas eran catalanas, pero eso, en el fondo, no importa, no importa en absoluto.
Los bomberos y los servicios sanitarios salvaron a muchas personas.
Dicho esto, volvamos a las declaraciones parlamentarias. Ciutadans (C's) vuelve a presentar una propuesta de declaración, idéntica a la que había aprobado el Parlamento de Cataluña el 10 de marzo de 2011, este pasado 11 de junio.
No, mentira. No es idéntica. Existen tres diferencias esenciales. A saber:
Una, cuando dice (copio) El Parlamento de Cataluña, con motivo de la conmemoración del 26.º aniversario para las víctimas del atentado terrorista en Hipercor, quiere rendir homenaje a todas las víctimas del terrorismo. En la del 10 de marzo de 2011 recordaba los atentados de los trenes en Madrid.
Dos, cuando añade que (copio) los ciudadanos de Cataluña, a través de sus representantes, quieren renovar la condena a cualquier acto de terrorismo o enaltecimiento de los terroristas y rechazan cualquier intento de equiparación moral o política entre las víctimas y sus verdugos. El rechazo a la equiparación moral no aparecía en la del 10 de marzo de 2011, pero es un rechazo que (yo) considero justo y fundamentado.
Tres, una propuesta para que el Parlamento de Cataluña tenga un recuerdo cada año para las víctimas del terrorismo, y que esa conmemoración sea el 11 de marzo, ya que es el día que la Unión Europea reserva para tal fin. Puesto que la declaración del 10 de marzo de 2011 había sido unánime y en los actos de hace un año habían asistido todos los grupos parlamentarios (excepto CiU), ¿por qué no convertir esta condena del terror y este apoyo a las víctimas en un acto de carácter anual?
Sus razones tendrán, cada uno las propias, pero ERC, IC-V y la CUP se negaron a votar esta declaración. Luego, tanto CiU como el PSC se sumaron al no. Si no votan todos, nosotros no votamos, dijeron. Yo, qué quieren que les diga, creo que ésta, precisamente ésta, es una razón más bien imbécil. Uno está de acuerdo con la declaración o no lo está y vota en consecuencia. El PP, en fin, votó a favor, y sus razones también las tendrá, se supone.
La declaración ha sido apoyada por 28 diputados y rechazada por 107. Todos tienen nombre y apellidos y cada uno será responsable de sus actos, se supone.
Creo que este asunto va más allá de ser de izquierdas o de derechas o de rendir pleitesía a una u otra patria. Condenar a los criminales y ponerse al lado de las víctimas ¿qué tiene de malo?
Siento asco y desamparo.
Mi queridísimo amigo,
ResponderEliminarInsisto, ¿todavía te preguntas por mi exilio? "Asco" es una palabra que no define lo que siento por la clase política de la región en la que me tocó nacer.
Yo estuve manifestándome durante años contra el terrorismo cuando nadie lo hacía en Barcelona, éramos unos parias, sin embargo, tras el atentado contra Miguel Ángel Blanco aparecieron las cámaras y, junto a ellas, la clase política catalana. No estuvieron allí mientras apoyábamos a la familia de Ortega Lara, nunca, ni siquiera cuando los cachorros de PUA (reconvertidos hoy en CUP) decidieron agredirnos al grito de "Fascistas". Los concejales del ayuntamiento y algunos diputados del Parlament aparecieron sólo el día que, tras la liberación de Ortega, descolgamos el lazo azul que habíamos obligado a colgar del balcón del ayuntamiento (La Generalitat no quiso). Evidentemente, había cámaras.
Cataluña calla porque muchos contemporizan con el terrorismo, al fin y al cabo, su enemigo es común.
Querido Carlos,
ResponderEliminarSi quieres conocer a una persona, fíjate en sus enemigos, dijo Nietzsche.
Qué triste que haya políticos en el poder que consideren enemigo a uno que condene la violencia política, sin distinción y sin adjetivos.
¡Cuánto nos queda por aprender!