La reunión entre el presidente de la Conferencia de las Regiones Periféricas Marítimas de Europa y don Artur Mas


Líder mundial en una conferencia global, i.e., en globo.

El señor don Artur Mas ha hecho un viaje a París de ésos que no sirven para nada más que para perder el tiempo y el dinero de los catalanes. Porque ¿cuánto nos ha costado la broma? ¿Cuánto dinero se han gastado en esta gilipollez?

Veamos la agenda del presidente (que es pública).

Una reunión con la directora general de la UNESCO, Irina Bokova, para firmar un convenio con la UNESCO que no sirve para nada, o ya me dirán para qué sirve, que no he sabido verlo.

Lo más correcto sería decir que ha vuelto a firmar un convenio con la UNESCO, pues el mismo convenio (el mismo) ya lo habían firmado antes los del Tripartito, en 2006, y seguía vigente. Ah, que conste: ha sido el Ministerio de Asuntos Exteriores, no la Generalidad de Cataluña, el que ha hecho posible que se firme (otra vez) tal convenio, pues todos los convenios con las Naciones Unidas los negocia el Gobierno de España.

Líder mundial firmando un convenio. Observen la banderita.

Luego, participó (estuvo ahí, quiero decir) en la obertura de la octava conferencia global (será mundial, porque no había globos presentes) que llevaba por título La transition est-elle enclenchée? En español, La transición ¿está en marcha?

Pues, qué quieren que les diga, si ya cuentan ocho conferencias mundiales y todavía no saben si está en marcha o no arranca, pues quizá sí que sean conferencias globales, que parece que andan todos colgados de un globo en vez de con los pies en tierra firme.

También se reunió con el presidente de la SNCF, la compañía pública ferroviaria francesa, el señor don Guillaume Pepy. Dejó ir que podrían privatizar el servicio de Rodalia(es) de RENFE y los Ferrocarriles de la Generalidad en Cataluña y venderlo a los franceses. Eso sería, con prisas, en el 2018, para que se entienda y puedan verse las cosas en su justa perspectiva. La entrevista duró... ¡cinco minutos!

Luego vino la rueda de prensa en la Delegación de la Generalidad de Cataluña en Francia (varios millones de euros al año de presupuesto), con ágape incluído para los periodistas y políticos presentes. Pese al anuncio de comida gratis, sólo asistieron los periodistas que viajaron con Mas de Barcelona a París y los corresponsales de los periódicos catalanes (subvencionados) en Francia, y poco más. La visita de Mas a París no interesó para nada a los franceses, ni a nadie.

El señor Le Drian, ministro de Defensa francés, pobre.

Lo mejor vino al final. Se había previsto una cena con el ministro de Defensa francés, Jean-Yves Le Drian. En la rueda de prensa se anunció que se había suspendido la cena por problemas de agenda. Fue la única noticia fresca de la rueda de prensa y se anunció de sopetón, como queriendo decir que acabamos de enterarnos ahora, miren ustedes qué contrariedad.

Pronto se filtró (interesadamente) que el ministro de Defensa francés había suspendido la cena a última hora por culpa del Gobierno de España, que había dicho que a Mas, ni agua. El portavoz del Gobierno de la Generalidad, los portavoces de CiU y de ERC comenzaron a propagar el rumor de unas insoportables presiones del Gobierno de España que habían conseguido anular la reunión in extremis.

No hacía falta. Los franceses no necesitan ninguna ayuda de nadie para mantenerse alejados del señor Mas. Ni presiones de España ni cuentos chinos: el ministro de Defensa ya había anunciado hacía una semana que no cenaría con el señor Mas y éste estaba más que avisado antes de preparar las maletas.

El ministro había preguntado quién era el tal Mas, cuál era su perfil político y qué quería. Hay que notar que los franceses conocen a CDC, el partido de Mas, por su presencia en el Rosellón y su líder en esas tierras, que es un personaje... En fin, un personaje.

Para más INRI, el informe ése del CEEC (www.ceec.cat) que aconsejaba que la defensa de Cataluña corriera a cargo del ejército francés (pagando, naturalmente, el gusto y las ganas), hizo que se dispararan todas las alarmas en París y el ministro dijera que ni hablar del peluquín, que él no se reúne ni con la extrema derecha ni con friquis. Se esgrimieron los problemas de agenda, que permiten a los ministros librarse de visitas no deseadas dejando muy claro que no quieren saber nada de ellas.

Vaya con el chasco. Sin entrevista con el ministro, el viaje no se aguantaba por ninguna parte, por carecer de sustancia. Presidencia optó por callar y luego, mentir. Nos lo acaban de decir, dijeron a los periodistas en París, y quedó la cosa como que el ministro le había dado plantón.

De vuelta a Barcelona, como el cachondeo sobre el ejército francés defendiendo a Cataluña era ya público y notorio, y el chasco del ministro dejaba al señor Mas en evidencia, tuvo que enfrentarse a ser preguntado en el Parlamento de Cataluña sobre este asunto. Con un morro que se lo pisa, ha insistido varias veces que la entrevista que tenía prevista no iba a ser con el ministro de Defensa del gobierno francés, sino con el presidente de la Conferencia de las Regiones Periféricas Marítimas de Europa (sic), que es también, qué casualidad, mire usted por dónde, quién iba a imaginárselo, ministro de Defensa del gobierno francés.

Somos únicos haciendo el ridículo y me da mucha lástima que los periodistas catalanes anden todos subvencionados, porque esto daría para muchas risas.

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