Barcelona ha visto el cierre de varias librerías este último año. El descenso de un 20% en la venta de libros y el aumento del precio de los alquileres ha provocado la mayor parte del descalabro. También, la estulticia del público, fomentada por las autoridades.
Jaime's ha tenido que abandonar el paseo de Gràcia (un parque temático de Barcelona) y trasladarse cerca del mercado de la Concepció; donde antes vendía libros ahora venden zapatos de marca. Peor lo tuvo la librería Catalonia, convertida hoy en un puesto de venta de hamburguesas. Collector's, una librería de referencia para coleccionistas, cierra. La de la Casa de les Punxes, también. Cerró Áncora y Delfín, en la Diagonal. Etcétera.
Vamos de disgusto en disgusto. Los que todavía sabemos leer nos vemos desamparados. Es cierto que cambia el modelo de negocio y que hay crisis, pero no hay nada como el librero de toda la vida, el que conoce tan bien a su cliente que le dice que no compre tal libro, sino tal otro, ése que ayuda, asesora, invita, al que le dejas escoger y nunca falla.
A Dios gracias, también abren librerías. Cuentan que el total de librerías en la ciudad de Barcelona se sostiene hace años alrededor de los 180 establecimientos, que cierran unos y abren otros.
Les pondré un ejemplo. La Caixa d'Eines es una librería de la calle Aragó que ha abierto una nueva librería en la plaza de la Revolució, en Gràcia. Este nuevo establecimiento nace dedicado exclusivamente a los niños, que son lectores de hoy y (Dios quiera) de mañana. Les deseamos mucha suerte y un gran éxito.
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