El reloj de Deere

---I---

La Batalla de Inglaterra merece un lugar destacado en los libros de historia.

La disputa por la supremacía aérea en el Canal de la Mancha e Inglaterra fue más que una batalla aérea de proporciones épicas. Fue la primera fase de la Unternehmen Seelöwe (Operación León Marino), la invasión del sur de Inglaterra. Durante el verano de 1940, los cazas del Reino Unido y de la Comunidad de Naciones se enfrentaron a los cazas y bombarderos de la Luftwaffe. Éstos pretendían, sencillamente, dominar el Canal.

Después de feroces combates aéreos, se suspendió la invasión hasta nueva orden el 17 de septiembre de 1940. Pese a ello, los bombardeos alemanes sobre las ciudades inglesas no cesaron hasta la segunda mitad de 1941.

---II---

La RAF echó mano de pilotos de medio mundo. Reclutó pilotos polacos, franceses, checos, que habían huído de los nazis. La Comunidad de Naciones se sumó al esfuerzo y llegaron los canadienses, australianos y neozelandeses. Y entre estos últimos, entre los neozelandeses, Alan C. Deere.

Deere era un oficial de vuelo valiente y carismático. Con el tiempo, sería uno de los héroes de la Batalla de Inglaterra y uno de los pilotos más condecorados de la RAF, además de un oficial de vuelo con un historial magnífico que concluyó en los años sesenta, cuando se jubiló.

Deere luchó en Francia. El 23 de mayo, derribó tres cazas Bf 109 en dos salidas. Al día siguiente, un Bf 110, un caza bimotor. El 28, mientras daba caza a un bombardero Do-17, fue derribado y tuvo que aterrizar en una playa entre Ostende y Dunkerque. Vivió aventuras sin cuento hasta que pudo regresar a la base.

Pilotaba entonces un Spitfire Mk.I, el N3180 KL-B, que bautizó Kiwi.

El 12 de junio de 1940, se le otorgó la DFC (Cruz por Servicios Distinguidos), cuando ya llevaba cinco aeroplanos enemigos en su haber y se había enfrentado él solito contra doce messers (Bf 109) en el cielo de Francia y había vivido para contarlo.

---III---

Entonces se inició la Batalla de Inglaterra.

Al principio de la batalla, Deere servía en el 54.º Escuadrón de la RAF, que luchaba en primera línea contra la Luftwaffe y realizaba varias salidas al día para enfrentarse a los aeroplanos enemigos. Deere pilotaba otro Spitfire Mk. I, el P9398 KL-B, que Deere bautizó Kiwi II.

El 9 de julio de 1940, mientras se enfrentaba con el enemigo sobre las aguas del Canal, embistió el caza del sargento de vuelo Johann Illner, de la 4.ª Escuadrilla del 51.º Grupo de Caza de la Luftwaffe. Lo embistió, chocó contra él, quién sabe. El alemán tuvo suerte, su aparato sufrió pocos daños y pudo regresar a la base sin problemas. Meses después, el sargento de vuelo Illner fue derribado sobre Inglaterra y hecho prisionero.

Pero hablábamos de Deere, que se llevó la peor parte. Las palas de la hélice se le doblaron hacia atrás, el motor se averió, volaba casi sin cola, con todos los timones hechos cisco, y aún así consiguió planear con el Kiwi II y aterrizar de mala manera, rascando la panza contra el suelo hasta detenerse contra el muro de una finca en Manston, Inglaterra.

El servisio de correos británico emitió un sello con el dibujo del Kiwi II incendiado y planeando de vuelta a casa en uno de los aniversarios de la batalla, porque la hazaña pasó del parte oficial a la leyenda en un pispás. Los restos del Kiwi II han sido rescatados del olvido hace poco y se está procediendo a su restauración. Pronto los veremos en un museo, denlo por seguro.

Paciencia, que ya se acerca la hora del reloj de Deere.

---IV---

Deere pilotaba ahora el Spitfire Mk. I R6981 KL-B, Kiwi III.

El 11 de agosto participó en el mayor combate aéreo de la batalla, el Día del Águila (Adlertag), la primera gran derrota de la Luftwaffe sobre Inglaterra.

Pero fue cuatro días después que Deere volvió a meterse en líos y acabó él solito enfrentándose a un enemigo que le superaba en número. Los alemanes lo cosieron a balazos. Deere tuvo que saltar en paracaídas y se salvó de puro milagro. Dieron con él en la campiña de Kent y lo llevaron deprisa y corriendo a un hospital militar. Sufría heridas leves: contusiones, arañazos, abrasiones...

Entonces, un doctor sacó del bolsillo de la cazadora de Deere un pedazo de chatarra que le cabía en la palma de la mano. Y esto ¿qué es?, preguntó el médico.

Era lo que quedaba del reloj de bolsillo de Alan C. Deere, aplastado por un proyectil enemigo. La máquina le había salvado la vida deteniendo una bala.

En palabras del propio Deere, ya no hacen relojes como ése.

---V---

De entrada, el suceso de la bala y el reloj ¿puede darse por cierto?

Algunos escépticos discuten que un reloj de bolsillo de aviación con caja de acero pueda detener una bala. Una de 20 mm como las del cañón del Bf 109, no, desde luego que no, pero una de 7,92 mm de sus ametralladoras... Es posible.

Podría ser una bala rebotada, con poca energía cinética. Podría haber impactado casi tangencialmente, no perpendicularmente, contra la caja. Podría haber perdido mucha energía al atravesar el tablero de instrumentos...

Lo único que podemos afirmar es que Deere tuvo mucha suerte. De no haber llevado el reloj de bolsillo, en vez de una contusión en las costillas se hubiera llevado a casa un choque pulmonar, quizá la muerte.

---VI---

¿Qué reloj era el que salvó la vida de Alan C. Deere? ¡Buena pregunta!

Deere, en sus memorias de guerra (Nine Lives, se titulan), dice que ese reloj ya no era el reglamentario, porque ya proveían a los pilotos con otros modelos más modernos (y de pulsera). Luego añade que solicitó un reembolso por la pérdida del reloj, siendo como era un efecto militar.

No sabemos nada más, excepto otro detalle. El reloj no formaba parte del equipo estándar del Spitfire Mk.I. El tablero de mandos estaba lleno de relojes (amperímetros, tacómetros, velocímetros, anemómetros...), pero no de los que daban la hora. En otras palabras, el piloto contaba el tiempo de vuelo con el reloj que llevaba encima y le proporcionaba la RAF.

---VII---

Los relojes que podían llevarse a bordo de un avión y utilizarse en vuelo tenían que cumplir determinados estándares, que se identificaban mediante un código.

Los relojes de aviación comenzaban con el número 6 y una letra. 6A quería decir que era un reloj de aviación que podía utilizarse como reloj del panel de mando del aeroplano; 6B, un reloj que podía utilizarse a bordo de un avión (un reloj para pilotos y tripulantes); 6C, un instrumento de vuelo con mecanismo de relojería; y 6E un reloj para el personal sanitario de la RAF.

Por ejemplo, el 6B/60 era un cronómetro de aviación en caja de madera (para ser utilizado por la base aérea) con calibre IWC u otro. El 6B/159 era el estándar del reloj de pulsera de los pilotos y navegantes de la RAF a partir de 1941; un reloj simple y bonito, que se servía con calibres de Omega, Longines, Cyma, Ebel, Jaeger-LeCoultre, Movado o Zenith. Etc.

Como el Spitfire Mk.I no tenía reloj en el tablero, el reloj de Deere tendría que ser uno del estándar 6A.

En los últimos años treinta, los estándares de relojes 6A para pilotos eran el 6A/390 Mk.II, el 6A/129 Mk.VA y el 6A/140 Mk.VB. De estos tres, sólo era de bolsillo el estándar 6A/390 Mk.II, un cronógrafo.

Me aventuro a decir que el reloj que salvó la vida a Deere era uno de éstos. Pero puede que me equivoque y si alguno tiene una mejor información que ésta, que avise y la ponga en conocimiento del personal.

---VIII---

Para cumplir con el estándar G6A/390 Mk.II (la letra G es propia de un sistema de clasificación de material militar), era precisa una reserva de marcha de 18 horas (6 con el cronógrafo) y se toleraban errores máximos de un segundo cada diez minutos, cinco segundos por hora, veinte segundos en seis horas o un minuto al día.

Estos errores tenían que ser los mismos con el cronógrafo en marcha tres horas seguidas o a cualquier temperatura entre los 20 ºC bajo cero o los 50 ºC a la sombra. Se comprobaba la precisión con el reloj en posición vertical, en decúbito prono y en decúbito supino.

Para los profanos, baste saber que era un señor reloj, un peluco de acero de los de antes, feo, quizá, pero capaz de parar una bala. Literalmente.

Un Spitfire IXc restaurado con los colores y la matrícula del que pilotó Deere en 1943.


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