Vehículos de una Fahrschule del ejército alemán.
Debajo del gasógeno y las bombonas está un PzKpfw II.
El gasógeno solía instalarse sobre vehículos comerciales o militares sin tantos refinamientos y, como ya he dicho, se instalaron 200.000 gasógenos en Alemania. Los gasógenos más curiosos y desconocidos por el gran público son los que se instalaron en semiorugas y carros de combate del ejército. Son anacrónicos, raros, espectaculares por lo grotesco, y uno se pregunta si eso (la cursiva muestra un deje escéptico), si eso, decía, podía funcionar.
Los principales usuarios de estos vehículos eran las Fahrschulen (Escuelas de Conducción) del ejército, donde le enseñaban a uno a conducir cualquier cosa, de un automóvil a un Königstiger. La falta de gasolina perjudicó mucho el nivel de preparación y entrenamiento de las tropas panzer. En 1943 comenzó a notarse; en 1944 el problema era ya crónico y perjudicó de forma apreciable a la eficacia de las divisiones blindadas alemanas.
Los vehículos de una Fahrschule. En la fotografía se aprecian a simple vista los chasis de un carro checo modelo 38, un PzKpfw I, un PzKpfw IV con suspensión intercalada (un prototipo experimental), dos PzKpfw III, un semioruga FAMO... De todo, y algún gasógeno.
En las Fahrschulen se empleaban toda clase de cacharros. Eran frecuentes los carros de combate capturados al enemigo (sobre todo, franceses) y los propios, obsoletos. Por razones obvias, el gasógeno sólo podía instalarse en carros de combate ligeros, en su mayoría PzKpfw I, obsoletos incluso antes de la guerra, pero también PzKpfw II, los modelos 35 o 38 checos y una colección de Beutepanzeren (carros capturados), como los R35 o H35 franceses. Adaptados para el adiestramiento y aprendizaje, se denominaban oficialmente así: Fahrschulenpanzerwagen (a lo que añadir modelo y tipo) Holzgas (por funcionar con gasógeno).
Repetimos la fotografía. El refrito con gasógeno.
Algunos de estos cacharros son grotescos. Se construían vehículos ad hoc que imitaban a carros propios. Las fotografías muestran a un PzKpfw I B con la torreta de un PzKpfw III que le viene grande y un gasógeno detrás que forman una especie de monstruo de Frankenstein que, sinceramente lo digo, me gustaría ver funcionar, para ver si es verdad que puede moverse. Otros, a las fotografías de la época me remito, imitan piezas de artillería autopropulsada o cazacarros, con más o menos gracia, y es cosa de verlos haciendo maniobras con el gasógeno a cuestas. Pero ¿se emplearon en combate?
La 233.ª División de Reserva Acorazada (233. Res.Pz.Div.) fue creada en agosto de 1943 y pasó gran parte de la guerra en Dinamarca, como fuerza de ocupación. En uno de sus batallones de Panzergrenadieren servían no menos de siete SdKfz 251/1 (Ausf. B o C, no lo sé) con gasógeno. El SdKfz 251 era el semioruga blindado que empleaba la infantería de las divisiones acorazadas alemanas. Era, por lo tanto, un vehículo de combate. Es cierto que dos de estos siete (o más) semiorugas provenían de las Escuelas de Conducción, pero el resto fue provisto de gasógenos por los mecánicos de la división.
Los famosos SdKfz 251/1 Ausf B (o C) Holzgas de la 233.ª División Acorazada.
Una de las principales misiones de esta división fue la de formar cuadros y reclutas de las divisiones acorazadas alemanas, pero hacia el final de la guerra, cuando Hitler echaba mano de todo lo que tenía, se agregó a otras unidades y se convirtió en la Pz. Div. Holstein (febrero de 1945) y de nuevo en la 233.ª Pz. Div. (ya no de reserva, en abril de 1945). Fue enviada al frente y simplemente se desintegró en el proceso. ¿Los semiorugas a gasógeno conocieron el fuego enemigo? No sé yo.
Un soldado americano y unos miembros de la Resistencia en un carro con gasógeno.
Observen las planchas laterales (¿de madera?) para proteger el gasógeno.
En Francia, sí. Existen fotografías de al menos un PzKpfw II (¿modelo G?) capturado por la Resistencia y empleado contra sus antiguos propietarios. El cacharro monta un aparatoso gasógeno en la parte trasera y un puñado de guerrilleros (y un soldado americano) cabalgan sobre él. ¿Se trata de un posado para la fotografía? Sí, pero que la Resistencia empleó esos cacharros contra los alemanes también es sabido. Y que los alemanes los emplearon contra la Resistencia, también. Los testimonios de las tropas aliadas señalan que los alemanes, en su desesperada batalla, emplearon cualquier cosa capaz de funcionar, por muy viejo o estrambótico que fuera.
Los misteriosos carros de combate con gasógeno de Berlín.
Ésta es la fotografía más nítida del conjunto.
Una serie de fotografías desconcertantes muestran a lo menos tres PzKpfw I Ausf B modificados en las calles de Berlín, hacia el final de la guerra. Llevan un gasógeno Imbert (muy aparatoso) y parecen disfrazados de carro de combate, con un blindaje curvado delante y un cañón en casamata allá en lo alto. Desde luego, uno no se los imagina plantando cara a los carros de combate soviéticos que entraron en Berlín, que se los habrían cepillado en un pispás y con una mano atada a la espalda. ¿Entraron en combate?
El misterio queda (parcialmente) resuelto cuando se descubre que los supuestos cañones no eran más que tubos y todo, el atrezzo de una película. Por lo visto, los chicos de la UFA acudieron a una Fahrschule en busca de ayuda y entre los cineastas y los militares montaron unos cacharros que daban el pego. Pasan por rusos, dijo uno, y la magia del cine hizo el resto. No sé si se llegó a estrenar la película.
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