Guerra, ¿para qué sirve?


Creo que ya lo he dicho algunas veces, pero lo repito. Ático de los Libros está sacando títulos de historia y de ensayo histórico que merecen nuestra atención. Uno de estos es un ensayo, que publicó en 2017, de Ian Morris, un doctor y profesor universitario con un brillante currículum académico. Se titulaba, en versión original, War! What is it Good For?, y, en efecto, pregunta para qué sirve (o para qué es buena) la guerra.

El profesor Morris, para entendernos, nos propone dos modelos: el del buen salvaje de Rousseau y el del hombre que es un lobo para el hombre, de Hobbes, y nos pregunta cuál de los dos es el modelo en que se ha basado la historia de la humanidad. En el de Hobbes, naturalmente. Porque (eso intenta demostrar Morris) las sociedades primitivas eran extremadamente violentas. Paradójicamente, a medida que las sociedades iban organizándose y surgía el Leviatán (el Estado, que se diría ahora), a medida en que las guerras adquirían una proporción mayor, al enfrentarse un leviatán con otro, esas mismas sociedades iban pacificándose. Así, la proporción de muertes violentas ha ido disminuyendo a lo largo de la historia hasta hoy.

Morris defiende que, bajo una mirada distante, que abarque largos plazos, unas guerras son productivas y otras contraproducentes. A medida que el Leviatán va adquiriendo territorio y crece su población, tiene que administrar esos recursos de forma eficiente y efectiva. Eso sólo lo conseguirá disminuyendo la violencia interna. Se produce una pacificación, vamos a llamarla así, se incrementa el bienestar y la riqueza del conjunto y la guerra en la que el Leviatán amplía su poder puede llamarse entonces productiva.

Por el contrario, el crecimiento de un Leviatán viene limitado por varios factores y meterse en algunas guerras, llegado el punto en el que ha llegado o sobrepasado ese límite, ya no será productivo, sino contraproducente, porque no puede más que perder. (La tesis de Morris me recuerda mucho, y está inspirada en, la tesis de Kennedy en Auge y caída de las grandes potencias).

Morris nos lleva a través de una historia del mundo que, mediante la violencia, alcanza la una paz cada vez más amplia, pero también situaciones de peligro extremo. ¿Qué hay, por ejemplo, del riesgo de una guerra nuclear? ¿Y qué hay de un mundo dominado por la inteligencia artificial?

La obra de Morris es polémica, pero es inteligente. Estén o no estén de acuerdo con parte o todo lo que dice, es abono para la máquina de pensar. Eso es bueno, más que bueno, en los tiempos que corren. 

El libro se lee bien, es ameno, está bien documentado y además es interesante de cabo a rabo. ¿Qué más quieren?

No hay comentarios:

Publicar un comentario