A medio camino entre la indignación y la vergüenza ajena, vemos como instituciones públicas (entre ellas, universidades) patrocinan la estafa de las pseudomedicinas y otras patrañas semejantes. De la homeopatía al reiki, pasando por la videncia, la acupuntura, el tarotismo, el coaching bio-cuántico-neuronal no sé qué y mil cosas más que asombrarían a cualquiera con dos dedos de frente, porque causa asombro que todavía se dé pábulo a semejantes majaderías (¡y con dinero público!). Las autoridades de Calonge (un pueblecito ampurdanés, en la Costa Brava) se han sumado al carro.
Patrocinada por el Ayuntamiento de Calonge, la Oficina de Turismo de Calonge-Sant Antoni y Estiu Actiu (el programa municipal de promoción turística), se anunció la Feria Esotérica, que se celebraría los días 19 y 20 de agosto en el Paseo de San Antonio (el Paseo Marítimo, para entendernos). El acto central de esta feria era la muestra de videntes y adivinadores, que la tarde-noche del último día de la feria realizarían toda clase de predicciones, de ésas que nunca fallan, porque tampoco aciertan.
Sin embargo, ha ocurrido algo que ha llamado la atención del personal. Porque, debido a circunstancias imprevistas (sic), la Feria Esotérica ha tenido que retrasarse un par de días, hasta celebrarse el 21 y 22 de agosto, y nadie había sido capaz de predecirlo. Mucho menos, los videntes, que protagonizan con sus adivinaciones y profecías las últimas horas del espectáculo. Como quien dice, no lo vieron venir.
La magia, la superstición, se van instalando en la universidad, muchas cátedras se llenan de personajillos esotéricos. Algunos estan convencidos de que la mejor manera de erradicar el dogmatismo es la imposición de la psudociencia y la majadería esotérica.
ResponderEliminarVamos mal.
Saludos
Francesc Cornadó