Renovarse o morir (si le dejan a uno)


Camino de la sala de armas, hoy.

A los dos años de darle al sable, el equipo comienza a mostrar signos de necesitar renovarse. En lo más elemental, como la careta, el asunto comienza a ser urgente; en cuanto a la chaquetilla, acuciante.

Es norma que los tiradores vistan chaquetilla blanca, lo que me deja pocas opciones para escoger. Pero no me preocupa en absoluto, porque siento una especial afición por el 5.º Regimiento de Húsares (de la Grande Armée), llamados los Blancos por el color de su chaquetilla. Así que ¡ningún problema!

Me presenté en la sala de esta guisa:


Pero, ¡ay!, aunque se toleran los burros en la sala (yo mismo soy ejemplo de ello), el entrar a caballo está mal visto y mejor que no, me insinuaron. Además, los alamares, el chacó, el colbac... En fin, que por un día, vale, por hacer la gracia, pero mejor que no. Que sí, que tiramos con sable, pero no vestimos à la hussarde. ¡Lástima! ¿no creen?

Total, que ya me ven buscando un equipo estándar. Parece fácil, pero la esgrima es un deporte de caballeros y no están los tiempos para la lírica. Seguiremos informando.



1 comentario:

  1. No están los tiempos para líricas, coincido contigo, ya me conformaría solamente con un poquito de "buenas maneras".
    Saludos
    Francesc Cornadó

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