Milagros desagradables (para según quién)


Se han celebrado las fiestas de San Narciso, o tendría que haber dicho Les festes de Sant Narcís, que es obispo, mártir y patrón de Girona, o Gerona, donde aseguran que nació y yacen sus restos. A Narciso, Narcís, también se le conoce, permítanme el guiño literario, como el señor de las moscas. Se conservaba su cuerpo incorrupto hasta que una hueste francesa penetró en la ciudad, a finales del siglo XIV, y saqueó la iglesia de San Félix, donde yacía el obispo. Del sepulcro profanado surgieron unas moscas asquerosas y ferocísimas que se introducían por las narices y sorbían el seso de bestias y franceses, y la pestilencia se llevó por delante, de manera escandalosa y terrible, a cuatro mil brutos, veinte mil soldados y un rey de Francia. Volvieron los franceses a la ciudad, pues le tenían una gran afición, y volvieron las moscas de Sant Narcís. En el siglo XVII, el mosqueo se documenta al menos en dos ocasiones, añadiendo a la suma de víctimas tres mil bestias de caballería y otras tantas de abastos. El suplicio de las moscas francófobas y gerundenses consta como uno de los milagros más desagradables a los que se han enfrentado los católicos (franceses).

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