Madrugón

Cosas del trabajo. Hoy me he regalado con un madrugón de los que quitan el hipo. Además, hacía frío. Según cuentan, se nos ha echado encima la intemerata, una corriente de aire que no sé si viene de Siberia, del Polo Norte o de alguna otra parte. La rasca prometía ser notable y ya me ven caminando por la ciudad desierta, silenciosa, fantasmagórica, embozado en bufanda, abrigo y pasmo, contemplando la maravilla de la noche agonizante.

Luego, lejos de casa, se ha consumado el crimen y la noche ha sangrado hasta morir. El carro de Febo se ha alzado entre las nubes y las montañas se han ruborizado. El suceso me ha sorprendido lejos de casa, en medio de la escarcha.

Ha estado bien, qué quieren que les diga.

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