¿Qué llevaría consigo a una isla desierta?

El resultado de esta encuesta ha sido cuanto menos sorprendente. Así, por ejemplo, ningún participante se llevaría a una isla desierta una desbarbadora o un erlenmeyer. En cambio, una cuarta parte de los encuestados llevaría consigo un almocafre, utilísimo instrumento agrícola, o un periostótomo, un martillo para autopsias, que puede servir lo mismo para reventar cráneos que para cascar nueces.

Lo que nos quita el aliento y enturbia nuestro juicio es la elección de la mitad de nuestros lectores, que llevarían consigo a una isla desierta las obras completas de Hegel. Pero ¿cómo es posible...?

Una investigación más detallada arroja algunas luces y esperanzas sobre el resultado. Hegel escribió muchas páginas con poco o ningún sentido que podrían tener una utilidad práctica. Son combustibles, por ejemplo. Pueden utilizarse para procurar abrigo, porque el papel es un magnífico aislante. Mezclándose convenientemente con otros materiales puede formar parte del adobe o del papier maché. No nos olvidemos de la escasez de papel higiénico en las islas desiertas. Los fumadores tendrían con qué liar tabaco. Etcétera.

En fin, que las obras completas de Hegel no son tan mala elección como nos había parecido. Una vez más, la sabiduría de los lectores alumbra la estupidez de los autores.

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