Niccolò Ammaniti escribió Non ho paura (No tengo miedo) en 2001. Dos años después, una película basada en esta novela era candidata al Oscar por la mejor película de habla no inglesa, y ya se había llevado el Donatello a casa. Porque la historia tiene un intríngulis notable, que provoca la curiosidad del lector. Pero ¡mejor la novela!
Uno comienza a leer y se enfrenta a una novela en primera persona sobre los felicies años de la infancia. En 1978, en un pueblecito italiano (del sur de Italia), Michele Amitrano sale de excursión con sus amigos en bicicleta, y entonces... Entonces, ese relato que pintaba bien toma un rumbo imprevisto y ya no pinta bien, sino mejor (para el lector, no para los protagonistas). Mantiene el tono de la novela sobre la infancia desaparecida, pero se adentra en el mundo del horror y la novela negra, y ya he dicho demasiado.
Es un buen libro. No es una mayúscula obra literaria, pero es una obra bien escrita, muy bien tramada y de muy agradable lectura, que uno quiere seguir hasta el final. La recomiendo.
La publica Anagrama, con la traducción de Juan Manuel Salmerón.
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