Envidia


La Envidia, amargándole a uno

Qué envidia me dan en Madrid. Allá salen a la calle protestando por los recortes del gobierno en sanidad o educación públicas. Aquí, por el contrario, salimos a la calle para apoyar el programa del gobierno, que no se conforma con los recortes al uso en toda España, sino que añade recortes y tasas de su propia cosecha y se sitúa, en la gestión de lo público, en una radicalidad neoliberal y ultraconservadora que produce pánico. Allá piden que se sostenga el Estado del Bienestar; aquí, que se cree un Estado para seguir sosteniendo su bienestar. Qué envidia, qué maldita envidia, por Dios.

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