El voto y las rentas


Son muchos los estudios que se han hecho y se harán que buscan una relación entre el voto y la renta del votante. Según su nivel socioeconómico, se intenta presumir, votará o no votará, o votará más a unos que a otros.

Parece aceptado que las personas con más renta disponible votan más que las que tienen menos renta; es decir, que los ricos suelen votar más que los pobres. Cuanto más pobre es el grupo de votantes, más alta es la abstención. De ahí suele deducirse (y no faltan razones para ello) que una abstención elevada favorece a las derechas y una alta participación, a las izquierdas. Con matices, naturalmente. 

Un doctor en Demografía por la Universidad Autónoma de Barcelona, Antonio López-Gay (https://ced.uab.cat/es/directori/antonio-lopez-gay/), ha publicado unos gráficos muy ilustrativos en varias redes sociales. Los adjunto acto seguido, junto con otros de Juan Checa, del Grup d'Estudis sobre Energia, Territori i Societat de la misma universidad.


(Si hacen un clic en la imagen, la verán mucho mejor.)


Estos estudios se centran en la ciudad de Barcelona y cruzan el tanto por ciento de participación con el nivel de renta y el tanto por ciento de votantes de un distrito que votaron a determinado partido por nivel de renta. Si el gráfico resultante es una línea ascendente, quiere decir que vota más quien disfruta de un mejor nivel de vida. Si es una línea descendente, lo contrario. Luego puede haber una curva con un máximo o con un mínimo, y ya se verá en cada caso.

La renta media disponible en Barcelona no llega a los 22.000 euros (ver aquí). Pero esta renta se distribuye de manera irregular. En Nou Barris es de unos 12.000 euros y en Sarrià-Sant Gervasi supera los 40.000. Sólo un 45% de los barceloneses disfrutan de una renta disponible superior a la media, aunque la mitad de éstos serán de renta media-alta; las rentas altas o muy altas las disfruta el 16% de la población. Las rentas bajas o muy bajas las sufrirían el 30% de los barceloneses. 

Nota: Sin entrar en detalles, la renta media disponible es la que se dispone para el consumo y el ahorro, después de habérselas con los impuestos, tasas, amortizaciones de capital, hipotecas y etcéteras diversos.

Examinando los gráficos se observa:

Más renta, más participación electoral. Es una tendencia clarísima. En 2019 la participación no alcanza al 65% en distritos donde la renta es la mitad de la renta media disponible; supera el 80% en todos los distritos donde la renta es más de un 50% superior a la renta media.

El voto a Ciudadanos se concentra en las rentas bajas y en las que superan en una vez y media la renta media disponible. Donde recoge menos votos es entre las rentas medias-bajas, medias y medias-altas. Este comportamiento fue mucho más acusado en las elecciones autonómicas de 2017. Ocurre lo mismo con el PP y con Vox.

Quienes menos votan a Vox son quienes se sitúan en las rentas medias, medias-bajas o medias-altas. Sus votos provienen de las rentas más bajas, donde alcanzan un 5% de los votos, y de las más altas (¡cuatro o más veces más altas!), donde superan ese porcentaje y suben hasta alcanzar el 10%. Al PP le ocurre algo parecido, con un comportamiento del voto muy semejante. 

Las derechas pescan el voto entre las rentas más bajas y las más altas, pero en las medias no tienen nada que hacer. El voto entre las rentas más bajas es claramente reaccionario (en el sentido de ser una reacción frente a alguna cosa, o una protesta, y por tanto, en gran parte circunstancial).

Sigamos con las derechas. La relación más clara de todas entre nivel de renta y apoyo electoral es la de Junts per Catalunya. Entre las rentas bajas no tiene prácticamente apoyo, en las más altas llega a su máximo. Más alto es el nivel de rentas del distrito, más gente vota a Junts per Catalunya. Es una relación casi lineal, mucho más acusada que en ningún otro partido.

El voto a ERC se concentra, principalmente, en las rentas medias, y en las rentas medias-bajas que hace unos años eran medias o medias-altas. Su máximo apoyo lo recibe de los votantes con una renta media casi exacta. Decrece su apoyo significativamente a medida que sube o baja la renta disponible.  Pero, ojo, también en el partido favorito por las rentas más altas. ERC se ha convertido en el partido de los botiguers (tenderos), como decimos en Cataluña. En el partido burgués, conservador, tradicionalista, ya me entienden, de la gente de bien.

Curiosamente, el perfil de ERC es muy semejante al perfil de la CUP, que obtiene un apoyo máximo en las elecciones autonómicas de 2017 entre los votantes con una renta una vez y media la renta media disponible de Barcelona.

En las izquierdas, el comportamiento es muy claro. Se diría de clase. A menor nivel de renta, más apoyo electoral. En el caso de los socialistas, la pendiente es muy acusada. Tienen el doble de apoyo electoral entre las rentas bajas que entre las medias, y un 25% más entre las medias que entre las altas. El apoyo a los comunes también se comporta de modo parecido; sin embargo, la pendiente no es tan acusada entre las rentas bajas y las medias; la diferencia se notará cuando la renta comience a superar la renta media. 

Resumen: Las derechas pescan entre las rentas más bajas y las más altas; el nacionalismo catalán, en cambio, sólo pesca entre las rentas medias, medias-altas, altas y muy altas. Las izquierdas, entre las rentas medias, medias-bajas y bajas.

Todo esto me parece muy interesante, no sé a ustedes.

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