La vida es lo que tiene, buenos y malos momentos. En los peores momentos es cuando surgen las mejores personas. En el servicio de urgencias de un hospital, entre tus amigos y compañeros, entre gentes que apenas conoces de vista, en la familia más cercana, un poco aquí, un poco allá, aparece un tanto de bondad que vale su peso en oro. No torna fácil lo difícil, pero echa una mano. A todos los que señalan el camino tan pronto cae la noche, gracias.
La Olympias
La Olympias, en el canal de Corinto, en 1993.
Todas las fotografías de la Olympias son de The Trireme Trust.
Unos dicen la Olympia y otros, la Olympias. Será porque se escribe en griego y cada uno transcribe el nombre a su manera. Es uno de los navíos más singulares hoy en servicio en una marina de guerra, pues es una trirreme.
Han leído bien, una trirreme, y pertenece a la armada griega. Todavía está en activo, aunque se expone en un dique seco, en un museo, del que sale de vez en cuando para hacer alguna exhibición, en Palaio Faliro, Atenas. Quizá Grecia no tenga portaaviones, pero ¿quién tiene una trirreme en su flota? Chincha y rabia.
Un montón de becarios haciendo prácticas al remo.
Uno de los temas más polémicos de los textos sobre la arquitectura naval griega era dónde y cómo se situaban los remeros de las trirremes.
La Olympias es hija de muchos padres. Surgió la idea cuando un arquitecto naval inglés, John F. Coates, discutió sobre cómo eran las trirremes con un historiador, J.S. Morrison, profesor en Oxford. La polémica se convirtió en una de las más largas que se recuerda en las páginas de The Times, pues ingleses tenían que ser los dos, y fueron ventilando sus diferencias y objeciones en ese periódico hasta llegar a algo parecido a un acuerdo. Entre los dos fabricaron modelos a escala, estudiaron las referencias a las trirremes en los textos clásicos, en jarrones, grabados, inscripciones..., analizaron los pecios conocidos y se atrevieron a diseñar una trirreme a tamaño natural. Aquí hicieron trampas, pues trajeron madera americana, pero lo hicieron porque los bosques griegos ya no eran los que habían sido.
En ese momento ya tenían a su lado un buen equipo de historiadores y técnicos navales interesados en el proyecto. Varios profesores de disciplinas clásicas se sumaron al reto y dieron con un banquero que tenía una gran afición por las trirremes y dinero que gastar en ellas. Perfecto. Nació The Trireme Trust y la Armada Griega se sumó al proyecto. Se pusieron todos manos a la obra en 1985. En agosto de 1987, se botó la nave y se entregó a la Armada Griega. Había nacido la Olympias.
La Olympia a todo trapo es capaz de alcanzar unos 14 nudos.
Un buque interesante: 70 toneladas de desplazamiento, casi 37 m de largo y 5,5 m de ancho, una quilla a 1,25 m por debajo del nivel del mar, la potencia de 170 remeros y una velocidad sostenida (a remo) de poco más de dos nudos. En total, embarca a poco más de 200 hombres. Su principal arma es un espolón de bronce de 200 kg, diez hoplitas y cuatro arqueros.
El espolón de la Olympias.
La Olympias es un ejemplo de arqueología experimental, quizá el más llamativo de todos los que conozco. Ha sido empleada repetidas veces para conocer mejor tanto la navegación como la guerra en el mar de hace 2.500 años. Gracias a la Olympias sabemos de qué era realmente capaz una trirreme y nos enfrentamos a los mismos problemas que los marinos de la guerra del Peloponeso. Podemos criticar los textos históricos con más rigor y verificar si tal o cual suceso pudo haber sucedido como lo contó Tucídides o Heródoto. Comprendemos mejor las ventajas y las dificultades de la expansión de Grecia por el Mediterráneo.
No tardó la nave en embarcar a esforzados becarios de historia, lenguas clásicas y demás disciplinas humanísticas para que tiraran de los remos. Así, de experimento en experimento, sabemos que la Olympias puede llegar a los 9 nudos a fuerza de remos (incluso, rozar los 10); que puede girar sobre sí misma mucho más deprisa de lo que se creía, en un minuto justo y en muy poco espacio; que unas horas de práctica a bordo son más que suficientes para formar a los remeros-becarios; que soporta con dificultades olas de más de un metro; hemos podido calcular la cantidad de agua que necesitaba un remero cada hora para poder seguir remando; etcétera.
Su historial naval es notable. En 1987 hizo muchas travesías arqueológico-experimentales, que prosiguieron en 1990, 1992 y 1994. En 1993, viajó al Reino Unido, donde tuvo un topetazo que tuvo que repararse poco después. En 2004 navegó por el Pireo, como sus ilustres antepasados, pero esta vez portando la antorcha olímpica. De vez en cuando la sacan a pasear, pero permanece en un museo, en Atenas. Cuando uno la ve ahí tan bien puesta, en dique seco, recuerda a los argonautas, por ejemplo, y busca dónde colgar el vellocino.
Aprendiendo a remar.
Si quieren saber más, vean:
Contribución al éxito de ARCO 2014
De la serie Asimilación conceptual en un papel de tamaño estándar de la interrelación social entre Calixto y Melibea en un contexto amplio de notoria complejidad, por Andréa Soravilla. Arriba, Calixto conjurando la singularidad intrínseca de su iniquidad. Abajo, Los deseos de Melibea a la luz de su querencia. Técnica: lápices de colores sobre papel arrugado y sucio. Colección particular.
Cuando el Gajo vuela bajo...
El señor Mas en el discurso de clausura en el Liceo. Poco después...
Hace pocos días, en el Liceo de Barcelona, se celebraron unas jornadas empresariales, que organizaba la Asociación para el Progreso de la Dirección (Zona Mediterránea) y Deloitte, una empresa de asesoría y consultoría. El tedioso paripé fue amenizado por un final imprevisto.
Hay que recordar que estos días transcurren entre polémicas. En especial, las que se traen entre manos los empresarios catalanes con los que mandan ahora en la Generalidad de Cataluña. ¿De qué discuten en tales polémicas? ¿De cómo reactivar la actividad empresarial? ¿De cómo crear puestos de trabajo? ¡Quiá! Del Proceso, ya ven. El mundo se viene abajo y ellos... En fin, qué les voy a contar.
Los ejecutivos de las empresas alemanas afincadas en Cataluña manifestaron que culminar el Proceso provocaría un desastre en su cuenta de resultados y que la mayoría nos dejarían y se largarían a cualquier otra región que no quisiera independizarse de un Estado miembro de la Unión Europea. A poco de manifestarse así en voz alta, fueron públicamente calificados como ésos de la Cóndor, no diré más.
Poco después, el señor Mas, ínclito presidente de la Generalidad de Cataluña, solicitó a los empresarios que se implicaran en política. Es decir, que se implicaran en política para apoyarle en el Proceso. Los grandes empresarios no se lo pensaron dos veces y le dijeron al señor Mas que no, que no se implicaban en el Proceso y ahí te quedas tú con tus cosas. Se volvió a liar parda.
Entonces llegó la jornada en el Liceo. Se invitó al señor Mas para que hiciera el discurso de clausura. El tipo es de ideas fijas y volvió a pedir a los presentes que se implicaran en política (id est, para que se mostraran abiertamente a favor del Proceso). Dicho lo cual, subió al estrado el señor don Emili Cuatrecasas, el jefe de un bufé de abogados de mucho postín, que también es presidente (o algo así) de la Asociación para el Progreso de la Dirección (Zona Mediterránea).
Don Emili Cuatrecasas, abogado, que habló después del presidente.
Es lo más habitual que la clausura propiamente dicha corra a cargo del organizador del acto, que no dirá más que (pongo por ejemplo) Agradezco la asistencia de todos ustedes a las jornadas de tal y cual y esperamos que hayan sido de su agrado, nos felicitamos por haber contado con la colaboración de Fulano y Mengano, etcétera. Muy breve. Y ya puede uno irse. Por eso suele aplaudir el público, porque se acaba el acto.
Pero don Emili lanzó una puya al presidente Mas. Le dijo que él se sentía catalán y español, ya ven. Yo me siento en una silla. Todo el mundo es libre de sentirse como quiera, ¿verdad? Pero dijo don Emili cómo se sentía y saltó uno de los asistentes, el señor Gajo (también abogado) y le espetó a don Emili... En fin, que pegó un grito.
Unos periódicos aseguran que gritó: ¿Por qué no te callas? Otros, que exclamó: ¡Más respeto para el presidente! Algunos dicen que añadió: ¡Nadie puede hablar después del presidente!
Dijera lo que dijera, despertó a la mitad del auditorio y de ahí que no sepamos exactamente qué dijo, porque los pilló a todos con la cabeza en otra parte.
Discutiré al señor Gajo que nadie pueda hablar después del presidente. He asistido a muchas jornadas técnicas o empresariales que acaban con el discurso de un presidente, un ministro, un consejero... Mal asunto, porque el fulano suele dormir a las ovejas. Qué tedio, qué horror. No acaba nunca. Pero uno sale de su ensueño cuando, justo después de ese presidente, ministro o consejero, sale el organizador del acto para proclamar que ya nos podemos ir todos a casa, que ya está. Tal dice y aplauden todos, de puro contento y la sala se vacía en segundos. ¡Cuántas veces no habré vivido esta horrible experiencia...!
Don Emili (izquierda) y el señor Gajo (derecha), justo después del incidente.
Observen cómo se ha vaciado la sala en menos de un minuto.
Parece que existe una cierta unanimidad en lo que pasó justo después del grito del señor Gajo. Eso es así porque entonces ya estaban todos despiertos, del susto. Se hizo el silencio en la sala. Luego, don Emili agradeció la intervención, dió por finalizadas las jornadas y se llevó los aplausos, que el público tenía unas ganas de volver a casa que ni les cuento.
Pero ¡ya ven cómo está el patio! Cuando el Gajo vuela bajo...
Los peligros de ir a clase
La prensa nos ha dicho que en un profesor ha matado a una veintena larga de alumnos que asistían a su clase. Se plantó en medio del grupo de cuarenta y cinco alumnos con un automóvil cargado de explosivos, a los que prendió fuego. Su estallido provocó una matanza. Veinte muertos, quince heridos de diversa consideración y un susto tremendo en la ciudad de Samarra, unos kilómetros al norte de Bagdad, en Irak.
Dicho así, el asunto provoca dolor y consternación, pero si proseguimos el relato, éste dará un giro inesperado. Este particular profesor trabajaba para el Estado Islámico de Irak y Levante, que también se conoce por su acrónimo, ISIS. Esta organización está de enhorabuena, pues recibe ayudas de aquí y de allá, de Síria o de Araba Saudita, por ejemplo, y alumnos de todas partes, que no faltan.
Ahora toca decirles algo gordo: la escuela del ISIS en Samarra era una escuela de terroristas suicidas. Tal cual, han leído bien. Se reclutan voluntarios y se les enseñan los principios básicos del atentado terrorista suicida. Ya saben: cómo llevar explosivos encima, dónde hacerlos explotar, cómo disimular un chaleco explosivo... Una vez los alumnos pasan el curso, se someten a un examen final, y nunca mejor dicho lo de final. No falta trabajo para los terroristas suicidas: sólo en Bagdad atacan cuatro o cinco veces por semana. En todo Irak, no sabría decirlo.
Lo que sucedió en Samarra no fue un ataque terrorista, sino un accidente. El profesor explicaba a sus alumnos cómo cargar un automóvil de explosivos y cómo guiarlo hasta su objetivo cuando, por causas que desconocemos, explotó, llevándose por delante a la mitad de la clase y dejando a la otra mitad hecha unos zorros. El profesor también murió, no sé si lo había dicho.
Quizá el problema radique en la calidad de la enseñanza. Según fuentes bien informadas, ninguno de los profesores de esta particular escuela había ejercido antes de terrorista suicida.
¿Qué le están haciendo a la Pedrera?
La lona del anuncio de Nissan, con el permiso de la Fundació Catalunya-La Pedrera y el Ayuntamiento de Barcelona. Esta ofensa ha sido fotografiada in situ por el autor, hoy mismo.
Se anunció hace unas semanas. Se procedía a limpiar la fachada de la Pedrera, un edificio diseñado por Gaudí, y quizá se llevaría a cabo alguna restauración menor. Por lo tanto, dijeron, la fachada del edificio permanecería tapada con andamios y una lona durante bastante tiempo. Se pretende dejarla como los chorros del oro, ahora que cumplirá cien años, todo un siglo, veinte lustros lustrosos. Es Patrimonio Mundial (UNESCO, 1994), que es tanto como decir que somos responsables de ella ante el resto del mundo. ¡Fíjense cómo la tratamos de bien!
Como está en un lugar muy visible, en medio del paseo de Gràcia, la propiedad del edificio ha decidido hacer de la necesidad una virtud. La Pedrera pertenece a la Fundació Catalunya-La Pedrera, que ha alquilado la lona que cubre los andamios a una empresa publicitaria. Donde antes estaba la Pedrera, hoy luce un anuncio de automóviles Nissan, para que se vea desde muy lejos. A Gaudí, que le den.
Barceloneses y forasteros contemplan con desagrado esa barbaridad. El Ayuntamiento de Barcelona, Nissan y la Fundació Catalunya-La Pedrera tendrían que salir escarmentados de ésta, digo yo, pero ¿quién me va a hacer caso? ¿A quién le importa?
A Laura
Unos dicen que existió y otros, que no. Los primeros hablan de Laura de Noves, o de Sade, la esposa del marqués Hugo de Sade, que fuera antepasado del marqués que escribió Justine. Los otros hablan del laurel, el árbol sagrado del poeta Apolo. Nos inclinamos a pensar que Laura existió, aunque quizá no fuera la señora de Sade. En cualquier caso, a Petrarca le atravesaron las flechas de Cupido y lo dejaron bien servido. Enamoradísimo, escribió y le dedicó 263 poemas antes de perderla y 103 poemas más una vez Laura murió víctima de la epidemia de peste de 1348.
Ese amor desmedido engendró algunas de las más bellas páginas de la literatura universal, un monumento literario como no hay dos. Petrarca puso al italiano entre las lenguas literarias sin discusión alguna y la poesía conoció nuevas formas métricas, como ahora el soneto.
Pero esto que digo es un blablablá que no importa demasiado. Si Laura fue ésta o esta otra, si estamos leyendo un soneto o una lira... Eso vendrá después, que lo primero es lo primero. Lo primero es leer a Petrarca y emocionarse con sus poemas, simplemente disfrutar con ellos y dejarse llevar.
Si pueden permitirse el lujo de leerlos en italiano, mejor. Quizá se pierdan algún juego de palabras, pero les aseguro que compensa. Verso a verso, lentamente, como Dios manda.
Più volte Amor m'avea già detto: Scrivi,
scrivi quel che vedesti in lettre d'oro, ...
Eso dijo Amor: Escribe, escribe lo que has visto con letras de oro. Tal hizo Petrarca, y cuánto se lo agradecemos.
¡Me c... en los alemanes!
La prensa catalana ha hablado largamente de la declaración de los empresarios alemanes.
Estos días, un grupo de empresarios y representantes de grandes empresas, en su mayor parte alemanas, han firmado (el/otro) Manifiesto Barcelona. Digo (el/otro) para que puedan escoger el u otro, porque Barcelona es una ciudad de manifiestos. Como Manifiesto Barcelona recuerdo uno sobre cine, otro sobre la defensa del medio natural en el Mediterráneo, otro sobre la convivencia entre culturas, uno más sobre corales populares que nos amargan la existencia con cánticos folklóricos, etcétera. Los empresarios y ejecutivos, en su mayor parte alemanes, tambien han montado una plataforma. ¡Que no teníamos pocas!
¿Qué dice este Manifiesto Barcelona? Pues, poco más o menos, que una Cataluña independiente sería un catapún, un acabóse, una catástrofe, algo así. Que lo pasaríamos mal, los catalanes. Los manifestantes hablan de nefastas consecuencias (sic). ¡Nefastas...!
Aseguran que Cataluña se marcharía de la Unión Europea al marcharse de España y luego a ver quién vuelve, cómo y cuándo. No será un camino de rosas, dicen. Al final del manifiesto, hablan de los peligros de un fervor nacionalista (sic) y culminan recordando que este fervor (cito de nuevo) en el último siglo ha traído sufrimientos inconmensurables sobre Europa. Concluye diciendo, al fin, que tampoco traerá nada bueno para Cataluña.
Empresario alemán esgrimiendo el Manifiesto Barcelona.
Al fondo, firmantes del manifiesto.
Total, que ha quedado muy claro, clarísimo, que los alemanes no están por el Proceso, que Eso les da grima, que no suscriben la Causa, que piensan mal de la Cosa y que creen a pies juntillas que jugar con las banderas es una barbaridad, con toda la que está cayendo.
Estoy de acuerdo, al menos en parte. Tras las banderas yacen malos gobiernos, líderes mediocres (en el mejor de los casos), un tremendo fraude fiscal, la privatización y los recortes de los servicios públicos, la corrupción, el cierto y grave riesgo de perder tantos logros políticos y sociales como habíamos conseguido los últimos treinta años. No pretendo tener razón, pero es lo que pienso.
El manifiesto ha sido un jarro de agua fría para muchos líderes patrios. Que los inventores del Espíritu Nacional y los desfiles con antorchas se muestren contrarios al Asunto los ha enervado. A don Jordi Pujol, ex de Banca Catalana, que presume de hablar alemán en la intimidad, se le ha atragantado el desayuno. A don Artur Mas le ha salido la inquina en sede parlamentaria, recordando que unos pocos empresarios no son quiénes para llevar la contraria a millones de ciudadanos, tal cual, en respuesta a una pregunta parlamentaria que hablaba de otra cosa. Porque ¿a quién se le ocurre expresar su opinión en voz alta (especialmente, si es contraria a la mía)? Qué escándalo.
Un líder de la CUP ha dicho (cito): Me la suda lo que digan los alemanes. Breve, claro, conciso, inequívoco, es un texto que pasará a la historia. Es una postura discutible, pero valiente. Es lo que hay.
Pero no se acaba ahí. Tenemos a los líderes patrios de ERC, que son únicos para hacer amigos. Véase.
Don Joan Tardà, diputado de ERC en el Congreso de los Diputados, pilló un berrinche y un calentón y dejó escrito en un tuit que es penoso (sic) que directivos de empresas alemanas, enriquecidas gracias al nazismo y cómplices de millones de asesinatos, critiquen al nacionalismo catalán. Tal cual. Así, con un par. ¿Qué tendrá Twitter que saca lo peor de cada uno? Es una aplicación informática que tendría que estar vetada en política, por éste y otros ejemplos.
La cuestión es que las palabras del señor Tardà han hecho ruido. En Alemania lo van a jalear, ya verán ustedes. Le agradecerán el detalle. También se mostrarán agradecidos tantas familias de la burguesía catalana que hicieron fortuna durante el franquismo, a las que no cita. ¡Qué bueno permanecer en el anonimato! Es cierto que no podemos comparar Banca Catalana con Volkswagen, ni Basf con Agrolimen, o quizá sí, no lo sé, lo dejo a discreción del lector.
Empresarios alemanes desfilando ante Merkel en Berlín, el 6 de junio de 1939.
Al señor Tardà se le ha sumado el señor Huguet. Éste es un calvo notable, antiguo consejero por ERC durante el Tripartito. El caballero también pilló un mal aire y soltó un tuit en español que dice (copio): Estos empresarios alemanes al dictado del PP han vulnerado el principio de la no injerencia en asuntos internos. Hace 75 años los Cóndor también.
No sabía que los Cóndor (la Legión Cóndor, se supone) actuaron al dictado del PP. Me da que confunde churras con merinas. Me da que los empresarios alemanes miran por su bolsillo, no más. Creo más posible que el PP (o el PSOE, o CiU) hiciera un manifiesto al dictado de los empresarios alemanes que viceversa. Pero creo que compararlos con la Legión Cóndor los llenará de alegría y añoranza. Supongo, porque, si no... Me da que podrían irritarse.
Prosigue el señor Huguet con otro tuit. Dice que estos empresarios alemanes (cito) también se ha(n) opuesto al catalán. ¡Cuánta maldad! Esto es tremendo. Ya me veo bajando en la estación de metro de la Diagonalstrasse, o preguntando por la Katalonia Platz. ¡Miedo me dan!
Suerte que los que bombardearon Barcelona durante la Guerra Civil fueron italianos de la Padania, que son los buenos porque están por el Proceso, aunque todavía conservan la ideología de sus abuelos. Pero ése es un detalle sin importancia. A ver si no vamos a poder desfilar con antorchas y banderitas, caramba. Con lo divertido que es. Suerte que fueron los italianos, decía, porque si llega a ser la Legión Cóndor, se lía una muy gorda.
Periodistas afectos y desafectos y becarios
Viene en los periódicos que el Gobierno de los Mejores ha encargado una lista de periodistas afectos y desafectos al Régimen. Quiero decir, que se me entienda, que Presidencia de la Generalidad de Cataluña ha pagado 31.000 euros a Digilab: media, strategy and regulation para que haga la lista de afectos y desafectos y luego la comente.
Digilab es un grupo de investigación del Departamento de Estudios de Comunicación de la Escuela Blanquerna, de la Universidad Ramon Llull. Pueden saber más de Digilab en:
Para tener que evitar hacer un concurso, los 31.000 euros se dividen en dos. Primero, un estudio por 16.000 euros que se titula Análisis de la política catalana en los medios y luego 15.000 euros más por un Estudio cualitativo del pluralismo y el equilibrio en la cobertura mediática de la política nacional, que consiste en explicar lo que ha dicho el primer análisis. Así puede utilizarse el método digital; es decir, se asignan a dedo a quien yo quiero, porque cada uno de los trabajos cuesta menos de 18.000 euros.
En estos estudios y análisis, los periodistas se clasifican en soberanistas, españolistas, federalistas y sin identificar (es decir, que no manifiestan una opinión clara y quién sabe qué piensan). Digilab también hace distingos entre la prensa: catalana, española (no catalana) e internacional. También escucharon la radio, miraron la televisión y navegaron por internet, para clasificar a tertulianos y opinadores en general en las clases antes expuestas.
¿A qué cámara tengo que mirar? ¿Cuál será amigo y cuál enemigo?
Grandes cuestiones de la vida pública.
Para Digilab, la prensa catalana es La Vanguardia, El Periódico, El Punt-Avui, Ara y varias publicaciones locales de mucha menor tirada. Todas ellas, ya ven, tirando hacia la derecha y sumando docenas de millones de euros en subvenciones estos últimos años. Se nota. Todas tienen al menos una edición en catalán y predominan los periodistas afectos al Régimen. Porque Digilab asegura que el 59% de los opinadores catalanes son soberanistas y el 22% no se sabe qué piensa en verdad, pero ya está bien que sea así, mientras no molesten. Existe un 18,2% de periodistas y tertulianos españolistas (qué horror) y un 0,8% de periodistas friquis, es decir, federalistas.
Se consideran como periódicos españoles (y no catalanes) El País, El Mundo, Abc, La Razón, El Correo, La Voz de Galicia y La Nueva España, aunque cabe añadir que algunos de estos periódicos tienen redacción en Cataluña y algunos de sus periodistas son catalanes ellos mismos. Pero, por lo visto, eso no es suficiente. Aquí se invierten las cifras. Será porque no hay subvención o ¡no sé por qué será!, pero un 71% de los periodistas españoles (que no catalanes, que pierden tal condición por escribir donde escriben) son españolistas y un 23% no será ni chicha ni limoná, pues, según Digilab, esa cuarta parte del gremio sigue sin definirse ni hacia un lado ni hacia el otro y marea la perdiz. Los friquis serán los soberanistas (un 3%) y los federalistas (un 2,3%).
A los periodistas afectos se les atiende con más cariño.
A los desafectos, que les parta un rayo.
Ya sabemos que los españoles son malos y nos tienen manía (en parte, porque no cobran subvenciones), y así salen como salen, españolistas, pero ¿qué hay de los periodistas del resto del mundo mundial? Quizá no sean tan malos malísimos. Veámoslo.
Digilab ha seleccionado The New York Times, The Washington Post, USA Today, The Wall Street Journal, Financial Times, The Guardian, The Times, The Daily Telegraph, Le Monde, Le Figaro, Il Corriere della Sera, Süddeutsche Zeitung, Frankfurter Allgemeine y De Telegraaf, y alguno más que me dejo en el tintero. Les resbala lo que pase en Cataluña o España a dos de cada tres articulistas extranjeros (es decir, no se definen). Luego vendrá un 18% de españolistas, un 12% de soberanistas y un 2,1% de friquis federalistas.
Ahora que ya sabemos de qué pie calzan, ¿cómo ven a nuestros líderes patrios? Es otra de las preguntas que tenía que responder Digilab y si me dejan opinar, creo que ha procurado no ofender demasiado al pagano.
Se habla, pues, de la valoración de los principales actores del Proceso (sic). Se dice que la información publicada es (cito) mayoritariamente neutra, y vale tanto para los periódicos catalanes (68%), españoles (53%) o extranjeros de veras (69%). Pero se les escapa un dato que echa para atrás cualquier sospecha sobre un estudio bien hecho: En la prensa catalana sólo un 13% de las informaciones publicadas sobre esos principales actores son positivas. Qué raro.
La gente (alguna gente, quiero decir) ha montado un escándalo tremendo. ¿Qué es eso de clasificar a los periodistas en buenos y malos según lo que piensen? ¿Qué tipo de censura es ésta? Alguno recuerda que ya lo hizo el Tripartito, años ha, pero no es excusa y no puede tolerarse algo así. Qué vergüenza, etcétera.
Hay que saber a quién le dejas hacer una pregunta.
Si resulta que es listo y desafecto, te pondrá en apuros.
Yo... Pues encuentro normal que vaya el presidente de un gobierno y pregunte a la Oficina de Prensa de su Gabinete: Chist, oye, ¿qué periodistas me tratan mejor? Es por concederles una entrevista. También sería lógico preguntar: ¿Cuáles parecen estar de acuerdo con mi política? O si ése me tiene manía o si ese otro es de fiar. Hay que andar avisado por el mundo y saber qué suelo pisas, normal. Lógico.
Lo que no es normal ni lógico ni debería tolerarse es que le hayan cobrado a Presidencia 31.000 euros del erario público para saber quién es de los nuestros y quién no, y preguntar si hablan bien de nosotros o más bien no. ¡Señores! ¿No tienen una Oficina de Prensa del Gabinete de Presidencia? ¿Qué tienen, si no?
Porque, a ver: ¿la Oficina de Prensa tiene que contratar a uno de fuera por 31.000 euros para que les diga qué periodistas son de la cuerda del señor presidente? ¿Es esto serio? No, no lo es. ¡Por favor!
Si la Oficina de Prensa del señor Mas es incapaz de saber qué periódico habla bien del jefe o está de acuerdo con él... Si un gabinete de prensa no sabe qué dicen los periodistas más influyentes de su país sobre su jefe... Pues ¡vaya birria de gabinete de prensa! Mejor que lo cambien, la verdad. ¿Eso es todo lo que tenemos? El presidente era malo, pero los que le rodean ¡no se quedan atrás!
Según el Departamento de Presidencia, el señor Mas cuenta con una Oficina de Prensa en la plaza de San Jaume, 1, 08002 Barcelona, cuyas funciones son (copio): Dar soporte y asistencia a la persona titular del Departamento en sus funciones de relación con los medios de comunicación. Hacer el análisis y la difusión interna del contenido informativo de los diferentes medios de comunicación y evaluar su repercusión. Elaborar y transmitir notas de prensa y comunicados y preparar entrevistas, reportajes y ruedas de prensa. Todas las de naturaleza análoga que le puedan encargar. Amén. Y se regula por el Decreto 118/2013, de 26 de febrero, de reestructuración del Departamento de la Presidencia (DOGC núm. 6325).
Entonces, ¿para qué contrataron a Digilab? ¿Para hacer el trabajo que la Oficina de Prensa ya tendría que tener hecho? ¡Que son 31.000 euros...! ¿Es que no sabían hacerlo? Sería grotesco. Querría decir que los inútiles se arriman al poder, pero ¿les extrañaría algo así? No responderé a esta cuestión. Cabe otra posibilidad. ¿Se trataba quizá de hacerle un favor a un amigo? Pregúntese, en tal caso, qué relación tendría Digilab con CiU, y dejo las cosas ahí, en el aire, para que ustedes investiguen. A mí me da pereza. Ya me contarán qué descubren por el camino.
Lo que sé seguro es que se habrían ahorrado esos 31.000 euros encargándole el trabajo al becario, que es el único que pega sello en la oficina. ¿Quién creen ustedes que ha hecho el trabajo en Digilab? ¿El gran jefe? ¡Quiá! ¡El becario! ¿Quién hubiera hecho el trabajo en la Oficina de Prensa? ¿Su jefe? ¡Bah! ¡El becario!
Le dejan unos días suelto, a su aire, y escribe unos magníficos informes, mejor elaborados que los de Digilab... ¡y muchísimo más baratos! ¡Con fotos y todo! Y yo mismo, sin ser becario, me ofrezco a hacérselos la próxima vez, a mitad de precio, unos informes preciosos, de rechupete, que dirán lo que ustedes quieran que digan, a discreción. La encuadernación la cobraré aparte.
Por cierto, ya que hemos pagado 31.000 euros por eso, ¿podríamos leerlo o también les da vergüenza? ¿Tan mal escrito está?
La sanidad pública en Cataluña, de mal en peor
El trío Lalalá de la sanidad pública catalana.
De izquierda a derecha, don Baudilio (consejero), el señor Padrosa (CatSalut) y el señor Prat (ICS), y ahora vayan y consulten al señor Google sobre cada uno de ellos.
Se ha publicado hoy en los periódicos el presupuesto que dedicarán las Comunidades Autónomas a sanidad pública por habitante en 2014. Cataluña gastará en 2014 1.095 euros por habitante... si todo va bien. Digo si todo va bien (y dudo que vaya a ir bien) porque el presupuesto de la Generalidad de Cataluña para 2014 supone unos ingresos de casi 3.000 millones de euros que nadie puede asegurar que se producirán y que, la verdad sea dicha, nadie sabe de dónde podrán salir. Todo ese dinero vendrá de la privatización y venta de bienes y servicios públicos que hoy gestiona la Generalidad de Cataluña, dice el gobierno. Pan para hoy, hambre para mañana (excepto para los amigos de los amigos, naturalmente).
La carencia de medios comienza a ser alarmante.
1.095 euros por habitante. Eso es tanto como decir que estamos un 27% por debajo de lo que se considera mínimo imprescindible para mantener como está (mejor dicho, estaba en 2010) nuestro sistema de sanidad pública. La cifra no es mía, sino de don Baudilio Ruiz, alias Bío Ruiz, el consejero de Salud apoyado por el Gobierno de los Mejores, CiU y ERC. A ellas me remito.
Antes de los recortes ordenados por don Baudilio y el Gobierno de los Mejores, recortes avalados primero por el PP y luego por ERC (que no se nos olvide), Cataluña tenía un gasto sanitario por habitante y año un 25% por debajo de la media española. ¡Antes de los recortes!
Es extraño que fuera así, porque el gasto público por habitante en Cataluña se había movido, durante nueve de los diez últimos años hasta entonces, entre el 95 y el 105% de la media del gasto público por habitante en España. ¿En qué hemos gastado el dinero, si no era en sanidad pública? ¿En qué? ¿Quién podría explicárnoslo? ¿Hay algún responsable por ahí suelto? No ¿verdad? ¡Qué mierda de país es éste!
La mortalidad se ha incrementado un 8,5% en Cataluña entre 2010 y hoy día, sin más explicación epidemiológica que un empeoramiento de la calidad asistencial de la población. Que LOS RECORTES MATAN, en resumen. En la ilustración, don Baudilio, el Gobierno y el Jefe de la Oposición recortando a Sanidad.
1.095 euros por habitante en 2014 quiere decir que seremos la 14.ª Comunidad Autónoma en gasto sanitario público por habitante en 2014. La 14.ª de 17. Sólo Valencia o Baleares tendrán un gasto menor que nosotros. Pero ¿qué está haciendo el Gobierno de los Mejores con nuestro dinero? ¿Cómo puede ERC seguir apoyando esta desgracia y seguir proclamándose de izquierdas? ¿Por qué los ciudadanos no tomamos la calle y exigimos responsabilidades? ¡Mirad hacia Madrid! ¡Aprended, catalanes!
¿Por qué la corrupción en la sanidad pública catalana (Innova, Sant Pau, Sehrs, Clínic, Maresme...) suma cientos de millones de euros y aquí no pasa nada? ¡Hablamos de más de una docena de Gürtels! El caso Gürtel gira alrededor de 25 millones de euros. Pero el holding Innova ha provocado pérdidas por más de 300 millones de euros y el caso del Hospital de Sant Pau baraja cifras por encima de los 80 millones de euros. Etcétera. Pero ¿qué nos está pasando? ¿Tan enfermas están la prensa y la sociedad catalanas? ¿He dicho enfermas? ¡Moribundas! Qué vergüenza, siento una vergüenza tremenda.
Don Baudilio ha modificado el criterio para ser incluido en las listas de espera, con la intención de simular que son menores de lo que son en verdad. Aún así, hoy tenemos a 180.000 pacientes catalanes en las listas de espera. Don Baudilio dice que sólo son 30.000 más que en 2010. Luego añade (cito): Si hubiéramos financiado esas 30.000 operaciones, ahora tendríamos 400 millones más de déficit. El déficit lo tienen igualmente, añado, y me remito a sus propias cifras. Pero no quiero comentar la frase, para no tener que decir públicamente que don Baudilio es un hijo de la gran puta. Prefiero que lo deduzcan ustedes mismos.
Encima, cierran quirófanos.
No sigo. El daño que han hecho a la sanidad pública catalana CiU con la ayuda del PP (antes) y ERC (ahora) no tiene perdón. Pero no nos dejemos la inestimable gestión y complicidad del PSC en algunos de los más sonados escándalos del sistema sanitario catalán, seamos justos. Ojalá les duela la barriga, a todos ellos.
El anónimo héroe dibujante
El primer automóvil blindado diseñado para un uso militar se remonta a 1906. Era un Peugeot que, así que salía de la carretera, se atascaba en el barro. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, la imaginación suplió a la falta de medios y en los primeros meses del avance alemán sobre Bélgica y Francia se emplearon automóviles en descubiertas con muy buenos resultados. Queda constancia de oficiales británicos de buena familia que emplearon automóviles pagados de su bolsillo para emplearlos en incursiones contra los boches. Algunos de estos vehículos los blindaron en la herrería del pueblo, con planchas de calderería y hoja de lata. Otro tanto se dice de los junker prusianos que tenían enfrente.
Bélgica, 1914. Un Talbot, propiedad de un oficial británico y blindado artesanalmente.
De esta manera tan extraordinaria, los militares aceptaron al fin la necesidad de disponer de automóviles blindados para misiones de exploración y descubierta, en soporte de la caballería. Quizá fuera ya un poco tarde, porque ya se había enquistado la guerra de trincheras en el frente occidental, pero todavía había sitio para los automóviles blindados en Rusia o en el Medio Oriente.
En 1915, los alemanes encargaron a Daimler, Ehrhart y Bussing los prototipos para una autoametralladora blindada, que así bautizaron a la criatura. A principios de 1916 pudieron evaluar los tres prototipos y dieron por buenos los tres, caramba. A los pocos meses, el ejército alemán imperial contó con el primer batallón de autoametralladoras blindadas, el Panzerkraftwagen Maschinengewehr Abteilung I, y perdonen ustedes.
La autoametralladora Bussing A5P, imponente cacharro.
Las autoametralladoras alemanas eran unos cacharros monstruosos. Medían unos diez metros de largo y pesaban entre nueve y diez toneladas cada una. Llevaban a bordo un jefe de carro, dos conductores (uno conducía hacia delante y otro, hacia atrás) y seis ametralladores. El blindaje de 7 a 9 mm de grosor era apenas suficiente para detener un balazo o un tanto de metralla. Eran lentos, ruidosos, y sus tripulantes se movían en un ambiente claustrofóbico, angosto, calurosísimo y agobiante. Eran, cito a un militar británico, extravagantes.
En 1916 estuvieron en Verdún (donde no hicieron nada más que atascarse en el barro y pasaron desapercibidos por los franceses) y luego partieron hacia Rumanía, donde el batallón tuvo mucho más éxito a las órdenes del general von Schmettow, un general de caballería. Los británicos habían oído hablar de las autoametralladoras alemanas, pero todavía no habían visto ni una.
En julio de 1917, en Rusia, Kerensky lanzó una ofensiva que a la postre acabó mal y puso los cimientos del éxito de la Revolución Rusa. Todavía lejos de semejante conmoción, el avance de los rusos en Brzezany contó con el apoyo de una unidad de automóviles blindados de la marina británica (RNAS) a las órdenes del comandante Oliver Locker Lampson. Fue en este sector del frente ruso cuando se produjo el que dicen que fue el primer encuentro documentado entre automóviles blindados de la Primera Guerra Mundial.
Autoametralladora Lanchester de la RNAS, el servicio de automóviles blindados de la marina, en Rusia. Observen la bocina y las llantas de radios. Pesaba entre dos y tres toneladas y contaba con dos tripulantes, el conductor y el ametrallador.
Los autoametralladores Lanchester de la RNAS avanzaban por una carretera que descubrieron bloqueada por una especie de monstruo mecánico (uno de los autoametralladores alemanes). A unos quinientos metros de distancia, comenzaron a dispararse los unos contra los otros. Ningún bando dio su brazo a torcer. Los Lanchester se acercaban, disparaban y se retiraban para volver a cargar sus ametralladoras, uno tras otro. Pero los boches, allá quietos, fueron respondiendo al fuego con fuego. Largo rato se sucedieron estos ataques inútiles, mientras los blindajes de pacotilla iban abollándose por culpa de los balazos enemigos.
Así hubieran seguido hasta hoy si los británicos no hubieran cambiado de táctica. Mandaron traer un Seabrook, un camión blindado que llevaba encima un cañón de la marina de tres pulgadas (76,2 mm). Se acercó el camión a la carretera, se puso detrás de un Lanchester, enfiló a los boches y ¡pum! Bastaron dos o tres cañonazos (no acertó ni uno) para alertar a los alemanes. ¡Cuidado, que tiran en serio! Los de la autoametralladora alemana pusieron pies en polvorosa. Es decir, se retiraron a sus propias líneas con una lentitud exasperante, traqueteando por un camino polvoriento mientras el cañón de tres pulgadas tiraba al tuntún, por ver si le daba. Ahí acabó todo.
Un camión Seabrook de la RNAS con un cañón de tres pulgadas. Observen los uniformes de la marina y los paneles que se despliegan para poder emplear el cañón.
En medio de esta batalla, el comandante Lampson preguntó qué era eso que bloqueaba la carretera. Era la primera vez que veía algo tan feo y tan grande. Será una de esas autoametralladoras alemanas de las que tanto hablan, se dijo, y supo de inmediato que tenía que dar aviso de su existencia al Cuartel General. También supo que aquella batalla era una oportunidad única de examinar la autoametralladora enemiga y analizar tanto sus puntos fuertes como sus puntos débiles.
Se volvió y señaló a uno de sus oficiales. Le ordenó que tomara los lápices y un cuaderno e hiciera unos dibujos detallados del blindado alemán. Mejor, de cerca, añadió. No se pierda usted detalle, le dijo, al despedirse de él. No había cámara fotográfica a mano, qué quieren que les diga.
Allá fue el valiente dibujante. Se acercó peligrosamente al enemigo, escondiéndose en la cuneta y agachando la cabeza. Durante poco más o menos una hora, entre dos fuegos, dibujó pacientemente las formas del blindado alemán, que se movía arriba y abajo, lentamente, a un tiro de piedra. Aquí unas ruedas, aquí unas mirillas, aquí lo que parece una trampilla del motor... Llovían las balas a su alrededor y él, impertérrito, pasó por todos los peligros sin dejar de dibujar, boceto tras boceto.
Desconocemos el nombre del dibujante y no hemos visto sus dibujos. ¡Estarán en alguna parte! Porque sabemos que causaron pasmo e impresión en el Alto Mando y que el Cuartel General mencionó el suceso, que consta en los anales de la RNAS y la marina británica. A mi entender, el tipo del cuaderno mereció una medalla como la copa de un pino y sus dibujos, un lugar en algún museo de renombre. Quizá no fueran una verdadera obra de arte, pero nunca pintar del natural fue tan arriesgado. Recordamos con admiración al dibujante anónimo y le dedicamos estas líneas.
La doctora Rahola y los errores de transcripción del becario
La señora Ortega repasando los apuntes de las asignaturas pendientes con el señor Homs, poco antes de licenciarse de verdad y no de mentira.
Hace unos años, la señora Ortega fue escogida vicepresidenta del Gobierno de la Generalidad de Cataluña por el señor Mas. Saltó la liebre. Su currículum decía que era licenciada en Psicología, pero la verdad es que todavía no había acabado la carrera, que llevaba años (bastantes años, que es mayorcita) con dos asignaturas colgadas. El asunto provocó mucho revuelo y consiguió mostrar al público quién era la licenciada Ortega. Lamento decir que no dimitió, como hubiera correspondido a una persona decente. Se limitó a decir que había sido un error de transcripción (sic) de su currículum, uno de esos errores que persisten durante años y que se reproducen en las publicaciones del Partido, en las notas de prensa, en los sitios web del Parlamento o del Departamento de Vicepresidencia... Eso no es un error, es una mentira.
Nadie se ha atrevido a catear a la vicepresidenta y hoy es por fin psicóloga licenciada. ¡Qué lástima! Me hubiera gustado mucho que la hubieran cateado (¡se lo tenía merecido!) o ¡que la hubieran pillado haciendo trampas...! Pero las convocatorias extraordinarias para una vicepresidenta acojonan a cualquiera y no está el horno para bollos. ¿Que una vicepresidenta...? La apruebas y no te faltará el pan. Al menos, hasta el siguiente turno de recortes de su gobierno.
Sea como sea, el caso de la licenciada Ortega nos ha mostrado varias cosas: a) La honestidad y la honradez no llevan hasta una vicepresidencia y no son necesarias para el cargo. b) Un título universitario no es garantía de capacidad intelectual o profesional. Además, c) Error de transcripción quiere decir mentira y d) Nadie dimite por un error de transcripción. Eso sí, al becario le caen palos de todas partes.
Señalo que la licenciada Ortega no ha sido ni la primera ni la última sinvergüenza en mentir pública, notoria y repetidamente sobre su currículum, ni la primera ni la última en continuar como si aquí no hubiera pasado nada una vez pillada en falta. ¿Se acuerdan del doctorado de Carme Chacón? Pues, ése, y mil más. Pero la pregunta es si usted dejaría que gestionara todos sus ahorros una persona que comienza mintiendo en su currículum y dice ser lo que no es. ¿Verdad que no se fiaría un pelo de esa persona? ¿Seguiría confiándole todos sus ahorros a alguien así? Me da que no. Pues, con más razón tendría que exigir que retirasen a la señora Ortega, presuntamente licenciada, de cualquier cargo público. Es lo que creo y sostengo firmemente.
En medio de ese ridículo y vergonzoso affaire, la (disonante y rasposa) voz de doña Pilar Rahola se mostró curiosamente afable. No había nada que censurar, decía. Más exactamente, dijo que no ha mentido, ha pecado de soberbia. Le restó importancia.
El currículum de doña Pilar, en 2008, cuando todavía era (dos veces) doctora.
Ahora sospechamos por qué. De hecho, hace ya tiempo que algunos personajes pusieron el dedo en la llaga de doña Pilar. La mujer se presentaba en sociedad con un currículum donde sostenía ser doctora en Filología Hispánica y Filología Catalana por la Universidad de Barcelona. No uno, sino dos doctorados. Y no lo dijo una vez, ni dos, ni tres, sino que mantuvo los doctorados en el currículum durante muchos años en su sitio web, tal y como puede comprobarse a través de Wayback Machine. En 2003 ya se presentaba como doctora en Filología Hispánica y Filología Catalana en algunas entrevistas concedidas a periódicos americanos. De ahí en adelante, siempre que hablaban con ella en las Américas la llamaban doctora Rahola y ella se dejaba querer.
¡Oh! ¡Ya no es doctora! ¡La han degradado! ¿O la han pillado?
También en España. Noticias de Navarra, en 2009, la presentó como Doctora en Filosofía (sic) hispánica y catalana. Lo de filosofía por filología se atribuye a un despiste del redactor, lo de doctora, en cambio, ya no, porque cuando recogió el premio que concede anualmente el Círculo de Mujeres de Negocios la volvieron a anunciar como doctora en filología... En la propaganda del libro que escribió con don Josep Cuní, En directe, aparece una biografía de los autores. En la de doña Pilar dicen: Pilar Rahola es doctora en Filología Hispánica y Catalana y doctora honoris causa por la Universidad de Santiago de Chile, reconocimiento otorgado por su lucha a favor de los derechos fundamentales. ¡En efecto! ¡Sostiene el derecho de cualquiera a hacerse con un doctorado! Etcétera. En libros, entrevistas y demás, ha sido muchas veces doctora... y las más de las veces fue ella la que proporcionó la nota biográfica (es la costumbre hacerlo así).
Pues, damas y caballeros, doña Pilar ¡no es doctora! Tal cual. Una universidad privada chilena, la UNIACC, que no es la Universidad de Santiago de Chile (aunque esté en Santiago de Chile), que no está acreditada por la Comisión Nacional de Acreditación del Gobierno de Chile, la había reconocido como doctora Honoris Causa, pero no es, ni de lejos, doctora en Filología Hispánica, Catalana o cualquier otra filología o filosofía.
Así se levantó la liebre el verano pasado. La pillaron in fraganti.
En julio del año pasado se lo echaron en cara, en Twitter. Es decir, que hace meses que se sabe descubierta. Aún así, las versiones española, inglesa y francesa seguían hablando de la (dos veces) doctora Rahola hasta hace pocos días. De modo irrebatible, unos periodistas demostraron que doña Pilar, de doctora, nada. Alrededor del 2 de febrero pasado puso orden en sus cosas y abandonó sus tan estimados doctorados en su currículum oficial en varias lenguas.
Poco me importaría que fuera o no fuera doctora, dedicándose a las tertulias full time y ejerciendo de Belén Esteban con barretina. Las mentiras en ese mundillo donde gana quien más grita y peor se comporta son el pan de cada día y la doctora Rahola sumaría un ridículo más a su esperpento.
Ahora bien, se supone que la mujer ejerce un cargo prestigioso en no sé qué de la Transición Nacional, que fue escogida a dedo por su amadísimo líder patrio, don Artur Mas, el Rei Artur que biografió, como adalid y voz de la justa querencia del Pueblo, el Partido, la Consulta y el Proceso. Muchos predijeron que el no sé qué de la Transición Nacional quedaba hecho unos zorros por la mera presencia de doña Pilar y el tiempo les está dando la razón. Los que consideran que el Proceso es una gilipollez, en cambio, animan a doña Pilar a seguir animando la fiesta, que nos divierte mucho.
Mintió (o se equivocó de manera inexcusable) hablando de las sentencias del Tribunal Internacional de La Haya. Las ha dejado ir sobre las balanzas fiscales de Baden-Württemberg, mostrando en público que es capaz de mentir incluso sobre lo que no entiende y de lo que no sabe (y no sabe nada en absoluto, pero nada de nada, a tenor de lo que dice). Ahora se hace leña con el caso de sus doctorados, que de por sí dan para que esta mujer dimita de cualquier cargo de representación de una empresa, una comunidad de vecinos o una Comunidad Autónoma, a poco que exista la vergüenza y el honor. Ergo, tendría que dimitir de la no sé qué de Transición Nacional, digo yo.
Pero ella, pelotas fuera. ¡Yo no he sido! (sic).
Primero, en la Cadena SER (radio). Afirma: Yo nunca he dicho que fuera doctora. Nooo... ¡Nunca! En Sudamérica me llaman doctora y nunca le he dado mayor importancia, dice. Ah... Es posible que en la traducción no estuviera bien, dice, refiriéndose a su currículum en español, inglés, frances... ¿Es posible? ¿Sólo posible? No me enteré, yo no llevo mi web. ¡Ay, Señor! ¡Ni la lleva ni se la mira! ¡Durante diez años...! Ha sido un error de transcripción (de traducción, será) de mi secretaria, es lo que acaba diciendo al fin, y tan contenta.
En su columna del periódico del conde de Godó, La Vanguardia, escribe, y cito: La idea es vender que servidora ---es decir, una persona implicada públicamente en el proceso catalán--- no es fiable, no es creíble y tiene una biografía inventada. Como es obvio, le expliqué al periodista que en Sudamérica a menudo te llaman 'doctora' o 'licenciada' y que nunca he hecho caso, que siempre ponía 'licenciada' en mi biografía en catalán en la web, y que no tenía ni idea de que eso no fuera así en los otros idiomas.
Diez años sin leer su propio sitio web. Especialmente, su biografía.
Ah, caray. Se comprueba lo siguiente: a) Cuando la pillan mintiendo, saca la bandera y se tapa las vergüenzas con ella, denigrándola. Quiero decir, denigrándose ella, denigrando la bandera y denigrándonos a todos, pues nos toma por idiotas... y quizá lo seamos. b) Admite que no se mira su sitio web (con tanta tertulia, no tendrá tiempo). c) Aunque sea doctora (o licenciada) en Filología Hispánica, cree que es lo mismo que la llamen doctora o licenciada y en todo caso, ¿qué más da? Pero ¿qué pasa? ¿Que el título de Filología Hispánica lo dan a cualquiera que pasa por delante de una rifa? En resumen: ¿No es fiable, no es creíble y tiene una biografía inventada? Ésas son sus palabras, no las mías.
Sírvanse ustedes mismos. Pero sepan que la culpa es siempre del becario, no hace falta darle más vueltas.
Molestias y peligros
El hereje y el apóstata tienen la máxima facilidad de acceso a la auténtica doctrina de la ortodoxia, tienen esta verdad inmediatamente ante sus ojos... y a pesar de eso no creen en ella. Este es un desafío de un tipo especial, porque toda ortodoxia cree que su verdad se impondrá (incluso sin pruebas, que no pueden existir) por sí misma, por su propia eficacia, toda vez que alguien la haya tenido ante los ojos con la máxima claridad. Por eso la aparición de herejes y apóstatas debe explicarse de otro modo: son sujetos intencionadamente maliciosos y protervos que actúan mal a sabiendas. Lo menos que supondrá el partidario de una doctrina verdadera es que todo aquel que haya contemplado la verdad en toda su magnificencia quede prendado de ella y jamás pueda alejarse de la misma. La verdad, su verdad, debe fijarse en los corazones por su propia fuerza y hacerse allá poderosa e indestructible. El apóstata pone en peligro esa ilusión, por lo que se le debe condenar con especial insistencia.
Hubert Schleichert (trad. Jesús Alborés)
Cómo discutir con un fundamentalista sin perder la razón
Vamos a leer (libros de mujeres)
Hay que leer lo que escriben las mujeres. Aunque esté en inglés.
He descubierto una iniciativa en las redes sociales que quiere que leamos libros escritos por mujeres. No sé si es una iniciativa feminista o un astuto plan de las editoriales centradas en women's fiction, donde casi todos los escritores son mujeres y casi todos los lectores, también.
La idea es que la literatura es un terreno en el que mandan los varones y se trata de darle la vuelta a la tortilla. Lea usted libros escritos por mujeres, reza el mensaje, y ya verá que bien. En eso de Twitter, se propaga la idea a través de, por ejemplo, #ReadWomen2014. Es una iniciativa curiosa.
Los últimos éxitos de women's fiction en inglés (todos traducidos al español).
Es cierto que hoy existen grandes escritoras, como también es cierto que escasean en las épocas doradas de la poesía, la novela o el teatro. No es machismo preferir la novela del siglo XIX a la del XXI, aunque los escritores del siglo XIX fueran machistas. Pero tampoco es feminismo leer un libro porque lo escriba una mujer. De hecho, la mayoría de las novelas del género women's fiction son románticas, carranclonas y cursis. Una militante feminista de las de antes tendría que odiarlas, casi por definición, y no recomendaría su lectura.
Nos hemos metido de cabeza en otro de esos debates políticamente correctos que no llevan a ninguna parte. Lo que a mí me gusta de verdad es leer un buen libro, me da igual quién lo escriba. A veces, esto cuesta de entender.
Nos centramos en quién escribe, cuando lo bueno es qué escribe.
P.S.: Mientras se inicia esta campaña, lo sé de buena tinta, las editoriales de medio mundo están buscando un libro para varones. Es decir, un libro que los varones quieran comprar y leer. Por lo visto, las mujeres leen mucho y Cincuenta sombras de Grey y sus secuelas ha vendido (muchos) millones de ejemplares... entre las lectoras mujeres. Los lectores varones, ante la dicotomía de leer Cincuenta sombras de Grey o ver el fútbol (o navegar por internet o darle a la equisbox), prefieren dejarle el libro a su señora y entretenerse de otra manera. La pregunta del millón es ¿qué libro podría devolver a los varones la afición por la lectura? ¿Les parece un chiste? Pues, no lo es. ¡Cuánto dinero están gastando las editoriales en esta búsqueda...! Uf.
Y ahora ¿qué hará la policía?
Les juro que es verdad. Ésta es la pregunta que se hacía un periodista, al saber que en 2013 se había reducido el número de actos delictivos en Cataluña: Y ahora, ¿qué hará la policía? Mejor todavía: sostenía que tendrían que buscarse nuevas ocupaciones para los policías en activo (sic), ahora que la delincuencia entra en horas bajas. Tal que así lo dijo, el muy idiota. Luego pasa por respetable y su palabra es ley en las tertulias de radio y televisión. ¡Así nos va, madre de Dios!
Todo porque hace unos días el consejero de Interior de la Generalidad de Cataluña, don Ramon Espadaler, el director de los Mossos d'Esquadra, don Manel Prat, y el comisario jefe de la policía autonómica, don Josep Lluís Trapero, presentaron los datos de la criminalidad en Cataluña y se felicitaron a sí mismos, qué guapos que somos, cifras en mano.
Porque, a decir verdad, nos enfrentamos a una buena noticia. En 2013 se cometieron en Cataluña 270.661 delitos y 237.280 faltas, una falta o delito por minuto, poco más o menos. Si comparamos con 2010, los hechos penales (así los llaman) han bajado un 6,86% en cuatro años. No es como para tirar cohetes, pero hay menos ahora que antes (o se denuncian menos). Mejor eso que nada.
Alguno dirá que hay menos delitos porque Cataluña tiene menos habitantes ahora que en 2010. Cierto: a ojo, un cuarto de millón de catalanes ha dicho que ahí os quedáis y se han largado a otra parte. Eso nos obliga a remitirnos a las cifras relativas, a contar el número de delitos per cápita. En 2010 hubo 72,6 delitos cada 1.000 habitantes; en 2013, 67,24. Es decir, hay menos crímenes porque hay menos habitantes, pero también porque los habitantes que quedan delinquen menos.
No se dieron las cifras de suicidios. En 2010, se suicidaron 453 catalanes y hubo un intento de suicido cada dos horas y media. En 2013, se estima que se suicidaron más de 500 catalanes y que intentaron suicidarse y fracasaron en esta empresa alrededor de 6.000 más, pero la Generalidad de Cataluña no proporciona estas cifras desde 2011 y hay que sacarlas de aquí y de allá, con mucho cuidado.
Coincidió esta rueda de prensa con otra del ministro del Interior del Gobierno de España. ¡Otro que también traía buenas noticias! Entre 2012 y 2013 la criminalidad ha descendido un 4,3% en toda España (un 4,03% en Cataluña). Felicidades.
Pero, ay, resulta que en España (contando Cataluña) se dan 46,1 delitos por cada mil habitantes, un 31% menos delitos por habitante que en Cataluña (sola). Personalmente, me duele decirlo y me preocupa, y me escama que nadie preste atención a este detalle que tan poco nos favorece.
Peor me lo ponen: si nos comparamos con Europa, los catalanes delinquimos un 7% más que la media europea. Mejor sería compararnos con los italianos, los griegos o los portugueses, que son los únicos europeos que cometen menos delitos que los españoles.
No son cifras para tirar cohetes, precisamente. Pero tampoco estamos tan mal. Se cometen más crímenes que en Cataluña en Baleares, Madrid, la Comunidad Valenciana, Ceuta o Melilla. Los menos criminales de todos los españoles son los asturianos y los cántabros, y los que menos, los que menos de todos, los extremeños.
Con las cifras en la mano, vemos que la crisis económica ha hecho disminuir los asesinatos, incrementa ligeramente la violencia contra las mujeres (en forma de violación u homicidio) e incrementa demasiado la cifra de suicidios. La criminalidad es más alta en las regiones más ricas (y en las zonas más misérrimas). Otra curiosidad: más turistas, más crímenes. Pero, con turistas y todo, todavía matamos menos y tratamos mejor a las mujeres que en Alemania o Suecia, por ejemplo, países que pasan por chachis y modernos. Por una vez en la vida, dan ganas de enseñarles a esos bárbaros del Norte qué es la civilización, para que aprendan.
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