Propuestas para la fiesta de Jálogüin


Disfraz de hipoteca. Terrorífico..

La festividad de Todos los Santos, cuando los catalanes comían castañas asadas y unos dulces muy dulces llamados panellets, se ha convertido, Jólibut mediante (pronúnciese thanks to Hollywood), en un remedo de festival de cine de miedo mezclado con un baile de disfraces. Para disimular la horterada resultante, muchos acuden a supuestas tradiciones seculares de viejas brujas celtas, pero lo cierto es que la fiesta del Jálogüin (Halloween) comenzó siendo un baile de disfraces en un pueblecito de Minessota, en 1921.

Ruperta, para servirles.

Pero las tradiciones es lo que tienen, que yendo a sus orígenes uno descubre que no son centenarias ni transcendentales, sino alguna broma entre amigos. Pero hay que reconocer que esta fiesta, hortera de principio a fin, ha triunfado y se ha impuesto. Así, corresponde preguntarse de qué nos disfrazaremos este Jálogüin.

Disfraz de tertuliano radiotelevisivo.

Si quiere dar miedo, disfrácese de tijeras y diga usted que es del gobierno. ¿De qué gobierno? ¡Qué más le da! Provocará el pánico. La gente a su alrededor conocerá el terror.

Si quiere dar risa, puede optar entre mimetizarse con algunas hojas de plantas y asegurar que es usted un Brote Verde o plantarse en la fiesta asegurando vehementemente que aboga por un modelo de Estado federal asimétrico, y luego intente explicar en qué consiste y por qué es diferente de lo que tenemos ahora (este disfraz requiere cierta habilidad para imitar a Cantinflas).

Disfraz de Portavocía del Gobierno. Varios tamaños.

Si quiere disfrazarse de funcionario, busque unos harapos y échele unos tijeretazos a los retales; luego, lléguese a la fiesta pidiendo algo que llevarse a la boca. Los disfraces de funcionario son muchos y muy variados: de personal sanitario, de maestro de escuela, de esforzado oficinista... Es un disfraz que impresiona.

Disfraz con mala idea.

También puede disfrazarse de miembro del Gobierno de los Mejores. Baste con que se vista de corbata (si es mujer, hágase una permanente cara y vistosa, de rubio teñido con mechas, y un pañuelo con manchas de leopardo) y lleve a la espalda una fotografía de Félix Millet. En su defecto, lleve el libro de Prenafeta en la mano. Si le preguntan por la política social de su gobierno (seguro que se lo preguntará el que va disfrazado de modelo de Estado federal asimétrico), usted responderá cantando: ¡In In-Di In-Di-Fe-Ren-Ciá! En todo caso, jamás, y digo jamás, pronuncie la palabra independencia, ni que le vaya la vida en ello. Jamás, repito. Ah, y pida dinero a todo el que pase. Dame un tres por ciento, majo, diga, antes de decir nada.

Disfraz de líder patrio. Muy visto.

Un disfraz sombrío es el de comisario de la Unión Europea. Vaya usted de corbata, o de traje con falda si es mujer, póngase al cuello unas tijeras de sastre y hable con acento alemán. Si le preguntan, lo que sea, esgrima las tijeras, chas, chas, y amenace con cortar lo primero que se le ponga a tiro. Responderá al nombre de herr (o frau) Rekorten.

Disfraz de griego contemporáneo.

Disfrazarse de griego es peliagudo. Si se disfraza de Diógenes, podrían confundirlo con un griego contemporáneo, y viceversa. Hay que ser muy ducho en historia y filosofía para apreciar las diferencias de un solo vistazo.

Ahora recuerde lo que dijo Carlos Borromeo, que los carnavales son la puerta de entrada del diablo en nuestras vidas. Era un amargado, el Borromeo. Yo, visto lo visto, me disfrazaré de lápiz de memoria USB.

 

Los Códices de Madrid

Para maravilla del personal, admiración del vulgo, deleite de la vista, ejercicio de la razón y goce del alma, les paso la dirección de la Biblioteca Nacional donde se presentan, digitalizados, los Códices de Madrid, obra del genio y el ingenio de Leonardo da Vinci.

¡No se lo pierdan!


La independencia de la Vall d'Aran (y la de Barcelona, ya puestos)



El Valle de Arán, que los araneses escriben Val d'Aran y los catalanes, Vall d'Aran, es, según el Estatuto de Autonomía de Cataluña (Art. 11), una entidad territorial singular. Es decir, ni el Gobierno de la Generalidad de Cataluña ni el Parlamento de Cataluña reconocen el estatus nacional del pueblo aranés, sólo dicen que se trata de un llamado territorio raro o extraordinario. Ni que decir tiene que los araneses se sienten molestos con este desprecio, pues presumen de tener eso que llaman una identidad nacional basada en el recuerdo de Occitania, con una lengua y una cultura propias.

El territorio es atlántico, no mediterráneo. Aran significa valle, en vasco, y es el recuerdo del predominio del vascuence como lengua vernácula en los Pirineos y Prepirineos. Pero más que el vasco, el aranés es occitano, más francés que español. Si geográficamente, no es parte de la Cataluña mediterránea, históricamente tampoco. La Cataluña del Reino de Aragón comprendía (aproximadamente) las provincias de Barcelona y Gerona, más las provincias catalanas en Francia; el Valle de Aran no se incluyó en lo que ahora llamamos Cataluña hasta que se instauró el sistema provincial, de modo arbitrario. De hecho, las fronteras de Cataluña se delimitaron entonces (1833).

El Valle de Arán fue uno de los rincones más aislados y subdesarrollados de España hasta que llegó la electricidad. Gracias a ese aislamiento endémico se preservó el aranés (occitano) y la rareza de una cultura minoritaria entre tres monstruos culturales como España, Francia y Cataluña. El Valle de Arán conoció la inmigración; primero, para construir las presas hidroeléctricas; luego, para trabajar en el turismo. Al mismo tiempo que comenzaba a apreciarse la cultura aranesa, se descubría que la hegemonía cultural catalana lo ponía en peligro, por no hablar de los turistas y los inmigrantes. El progreso siempre ha sido enemigo de la identidad nacional y la principal amenaza de esa identidad en los tiempos modernos es la radio y la televisión. En el Valle de Arán, no hay televisión que no sea española o catalana. Con todo, un tercio de los araneses todavía hablan entre sí en aranés; sólo uno de cada cinco emplea el catalán.

Es noticia... Perdón, no es noticia, porque ni se habla de ello, que el grupo que forma Unitat d'Aran, PM y el PSC-PSOE ha forzado en el pleno del Conselh Generau (la autoridad política del Valle de Arán), por la vía de urgencia, la aprobación de una moción a favor del derecho a decidir del Valle de Arán, como pueblo diferenciado y como territorio con carácter nacional (sic). Se ha aprobado por unanimidad y se debatirá en los ayuntamientos del valle, para que se sumen a la fiesta.

Este derecho a decidir sería ejercido de manera libre, democrática y pactada, que es lo menos; tal derecho reside en el pueblo aranés, como sujeto político y comunidad con una carácter nacional, cultura, lengua e instituciones propias, dice la moción. En pocas palabras, el Valle de Aran no quiere seguir el camino que le indica Barcelona, sino que quiere decidir él mismo qué camino seguir. Podría seguir con Barcelona, con Madrid o por su cuenta y riesgo, por qué no.

Todos los partidos araneses argumentan que el Valle de Arán sufre un tremendo déficit fiscal por culpa del gobierno de Barcelona y que éste no hace más que poner palos a la rueda del desarrollo aranés. Lo dice hasta Convergència Democràtica Aranesa, CDA, qué cosas, que pide un nuevo marco económico al gobierno de Barcelona (al que apoyan, pese a todo). De hecho, su propaganda electoral se basa en ese nuevo marco. La cuestión nacional en el Valle de Arán mejor la pasan por alto, porque les resta votos.

En el manifiesto Per Aran i el progrés de tots/es (Por Arán y el progreso de todos/as, qué manía con os/as), publicado por los partidos que proponen el derecho a decidir del pueblo aranés (de la fila del PSC-PSOE), se dicen cosas como:

[...] la adopción de políticas injustas por parte de estos gobiernos, que perjudican gravemente nuestra economía y nuestra identidad de pueblo diferenciado. [...] un agravio comparativo [...] las mentiras y los engaños de estos gobiernos [de Barcelona, por incumplir sus promesas electorales] [...] el centralismo que practica CiU en Barcelona [...]

[...] Queremos llamar la atención sobre el castigo al que CiU ha sometido el Valle de Arán, ya que ni se ha iniciado como debía el trámite para aprobar la nueva Ley de Arán ni se ha mejorado la financiación del autogobierno. Todo lo contario. Con el silencio cómplice del síndic Barrera [de la fila de CiU], que no ha sabido defender nuestros intereses, Aran ha sufrido un recorte superior a la media catalana en la financiación de sus competencias. Si antes recibíamos 24 millones de euros de Gobernación, CiU ha presupuestado 14 millones para este año: 10 millones menos, a los que hay que añadir 2 millones de euros que dejaremos de percibir del convenio de infraestructuras y la deuda de 3,8 millones de la Generalitat con Aran, sin cobrar. [...]

[...] También hay que lamentar que en dos años de legislatura no se haya desplegado la Ley der occitan, aranés en Arán, aprobada en 2010 para garantizar la cooficialidad del aranés como lengua propia de Arán. [...]

[...] La decepción y la falta de consideración hacia el pueblo aranés marcan la opción de CiU en estas elecciones [...] Apostamos por el pacto y el diálogo, desde la firme defensa de nuestro autogobierno y nuestra singularidad. [...] Rechazamos el centralismo que aplica el PP en Madrid, así como el centralismo de CiU en Barcelona. [...]

Etcétera.

Me parece el mundo del revés. CiU emplea los mismos argumentos que los araneses en Madrid y los mismos argumentos que los madrileños en Barcelona. Del PSC-PSOE no diré ni más ni menos. Los argumentos que son válidos e indiscutibles si los emplea un convergente barcelonés, son una burrada si los emplea un político de Unitat d'Aran, y viceversa. Las mismas palabras son justas o inadmisibles según quién las diga, los mismos hechos son verdad o mentira a discreción, las actitudes que se recriminan al otro son las que uno tiene con el de más allá...

A eso se le llama coherencia.

La broma del Valle de Arán es cosa digna de estudio, porque plantea un problema muy peliagudo en el proceso de culminación nacional que propone CiU. Conviene recordar que el Tribunal Supremo del Canadá dijo que las fronteras nacionales son arbitrarias, reconociendo el derecho de los pueblos indios del Quebec a separarse del Quebec en caso de independencia. En otras palabras, podría independizarse una parte del Quebec y la otra, no, dependiendo de la voluntad expresa de sus habitantes.

Con esa sentencia en la mano, el Valle de Arán o la provincia de Barcelona, pongamos por caso, podrían decidir permanecer o separarse no sólo de España, sino también de Cataluña. Ambos territorios son singulares, tienen realidades culturales diferentes a las del resto del país y sufren el desprecio político y fiscal de los gobiernos de Barcelona y Madrid. Las otras tres provincias catalanas viven la mar de bien con un generoso superávit fiscal y cuentan con una sobrerrepresentación parlamentaria que garantiza su estatus. Son razones más que suficientes para que los barceloneses pidamos un poco de justicia y amenacemos con irnos si no nos hacen caso.

Pero no hay cojones. Tenemos lo que nos merecemos.

Mucho que recortar



Quiero que lean esta resolución del Departamento de la Presidencia, la Resolución PRE/1215/2012, de 15 de junio de 2012. Es la que hace públicas las subvenciones y transferencias de este departamento de la Generalidad de Cataluña concedidas durante 2011 con un importe igual o superior a 3.000 euros, concedidas por los cargos del departamento sin haber pasado por un procedimiento de concurrencia pública. Es decir, un enunciado de las subvenciones y transferencias digitales, concedidas a dedo, porque lo digo yo, sin más razón que ésa.

La resolución es ésta:


Hay subvenciones a las que no tengo nada que objetar: el Banco de Alimentos de Gerona recibe seis mil euros de ayuda para controlar la calidad de los alimentos que reparten entre los pobres. Pero ¿qué son seis mil euros frente a los cinco millones y medio que recibe La Vanguardia o el millón y pico largo que recibe Òmnium Cultural?

Entre tantos favores, la Fundació Privada Centre d'Estudis Jordi Pujol recibe cincuenta mil euros para el (cito) desarrollo, durante el año 2011, de tres proyectos de actividades de promoción de los valores democráticos, la ética y la justicia social. Parece un chiste, pero es cierto.

Premian la novela del catedrático de Diversidad Social de la UPF


Los ganadores de los Premios Octubre de narrativa, poesía y ensayo.

Leo, consternado, que la Fundación Ausias March, de Valencia, y la editorial 3 i 4 han concedido el premio Andròmina (uno de los Premios Octubre), de narrativa en lengua catalana, al catedrático de Diversidad Social de la Universidad Pompeu Fabra, don Josep Lluís Carod-Rovira, que fue en su día líder patrio. La novela mezcla ficción con realidad, se titula La passió italiana (La pasión italiana) y viene a decir que los catalanes somos unos italianos frustrados (palabra del autor). No se le conoce argumento.

El premio se ha compartido ex aequo con una novela histórica, que mezcla realidad con ficción, Hi ha morts que pesen cent anys (Hay muertos que pesan cien años), de Tomás Llopis, profesor de lengua catalana en un instituto valenciano. Éste tiene más mérito, pues nunca ha concedido subvenciones a la Fundación Ausias March por valor de cientos de miles de euros y está libre de toda sospecha. Su novela narra la historia de una familia morisca valenciana en el siglo XVII.

Lujos obscenos (Gran Premio de la India 2012)



El circo de la Fórmula 1 puede resultar obsceno. Soy el primero en reconocer que el Gran Premio de la India es un ejemplo de obscenidad. El lujo que rodea la Fórmula 1 entre barracas y miseria ofrece un contraste que pone los pelos de punta. La India es la potencia mundial del futuro, dicen, pero el espectáculo de los ricos jugando a carreras de coches entre los pobres es espeluznante.

Con todo, era una carrera muy importante. Ganó Vettel, el primer piloto de Red Bull, pero Alonso, el primer piloto de Ferrari, llegó el segundo después de haber hecho un carrerón de primera clase. Parece que el Ferrari se comporta muy bien en carrera, que no está todo perdido, aunque todavía no llegue a tanto como llega el Red Bull. Si me preguntan, diré que me siento pesimista. Ahora mismo no creo que Ferrari pueda llevarse el Campeonato de Pilotos, aunque todo podría ser. Pero se dice lo que digo siempre: a pasarlo bien, caramba.

Curiosos avistamientos en Cataluña


Un C-15 del Ejército del Aire.

El código del Ejército del Aire lo designa C-15, aunque sea un McDonell Douglas EF-18A, la versión de caza y ataque monoplaza para España del F-18. Los C-15 han sido mejorados para alcanzar el estándar EF-18M.

Se compraron 96 cazabombarderos en su día. Nuevos, 72; el resto, de segunda mano. Éstos, los de segunda mano, llegaron pintados con los colores de la Fuerza Aérea Soviética, porque se empleaban en ejercicios de combate en los EE.UU., simulando ser Su-35 de la VVS. Ahora son todos de color gris y lástima, porque con los colores del Ejército Rojo eran más bonitos.

Un F-18 disfrazado de Su-35.

Tres alas del Ejército del Aire emplean los C-15 que todavía vuelan (86), con base en Madrid, en las islas Canarias o en Zaragoza, donde está el Ala 15. Si uno ve asomar un C-15 en la provincia de Lérida, será seguramente del Ala 15.

Verlo, verlo, lo que es verlo, no sé si lo verán, pero sí que le dirán que alguien lo ha visto. De hecho, corre una epidemia de avistamientos de C-15s en Cataluña que provoca estupor. Los alcaldes de pequeñas poblaciones del interior hablan de amenazas, demostraciones de fuerza, hasta de agresión, y ven cazas hasta en la sopa. Vienen a por nosotros, dicen. Modestia aparte, naturalmente, porque ya me dirán quién querrá ir a por ellos.

Aeroplano agresor, según la prensa.

Ampliación de la fotografía.
La decoración del timón de cola no es del Ejército del Aire español.
Quizá la prensa ha publicado una foto equivocada, quién sabe.

Si un día vieron una escuadrilla de C-15s yendo de un sitio al otro (un vuelo rutinario a baja cota, que se da periódicamente), ahora no pasa un día que los alcaldes de algún pueblo perdido de la mano de Dios no vean C-15s volando de aquí para allá, incluso simultáneamente en lugares dispares entre sí, siempre bien lejos de núcleos densamente poblados, todo sea dicho. Verlos, verlos... Dudan.

No los ven, pero los oyen por la mañana, por la tarde, de noche... En la Cerdaña, en la Costa Brava, en el interior de la Cataluña profunda de secano, en el valle del Ebro... En Barcelona, no, todavía no, aunque un periódico de Barcelona reclama fotografías del suceso a sus lectores, por ilustrar tantos avistamientos.


Se han sumado fragatas a la paranoia, que persiguen a los pesqueros como las cañoneras turcas de antaño, con la aviesa intención de hacerse con la pesca y hundir la embarcación una vez obtenido el botín.

También se ha avistado un submarino termonuclear a pilas frente a la Barceloneta y un tren blindado recorriendo las vías del AVE en Gerona. En la autopista que va de Mataró a Matadepera, dos carros de combate FT-17 se han saltado el peaje y se han dado a la fuga, que un radar de los mossos los ha pillado, o eso me han dicho.

Por no hablar de los comandos que recorren de noche las oscuras calles que rodean la plaza de Sant Jaume disfrazados de yayoflautas, que ya han intentado una vez (que se sepa) tomar al asalto el Palacio de la Generalidad, pero han sido valientemente rechazados por la guardia pretoriana.


Tantos y tan extraños avistamientos me recuerdan este otro caso (léanlo, no se lo pierdan).

Pero vayamos con cuidado, porque quizá sí que pasan cosas en nuestro cielo. Sin ir más lejos, el pasado 31 de marzo, en Barcelona...


Hay más películas en este sitio:

De verdad, la cosa promete. Me lo estoy pasando en grande con esta histeria colectiva, que da para muchas risas.

Igualito que aquí


El sinvergüenza bávaro.

No diré quién es quién por no meter a nadie en líos. Tengo un amigo periodista que una vez, al principio de su carrera, entrevistó a un político de mediana importancia. Cuando regresó a la redacción, le esperaba el redactor jefe con unas risas. Ha llamado Fulanito, dijo, y me ha pedido que te despida. No le ha gustado nada que le preguntaras esto y aquello.

Fulanito no consiguió que echaran de patitas en la calle a mi amigo, pero la entrevista que éste pudo hacerle salió publicada con varios recortes. A mí, esta historia me pone de los nervios, pero mi amigo periodista se encoge de hombros. No sé por qué te escandalizas, me dice, si es el pan de cada día.

Estos días se ha conocido un caso similar en Baviera, donde manda el CSU, un partido de la fila de la primera ministra Merkel o nuestros presidentes Mas o Rajoy.

El pasado domingo, Hans Michael Strepp, portavoz del CSU, llamó al telediario de la cadena ZDF para que no emitieran la elección de Christian Ude, alcalde de Munich, como primer candidato del SPD (el partido socialdemócrata). El CSU lleva gobernando Baviera desde siempre, como CiU Cataluña, para entendernos, y resulta que el SPD se les está acercando demasiado en intención de voto.

Herr Strepp telefoneó a los periodistas y les dijo que como emitieran el congreso del SPD se iban a arrepentir. Ya saben, los amenazó con las consecuencias (nunca dicen qué consecuencias son). Luego envió mensajes por teléfono a varios periodistas de la televisión. Su celo censor se conoció tres días después, cuando un periódico publicó la noticia. Al día siguiente, había dimitido en medio del más tremebundo escándalo.

El caso ha hecho mucho daño a su partido, el CSU. Tanto el presidente de Baviera como el secretario general del partido ahora dicen ¡Yo no he sido! ¡Yo no he sido! La pregunta es si el portavoz Strepp hacía lo que hacía siempre y ahora que se ha descubierto, zas, lo han sacrificado públicamente para aplacar las iras del común o si hizo lo que hizo en este caso cumpliendo órdenes. Que lo hiciera sin pedir permiso es posible, pero es también de gilipollas, y entonces uno se pregunta por qué la CSU elige a un portavoz tan idiota. Malo, en cualquier caso.

Peor todavía, la televisión está controlada por funcionarios escogidos por los partidos políticos que mandan en Baviera. Existe un control ideológico de la televisión y es más fácil censurar desde dentro que desde fuera. Eso ha irritado todavía más a los bávaros, que insinúan que el portavoz del CSU hizo algo feo y encima lo hizo mal. No hacía falta que llamara a los periodistas, para humillarlos otra vez, dicen.

Observen los paralelismos en nuestra casa. Tanto en Madrid como en Barcelona manda un partido de la misma filiación que el CSU. En ambos casos, el portavoz del gobierno (dejemos el partido a un lado, el del gobierno) es un personaje limitado que vende la imagen de un correveidile mediocre, al estilo del señor Strepp. Nadie duda que este portavoz llama a la televisión pública para decirles lo que tienen o no tienen que hacer. Etc.

En Baviera, se monta un pollo y el fulano dimite al día siguiente. Aquí, ya ven.

El instrumento del pueblo



Nuestros líderes patrios dicen cosas muy extrañas. Sin ir más lejos, nuestro muy honorable señor don Artur Mas, presidente del Gobierno de los Mejores de la Generalidad de Cataluña, negó ser un líder mesiánico, pero reivindicó ser un instrumento del pueblo. Modestia aparte, tendría que haber añadido.

En un primer lugar, me pregunté si no sería un instrumento de viento, pero decidí investigar un poco más. En circunstancias normales, un instrumento del pueblo tendría que ser un instrumento popular; por ejemplo, una pandereta. Pero la pragmática, la ciencia que estudia el significado de las palabras dependiendo del contexto, nos dice que no es lo mismo un instrumento popular que un instrumento del pueblo. El señor Mas no es una pandereta, sea dicho que se entienda, sino un hombre con una misión. A partir de esta premisa, la cosa se complica.

Un instrumento es (dice la RAE) Aquello que sirve de medio para hacer algo o conseguir un fin. En política, los instrumentos son (deberían ser) las leyes, las instituciones, los presupuestos y demás, pero no las personas, que serían las que emplearían esos instrumentos con un determinado fin. Un instrumento también puede ser algo que utilizamos para hacer algo, un objeto. Véase que, en ambas acepciones, el tal instrumento carece de ética, lógica o intención alguna. Es lo que tienen los instrumentos, necesitan un sujeto que los utilice, que se supone ético, lógico e intencionado.

Si uno es un instrumento del pueblo, será el pueblo tal sujeto, pero ¿es el pueblo un sujeto? Bonita pregunta. Pues, según. Volvamos al diccionario. El pueblo puede ser el conjunto de personas de un lugar, región o país; la gente común y humilde de una población; también, un país con gobierno independiente. ¿Qué pueblo será?

Un instrumento es algo que se emplea con un fin. Casi siempre, el fin que se busca (se debería buscar) en la política es el mayor beneficio para el máximo número de personas, el sostenimiento de una sociedad abierta y plural y la garantía de los derechos y libertades de cada individuo. Los medios para conseguirlo serán políticas que favorezcan el mérito y promuevan la igualdad de oportunidades, por ejemplo, que se aplicarán mediante los instrumentos mencionados, leyes y demás. Las personas que emplearán dichos instrumentos (que no son los instrumentos en sí) serán, en un sistema democrático, escogidas por la nación, que es el conjunto de los ciudadanos, siendo los ciudadanos las personas que pueden escoger quién empleará tales instrumentos o ser escogidas para emplearlos.

Aproximativamente, esta nación será el conjunto de personas de un lugar, pero me da que el instrumento del pueblo no va por aquí. Esas personas, en el ejercicio de las funciones delegadas, no serán instrumentos del pueblo, sino que serán individuos responsables de sus actos; que apliquen la ética o la lógica será algo que tendrán que decidir por sí mismos; para preservarnos de su mal gobierno se instituyen las leyes y los tribunales, y las elecciones, que sirven para expulsarlos del cargo si lo hacen mal.

Queda descartada la idea de la gente común y humilde como idea de pueblo. Pretender ser el campeón y adalid del pueblo tal que así sería impropio. Sería creerse el rey Artur(o). Supongo que no era ésa la intención del señor Mas.

Queda la interpretación de pueblo como país con gobierno independiente. Atendiendo a la ideología política del señor Mas, de todos (des)conocida, pueblo y nación son una misma cosa. Pero cuidado con el término nación.

El nacionalismo interpreta que la nación no es lo que las leyes entienden por nación (el conjunto de los ciudadanos, la suma de todos tomados de uno en uno) sino un ente superior que culmina un desarrollo histórico, un hijo de la historia, inevitable, un ente con entidad propia, perdonen la redundancia, un ente que, por lo tanto, tiene derechos por sí mismo (con independencia de los derechos ciudadanos, quiero decir), formado por aquellos que él mismo designa, que se verán modelados en una manera de ser (llámese cultura) nacional propia por un Estado que se generará en el momento de su culminación y que será, tan compacto y unitario, con una misión histórica propia (encarnarse en un Estado y alcanzar la plenitud nacional), una unidad de destino en lo universal. Las palabras son de Hegel, no mías.

Mal asunto para los que creemos que los pueblos se forman arbitrariamente, que la Historia es azarosa e imprevisible, que no hay tal destino, que los únicos derechos fundamentales son los derechos de las personas. Pero ésa es una opinión personal que se desvía del tema. Perdonen ustedes.

Decía el señor Mas que es un instrumento del pueblo. Atendiendo a lo que es un instrumento y lo que él entiende por pueblo, será un líder mesiánico, sin duda, porque no será responsable de sus actos, porque éstos son el fruto de una necesidad histórica (un destino), y será, pues, el guía del pueblo hacia su plenitud nacional. Ésta es un destino histórico inevitable que culminará en un Absoluto hegeliano, la madre que lo parió (a Hegel). El señor Mas no obrará impulsado por la lógica, la ética o una decisión propia y responsable, sino que se verá arrastrado por el río de la Historia y será, de hecho, el instrumento de la que ésta se valdrá para llegar a su Fin. Podría haber sido cualquier otro, no habría sido preciso más mérito que estar ahí entonces, aunque fuera de paso.

Es lo que dice él, no lo digo yo. Si les gusta, bien; si no les gusta, también.

Puede resumirse tal que así: el señor Mas es, en efecto, un instrumento del pueblo, una tijera hegeliana, pues ha conseguido y conseguirá mandar(nos) tijeretazo va tijeretazo viene y nuestro destino parece cantado: convertir una magnífica tela en un retal. Dios nos pille confesados.

Un lío sexual



Las cosas del sexo han cambiado mucho en muy poco tiempo, gracias a Dios. Ahora somos mucho más tolerantes con algunas maneras de utilizarlo, y menos tolerantes con algunas otras. Pero el respeto a las aficiones del prójimo acarrea algunos inconvenientes. Uno de ellos, y no es baladí, es el de llamar a las cosas por su nombre.

Así, una persona normal, estándar, dicho sin ánimo de ofender a nadie, una que se siente atraída por un sexo diferente al propio, se convierte en heterosexual. Antes no hacía falta decirlo, uno era tal que así y sanseacabó. No es ningún delito ser normal, estadísticamente hablando, y uno tendría que poder decir que es normal (sin emitir ningún juicio de valor por ello). Pero lo cierto es que se confunde la normalidad estadística con otra cosa. Que uno no sea normal no querrá decir que su afición sea menos frecuente, sino que es mala o perversa. No es cierto, pero es lo que se interpreta. Así que la vida moderna exige especificar esa normalidad con otra palabra (intentando suprimir el juicio de valor que siempre existirá).

Así que, si uno se apunta en un sitio web para buscar pareja, por ejemplo, le preguntarán si es heterosexual. En argot, si es hetero. En griego, a decir de la RAE, hetero designa otro, desigual o diferente, y de ahí lo heterogéneo, por ejemplo. Uno tendrá que deducir que si gusta de las personas del otro sexo (las más de las veces) será heterosexual.

El término homosexual, en cambio, tiene su intríngulis. Homo también viene del griego, y significa igual. No viene del latín, no quiere decir hombre. De todos modos, si este homo fuera hombre, no sería varón, sino el hombre genérico, es decir varón o hembra. Entonces, un homosexual sería el que quiere emplear el sexo (y a veces lo emplea) con cualquier persona del género humano, y no es exactamente eso lo que queremos decir. Así que homo, del griego, y ya nos entendemos.

El problema es que homo, hombre, se interpreta normalmente como varón. De ahí que algunos distingan entre homosexuales y lesbianas. Hacen mal. Diccionario mediante, tendrían que ser... Aquí surgen los problemas, porque se considera de mala educación emplear términos como marica o maricón, u otros, que suelen ser (o son) despectivos, mientras que el término lesbiana, no (no tanto, al menos). No existe (mejor dicho, no la conozco) una palabra que defina al varón que se siente atraído por los demás varones que no pueda leerse sin ofensa.

El diccionario de la RAE reconoce el término gay, pero no distingue entre sexos. Es decir, que podría haber un gay varón o un gay mujer. ¡Qué lío! Pero gay es un anglicismo que podría traducirse como muchachito ligero de entendederas. No me parece a mí muy respetuoso, aunque sea el término más empleado para evitar el problema del prefijo homo.

Peor lo ponen cuando en español existe gayo o gaya, que es un adjetivo que significa alegre o vistoso. Así que entre la palabra gay (un anglicismo reciente) y gaya (una palabra española muy antigua) surgen confusiones tremebundas. Fíjense que la que hasta ahora era La Gaya Ciencia, de Nietzsche, se ha vuelto a traducir como La Ciencia Alegre, o algo parecido. Palabra de honor, que lo he visto.

Luego vienen otras aficiones.

Existe el prefijo bi, de dos, o dos veces. Se emplea bisexual para designar a la persona que alterna la heterosexualidad y la homosexualidad... o quizá las practique simultáneamente. Es decir, que siente afición por los dos sexos, de ahí lo de bi. Pero un anónimo amigo mío se define a sí mismo como bisexual porque sostiene que siente mucha afición por el bello sexo y por su propio sexo, el de él mismo, quiero decir. Es una manera de verlo.

Los asexuales también reivindican un espacio en este ámbito de los palabros sexuales. Cuidado con la palabra, porque designa un tipo de reproducción animal en la que no intervienen los gametos, pero se aplica a gentes que no sienten afición por el sexo. No es lo mismo asexual que célibe, conste. También se llama asexual al que no sabe muy bien por qué sexo tiene afición. Como vemos, faltan palabras para definir todas las variantes posibles.

También están los transexuales. Trans es un prefijo de origen latino, que significa al otro lado. ¿Al otro lado del sexo? No exactamente, sino el sexo del otro lado, porque se interpreta que un transexual es la persona que quisiera tener el sexo que no tiene, no siendo lo mismo que un homosexual, que siente atracción por las personas de su propio sexo, o un hermafrodita, que no se sabe muy bien qué sexo tiene, teniendo los dos. 

¿Existen los holosexuales? Es decir, los que tienen afición por cualquier modo de empleo sexual, por todo uso del sexo. No lo he leído en ningún sitio, pero alguno habrá.

Volviendo a los bisexuales, el diccionario también recoge que se puede aplicar el término a quien tiene dos sexos. Es decir, un bisexual, aparte de un personaje al que le da lo mismo carne o pescado, podría ser un hermafrodita. Pero he aquí que ahora llaman intersexuales a los hermafroditas, que es lo último que me faltaba por oír. ¿Por qué complicarse la vida con nuevas palabras si ya existen algunas muy correctas? Intersexual...

No prosigo. El mundo del sexo está lleno de matices y prefijos y de tantas aficiones que su enunciado sería enciclopédico. Hay que saber latines para moverse en estas aguas. O practicar el griego, y no me lean mal.

Looper



Looper es lo que llaman un must: hay que verla. Eso es lo que dicen. La verdad es que no está nada mal, es una buena película, pero yo, qué quieren que les diga, desconfío de los musts. Si no la ven, no pasa nada y si la ven, a pasarlo bien, que no es otra su intención.

Es una película de ciencia ficción. Cuenta que en 2074 se inventa la máquina del tiempo y que las mafias, para deshacerse de las personas incómodas, las envían treinta años hacia el pasado para deshacerse de ellas. Muy ingenioso. En el pasado espera, escopeta en ristre, un looper, un asesino. Espera en un lugar determinado y así que aparece el personaje del futuro a la hora convenida, lo ventila de un tiro y santas pascuas.

Dicho esto, metan en el saco unas cuantas paradojas temporales (qué pasa si me mato a mí mismo) y alguna cosa más que no diré, para no chafar la sorpresa, y tendrán una película que se resuelve la mar de bien. Es una película de acción, con muchos tiros y tal, pero bien vestida, original, digna de palomitas.

Esta dirigida por Rian Johnson y la protagonizan, entre otros, Joseph Gordon-Levitt y Bruce Willis.

Muerte y vida de Bobby Z



Don Winslow publicó The Death and Life of Bobby Z en 1997. La leemos en español publicada en 2011 y traducida por Eduardo García Murillo para Random House Mondadori. Se considera que es un best-seller, pues se anuncia como tal en la editorial DeBolsillo. En resumen, quizá no sea literatura, pero es divertida.

Me fastidia que la novela venga acompañada de un prólogo. Preferiría una adenda al final, para meditar sobre el papel del doble en el género policíaco, no que me informaran sobre el argumento antes de leerlo. Sáltenselo.

He dicho un doble. Va de eso. Un delincuente de poca monta, un perdedor nato, se enfrenta a una cadena perpetua por triple reincidencia y sabe que en prisión su vida vale un comino, y no diré por qué. Así que acepta el encargo de hacerse pasar por Bobby Z para librarse de todo y ahí empieza a liarse el argumento. Traficantes de droga, policías corruptos, bandas y pandilleros, sexo de vez en cuando, sangre y violencia, humor negro, cinismo y desencanto. El resultado es Muerte y vida de Bobby Z, que se lee bien, entretiene y poco más.

El libro da para una película, y ésa llegó en 2007. Bobby Z dura 97 minutos, la dirige John Herzfeld, la protagonizan Paul Walker, Laurence Fishburne, Jason Lewis, Keith Carradine, Joaquim de Almeida, Olivia Wilde y Jason Flemyng y es un bodrio.

Fallos judiciales



Un fallo es el pronunciamiento o sentencia de un tribunal, imperativo. También, un error. Dependerá del contexto qué puede ser tal o cual fallo judicial, si una sentencia firme o un error garrafal. Dejo al libre albedrío del lector los siguientes fallos.

El primero, sobre la corrupción en el sistema sanitario público catalán.

La jueza doña María Millán Gisbert, del Juzgado de Primera Instancia número 37 de Barcelona, ha condenado a los editores de la revista Cafeambllet a indemnizar con diez mil euros a don Josep Maria Via por haber dicho que el caballero se enriquecía a costa de hundir la sanidad catalana. El tribunal aprecia que tal afirmación no está probada y no es una opinión, sino una exposición de hechos cuya veracidad no ha sido demostrada. También obliga a los editores a retirar de su sitio el vídeo El mayor robo de la historia de Cataluña, donde se denunciaba la tremenda corrupción alrededor del sistema sanitario público. Todo el vídeo, no sólo la parte que menciona al señor Via.

En esta película, se calificaba de vergonzoso el planteamiento de un artículo de opinión en El País del señor Via, demandante, que defendía (atención) la reducción de los controles sobre el gasto de dinero público en sanidad. La jueza no condena el uso de la palabra vergonzoso. Los editores de Cafeambllet se preguntaban si (cito) no sería más cómodo que le ingresaran directamente el dinero de nuestra sanidad en una cuenta en Liechtenstein. La jueza les da permiso para preguntárselo. Lo que ha considerado inadmisible la jueza es que los editores dijeran (cito) Gente como usted [el señor Via, demandante], como Bagó, como Manté [sospechosos de corrupción] y tantos otros que se han enriquecido a costa de hundir nuestra sanidad..., etc. La jueza no considera probado, repito, el enriquecimiento del señor Via y falla contra la revista.

Lo que tiene bemoles en este asunto es que el señor Via dice que donará la indemnización a la Corporación de Salud del Maresme y la Selva, una institución envuelta en corruptelas y clientelismos, como ha podido saberse a través del caso Crespo. Todo en familia.

El segundo, que sostiene que los hermanos Dalton, Carulla, perdón, no pretendían enriquecerse con el trasiego de decenas de millones de euros de una sociedad instrumental a otra. Es una opinión que no compartimos, pero que se ha convertido en sentencia.

Don Josep Maria Miquel Porras, titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Barcelona, ha considerado que no hay indicios de que los Carulla, propietarios de Agrolimen, estafaran a Hacienda a través de operaciones entre empresas del grupo. El juez toma la palabra al périto judicial que habló de recolocación de fondos (sic) y de reorganización del grupo empresarial (sic). Más de sesenta millones de euros fueron de aquí para allá sin pagar impuestos y el juez Porras se enfada con la Agencia Tributaria, por haber acudido a la vía penal y no a la administrativa. Considera, además, que las autoridades holandesas ya controlaban este asunto (¿?) y se desentiende de él. Ahí queda eso. Desestimado.

Tercer caso, que no es un fallo judicial, sino el fallo de un juez.

Don Joaquín José Ortiz Blasco, magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), será investigado por asesorar (sic) a los empresarios que hacían gala de su amistad con don Oriol Pujol Ferrusola y que aprovecharon sus contactos políticos en la que se conoce como trama de las ITV. La jueza instructora y el fiscal aseguran que tienen indicios de sobra para investigar a don Joaquín José, por ponerse al servicio de unos intereses particulares. No sabemos cómo acabará el caso ITV, pero el olorcillo a corrupción convergente vuelve a ser el hedor predominante.

Con todo, la Ley es lo único que nos queda y a veces suena la flauta y nos llevamos una alegría.

Constatación sobre la palabra dada



Sobre De qué modo han de guardar los príncipes la palabra dada dice Maquiavelo, Machiavelli quizá, en su recetario (Il Principe) lo que sigue:

[...] Los hombres son tan simples y se someten hasta tal punto a las necesidades presentes, que el que engaña encontrará siempre quien se deje engañar. [...]

Lo digo porque vienen elecciones. Están avisados. Luego no vengan con que no se lo dije, aunque me da por padecer la maldición de Casandra.

La Cataluña desigual y cicatera


El honorable señor Cleries, uno de los Mejores y responsable de una parte de la política social catalana, felicisímo y encantado de haberse conocido.

Sigo predicando en el desierto, pero planteo cuál debería de ser la principal preocupación de nuestras autoridades y líderes patrios. Véase.

Según las cifras, la renta per cápita catalana es un 18% más elevada que la renta española y la renta media de la Unión Europea (que son casi idénticas). Que se entienda, la renta per cápita catalana supera los 120.000 euros por persona y año. Que hay crisis, cierto. Que hay dinero, también. Ahora bien, cómo se reparte es harina de otro costal.

Me remito a los datos oficiales. Las rentas del 20% de los catalanes más ricos suman seis veces, seis, más que las rentas del resto de los catalanes. Dicho de otra manera: sean cinco catalanes. Uno de ellos ingresa seis euros y los otros cuatro juntos, un euro. En el otro extremo, la mitad de los catalanes es pobre.

El salario medio de un catalán no llega a 24.500 euros al año, brutos. Es decir, la riqueza que genera un catalán es cinco veces superior al salario que recibe a cambio. Lo peor es que, desde 2010, el poder adquisitivo estos ingresos han disminuido un 20%, el 22% de la población activa está en paro y la inflación crece (ahora mismo está cerca del 4% anual). La diferencia entre la renta media y el salario medio se ha incrementado mucho; en cristiano, los ricos son más ricos que antes y el resto, más pobres. La crisis se la comen los de siempre.

La media de gastos de un hogar está en algo más de 12.000 euros por persona y año. Como la familia más frecuente en Cataluña está compuesta de tres personas, si no trabajan dos de ellas, no podrán afrontar los gastos y eso explica que dos de cada tres familias catalanas pasen problemas para llegar a final de mes.

La media vive bien, digo, porque la situación es mucho más dramática para una gran parte de la población. Medio millón de trabajadores catalanes (500.000) cobran menos de un 60% del salario medio. Pero los hay que están peor. El 45,7% de los catalanes tiene ingresos inferiores a los 8.500 euros al año, casi la mitad.

Gracias a las prestaciones sociales, que pueden equipararse a un ingreso, esa cifra se reduce al 22% de la población. Es decir, uno de cada cinco catalanes vive en la pobreza, todo y las ayudas sociales. La situación entre ancianos y niños es escalofriante. Si no fuera por los servicios sociales, serían pobres de necesidad nueve de cada diez ancianos; uno de cada tres menores de 16 años es pobre, ayudas mediante; 350.000 niños (tres de cada diez) viven en situación de pobreza.

¿Qué hacemos para intentar remediarlo?

En Cataluña, las prestaciones sociales suman el 17% del PIB; en España (Cataluña incluída) el 21%; en la Unión Europea, más del 26%. Es decir, nuestra renta supera un 18% la de un europeo, pero invertimos un 16% menos que él en política social. Ahora considérese que la tasa de pobreza europea es un 22%, la española, un 26% y la catalana ¡un 30%! ¡Estamos peor que Grecia! Somos los primeros en Europa en desigualdad social, pero los últimos en prestaciones sociales. ¡Bravo! ¡Olé! ¡Qué buen gobierno!

Ahora me vendrán con Madrid y tal. Bah, cuentos. Pensiones aparte (que dependen de la Tesorería de la Seguridad Social), el 97% del presupuesto de las prestaciones sociales en Cataluña depende de la Generalidad de Cataluña; el 0,13%, del Gobierno de España. La tercera o cuarta Comunidad Autónoma en presupuesto per cápita está en la cola en gasto social por habitante. El presupuesto de la Generalidad de Cataluña se resuelve en Cataluña y lo votan diputados catalanes. Ellos quieren que sea así y así es. Ellos son los responsables, punto.

Visto el panorama, esto es una insensatez, casi un delito. Pero el gobierno instalado en Barcelona prefiere recortar las prestaciones sociales a tasar las grandes fortunas, o gasta más en subvencionar al F.C. Barcelona que en combatir la pobreza infantil. En el fondo, tenemos lo que nos merecemos y bien está que sea así.

Actividad ininterrumpida

Leído en El País: [Un grupo de música] dice adiós a los escenarios tras 38 años de actividad ininterrumpida. Es decir, ¿han estado treinta y ocho años tocando sin parar? ¡Pobres...!

Agitata da due venti (hecha un lío, vamos)


Damas y caballeros, para todos ustedes Cecilia Bartoli cantando Agitata da due venti, de la ópera Griselda, de Vivaldi. Si tienen bemoles, intenten cantarla en la ducha y verán. Les copio la letra de la canción, para que se animen.

Agitata da due venti,
freme l'onda in mar turbato
e 'l nocchiero spaventato
già s'aspetta a naufragar.

Dal dovere da l'amore
combattuto questo core
non resiste e par che ceda
e incominci a desperar.

 

Sostiene Pereira



La editorial Feltrinelli publicó Sostiene Pereira en 1994. Antonio Tabucchi, el autor, la había terminado de escribir el 25 de agosto de 1993, tras dos meses de mecanografía que se venían cociendo desde septiembre de 1992. Así lo cuenta el propio Tabucchi, diciendo que conoció a Pereira tal día y explicando de dónde le vino la idea de la novela.

La novela tuvo mucho éxito y pronto se convirtió en una película en 1996, protagonizada por Marcello Mastroiani, un magnífico Pereira. Aunque prefiera la novela, la interpretación de Mastroiani está a la altura del personaje, que es tanto como decir que está a muy gran altura. Lean primero la novela, les digo, pero no soy exigente sobre este punto.

El personaje protagonista de Sostiene Pereira, Pereira, el periodista que se encarga de la sección cultural del diario Lisboa en 1938, mientras se asienta la dictadura de Salazar, Europa se ve amenazada por los fascismos y la Guerra Civil sangra España, Pereira, decía, es uno de esos personajes literarios que merecen un aplauso, vítores y felicitaciones. Cómo un hombre gris, aburrido y triste despierta a la vida, cómo toma conciencia del mundo en que vive y en el que se había negado a vivir, cómo reacciona ante ello, cómo, en fin, asienta firmemente el relato sobre sus espaldas.

Los críticos italianos dicen que Sostiene Pereira es una novela cívica. Me gusta la expresión, cívica. En Italia existe una idea sobre la función política de la literatura que aquí no existe, o creo yo que no se da, donde un escritor toma partido por las libertades cívicas y se rebela contra la corrupción o la tiranía. La pluma (el procesador de textos, si lo prefieren) contra la espada; la mirada culta y razonable contra los salvapatrias y los mafiosos.

Quizá exista esa tradición porque Italia tuvo que inventarse y sigue inventándose, y las personas leídas son conscientes de la fragilidad de las democracias y la necesidad de cimentarlas sólidamente, algo que aquí no parece ser asunto de interés. También existe una literatura nacional (las naciones no existen por ellas mismas, se construyen ideológicamente mediante narraciones) y una literatura fascista (una literatura nacional más desquiciada y obsesiva), y en ambos casos se dan escritores de mucho mérito. Pero, insisto, la literatura cívica italiana del siglo XX es un género muy peculiar y envidiable.

Dicho esto, es muy fácil, facilísimo, que el escritor que se atreva a tanto caiga en el panfleto propagandístico; es decir, en la mala literatura. Por eso tiene tanto mérito una novela como la de Tabucchi. Porque es, queridos lectores, Literatura con mayúsculas. Si quieren, dejen a un lado su lectura política y léanla como si fuera lo que es, simplemente la historia de un pobre hombre. ¡Es una obra excepcionalmente buena! ¡Léanla! Háganlo y disfruten. Les advierto: su inicio es lento y pausado, como Pereira, pero se va animando lentamente y no se sabe cómo uno se encuentra en un punto en que no puede dejar de leer. La técnica de Tabucchi es impecable y el resultado, un clásico.

He leído Sostiene Pereira en la edición de Universale Economica Feltrinelli; es decir, en la edición italiana de bolsillo. Agradecemos que no incluya ninguna introducción, pero sí un artículo que escribió Tabucchi en 1994 para un suplemento dominical, que se incluye después del final de la novela. Existe una buena traducción de la novela, que edita Alfaguara.

Nota: Antonio Tabucchi murió en Lisboa hace unos meses, el pasado mes de marzo. Repartía su vida entre Lisboa, de la que se había enamorado, y la Toscana, donde había nacido. Le lloran aquí y allá.

Envidia


La Envidia, amargándole a uno

Qué envidia me dan en Madrid. Allá salen a la calle protestando por los recortes del gobierno en sanidad o educación públicas. Aquí, por el contrario, salimos a la calle para apoyar el programa del gobierno, que no se conforma con los recortes al uso en toda España, sino que añade recortes y tasas de su propia cosecha y se sitúa, en la gestión de lo público, en una radicalidad neoliberal y ultraconservadora que produce pánico. Allá piden que se sostenga el Estado del Bienestar; aquí, que se cree un Estado para seguir sosteniendo su bienestar. Qué envidia, qué maldita envidia, por Dios.

Sombras del escultismo



Se habla mucho de la pederastia entre los sacerdotes católicos, que es abominable, pero no tanto de los abusos que padecen los niños a manos de otras organizaciones laicas. Por ejemplo, entre los Boy Scouts. En los EE.UU., esta organización lleva registrados más de 20.000 casos de abusos a manos de casi 1.250 jefes de tropa, y el asunto ha salido a la luz porque los boy-scouts americanos querían mantener estos registros en secreto y la prensa, publicarlos. Naturalmente, se publicarán.

El escultismo (quizá escoltismo sería mejor) es un movimiento paramilitar juvenil que nació en la Guerra de los Boer. Ha sido imitado con mucho éxito en su día por las tiranías comunistas (Komsomol), nacionalsocialistas (Hitlerjugend) y fascistas (Balille, Arditi, Frente de Juventudes, la Mocidade Portuguesa, etc.). El porqué es evidente. Véase.

Se busca el desarrollo físico, espiritual y mental de los jóvenes para crear buenos ciudadanos. En la Gran Bretaña de Baden-Powell (su fundador), el buen ciudadano es una cosa; en otras partes, otra muy distinta. Se pone énfasis en las actividades lúdicas, para que el joven sea formado sin que se dé cuenta, perfecto; el ejercicio y las actividades al aire libre son básicas para formar su carácter y sus valores; es decir, la fuerza pasa por delante del intelecto y además la organización está pensada para fomentar el liderazgo y la obediencia y el trabajo en equipo por encima de la reflexión crítica individual, como en el ejército y sin que se note. En conclusión, fue muy fácil que un sistema totalitario aplicase las mismas técnicas para educar a sus chavales. También fue fácil que algún desalmado hijo de puta practicara abusos sexuales con impunidad, y perdonen ustedes el exabrupto. Apenas comenzamos a saber.

En España, el escultismo nace en agosto de 1912, en Vitoria y Barcelona, donde nacieron los Exploradores Barceloneses. La Guerra Civil supondrá el fin de estas agrupaciones, que nacerán transformadas en cualquier otra cosa. El franquismo creó los Flechas y Pelayos, que pasarían a convertirse en el Frente de Juventudes, los boy-scouts de la Falange. Los boy-scouts de toda la vida quedaron relegados al País Vasco y Cataluña (el único lugar donde habían tenido cierto éxito antes de la guerra, porque en España había sido un movimiento católico tradicionalista). Siguieron adelante, pero bajo el control de la Iglesia Católica, que creó las Delegaciones Diocesanas de Escultismo (DDE) para vigilar de cerca el movimiento escolta. Tendrá que esperarse a 1978 para que el verdadero escultismo internacional regrese a España.

Mientras tanto, el escultismo católico-nacional o nacional-católico forma a nuestros líderes patrios: Jordi Pujol, Pasqual Maragall, Raimon Obiols o Narcís Serra han sido adoctrinados por el escultismo y hasta hace bien poco, dos de cada tres diputados del Parlamento de Cataluña, también. Los más jóvenes, ya no. Cuántos de ellos han sufrido abusos carnales en sus excursiones campestres católico-patrióticas, no se sabe, quizá ninguno, pero la mayoría, como es evidente, no ha sido capaz de ver más allá de sus intereses particulares, y de cooperar solidariamente para el bien común, como pedía Baden-Powell. Eso sí: forma líderes, forma ideología, forma un grupo de intereses comunes y creencias extrañas.

Mejor hubiera sido enseñarles a leer un libro a todos. Otro gallo cantaría.

Sylvia Kristel (1952-2012)



Son batallitas de abuelo. Recuerdo visitas en casa que, sotto voce, confesaban haber viajado a Perpiñán (pronúnciese Perpignan) para ver películas guarras, y susurros en el patio del colegio sobre una tal Emmanuelle, que se pronunciaba Manuel, y que por eso mismo llevaba por el camino de la amargura a Pérez, o quizá fuera Rodríguez, no me acuerdo, que se llamaba Manuel, de Manolo, y estaba de burlas hasta los mismísimos.

La señora ha muerto relativamente joven a causa de varios tumores. Su salud estaba muy delicada y no ha podido más. Durante años ha sido víctima de vicios y adicciones que la han arruinado. Era holandesa y protagonizó una de las películas francesas más taquilleras de la historia del cine galo, Emmanuelle, donde enseñaba las tetas. Era una película erótica que ahora llaman soft, por suave. Es decir, que, tetas aparte, no se veía nada, aunque la señorita Kristel era guapísima entonces.

Qué mal estábamos los catalanes que hacíamos cola en la autopista, cruzábamos la frontera y luego volvíamos a hacer cola en el cine para ver las tetas de la entonces señorita Kristel. Nos poníamos como una moto y en el viaje de vuelta a casa nos calentábamos tanto que no valían alivios con agua fría. Los guardias saludaban a los coches con matrícula de Barcelona con sorna. ¿Qué? ¿A Perpiñán? Recuerdos a Emmanuelle, decían, y los conductores mal disimulaban su embarazo, pillados en falta.

Por suerte, España cambió. Ya no tenemos que pasar vergüenzas para ir a ver películas guarras a Perpiñán, ni fronteras donde pasarlas, aunque hay gente que añora los tiempos de los guardias fronterizos y pide que vuelvan. Es lo malo que tienen las banderas.

En fin, descanse en paz.

Premio para El Roto



Muchas veces, lo mejor de un periódico son los llamados humoristas. Entre éstos sitúan muchas veces a El Roto, que antaño había sido Ops, pseudónimos de Andrés Rábago García. El Roto no es exactamente un humorista y decir que es un ilustrador es quedarse corto. Es mucho más, porque su crítica social y política deja en evidencia a la mayor parte de la prensa diaria. Si se atrevieran a decir lo que dice El Roto...

Hoy publica en El País, como Forges, y los dos valen por todo el periódico. Comenzó publicando en Hermano Lobo, descendiente de La Codorniz. Diario 16, Cambio 16, Tiempo, El Periódico de Catalunya, Informaciones, Pueblo y La Hoja del Lunes le siguieron. Merecidamente, después de una carrera que se inició en 1968, ha recibido el Premio Nacional de Ilustración de 2012.

¡Muchas felicidades! ¡Bravo!

¡Pulgas en el metro de Barcelona!


Nueva vestimenta de los trabajadores de TMB

No es la primera vez que hablo de este asunto. El año pasado, lo mencioné aquí, y no ha cambiado nada. El metro de Barcelona es un criadero de pulgas, hasta de chinches, y los bichos se ponen las botas atacando al personal. La peor línea de todas en número de ataques es la línea 3, la de color verde. Los viajeros habituales de esta línea disfrutan de picazones e hinchazones súbitas e imprevistas; el respetable notará abundantes picores en la zona de los tobillos.

La notícia no aparece en los medios de comunicación no se sabe por qué. Pero un informante anónimo me cuenta que hace tiempo que tendrían que haberse tomado cartas en este asunto. Es una plaga con todas las de la ley.

Una película de miedo



Cuentan cosas espeluznantes de algunas películas. De Superman, que los niños se liaban una sábana alrededor del cuello y se tiraban balcón abajo al grito de ¡Superman! De El exorcista, que algún espectador salía del cine echando espumarajos por la boca. Algunas películas de terror han provocado ataques de pánico en el respetable. Se dice que algún largometraje de Woody Allen ha provocado risas entre el público, algo inédito. Se insinúa que los avistamientos de platillos volantes se incrementaron gracias a las películas de serie B y que las de zombies le amargan a uno un viaje en metro. Etcétera.

Ahora salen con una película española que no parece española, Lo imposible. Cuenta la historia (basada en una historia real) de una familia víctima de un maremoto. Escenas lacrimógenas, una tragedia de aquí te espero, mucha tensión emocional, angustias para dar y repartir y una buena factura; en eso coincide todo el mundo. Pero cuentan los periódicos que el público sufre desmayos y vómitos, mareos, convulsiones, crisis de ansiedad... Que se lo pasa en grande, vamos. El rumor ha saltado a la prensa no se sabe por qué. Es posible que la película, en efecto, tenga efectos nocivos; también es posible que el publicista de la misma sea un lince y nos esté metiendo un gol por la escuadra.

En todo caso, entre el IVA y los peligros de la pantalla, mejor me quedo en casa, por si acaso.

Wilco en Barcelona (octubre de 2012)



Wilco ofreció uno de sus conciertos al respetables en el teatro de la ópera de Barcelona, el Liceo. No juzguen lo que sigue con seriedad, porque soy un profano en la materia. Eso sí, me lo pasé bien, porque Wilco en directo es mucho Wilco.

Vayan avisados a un concierto de Wilco: meten mucho, mucho ruido, y decir mucho es poco. El estruendo es tremebundo, pero forma parte del circo. Los chavales (ya creciditos) son de Chicago y los entendidos me dicen que, ahora mismo, son lo mejorcito del rock & roll, el pop o como se llame.

Los críticos hablan de rock alternativo, y yo tengo que creérmelos. También cuentan que Wilco se fundó en 1994, a partir de un grupo de country alternativo (Uncle Tupelo) que había perdido a su cantante y tuvo que reinventarse. Parece que lo hizo bien, porque, me siguen diciendo, Wilco se ha convertido en una referencia musical, ha inspirado a más grupos alternativos de pop, así, en general, y la banda alterna música que podríamos llamar experimental con lo más clásico del rock americano. Llegado a este punto, yo, que soy bastante lerdo, pregunto qué entiende un crítico de música popular por alternativo y me quedo con las ganas de saberlo. Lo cierto es que Wilco puede salirte en medio de un concierto con un country clásico de verdad y de repente, zas, bum, colar en la canción tanto ruido eléctrico que el escenario se viene abajo.

El cantante (los relamidos críticos alternativos hablan de vocalista), compositor y guitarrista, el señor del sombrero en el escenario, es Jeff Tweedy; el bajista, John Stirrat; los dos llevan en la banda desde el primer día; el resto son Nels Cline (guitarra), Glenn Kotche (batería), Pat Sansone y Mikael Jorgensen (que tocan lo que les echen, ya sea piano, guitarra o castañuelas). Todos juntos muestran un oficio que muchos quisieran para sí.

En resumen, fue una oportunidad de oro para ir al Liceo con pantalones tejanos y pasárselo bien. Lo peor que puede decirse del concierto es que, después del espectáculo, uno se descubre sordo como una tapia. ¡La de ruido que meten estos chicos...!