Qué bien que nos lo pasamos en Justicia

¿Qué digo yo ahora? ¿Me pongo a reír? ¿Me avergüenzo públicamente? Dicen que la mismísima consellera Tura (que aparece repartiendo café para todos en la película) promovió esta... esto, para elevar la moral del personal (de Justicia).

Tengo la firme convicción de que alguien le da a la bebida, pero ¿quién?

Esas cosas pasan

En uno de los diez mil folios del sumario del caso Pretoria, el señor Alavedra llama al conseller Castells para pedirle un favor. La conversación es distendida, con risas y chistes. Se tutean, se conocen, se nota que han hablado muchas veces, porque comparten veranos y restaurantes. Comenta el conseller que el asunto está en manos de otro y no dice ni sí ni no. Que se ocupe el otro, insiste, sacándose el trabajo de encima. Pero el señor Alavedra quiere que el conseller reciba al señor Prenafeta, porque el pequeño insiste. El pequeño... Risas. Porque el señor Prenafeta es pequeñajo y feo, y la crueldad es cotidiana. El conseller comprueba que su secretaria ha anotado una cita con el señor Prenafeta... y el señor Alavedra. Pero el señor Alavedra dice que no, que él no quiere ir a la reunión, que la reunión es cosa del señor Prenafeta y de nadie más. Pero el conseller lee la cita en la agenda, donde se mencionan los dos nombres. El señor Alavedra repite que no. El pequeño no se entera, dice, y añade: Ese tío es burro de cojones. El conseller ríe y responde: Esas cosas pasan.

Sí que pasan, pero qué poco hacéis para que pasen menos.

800 GPs (Turquía 2010)


Sesenta años. La Fórmula 1 ha cumplido sesenta años, y en todas y cada una de estas sesenta temporadas ha corrido la Scuderia Ferrari, fundada en 1929. En Turquía, la escudería ha celebrado sus 800 grandes premios. Ochocientos, ahí es nada, que son muchos.

Podríamos haberlos celebrado con una victoria, hasta con un podio, pero nos tenemos que conformar con los puntitos del séptimo y el octavo y estar a una veintena de puntos de la primera marca (McLaren). Pero ¡todavía queda temporada por delante! Forza!

A lo que íbamos, que se me ha ido el oremus. Ochocientos grandes premios... Uf... La estadística es tremenda. Véase:

800 grandes premios.
211 victorias (la primera, en 1951).
223 segundos puestos.
198 terceros puestos.
203 pole-positions.
221 vueltas rápidas.
Cuatro pilotos muertos en competición.
14 victorias consecutivas (entre 1953 y 1954, por Ascari, Taruffi, Hawthorn y Farina, sin contar la Fórmula Indy).
13 victorias de un piloto en una temporada (en 2004, por Schumacher).
24 dobletes en cinco años (2000-2004).
15 Campeonatos del Mundo de Pilotos.
16 Campeonatos del Mundo de Constructores.
Etc.

Felicidades, pues.

Garabato semántico-frenético

Cissé Soravilla Soria
Garabato semántico-frenético (2010)
Técnica mixta: lápiz duro, bolígrafo y sopa de galleta sobre papel doblado
14,8 por 21 cm


El joven artista, influenciado por el recuerdo de Pollock y la exquisitez de Bacon, establece un diálogo entre las formas enérgicas y violentas de un lápiz duro y la aparentemente errática, lenta y sobria línea de un bolígrafo azul que, destacando entre los grises, se enaltece a sí mismo como centro de gravedad del discurso gráfico, tan rico en matices formales. A un lado, semejando un ente ajeno al diálogo, quizá conflicto, entre la pasión y la razón humanas, surge la materia, representada con una impresión de sopa de baba y galleta. Este apunte, que nos recuerda la progresión escultórica de las pinturas de Tàpies, la energía de la pintura cerámica de Barceló o la meditada simplicidad del mejor Miró, deviene en sí mismo un motivo de reflexión y de diálogo entre el artista y el espectador. Pues, en efecto, el conflicto entre la Eros y Tánatos, el ánima y el espíritu, la fe y la ciencia, que refleja el núcleo formal, que no semiótico, de esta obra enlaza con la materia a través de un único trazo vigoroso del lápiz, el espíritu carnal, elemental, de la materia humana, que gira y se revuelve alrededor de la mordaza de represora de la inteligencia. El dilema eterno, esencialista, entre la naturaleza dada y la naturaleza adquirida, se presenta además como una superación del yo espiritual a través del yo material, como una génesis del espíritu latente en la materia que propone al público motivo suficiente de reflexión epistemológica y cognoscitiva.

Una gran obra, en suma.

Picasso vs. Rusiñol

Por una vez, seamos optimistas. El desmantelamiento del Museo del Cau Ferrat de Sitges por obras (de acondicionamiento o de destrozo, según quien las mire) ha permitido una exposición en el Museo Picasso, Picasso vs. Rusiñol, donde se comparan, se enfrentan, comparten un espacio y un discurso algunas de las obras del jovencito Pablo Ruiz (Picasso) y el veterano Rusiñol, bandarra, artista y modernista. Consulten en www.bcn.cat/museupicasso.

La hipótesis de la exposición es que Picasso aprendió mucho del señor Rusiñol, de la modernidad, del ambientillo de artistas y vividores de los que vivía rodeado el insigne barbudo modernista. En cierto modo, Rusiñol habría obrado de tutor, mentor, guía y faro de un jovencito andaluz que prometía mucho. Pero Picasso era Picasso, un alumno que daba mil vueltas al maestro, aun sin saberlo, o sabiéndolo. Picasso aprendió y luego aprendió a superar aquello que había aprendido. Echó tierra sobre el modernismo y se construyó a sí mismo, rebelándose, oponiéndose, a las imposiciones de lo que toca, aunque parece ser que siempre tuvo en muy alta consideración a su entrañable maestro catalán.

Muy recomendable.

Lapsus linguae

A veces se dicen en los parlamentos cosas de mucha enjundia. Sucedió ayer en el Parlamento de Andalucía, cuando el presidente de la Junta de Andalucía, el señor Griñán, por dar respuesta a las invectivas del diputado señor Arenas, de la oposición, exclamó: ¡Que Zapatero sea malo no les hace a ustedes buenos!, llevándose a casa los aplausos de la oposición. El resto de la sesión lo pasó el señor Griñán intentando explicar que donde había dicho digo dijo Diego, o viceversa, sin demasiado éxito.

Cotización a la baja

El mercado del arte no hay quien lo entienda. Véase el caso de la dibujante, pintora y escultora catalana Doris Malfeito.

En 1993, la señora Malfeito expuso en Santa Cristina d’Aro. El padrino de la exposición fue el entonces presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Juan Antonio Samaranch, uno de sus mejores clientes. A la vernissage asistieron, entre otros, el director general de La Caixa, Josep Vilarasau, la diseñadora de joyas Concepción Gual y el pintor Jaume Malaret. Copio la crónica del ABC del 28 de julio de 1993 (en la sección Gente).

[La señora Malfeito] confesó a este periódico su interés por la investigación de nuevas técnicas pictóricas. En la exposición, la artista vuelve a temáticas paisajísticas, pero a base de dibujos al carbón salpicados de nebulosas cromáticas que confieren a las obras un toque de innovación.

De temperamento arriesgado, Doris Malfeito ya sorprendió en su anterior muestra, titulada «Cosmos», con una serie de paisajes galácticos. Amante de la música eslava, amiga del filósofo Erich Formm y sensible a la astronomía, la pintora y dibujante causó sensación con sus estrelladas nebulosas. En su nueva etapa de técnica mixta presenta retratos, figuras, marinas y paisajes, además de óleos que recuerdan el trazo estelar de su «Cosmos».

En 2001, la señora Malfeito expuso en Barcelona, después de haber expuesto en Nueva York. La Vanguardia publicó que el cuadro más barato se había vendido por 1.800 euros y el más caro, por 9.000. Suma y sigue. En 2004, el COI, La Caixa, la inmobiliaria Kepro, el Banco Vitalicio, el Banco Central Hispano Alfonso Escámez, José María Amusátegui, Lluís Pascual Estevill y un largo etcétera del mundo de la política, las finanzas y las empresas catalanas se habían convertido en sus clientes habituales. Los galeristas cobraban entre 30.000 y 50.000 euros por un óleo de la señora Malfeito, ahí es nada.

Hoy, en cambio, no se pagan más de 175 euros por una de sus obras, subastada en internet. Un señor cuadro, un óleo de 93 por 73 centímetros, a precio de coste. Busquen en Google y verán. ¿Quién dijo que era seguro invertir en arte? La cotización de la señora Malfeito se ha reducido en más de un 99,6% entre 2004 y 2010. ¡Un 99,6%!

Por cierto, ¿sabían que la señora Malfeito es la mujer de Macià Alavedra?

Cosas que unen

Inauguran en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, CCCB, una exposición titulada BVP, Barcelona-València-Palma, una historia de confluencias y divergencias. Los periodistas se han puesto las botas, publicitando la visión artística del asunto, que tiene mucha enjundia. Los comisarios de la exposición son Ignasi Aballí, Melcior Comes y Vicent Sanchis, y la exposición cuenta con subvenciones de aquí, allá y acullá.

Dice la nota de prensa que más allá de la lengua común, hallamos una arquitectura y un urbanismo parecidos, una geografía humana perfectamente equiparable y una estética urbana que las hermana. Dicho esto, los artistas proponen performances y actividades que destacan el feísmo, la corrupción, la megalomanía, la degradación urbana, el culto a lo kitsch... Aunque también se muestran maquetas de edificios emblemáticos de cada urbe, para que no se diga. El público puede votar por lo más feo de la ciudad en La Ciudad de los Horrores (www.cccb.org/laciutatdelshorrors), y las candidaturas son numerosísimas, cada cual más horrible que la anterior. Una curiosidad: el entorno de mi oficina aparece en varias de las propuestas. Ya lo decía yo... Una maqueta de la casita del señor Millet hecha con milletes de 500 euros es la fotografía destacada en los reportajes que cubren la noticia, como también lo es la escobilla del váter del señor Matas (valorada en más de 800 euros) o el pantalón de uno de los supuestos trajes del supuesto señor Camps.

Mucho sentido del humor y esa sutil frontera entre arte y tomadura de pelo que caracteriza a los artistas contemporáneos. Mejor tomárselo a risa, porque hay que ver lo que nos une.

Costumbres bárbaras y peligrosas

Ha sucedido en China, en Baosán, un distrito de las afueras de Shanghái.

Nota: Según el Diccionario panhispánico de dudas que publica la Real Academia de la Lengua Española, se escribe Shanghái, con tilde y dos haches, aunque los periódicos insistan en escribirlo cada uno como le viene en gana. Fin de la nota.

Decía que en las afueras de Shanghái la policía local ha disuelto una manifestación peligrosa, que había puesto en peligro la vida de un niño de cinco años de manera temeraria e irresponsable. Cuenta la policía que ha sorprendido a un numeroso grupo de chavales haciendo un castell (una torre humana) después de haber visto a la Colla Vella dels Xiquets de Valls haciendo lo propio en la Exposición Universal de Shanghái. Los chavales han declarado que no parecía tan complicado, y ya llevaban tres pisos cuando se han dado cuenta que faltaba un niño para coronar la torre, el aquí llamado anxeneta. Uno de los castellers chinos ha propuesto para el cargo a su hermano y ha sido entonces cuando la policía los ha sorprendido, justo cuando trepaba el improvisado anxeneta torre arriba.

La policía logró detener a los imprudentes muchachos y rescatar al pequeño, al que agarraron cuando iba ya por el segundo piso. Los agentes del orden desmontaron la torre (con infinitas precauciones, para evitar daños en la chiquillada) y se puso fin al peligroso e irresponsable comportamiento de los castellers chinos. Los muchachos han sido severamente amonestados por los mayores de Baosán, que han considerado, unánimemente, una bárbara costumbre extranjera la de poner en peligro la vida de un niño en una torre humana.

No se sabe si este desgraciado incidente provocará la negativa de China a reconocer en la UNESCO los castellers como un Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad, título que ya tienen en España el Silbo Gomero, la Patum de Berga o los Misterios de Elche.

O du mein holder Abendstern

Un barítono notable, Hermann Prey, cantando una aria bellísima de Tannhauser, la merecidamente famosa O du mein holder Abendstern. El título podría traducirse por Oh, mi hermosa estrella matutina, o lucero del alba, o váyanse ustedes a saber. Porque el grandísimo mérito de las óperas de Wagner es que llegan cantadas en alemán y nos quedamos sólo con la música. Si entendiéramos lo que se dice, quizá nos pasaríamos todos al bando de Nietzsche.



En todo caso, es una aria bellísima, cantada à la Wagner, es decir, cuidando el tono, no el ritmo. Frey da lo mejor de sí, aunque algunos opinan que Dan Iordachescu, un barítono rumano, le da mil vueltas. ¡Ya saben cómo son los aficionados a la ópera! ¡Como niños! Que ése canta mejor que aquél, que éste que ése, y así todo el día. Así que comparen ustedes mismos y no me den la murga. Iordachescu canta en www.youtube.com/watch?v=eKsQhwpXHHI. Disfruten.

Avance de lectura

He comenzado a leer hace poquísimo Rimbaud el hijo, de Pierre Michon, traducida por María Teresa Gallego Urrutia. Como dicen en francés, chapeau! Poco llevo y ya me tiene rendido a sus pies, el señor Michon. Quiera el cielo que luego no me arrepiente yo de tantas alabanzas, pero mucho me temo que ahí quedarán y con suerte, crecerán. Dejo para la polémica la puntuación del título: ¿Rimbaud el hijo o Rimbaud, el hijo? Yo prefiero la coma, qué quieren que les diga.

Perdidos, lo que se dice perdidos


Un serial televisivo, Lost, que llevaba seis temporadas, ha finalizado esta noche, provocando cabreos y decepciones. Les diré por qué. Resulta que los que emiten la serie han subtitulado mal y se han comido seis minutos del penúltimo capítulo. Los perdidos por Perdidos están que quieren merendarse al gerente de Cuatro. Pero pocos confiesan que el final les ha decepcionado. La mayoría se han quedado con un palmo de narices, por qué no decirlo.

Un servidor no ha sido nunca seguidor de Lost. Me parecía mucho ruido para pocas nueces. Todo muy confuso, muy retorcido, irreal. Un hueco muy grande, una nada espantosa que pasaba por profunda. Quizá el éxito de Lost sea su sentido metafórico. Desde 2004 hemos derrochado medios y guinistas en contar qué buenos éramos y lo bien que nos iba, y era todo un espejismo. De repente, al final, se escacharra el aparato de doblar y asoma la pifia que hemos amagado tantos años. Nos descuentan un 5% de los dos últimos capítulos y nos quedamos sin serie, realmente perdidos, lo que se dice perdidos, en un mundo que no es el que nos habían dicho que era. Lo que nos queda no hay por dónde cogerlo.

Créanme, añoro The Sopranos.

Che gelida manina (1961)

Hace muchos años, escuchaba un disco de microsurco con algunas arias de Pavarotti grabadas en directo. Una de mis favoritas era Che gelida manina, grabada en 1961, y me fascinaba la reacción del público. Cuando Pavarotti sacaba pecho, el público respondía con rumores. Hacia el final, Pavarotti se sale del todo y el público no puede contenerse. Su Oh... es antológico.

Tantos años después, he encontrado la aria en YouTube. No es ni la mejor grabación de La Bohéme ni el mejor video de ópera, pero atiendan ustedes y verán. Sepan, antes de darle al botón, que fue en el Teatro de Reggio Emilia. El gran tenor Giuseppe di Stefano tenía que interpretar al Rodolfo de La Bohéme, pero tuvo una indisposición. Llamaron al sustituto, un tipo llamado Pavarotti, del que nadie sabía nada. Ese Oh... del público es el mismísimo instante en que una nueva generación de tenores irrumpe en el escenario a los tres minutos de iniciada el aria. Es, efectivamente, un Oh... antológico.

Ja, ja, ja

El Centro de Estudios de Opinión de la Generalidad de Cataluña ha publicado su primer Barómetro de 2010. La prensa se ha interesado superficialmente en el asunto, limitándose a copiar la nota de prensa que les han pasado por fax (una costumbre desgraciadamente extendida) y destacando que CiU parece que ahora mismo ganaría las elecciones autonómicas de calle, como suele decirse. A modo de chiste (y no tiene ninguna gracia) el estudio muestra que el voto en blanco podría ser la tercera fuerza política en Cataluña, por delante de ERC, el PP et altri.

Les diré por qué no tiene ninguna gracia el chiste. Dos de cada tres catalanes está poco o nada satisfechos con la democracia. Tres de cada cuatro creen que los políticos sólo buscan el beneficio propio y que no consideran la opinión de los ciudadanos. Además, dos de cada tres reconocen que los políticos hablan de cosas que nadie entiende. Así se llega al reparto de las simpatías políticas: a mí me gustan ésos; a mí, aquéllos, etc. Pero uno de cada tres o cuatro catalanes afirma que no siente inclinación por ninguno de ellos. Es más, más de la mitad de los catalanes afirman que todas las precauciones son pocas (sic) a la hora de relacionarse con el vecino, así, en general.

Ja, ja, ja. Y ahora ¿dónde está la gracia?

Doce cuentos desvergonzados


Lo breve, si bueno, dos veces bueno. Si es de Saki, tres veces. Porque el Sr. Munro, a. Saki, inglés estereotipado como pocos, escribió una serie de artículos y relatos breves tan contundentes, cínicos, cómicos, gamberros y desvergonzados que la risa acude a las gargantas para quedarse un rato. Editorial Navona (¡gracias!) publica Doce cuentos desvergonzados, traducidos por Carlos Mayor, y más cuentos e historietas en otros volúmenes. Se leen en un pispás y le alegran a uno el día. ¡No los dejen pasar!

Audiencia papal

Queridos lectores,

Hacía tiempo que quería recomendarles la lectura de algunos apuntes del blog de una corresponsal en Roma, la señora Buxaderas de Petrucci. Dejando a un lado su labor periodística (más que notable), algunos de estos apuntes merecen nuestro reconocimiento y admiración. De hecho, me sumo a una legión de admiradores que quisiera verlos en forma de libro, puesto que retratan la ciudad de Roma (la Ciudad, perdón) desde una perspectiva ingenua (léase bien), a veces mágica, que es capaz de captar y retratar los sucesos más nimios y convertirlos en pequeños acontecimientos. Su catalán es bello y sencillo, a veces cargado de melancolía y nostalgia, a veces sorprendentemente alegre. Una gran escritora en ciernes, aunque se niegue a reconocerlo.

Pero esta vez les recomiendo sus aventuras como corresponsal... ¡de Tonga! en una audiencia papal. No se la pierdan, en:
http://sandrabuxaderas.blogspot.com/2010/05/el-palau-del-papa-per-dins-amb-el-papa.html

Simplicidad, belleza

Aunque el crimen es eso, un crimen, algunos crímenes merecen una atención especial y a veces, un aplauso. No aplaudo el delito, pero uno siente admiración (quizá envidia) por el tipo que la madrugada de ayer entró en el Museo de Arte Moderno de la Villa de París. Como Pedro por su casa, se coló por un ventanal, cruzó medio museo, descolgó cinco grandes cuadros (Picasso, Braque, Modigliani...), se los llevó afuera, separó las telas de los marcos con un cúter y se marchó por donde había venido, así, sin más. Un robo simple, bello. Quinientos millones de euros en un pispás. Sólo falta que investigue el caso el inspector Clouseau.

Propinas

El concepto propina adquiere una nueva dimensión cuando El Periódico afirma que Millet, uno de los miembros más destacados de la Casa Nostra, pero pillado in fraganti por los inspectores de Hacienda (de Madrid), repartió 140.000 euros en propinas a la Guardia Urbana de Barcelona. Las propinas iban de quinientos en quinientos euros, y servían para que las hormigoneras y volquetes que iban y venían de las obras del Palau de la Música, y que aparcaban en cualquier parte, no fueran amonestadas por los agentes de tráfico. ¡Qué no harán en otras partes, esos agentes municipales! Por cierto, ¿quienes son? ¿Cómo se repartían el botín?

Según El Periódico, El País y otros diarios, también recibieron propinas empresas y fundaciones relacionadas intimamente con Convergència i Unió. Más concretamente, se denuncia que Ferrovial daba dinero a Millet y Millet, a CiU. Se perdía la mitad por el camino, pero Ferrovial ganaba prebendas y contratos a cambio. Eso insinúan los periódicos, eso piden que se investigue y eso niega el señor Mas, que argumenta que todo se basa en anotaciones en una libretita (sic) y que ésa no es una prueba válida en ninguna parte. Estoy de acuerdo: no será una prueba irrefutable, pero también estarán ustedes de acuerdo conmigo en que ya no nos chupamos el dedo.

Lo cierto es que (algunos de) los patronos del Palau de la Música sabían perfectamente qué hacía el señor Millet con su dinero y nuestro dinero, y ya les estaba bien así. En cierto sentido, el señor Millet no engañaba a nadie. Su tren de vida era evidente y público y los mangoneos del otrora insigne caballero eran requeridos, no censurados, por esos patronos. No se salva nadie, ni el apuntador. Somos así y tenemos lo que nos merecemos. Tal se dice, tal lo cuento.

¿No quieres caldo? ¡Dos tazas!

Ayer nos pasaron el informe de una mútua de prevención de accidentes de trabajo, una ficha de riesgos personalizada (sic). Leer el título y estremecerme fue todo uno. Sin embargo, una lectura del informe me dejó un tanto estupefacto. Así, por ejemplo, existía un riesgo de caída de personas a diferente nivel (sic). Causa (del riesgo): Presencia de escaleras. Medidas (de prevención): No correr al subir o bajar las escaleras, sujetarse al pasamanos, no tropezar con los objetos que alguien pueda haber dejado en las escaleras. ¡Caramba! ¡Alguien ha cobrado por esto! Generosamente, supongo.

También existe el riesgo de que me caiga encima un ordenador (así, como les cuento), o de que me atropelle una silla con ganas de brega; también el de golpearme contra un objeto inmóvil, el de esforzarme mucho (un riesgo mínimo, créanme), etc. Trabajando con quien trabajo, presté mucha atención al capítulo de riesgos psicosociales (sic). No dicen qué riesgos psicosociales son ésos, no se especifican.

Leo tres causas de riesgo psicosocial, y tres remedios (o medidas de prevención). Agárrense.

Causa (1): El nivel de atención necesario para ejecutar el trabajo es elevado (sic). Ya decía yo que pensar mucho no podía ser bueno. Remedio: Implicarse en las actividades que realiza la empresa, asistir a las reuniones formativas, a reuniones de equipo, etc. Se supone que todo esto desvía la atención de tu trabajo. Pues ¡vamos bien!

Causa (2): Factores psicosociales derivados de la organización y contenido del trabajo (sic). Era de lo que estábamos hablando, ¿no? Remedio: Participar en las reuniones del equipo de trabajo (sic). ¿No quieres caldo? ¡Dos tazas!

Causa (3): Presión de tiempo (sic) durante la realización de los trabajos: tiempo asignado para cada tarea, recuperación de retrasos, trabajos rápidos y otros. Puntas de trabajo en función de los acontecimientos. Cantidad de trabajo en función del nivel de cumplimiento de objetivos. Remedio: Programar el volumen de trabajo y el tiempo necesario para su desarrollo con antelación (ciencia-ficción de la buena).

En suma, Génesis 3: 19. Estoy desolado.

Guía telefónica

El teléfono de Toni Soprano es el 555-0157; el de ACME International, 555-3000; el del laboratorio de Dexter, 555-0100; uno de los teléfonos de Santa Claus es el 555-4612; el de Homer Simpson en el trabajo es el 555-7334; el de los Cazafantasmas es el 555-2368... ¿Por qué todos los teléfonos de Hollywood empiezan con 555? Porque la gente tenía la manía de telefonear a los números que salían en las series, películas y anuncios, y las productoras tuvieron que comerse más de una demanda. Así que llegaron a un acuerdo con las compañías de telecomunicaciones y el 555... quedó para el celuloide y la televisión.

Un personaje con mucho tiempo libre ha organizado una guía telefónica jolibudiense. Seguro que encontrarán más y mejores, pero ésta la encontrarán aquí, en:
http://home.earthlink.net/~mthyen/index.html.

Lo peor

¿Qué es lo peor que le puede pasar ahora al alcalde de Barcelona? ¡Que le den las Olimpiadas de Invierno! Así se cuenta en los mentideros de la ciudad.

Fin


Me he llevado una sorpresa. Me habían hablado muy bien de Fin, de David Monteagudo. Por lo tanto, no esperaba nada del otro jueves; como mucho, algo que poder leer entre libro y libro. Mi desconfianza proviene de quienes también hablaron bien (tan bien) de La sombra del viento, o de ésos otros que todavía creen que Los pilares de la tierra es literatura. Sin embargo... Sin embargo tenía dos razones (tres, en verdad) para leer Fin. Una, mi hermano dejó ir un ¡No está mal! (es un tanto lacónico en sus críticas librescas) y mis libreras favoritas opinaron de un modo parecido, sin mojarse, muy prevenidas; dos, una entrevista a Monteagudo en un buen programa de televisión (de ésos que no ve nadie) me convenció no de su buen oficio, pero sí de su empeño y compromiso con lo escrito.

Recuerden: es la primera novela de una persona en apariencia insignificante, un inmigrante gallego que trabaja de mecánico en una fábrica catalana de cartón ondulado. Hace de casteller en sus ratos libres, y también escribe. ¿Quién iba a pensar...? La tercera razón, que me dejó intrigado, es que Fin la publicara Acantilado. ¿Una primera novela de un autor vivo, en Acantilado? No entiendo nada.

He leído Fin y ahora entiendo. Me ha gustado. Me ha enganchado, que se dice, especialmente hacia el final. Por cierto, ¡todo el mundo habla del final! ¿Qué pasa con el final? Pues ¿qué va a pasar? Que es el único final posible, y magnífico. Si es un final abierto, si se pretende dar paso a una segunda parte... Bah, ya está bien así como está.

El autor no engaña: no pretende escribir una gran obra literaria. Libre de esta responsabilidad, se suelta y da lo mejor de sí. Nos presenta a un grupo de cuarentones que se reúnen veintitantos años después de liar una de muy gorda para burlarse de uno de ellos. Se encuentran en un refugio de montaña, escenario de su adolescencia, donde aflorarán sus miserias. Entonces sucede algo absurdo y terrible, desconcertante, y no diré más. Aviso: se parece a un episodio de The Twilight Zone.

Comienza lentamente y va acelerando. Los personajes parecen estereotipados. Qué parecen... Lo son, pero no importa. Puede resultar molesto al principio, pero hay que acostumbrarse al diálogo, que tiene más enjundia de la que aparenta. Presten mucha atención a la fauna, que marca las mejores escenas. Etcétera. Cuando se entra, cuesta salir y cada página se lee mejor que la anterior. Si toman Fin como lo que es, una historia sin pretensiones, disfrutarán como un camello y quizá vean cosas que no esperaban ver.

Hoy, en los periódicos

Se ha hecho público el balance de la juerga barcelonista en Canaletes: 104 personas detenidas y acusadas de desórdenes públicos, daños y atentado a la autoridad; 32 agentes de la policía y 87 personas más pasaron por los servicios de urgencias, heridos de diversa consideración; los gamberros se cargaron dos semáforos, dos cabinas telefónicas, un banco, diecinueve contenedores, tres papeleras y los cristales de un autobús; se requisaron tres mil latas de cerveza y casi setecientas botellas de licor. Las autoridades aseguran que ha sido una celebración tranquila, comparada con las anteriores.

Siguen vigentes los acuerdos entre el FC Barcelona y el Bunyodkord, propiedad del presidente de Uzbekistán.

Se publica que el señor Millet, con el consentimiento tácito de las autoridades y los patronos del Palau de la Música Catalana, recibía alrededor de 50.000 euros al mes para gastos domésticos (sic), aparte de sueldos, primas y salarios. Del agujero que dejaron Millet y compañía en Agrupació Mútua casi no se habla, pero parece ser que multiplica por dos, tres o cuatro el agujero que dejó en el Palau de la Música (que ya va por treinta y tantos millones). El despropósito es monumental, pues el latrocinio escapó de todo control público o privado.

Se publica que el salario medio de un empleado público en Cataluña es de 32.000 euros brutos al año, y que la diferencia entre los salarios más bajos y los más altos en la administración pública en Cataluña se ha multiplicado por tres los últimos cinco años. También se publica que el sueldo de un director general de la Generalidad de Cataluña equivale al sueldo del Presidente del Gobierno Español. Con el sueldo medio de un ejecutivo de una de las empresas del IBEX-35 se pagan once sueldos del Presidente del Gobierno Español.

Entre tanto, el Excmo. Sr. Hereu, alcalde de Barcelona, vive la espantá de todos los que en su día patrocinaron y acordaron el referendo de la Diagonal. El fiasco ha sido monumental. Los munícipes acuden a la televisión con el rostro desencajado, la mirada errática, manos inquietas y voces trémulas.

Finalmente, el Obispado de Girona se enfrenta al caso de A.V., de 78 años de edad, párroco de Sant Miquel de Fluvià y Sant Mori, que había rogado jubilarse en varias ocasiones, acosado por la depresión, la senectud y la chochez. El obispado lo mantenía en el cargo a falta de sustituto, sosteniendo que todavía era capaz de ejercer el cargo. En éstas, A.V., en plena eucaristía, se despojó de la casulla, se quedó en sandalias y calzoncillos y pretendió flagelarse con un cinturón delante de todos los feligreses, para escenificar el arrepentimiento de los pecados y la reconciliación de la comunidad. Pero la comunidad pudo reducirlo y convencerlo para que prosiguiera la misa con la casulla puesta y luego acudieron a los médicos. Los vecinos hacía tiempo que señalaban la extenuación y la enfermedad de A.V.

No creo que sea necesario el concurso de los arúspices: no vamos bien.

Una experiencia electrizante


Hoy me han dejado probar un coche eléctrico, el Think City, de la casa Think (http://www.think.no/). El cacharro se vende ahora en España, después de venderse en Noruega, Austria y Holanda, por el módico precio de 34.000 euros (sin subvención, 40.000). Tiene un motor de 30 kW (41 CV, caballo más o menos), un cambio automático, una carrocería de plástico autoportante y un peso total de tonelada y cuarto, batería y electricidad incluídas. Hace 3,19 m de punta a rabo y admite dos plazas más un espacio de carga (donde podrían acomodarse dos plazas más). Para cargarlo, diez horas de enchufe (2,2 kW), que salen por poco más de un euro y dan para 150 km. Etc. Si la electricidad es nuclear o renovable (como en Cataluña), casi no emite CO2. Si la electricidad es de origen térmico... Mejor no saberlo, pues entonces echará más humo que un diésel.

¿Mi impresión? Que tira como un demonio desde el primer momento (el par motor de un motor eléctrico es casi constante), frena con uñas y dientes y es divertido de conducir. Pero no me llega para comprarlo, no tengo donde enchufarlo, y salir de la ciudad, poquito.

La Canzone di Marinella

Fabrizio De André (1940-1999) es uno de los cantautores italianos más famosos. En 1964, tras un divorcio, con hijos a cuestas y pocos ingresos, cuestionándose la vida de músico y poeta, compuso La canzone di Marinella. Se inspiró en la crónica de sucesos. Leyó que habían sacado del río el cadaver de una prostituta de dieciséis años y De André, conmovido por el suceso, escribió la canción, dedicándole (son sus propias palabras) una muerte hermosa, ya que su vida no lo había sido. La canción, interpretada entonces por Mina, tuvo un éxito inmediato, descomunal, y De André abandonó definitivamente sus estudios de Derecho y su carrera como maestro de escuela para dedicarse a aquello para lo que realmente servía, la música y la poesía.

Canta Mina, en un programa de la RAI de 1968.

Mónaco 2010


El sábado, Alonso despachurró el Ferrari contra la barrera. No pudo clasificarse. Massa, sí. Quedó cuarto, ha salido cuarto y ha llegado cuarto, sin demasiadas sorpresas. Pero Alonso ha salido desde los boxes y ha acabado sexto. ¡No está mal! Podría haber estado mejor, podría no haber despachurrado el F-10 el sábado, pero ¿qué le vamos a hacer? En éstas, Red Bull está veinte puntos por delante de Ferrari, pero, como dice la canción, eso no es nada y quien no se anima es porque no quiere.

P.S.: La foto es de Claude Paris, de AP Photo.

Concluyan ustedes mismos

La reducción de los salarios de los empleados públicos catalanes un 5% será un ahorro de 120 millones de euros, aproximadamente. La radio y la televisión de la Generalidad de Cataluña pierden cada año (cada año) entre 320 y 350 millones de euros.

Cuentan que Alfonso Guerra se confesó una vez y dijo que con el déficit de TV-3 se cubría el déficit de la Seguridad Social en Cataluña. Lo dijo en 2004, guasón él, cuando el déficit de las cadenas de radio y televisión autonómicas superaba cada año los 1.400 millones de euros. ¡Cada año! En 2008, el déficit se mantenía en los 1.600 millones de euros, pero la deuda acumulada superaba los ¡4.000 millones! ¡4.000! Tranquilos: la deuda de RTVE era entonces de 8.900 millones de euros, pero había sido mucho mayor.

En nuestra casa, el presupuesto de la Corporación Catalana de Medios de Comunicación para 2010 es de unos 357 millones y medio de euros; la Generalidad de Cataluña aporta más de 329 millones, casi 330.

El déficit sigue amontonándose, y la audiencia sigue bajando cada vez más, aquí y en todas partes. Con más de 200 millones de déficit anuales están Madrid, Valencia, País Vasco o Galicia; Aragón y Baleares rondan los 100 millones; etc. Suman, entre todas, pérdidas anuales de 1.700 millones de euros (o más, la cifra no se conoce exactamente) y las audiencias están prácticamente todas por debajo del 10% de media. Cuentan, no sé si será verdad, que hay más cámaras de televisión en una rueda de prensa del Presidente del Gobierno Español que en una rueda de prensa del Presidente de los Estados Unidos de América.

Recordemos que el plan de austeridad del Gobierno ruega encarecidamente a las Comunidades Autónomas que dejen de gastar 1.200 millones de euros en dos años, por favor, o nos vamos todos a tomar viento.

A la vista de las cifras, unos tiene que preguntarse ¿para qué sirven las televisiones autonómicas? Eso para lo que sirven ¿vale 1.700 millones de euros cada año? La siguiente pregunta es de perogrullo: ¿qué es prioritario: el gasto social, sanitario, etc., o mantener las televisiones autonómicas?

La respuesta de nuestro gobierno: La Corporación Catalana de Medios de Comunicación estrena un nuevo canal de deportes, Esports 3. [Un Canal Barça bis, para entendernos.] Se incrementa así la oferta de televisión pública catalana con los siguiente canales: TV-3, Canal 33, 3/24, Canal Super 3, TV3 HD (alta definición), Esports 3, IB3 y Canal 9 (en sus emisiones internacionales)...

Más que un club, una vergüenza

He aquí un artículo que tendría que poner los pelos de punta a más de uno. Lo publicó El País el pasado fin de semana y nadie ha sabido desmentirlo. Así se cuecen los negocios en la tribuna del Barça, como se cocerán, supongo, en otras partes, porque nadie tiene la exclusiva. Lo dicho, una vergüenza, una vergüenza enorme. Léase hasta el final.
http://www.elpais.com/articulo/reportajes/Laporta/diva/uzbeca/elpepusocdmg/20100509elpdmgrep_5/Tes

Gasto público

Llueve. Llevamos una primavera... Camino de la oficina paso por delante de un campo de fútbol municipal. Llueve y los aspersores riegan el campo. Nos puede la inercia y la costumbre.

Piccolissima serenata

Canta Renato Carosone, en una grabación de la Columbia alemana. La canción es de Ferrio y Amurri, compuesta en 1957. Carosone se comió una estrofa, la que compara los ojos de la chica con el azul del mar (qué cosas). Por cierto, atención con la tecnología del video. ¡Tiembla, MP3!

Seta


Alessandro Baricco escribió Seta en 1995. Anagrama la ha publicado en español (Seda), traducida por los señores González Rovira y Gumpert, pero yo he leído la versión italiana de bolsillo que edita Feltrinelli.

Baricco es un autor polémico. Unos lo consideran literario; otros, un hacedor de best-sellers. Es una polémica que se arrastra hace años en Italia y Seta se ha convertido en la piedra que se arrojan unos contra otros. Quizá escriba best-sellers que se pueden leer bien, qué sé yo. Me dijo una vez una editora que el éxito de estos libros es hacer creer a quien los lee que es más inteligente de lo que es, y eso tiene su mérito. Quizá por eso Hegel ha tenido tanto éxito y Schopenhauer, no tanto.

La historia de Seta es simple, tan simple que Conrad hubiera hecho de ella un cuento magnífico de veinte páginas, no de cien. Hervé Joncour, un personaje que observa la vida en vez de vivirla, dice el autor, está felizmente casado con una mujer bellísima y tiene un oficio extraño: cada año parte hacia Oriente Medio en busca de huevos de gusanos de seda. Una epidemia casi acaba con los gusanos criados en Europa y aledaños y Joncour tiene que partir hacia el Japón, entonces el fin del mundo. Estamos en 1861. Será el primero de cuatro viajes, cuatro años, cuatro episodios de una historia de amor sensual y misteriosa (observen las cursivas, intencionadas). De hecho, Hervé Joncour tendrá que vivir la vida en vez de observarla, al menos una vez. Y no diré más, por no chafar el cuento.

Sobran algunas páginas de Seta en el tercio final. La mayoría, ahora que pienso. A mí me sobra, por ejemplo, la lectura que hace madama Blanche de la segunda carta. No por una cuestión de remilgos, sino por una cuestión de necesidad (era innecesaria) y porque no he sido capaz de creérmela. No diré más, insisto, juzguen ustedes.

Seta utiliza algunos trucos interesantes. Frases sencillas, capítulos brevísimos. Pausas. Así puestos, podría imitar la fábula oriental, pero de vez en cuando asoma el tufo de lo hueco vestido de profundo. La repetición de algunos párrafos con ínfimas variaciones sirve para conseguir el efecto del hombre que cruza medio mundo y no presta ninguna atención al viaje (no lo vive). Pero en algún otro momento del cuento la balanza se inclina peligrosamente hacia el platillo lleno de miel y azúcar y asoma la señora Cursi para darnos los buenos días.

El Instituto Coca-Cola de la Felicidad

Palabra de honor, existe. El Instituto Coca-Cola de la Felicidad (www.institutodelafelicidad.com) ha realizado un estudio sobre el nivel de felicidad alrededor del mundo. Resulta que los europeos más felices son los rumanos y después, los españoles. Siguen en felicidad los ingleses, los italianos, los rusos y los belgas. Si consideramos todo el mundo (estudiado), los más felices son los mejicanos, los filipinos y los argentinos. Los españoles vamos en octavo lugar, que no está mal.

El estudio afirma que somos muy felices cuando toca comer, verse con los amigos o hacer arrumacos con la pareja, algo imprevisto, ¿verdad? De la felicidad en el trabajo hablan poco. Será por lo bien que nos va.

Después de las noticias sobre los suicidas europeos, quería compensar. Aunque el Instituto Coca-Cola de la Felicidad proclama gilipolleces como que pensar en positivo hará que todo vaya mejor, sus informes nos hacen sonreír.

El club Bilderberg en Sitges

Cuentan que se reunirán en el Hotel Dolce de Sitges. El Hotel Dolce de Sitges es la prueba fehaciente de que más dinero no implica mejor gusto, y que con dinero puede destrozarse el paisaje que venga en gana, sin peligro de represalias. Pero no hablábamos del hotel, sino de los clientes que acogerá entre el 3 y el 6 de junio. Son los miembros de un club que lleva el nombre de otro hotel, el Bilderberg de Arnhem, Holanda, donde se reunieron por primera vez en 1954.

En origen, el llamado club Bilderberg era la reunión informal de políticos y empresarios europeos, los mismos que entonces impulsaban la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero) y la NATO. Un fin de semana a tutiplén con todos los gastos pagados obliga a llevar el asunto con mucha discreción, no fuera a molestarse el común con el gasto. Los invitados se ponían de güisqui hasta el piloro y discutían sobre cómo combatir al comunismo, pues eran los años cincuenta y no tenían nada más de qué discutir. Véase cualquier cena de amigos, cuando la discusión toma una deriva política y nos ponemos a arreglar el mundo. Eso es, básicamente, el club Bilderberg, y sus conclusiones, si existen, no son mucho más serias y rara vez han llevado a alguna parte.

Hoy, la reunión de amigos incluye testas coronadas, primeros ministros jubilados y presidentes de grandes empresas que nadie se atreve a jubilar. En las reuniones del club no existe un orden del día, no se hacen propuestas ni se votan resoluciones. Se charla, se come, se bebe y se relaciona uno. La recompensa es la nota de prensa que informa de los asistentes al evento. Formar parte de esa lista es alimento de la soberbia y premio a la vanidad, pero de ahí a arreglar el mundo... Creo que entre todos los miembros del club no arreglarían ni una tostadora, lo creo firmemente. También creo que viven del cuento como pocos, pero ésa es otra historia.

Se van a reunir en Sitges, a ponerse de güisqui hasta el piloro. En la calle, una tropa de conspiranóicos y anti-lo-que-me-echen protestará ruidosamente. ¿Se animará la fiesta con un ball de bastons?

¿De quién será la culpa?


Una vez más, los grupos políticos representados en el consistorio dicen Diego donde dijeron digo y si te he visto, no me acuerdo. Los vecinos de Barcelona pueden votar toda esta semana qué prefieren que se haga con la Avenida Diagonal. Puede votar la opción A, la opción B o (esto se dice a la chita callando) la opción C, que es ni A ni B. También pueden no votar, si les apetece, porque las tres opciones tienen su intríngulis y no son agua clara. Si fueran agua clara, no andarían todos mareando la perdiz y hubieran echado p'alante. Pero son todos unos cagamandurrias y les puede el qué dirán.

A mí me gustaría la Diagonal con catenarias y trolebuses, porque las catenarias tienen un no sé qué de bello. Esos alambres sosteniéndose sobre el tráfico, etéreos... Pero quieren tranvía sin catenarias, y no es lo mismo. También quieren ciclistas civilizados, que es como pedir la Luna.

En fin, me viene a la cabeza una cita de Joseph Roth, que recordaba un chiste vienés. La culpa es siempre del ciclista... o de los judíos, decía el chiste. Pronto dejó de tener gracia alguna. En fin... Cuando salga la opción C, o gane una arrolladora abstención, ¿de quién será la culpa? De los ciclistas, sin duda. En Barcelona, de los ciclistas.

Montmeló 2010


Dicen que hemos quedado segundos y sextos por chiripa, porque a Vettel se le acabaron los frenos y Hamilton se comió las vallas. Cuentan que ha sido una carrera muy aburrida (o muy técnica), y lo ha sido. Pero nos lo pasamos bien viendo cómo Schumacher aguantaba a Button, cómo pinchaba Hamilton (somos malos mala sombra, somos malos de verdad) y cómo nos ha tocado la lotería. Queda mucho por delante y hay que hacerlo mejor, pero ya estamos a un par de puntos en el Campeonato de Marcas. ¡Que se preparen! (La fotografía es de http://www.ferrari.it/.)

Estadística funesta

La Alianza Europea contra la Depresión (EAAD, www.eaad.net) afirma que en Europa se suicidan diez de cada cien mil habitantes cada año. Con la que está cayendo y los que menos se suicidan son los griegos y los chipriotas, dos o tres cada cien mil, y los italianos, cinco de cada cien mil. Los más suicidas son, era de suponer, los húngaros (veintitantos de cada cien mil), los letones (diecinueve), los finlandeses (diecisiete) y los franceses (la sorpresa de la lista, con catorce de cada cien mil). Alemanes y rumanos se suicidan por igual, justo en la media europea. Los españoles nos suicidamos tanto como los ingleses, relativamente poco (seis de cada cien mil). Los países bálticos y centroeuropeos son más deprimentes que los países mediterráneos y no existe una marcada relación entre la renta per cápita y el suicidio.

No serán indoloras

Un sesudo artículo de opinión firmado por un economista en El País anuncia en el subtítulo algo que sospechábamos: El problema es que ya no puede retrasarse el comienzo de unas reformas que no serán indoloras, dice. Pero, no. No. Se esté o no se esté de acuerdo, tanto da, el problema es que ya no puede retrasarse el comienzo de unas reformas que serán dolorosas. Ése es el problema, no otro. ¡Qué maldita manía de no decir las cosas por su nombre!

Os está bien empleado, por tontos

Hace un año, la prensa vino con la noticia de una estafa en Lérida. Decía que un brujo (sí, un brujo) se las había apañado para hacerse con miles de euros de algunos empresarios de la ciudad. Ayer mismo, la prensa anunció la absolución del brujo. Como los empresarios timados todavía pueden presentar un recurso contra el archivo de la causa, la sentencia no es firme. Pero el caso demuestra que todavía quedan jueces con dos sentidos: el sentido común y el sentido del humor.

El brujo, A.Q., fue denunciado por estafa. Era un brujo exótico, de origen mauritano, que practicaba auténtica brujería africana y decía tener dotes de vidente, ahí es nada. Sus habilidades habían llegado a los oídos de un empresario leridano. Entre una cosa y otra, el empresario de marras se dejó 39.000 euros en brujerías y ya ven ustedes, sin resultado alguno. El empresario se picó y denunció al brujo por estafa. Sólo entonces, tres empresarios más se atrevieron a sumarse a la denuncia contra A.Q. La prensa no cuenta cuántos más callaron, ni cuánto dinero ofrecieron entre todos a A.Q. En todo caso, una pequeña fortuna.

La policía y los caballeros que se dejaron los cuartos en la consulta de A.Q. han sostenido en el juicio que el brujo iba pidiendo cada vez más y más dinero. Pedía cifras extrañas, obtenidas multiplicando la fecha de nacimiento por la edad o qué sé yo. Los empresarios pagaban religiosamente (nunca mejor dicho). A.Q. negó esta acusación. Nunca cobró más de 700 euros por consulta, declaró.

Lo que cobró o no cobró por consulta no es significativo, ha dicho el juez. Ha sobreseído la causa. Cito: Sólo hace falta recordar que los denunciantes acudieron al denunciado porque, a través de rituales de magia, solucionara sus problemas económicos y personales. El juez considera que esto no es engaño suficiente y recuerda la condición de empresarios de los clientes de A.Q. La señora abogada del acusado recordó que el Tribunal Supremo afirma que (cito de nuevo) no existe estafa cuando el estafado acude a médiums, magos, poseedores de poderes ocultos o tiradoras de cartas. Que se ve de lejos que todo eso es una engañifa, vamos.

El juez concluye diciendo que no se aprecian suficientes indicios que justifiquen la concurrencia de engaño en los hechos denunciados. Dicho de otro modo, el engaño era tan obvio que no puede ser calificado como estafa. Una manera muy elegante de decir que os está bien empleado, por tontos.

El paseo de Rostock a Siracusa


La editorial Sajalin (http://www.sajalineditores.com/), casi una recién nacida, nos sorprende con un catálogo breve, pero contundente. Ha caído en mis manos El paseo de Rostock a Siracusa (Der Spaziergang von Rostock nach Syrakus), de Friedrich Christian Delius (http://www.fcdelius.de/), traducida por Lidia Álvarez Grifoll. ¡Magnífica!

Dicen que la novela (la consideraré novela) se basa en un caso real. Un camarero de Rostock, Gompitz, un hombre culto y leído, con un trabajo y una vida cómoda en la República Democrática Alemana (RDA), tiene una pequeña obsesión: viajar a Italia, siguiendo los pasos del viaje del poeta sajón Seume en 1802. Pero la RDA no le permite salir del país y Gompitz se rebela. Durante siete años planea cómo huir del país y llegar hasta Italia... para luego ¡volver a casa! El desconcierto a uno y otro lado de la frontera es notable.

Delius traza un retrato magnífico de Gomptiz y su circunstancia, y se distancia del suceso para narrarlo en un tono neutro y documental muy apropiado. La distancia permite describir el socialismo de la RDA y el terror de la Stasi sin golpes de efecto, con normalidad. También señala el desprecio que los alemanes occidentales dedican a Gompitz, aquí no se salva nadie. Con todo, esa distancia no es ningún obstáculo para meternos en la piel del camarero viajero y celebrar sus éxitos y lamentar sus fracasos. Seguiremos su aventura con muchísimo interés hasta el final y un poco más allá. El viaje será otra vez la metáfora de la vida; el héroe se transformará poco a poco a cada paso, hasta el final. El lector, con un poco de suerte, también.

El paseo de Rostock a Siracusa es un libro muy recomendable. Se lee muy bien, da mucho que pensar y la aventura que narra es emocionante, en todos los sentidos.

¿Por qué nadie llama la atención al FEGA?

En mi entrada anterior, ponía en evidencia que vivimos en una sociedad en la que sobra de comer y nos aburre tanta comida. Pero entre nosotros, aunque pasen desapercibidas, hay personas que pasan hambre. Digo hambre, con todas las letras.

Por eso se creó el Banco de Alimentos de Barcelona, que hoy cuenta con la ayuda de 293 entidades benéficas para dar de comer diariamente a más de 102.000 personas en Barcelona. Repito: 102.000 personas.

Estas cifras se han dado a conocer porque la Cámara Arrocera del Montsià, una cooperativa agrícola, ha donado 75.000 kg de arroz al Banco de Alimentos de Barcelona y se ha comprometido a donar una cantidad equivalente al 10% de sus ventas de arroz a la entidad. (En www.lacamara.es, el sitio de esta cooperativa.) Bravi!

El Sr. Sansalvador, presidente del Banco de Alimentos, ha aprovechado la ocasión para denunciar la excesiva burocracia, algo de desidia y no poner medidas de urgencia en una situación de urgencia como es el hambre, mentando al FEGA, el Fondo Español de Garantía Agraria (www.fega.es).

El FEGA gestiona en España el Programa Europeo de ayuda a personas necesitadas. Lo gestiona, pero mal, digo yo, porque el Sr. Sansalvador afirma que en seis meses no ha recibido nada (nada) del FEGA. Pintan bastos: el 40% de lo que reparte el Banco de Alimentos procede del FEGA. En 2009, el Banco de Alimentos ofreció sus servicios a 50.000 personas; en 2010, ya van por 102.000. En un año, la crisis ha doblado el número de clientes y la demanda sigue creciendo, afirma el Sr. Sansalvador. Añade que en veintidós años de vida del Banco de Alimentos nunca se había visto una cosa igual, y las perspectivas son poco optimistas. La situación es crítica y si el FEGA no espabila...

Pintan bastos. No se ve el final de la crisis. Si tocamos fondo, estaremos un rato arrastrándonos por él y las cifras son preocupantes: 676.200 catalanes en paro en marzo de 2010; 687.100 hogares sin ningún miembro en activo. En 2008, un 18% de la población vivía en riesgo de pobreza (i.e., cobraba menos de 600 euros al mes) y más de 133.000 hogares no tuvieron ingresos suficientes como para poner en marcha la calefacción en invierno. No se conoce la estadística de 2009 y 2010, pero será mucho más dramática.

Que no curan, caramba

La EFSA (Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria) ha dicho que hasta aquí podíamos llegar. El año pasado se encontraron con 40.000 alimentos que aseguraban curar alguna dolencia, prácticamente cualquiera, del estrés a la osteoporosis, del estreñimiento a la colesterolemia, de la burrada a la tontería. Así que la EFSA se ha puesto las pilas y ha dicho que, a partir de ahora, nadie anuncia que su alimento cura tal cosa o tal otra si no lo demuestra científicamente. O pasan las pruebas que pasa un medicamento o se van a acordar de lo que vale un peine.

No sé si la EFSA y sus equivalentes españoles tienen tanta fuerza y tanta autoridad como para sacar los colores y los cuartos a base de multas y prohibiciones a la Danone, a Unilever y demás. Pero ahora se podrá denunciar a la empresa que asegure que su yogur mejora las defensas del organismo, pongamos por caso, sin especificar cuáles, cómo o de qué manera, o que regula el tránsito intestinal, reduce el colesterol o le pone a cien cuando se trate de mantener bien alto el pabellón. Nada de eso. Como mucho, después de pruebas de doble ciego, estudios, pruebas y más pruebas, el yogur de marras sólo podrá anunciar qué hace exactamente.

El meollo del problema, y a ver si se enteran, es que ningún alimento cura.

Lo diré de otra manera: no comer mata (de hambre) y comer algunas porquerías complica la existencia; pero comer no cura, sólo te mantiene vivo.

Hemos resuelto la cuestión de la subsistencia: no parece que vayamos a morir de hambre. Tenemos tantas delicatessen a nuestro alcance que la glotonería ya no es un aliciente (aunque para mí siga siéndolo). ¿Qué puede movernos a comprar un yogur y no otro? Que el nuevo yogur cumpla una nueva función. Que cure, por ejemplo. Que nos permita ser más guapos, más inteligentes, más jóvenes, cagar más y mejor, contar con la alianza de los lactobacilos, que son bonísimos, aunque no se sepa exactamente qué cosa es un lactobacilo ni para qué sirve. ¡Qué argumento de venta! ¡Cuánta estupidez!

La EFSA intenta (sin demasiado éxito) controlar tanta tontería y limitar el engaño (perdón, la publicidad) de algunas empresas. Es una buena noticia, aunque temo que publicistas y engañabobos seguirá habiéndolos un paso por delante de la norma.

Queremos estudiar en El Raval (2)

Hace unos días, publiqué Queremos estudiar en El Raval
Hoy leo en la prensa que el Consorci d'Educació de Barcelona deja la decisión para el año que viene en tres centros: el IES Montjuïc (Distrito Sants-Montjuïc), el Flors i Calçat (Nou Barris) y el Miquel Tarradell (Raval). La carta que copié se refería a este último centro. Otros centros amenazados por el cierre mantienen las protestas, como el IES Rambla Prim.

Los padres de los alumnos, los mismos alumnos y los profesores de estos centros se habían dejado el pellejo para protestar y hacerse oír. Tenían en contra el silencio administrativo y el silencio de los medios de comunicación públicos y de muchos otros que, antes de incomodar, prefieren prevaricar. También han tenido que luchar contra la indiferencia y la incomprensión de la mayoría del común. Han tenido que superar un pesimismo fundamentado en la experiencia. Pero han insistido y persistido, y han triunfado.

Todavía les queda mucho por delante. Por eso, desde estas líneas, les hago llegar mis felicitaciones y muchos ánimos.

Venga, ¿quién da más?


Don Pablo Ruiz, a. Picasso, era mujeriego y vivalavirgen, pero también un artista de la cabeza a los pies. Mezclando ambas características, pintó Desnudo, tréboles y busto, que adjunto con esta entrada. La señora aparentemente estupenda que posó en pelota picada para goce y disfrute del personal fue Marie-Thérèse Walter, una de las mujeres que ostentó el título de amante del pintor a finales de los años veinte y principio de los años treinta.

El cuadro se dató el 8 de marzo de 1932. En los años 50, un tal Brody, coleccionista de arte y promotor inmobiliario de Los Angeles, Ca., se hizo con él. Se expuso en público una sola vez. El año pasado, Brody nos dejó y a los herederos les ha faltado tiempo para presentarse en Christie’s con la colección, por ver si sacaban unas perras. ¡Vaya si las han sacado!

En nueve minutos, el cuadro, valorado en 58 millones de dólares, alcanzó un precio de 95 millones de dólares. Media docena de postores se enfrentaron a cara de perro (telefónicamente) y la puesta ha sido de infarto. Ha superado todo lo que esperaban y hoy se anuncia como una de las obras de arte más caras de la historia, junto con un Giacometti y un Van Gogh, que todavía siguen insuperables... en cuanto a precio.

Libertad de prensa.

Me cuentan que hoy es el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Si no fuera hoy, tendría que serlo. Si no hoy, mañana, todos los días. Mis queridos y esforzados periodistas: ¡muchas felicidades! Qué bien más preciado, poder opinar públicamente sobre lo humano y lo divino. La libertad de prensa no es lo mismo que la libertad de expresión, quede dicho, pero algo es algo. Porque donde no existe libertad de prensa, no hay libertad de expresión, y la libertad de expresión es la madre de todas las libertades. Como dijo Kant, si la libertad de expresión fuera absoluta y lo expresado se razonara, no podrían existir ni guerras ni tiranías.

Quizá sea el momento de recordar esos países donde uno no puede decir lo que quiere decir en la prensa, la radio o la televisión. Son tantos que no caben aquí. Lástima.

Queremos estudiar en El Raval

Estos días, el Departamento de Educación de la Generalidad de Cataluña ha hecho pública la intención de cerrar más de una docena de centros de bachillerato que daban clase en horario de tarde o nocturno en barrios de gente sencilla, por no decir en barrios míseros y degradados, guetos. Quizá ahora estos centros no tienen ni el éxito ni la calidad que se espera de un instituto, pero si los cierran, cierran la puerta a la única oportunidad de algunos chavales que tienen tantos derechos, y muchas más necesidades, que los demás.

Será la nueva política de la izquierda: concentrarse en lo irrelevante y marginar al necesitado. Venga banderas, que son ideales para tapar vergüenzas. Pues así se pudran, la verdad les digo.

Por eso, excepcionalmente, copiaré la carta abierta de un profesor al alcalde de Barcelona, el Excmo. Sr. Hereu, que publican algunos medios en internet. Sé, como saben ustedes, que este buen hombre tiene la batalla perdida y que sus razones se las van a pasar por el forro tanto el alcalde como el conseller y compañía, pero quede aquí una copia de su carta, para que no se diga. Ojalá me equivoque y le vaya bien. Ojalá.

Queremos estudiar en El Raval
por Luis de Gibert Atienza, Barcelona

Soy profesor del Instituto Miquel Tarradell y le escribo en representación de la Comunidad Educativa del Raval para hacerle partícipe de la gran preocupación que hay en nuestro barrio por la decisión del Consorcio de Educación de Barcelona de suprimir el bachillerato en el Instituto Miquel Tarradell. Es por ello que nos dirigimos a usted públicamente.

Como probablemente recordará ya intercambiamos algunas palabras, en relación a esta cuestión, la tarde de la diada de Sant Jordi, en la Rambla del Raval. Entonces, usted se mostró sensible a nuestras inquietudes. Usted conoce mejor que nadie la situación socio-económica de nuestro barrio, así como el alto riesgo de exclusión social que sufre, una exclusión social que todavía puede agravarse más en la población joven.

El IES Miquel Tarradell, con ratios que se acercan al 98% de alumnado inmigrante, lleva trabajando desde que abrió puertas en 1996 para acoger, integrar y orientar a los chicos y chicas del barrio, con la voluntad y el deseo de que en un futuro próximo todos ellos puedan desarrollarse con naturalidad y en igualdad de condiciones dentro de nuestra sociedad. Nuestro trabajo, aunque estimulante, no es en absoluto fácil. Los ingredientes que la hacen posible son la ilusión, el esfuerzo, la dedicación y el trabajo colectivo, siempre en sintonía con la red asociativa y las entidades del barrio.

En este sentido, recordarle que nuestro centro fue distinguido con el Premio Catalunya Educación 2005 por "las experiencias de innovación pedagógica que lleva a cabo, un buen ejemplo de cómo resolver con éxito la escolarización del alumnado recién llegado a pesar las dificultades del entorno" según se recogía en el acto de entrega.

Para sorpresa de todos y todas nosotros y de todo el barrio, el Departamento de Educación y el Consorcio de Educación de la ciudad de Barcelona, nos han comunicado la decisión de suprimir los estudios de bachillerato en este centro.

Una decisión que justifican en base a criterios de rentabilidad economicista, que no tienen en cuenta ni la estructura social del barrio, ni la tipología del alumnado, ni sus necesidades educativas. De la misma manera que a usted a la Comunidad Educativa del Raval no nos gusta la economía que se aprovecha de Ciutat Vella.

Piense, Sr. Alcalde, que la vinculación afectiva y la cohesión que se logra en este centro es justamente lo que permite motivar, animar y tutelar el progreso educativo del alumnado, un progreso que mermará mucho si el alumnado tiene que cambiar de centro para seguir sus estudios. No se trata tanto de la separación física en cuanto a distancia, se trata de la separación afectiva y relacional en un alumnado muy falto de estos estímulos. Piense también en la importancia que cualquier familia de nuestra ciudad le da al hecho de que sus hijos puedan seguir sus estudios en un mismo centro. Esta importancia en el caso del Raval se multiplica ya que a nuestro alumnado lo que menos le conviene es perder el referente afectivo para volver a empezar de nuevo en otro centro.

La ciudad es de todos y la construimos entre todos. Es por ello que nos dirigimos a usted como Alcalde de nuestra ciudad y como responsable, que lo es junto con el Departamento de Educación, del Consorcio de Educación de Barcelona, para que atienda estas reflexiones. Otros alcaldes, como el de L'Hospitalet de Llobregat o el de Montcada i Reixac, lo han hecho, intercediendo ante el Departamento de Educación y consiguiendo la paralización de estas medidas en sus municipios. Nosotros, Sr. Alcalde ni queremos ser menos ni nos lo podemos permitir. En sus manos está conseguir para la juventud del Raval una atención educativa que tenga en cuenta su singularidad.