En uno de los diez mil folios del sumario del caso Pretoria, el señor Alavedra llama al conseller Castells para pedirle un favor. La conversación es distendida, con risas y chistes. Se tutean, se conocen, se nota que han hablado muchas veces, porque comparten veranos y restaurantes. Comenta el conseller que el asunto está en manos de otro y no dice ni sí ni no. Que se ocupe el otro, insiste, sacándose el trabajo de encima. Pero el señor Alavedra quiere que el conseller reciba al señor Prenafeta, porque el pequeño insiste. El pequeño... Risas. Porque el señor Prenafeta es pequeñajo y feo, y la crueldad es cotidiana. El conseller comprueba que su secretaria ha anotado una cita con el señor Prenafeta... y el señor Alavedra. Pero el señor Alavedra dice que no, que él no quiere ir a la reunión, que la reunión es cosa del señor Prenafeta y de nadie más. Pero el conseller lee la cita en la agenda, donde se mencionan los dos nombres. El señor Alavedra repite que no. El pequeño no se entera, dice, y añade: Ese tío es burro de cojones. El conseller ríe y responde: Esas cosas pasan.
Sí que pasan, pero qué poco hacéis para que pasen menos.
Sí que pasan, pero qué poco hacéis para que pasen menos.
después de esto, ya solo falta que la consellera de justicia haga un video musical
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