El asunto se ha puesto interesante. El manuscrito que entregué en su día se ha visto sometido a un tercer grado y ahora mismo me tienen atareadísimo poniendo orden en el desconcierto. No es que estuviera mal, que no lo estaba, sino que es así como funciona el editing, que así se llama a poner al autor en su sitio y hacerle bajar los humos. A Dios gracias, mi texto estaba bastante limpio, a decir de mi editor, que significa que no había (apenas) faltas de ortografía. Si me pilla una be que tendría que ser uve o viceversa, me muero.
Es decir, que ¡adelante! En septiembre comenzará la campaña de lanzamiento, aunque antes, a lo largo de los próximos días, se hará un comunicado oficial de la amenaza: en otoño, sacamos un nuevo libro de Luis Soravilla... ¡en dos volúmenes! Además, ilustrado. ¡Agárrense!
El escándalo de las conversaciones del ministro Fernández con el señor De Alfonso, director de la Oficina Antifraude de Cataluña, nos ha proporcionado una idea muy clara de lo espesa que es la capa de mierda en las altas instancias del poder, tanto en Madrid como en Barcelona. La única víctima, por el momento, será el señor De Alfonso, que en sede parlamentaria (nada menos) ha amenazado con hacer públicas las conversaciones que ha tenido con al menos cien personas... De esto se dice que es de todo, menos bonito. Como en un par de días el señor De Alfonso se verá apartado del cargo (sobran razones para ello), verán qué pronto vamos a quedar todos salpicados.
Mientras De Alfonso pretende morir matando, es ya casi seguro que ascienda a los cielos de la dirección de la OAC su hasta ahora directora adjunta, doña Maite Masià. Esa señora no es trigo limpio. En su anterior etapa en la OAC redactó un informe en el que sostuvo que no había ni pruebas ni indicios de que CDC se financiara a través del Palau de la Música. Como directora del ICAEN, un ente público que dejó hecho unos zorros, contrató a empresas demasiado cercanas a CDC, contrató al cónsul honorario de Albania (íntimo de Prenafeta, Pujol y compañía) cuando pasaba por momentos apurados, quiso facilitar el trabajo de los implicados en la trama ITV y hasta les concedió una subvención de 200.000 euros (previamente denegada por el técnico que evaluó la propuesta)... que al final no cobraron los compinches de Oriol Pujol porque la señora Masià se explicó mal. Etcétera. Un etcétera lleno de favores a los amigos y de una gestión pública nefasta. No está en los tribunales porque el caso ITV tuvo que cerrarse en falso y con prisas. A tenor de las conversaciones grabadas, la dejamos un poco más y hoy se sentaría en el banquillo, como los suplentes.
Esa fulana de tan turbio origen ético y escasas habilidades técnicas será la nueva directora (provisional) de la OAC. Puede estar mucho tiempo ahí. Tal y como está ahora el Parlamento de Cataluña y con la posibilidad de liarla parda en una moción de confianza en septiembre, que no se descarta, no habrá ni tiempo ni manera de ponerse de acuerdo para nombrar un director decente (en todos los sentidos) de la OAC. Cuidado, pues, porque nos va a alegrar los días.
De Alfonso reconoció en sede parlamentaria que la nombró directora adjunta sin haber leído su currículum (sic), porque la propuso para el cargo el consejero Gordó y De Alfonso dijo que si lo proponía Gordó, adelante. Así, con un par, se saltó la independencia de la OAC y los deberes de su cargo, con las consecuencias que pronto pagaremos todos. Revisen las actas parlamentarias, si no me creen. Ahí está dicho.
Esto tiene su enjundia, porque el señor De Alfonso, en 2014, en esas conversaciones con el ministro, presume de estar al tanto de una conjura para echar a Mas de la dirección de CDC y, de paso, de la Generalidad de Cataluña. La conjura, en la que participaban el señor Fainé (La Caixa) y un grupo de empresarios, pretendía echar a Mas... ¡y poner en su lugar al señor Gordó! El mismo que le propuso, meses antes, poner a la señora Masià de segunda de a bordo de la OAC. Digo esto para que vayan haciéndose a la idea de cómo irán las cosas en el futuro próximo. El señor Gordó, naturalmente, lo niega todo, pues ¿qué va a decir, si no? ¿Y qué hará la señora Masià?
Cuando salieron a la luz las grabaciones de las conversaciones entre De Alfonso y el señor ministro, De Alfonso dijo, y luego repitió en sede parlamentaria, que él preguntó a sus subordinados si tenía que dimitir o no. Como le respondieron que no dimitiese y le dijeron que estamos todos contigo, no dimitió. Eso dice él.
Está publicado cómo fue en verdad. Se reunió con los cinco mandamases de la OAC y les preguntó qué pensaban. Se retiraron y media hora después recibe un mensaje (o una llamada telefónica, según la versión) de la señora Masià que le dice: Aguanta, que estamos todos contigo. Tienes nuestro más completo apoyo. De fondo, el ras, ras, de las puñaladas. Así que De Alfonso, con dos cojones, se lo creyó y dijo que iba a dimitir Rita, la cantaora.
Hago notar que inmediatamente después se registro en el Parlamento de Cataluña un comunicado de los empleados de la OAC en el que éstos aseguran no haber dicho tal cosa, que ellos no han sido preguntados ni consultados, que ellos hacen su trabajo lo mejor que pueden y que nadie les ha pedido la opinión sobre si De Alfonso tiene o no tiene que dimitir. Si alguien dijo que ellos aconsejaron que permaneciera en el cargo, ese alguien miente. Así de claro. La nota está firmada sin nombres propios, por miedo a las represalias de la próxima directora, a la que tienen más que vista y saben de qué pie calza.
Cuidado, que por ahí asoma.
¿No les parece un buen comienzo para el nuevo capitán de barco de la OAC? En su línea... de flotación. Que no se diga que yo no les avisé.
Un periódico, eldiario.es, publica un resultado electoral que a mí me parece muy interesante. Se pregunta cuál habría sido el resultado de ser España una circunscripción electoral única, y no estar basada en circunscripciones provinciales, que exageran el efecto de la ley de Hondt. Manteniendo esa misma ley de reparto de escaños, veamos los resultados y comparémoslos con los obtenidos ayer.
PP. 120 (tiene 137). Es el gran beneficiado del actual sistema electoral al ser el más votado en la mayoría de provincias y quedarse con los restos del reparto de votos.
PSOE. 82 (tiene 85). Se beneficia un poco, un poquito, porque es el segundo partido más votado.
Unidos-Podemos-etc. 74 (tiene 71). Resulta algo perjudicado por el actual sistema, porque en algunas provincias no alcanza a un diputado, en particular cuando es la tercera fuerza más votada.
Ciudadanos. 47 (tiene 32). Al ser el tercer o cuarto partido en intención de voto en la mayor parte de las provincias, es el más perjudicado por el actual sistema.
ERC. 9. Quedaría lo mismo. En el mismo saco están EH-Bildu (2) y Coalición Canaria (1).
CDC. 7 (tiene 8). El actual sistema también beneficia, un poquito, a CDC.
EAJ-PNV. 4 (tiene 5). Lo mismo que CDC.
PACMA. 4 (ahora no tiene nada). Es, en verdad, el más perjudicado, pues de poder tener pasa a no tener nada.
Eso nos muestra las cosas desde una perspectiva un tanto diferente y pone sobre la mesa la necesidad de una nueva ley electoral... o no. Eso va por gustos.
Las últimas hazañas de los expertos en demoscopia han puesto sobre la mesa un grave problema. Hay quien cuestiona (éticamente) la publicación de encuestas con la intención de voto, porque (dicen) pueden influir en los votantes. Si todo el mundo parece que va a votar tal cosa y yo voto tal otra... A nadie le gusta ser un bicho raro, ¿no? Pero, como el voto es secreto, también puede darse lo contrario. ¿Todos votan tal? Pues yo, cual, pa' joder.
En el fondo, es una paradoja lógica. Si conoces el futuro que se te echa encima, harás lo que sea para cambiarlo y entonces el futuro ya no será el que habías conocido, por lo que conocer el futuro deviene imposible. A no ser, claro está, que creas en el destino, en un futuro escrito e inmutable, que no puede cambiar y al que te precipitas sin remedio. A poco que intervenga el azar en la ecuación... En fin, ésa es la cuestión.
Una reñida campaña electoral. ¿Quién será el ganador?
En el Reino Unido, los demoscopistas se cubrieron de gloria prediciendo una ajustadísima victoria del nos quedamos frente al vamos, vamos, que nos vamos. Tan ajustada que estaba dentro del margen de error y que predecir si dentro o fuera y acertar tenía las mismas probabilidades de acertar a cara y cruz lanzando una moneda al aire. Ganó la estulticia, el nacionalismo cerril, el hartazgo de una mala política (causado por políticos nefastos), el populismo, un protofascismo evidente y notorio que se vale de excusas por todos conocidas y a todas luces idiotas: que si Bruselas nos roba, que nuestra soberanía tal y cual, que nuestra identidad nacional está en peligro... Bobadas. Ahí se coman su merienda.
Pero la pifia demoscópica española es de más calibre. El fallo de los sondeos electorales no es debido a una cuestión técnica relacionada con el margen de error. Es que se equivocaron hasta en la tendencia de la intención de voto. La victoria del PP ha dejado sin hipo a muchos. La resistencia del PSOE y el fiasco de Unidos-Podemos, también. Eran los dos principales misterios por resolver... y no acertaron ni uno. ¡Ni uno!
¿Qué vamos a hacer con la demoscopia? ¿En verdad sirve para adivinar intenciones de voto y tendencias de opinión? ¿O sólo dicen lo que el cliente quiere oír? ¿O lanzan una moneda al aire, para ver qué sale? Como en otros países la demoscopia funciona, una vez más, ¡otra!, queda claro que los españoles, a la hora de responder a un sondeo electoral, mentimos como bellacos. ¿Y por qué mentimos? ¿Por miedo? ¿Por orgullo? ¡A ti qué te importa lo que vaya a votar yo!
¿Qué futuro tiene la demoscopia en un país de mentirosos? ¿Tiene ese problema que ver con que nuestros políticos mientan igualmente, con tanta insistencia? ¿Es por eso que la mentira no es valorada negativamente por los votantes?
Miénteme, miénteme, más, más... Los demoscópicos están que se tiran de los pelos.
Es lamentable comprobar el nivel que alcanzan la corrupción y las malas maneras en nuestra política. Esta vez, los señalados son dos peces gordos, que deberían defendernos (ellos, precisamente ellos), de esa corrupción y esas malas maneras de las que estamos hablando.
El señor ministro Fernández.
Aquí lo tienen consultando a su ángel de la guardia.
Uno es el ministro de Interior, Fernández, o Fernández Díaz, para no confundirlo con otro Fernández cualquiera. El señor Fernández es un tipo muy curioso y además es del PP, pero no es curioso por ser del PP, sino por razones propias. Ha otorgado condecoraciones de la policía a algunas vírgenes de yeso sin que éstas hayan intervenido directamente en la resolución de ningún crimen y ha declarado públicamente que tiene un ángel de la guardia que le ayuda a encontrar una plaza de aparcamiento para su coche. Esto último suele considerarse milagroso, lo de encontrar sitio para aparcar, pero no es recomendable que un ministro vaya presumiendo por ahí de sus diálogos con su ángel de la guardia, no fueran a tomárselo en serio y acabase sus días tomando pastillas y visitando al psiquiatra.
El señor De Alfonso, director de la OAC.
Pone cara de malas pulgas, ¿verdad?
El otro es el director de la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC), escogido por tres quintos del Parlamento de Catalunya y votado por todos los partidos de la cámara excepto ERC y la CUP. Propuesto por el señor Mas en su época de amiguito del alma del PP, cumplió con lo que se le pedía. ¡En efecto! El señor De Alfonso ha dado pocos motivos para poder sospechar de su neutralidad y solvencia. Sus trabajadores no lo piensan así y los hechos parecen darle la razón. Sólo hay que ver qué piensan de él sus subordinados (los que me escriben, al menos) y qué cargos ha nombrado a dedo en la OAC. Que hay mal ambiente ahí dentro se sabe, pero no se dice.
Dicho esto, el asunto es, técnicamente hablando, feo de cojones. Véase:
Exclusiva de El cuaderno de Luis.
El señor X, grabando la conversación.
Alguien grabó varias conversaciones entre el señor ministro y el director de la OAC; por lo que parece, en el despacho del ministro y en el despacho del señor director de la OAC y varias veces. ¿Quién? ¿Cómo? ¿Por qué? Tanto el señor ministro como el director de la OAC quedan bastante mal parados, ambos. ¿Era un micrófono de la policía, del CNI o de los Mossos d'Esquadra? O de los tres, ya puestos. ¿De un aficionado? ¿Era un teléfono móvil pirateado, como se dice? ¿El teléfono de De Alfonso? Finalmente, ¿quién ha esperado dos años y pico para difundir las grabaciones? ¿Por qué? Ah, misterios sin resolver... por el momento.
Más cosas feas. Ambos personajes conspiran (ésa es la palabra exacta) para echar mierda sobre CDC y ERC en pleno auge del soberanismo, o como se diga, que lo cambian de nombre cada jueves. ¡No hacía falta conspirar para eso! La mierda en CDC, por ejemplo, da para llenar varios petroleros y no hace falta más que preguntar.
En concreto, el ministro parece muy interesado en las cuñadas de Felip Puig (CDC), que son enchufadas en la Generalidad de Cataluña (sin concurso previo) por el señor Homs (CDC), un suceso documentado y publicado, pero que, entre tantos escándalos, no llamó para nada la atención del personal. También acordaron buscar triquiñuelas en las que participase un hermano del actual consejero Junqueras, que trabajaba entonces para una empresa, CESPA, que depende de Ferrovial, la que pagó comisiones a CDC a través del Palau de la Música, ¿recuerdan? Pero no encontraron nada demasiado interesante.
El director de la OAC dice que hace lo que puede, pero que no hay suficiente para montar un pollo, aunque propone chivarse a un tipo que fue policía y que ahora trabaja para un grupo de empresas, por ver si lo publica algún diario o sale en la televisión y se ahorran una investigación. O lo propone el ministro, no recuerdo. ¡Tando da! Para el caso... Uno y otro parecen tan amigos y van chivándose cosas, por ver quién tiene más que el otro. La conversación demuestra que el nivel de las conversaciones entre los máximos responsables de la lucha contra la corrupción en España en general y en Cataluña en particular es, cuanto menos, insulso y que si tenemos que esperar que éstos nos protejan de corruptos y malandrines... ¡podemos esperar sentados!
El feísmo es evidente cuando uno y otro conspiran para favorecer sus propios intereses y uno, el otro, los dos o quién sabe quién, está grabándolo todo, para sacar la mierda a relucir cuando sea más (in)conveniente. Lo peor de lo peor, vamos. ¿Así funciona todo? Qué mal vamos, por Dios.
La suerte del ministro ya veremos la que es, pero parece que pasa un huevo de asumir responsabilidades, por el momento. En cambio, a De Alfonso le quedan cuatro días. ¿Y saben cuál es el problema? Para los diputados, que se irá enchufando el ventilador y echando mierda a destajo sobre todo dios. Ya verán como el tiempo me dará la razón. Para el resto de los mortales, el problema será que si echan a De Alfonso, ¿quién ocupará su cargo?
Agárrense: ésta es la que nos espera.
Provisionalmente, la señora doña Maite Masià. ¿La recuerdan? Vayan al buscador a la derecha de sus pantallas, escriban su nombre y verán lo que escribí de ella hace ya tiempo. Ésa. Agárrense. Pueden dar por finiquitada la independencia (si alguna vez existió) de la OAC.
Este fin de semana también se han celebrado las 24 Horas de Le Mans, que antes eran famosísimas y ahora pasan sin pena ni gloria para la mayoría del personal. Este año pasará a la historia por un final dramático, digno de película. El equipo Toyota, que lleva muchos, muchos años intentando ganar en Le Mans, lo estaba consiguiendo. Su prototipo ocupaba la primera posición desde las primeras vueltas y todos sus contrincantes (principalmente, Audi y Porsche) se iban descolgando uno tras otro a medida que avanzaba la carrera.
Sólo un Porsche aguantaba el ritmo del Toyota, pero había sufrido un accidente en medio de la carrera y el Toyota se mantenía a una cómoda distancia. Tal como pintaba todo, sería incapaz de alcanzar al japonés. Pero... A seis minutos del final, cuando todo parecía ganado, un grito del piloto por la radio decía que el Toyota se había quedado sin potencia.
Así era. En una recta, donde la velocidad media supera los 320 km/h, el Toyota no daba más de 180 km/h, y gracias. ¡No tengo potencia! ¡No tengo potencia! En Porsche no se lo creían y su piloto en pista recibió la orden de lanzarse a tumba abierta, a todo lo que diera el coche, porque todavía podían ganar. Eso hizo.
El ganador de Le Mans... en el último minuto.
Porsche adelantó a Toyota en el último minuto de las 24 Horas de Le Mans (¡en el último minuto!) y se hizo con su décimo octava victoria en ese circuito. ¡No puede pedirse un final más emocionante! Pero no quisiera ser toyotista, hoy mismo. Pobres japoneses.
Lo que son las cosas. Antes, el Gran Premio de Europa se corría en Europa. En Alemania, en Francia, en Italia, hasta en España. Pero la actual dirección de la Fórmula 1 hace cosas muy raras y este fin de semana estrenaron circuito en Bakú, la capital azerí, que es decir tanto como del Azerbaiyán, en la cosa del mar Caspio, en el Cáucaso. Que Azerbaiyán esté en Europa, por mucho que participe en Eurovisión, es algo que es difícilmente sostenible. Siendo amables, está entre el Occidente de Asia y el Oriente de Europa, en tierra de nadie. Pero si Turquía, excepto un trocito en el Bósforo, ya es Asia, ¡no les cuento Azerbaiyán!
Geografía aparte (la geografía política es azarosa, discrecional y relativa), otros problemas se ocultan tras un país que debe su éxito al petróleo. Aunque es oficialmente constitucionalista y celebra elecciones y esas cosas, no es agua clara para muchas organizaciones internacionales que defienden los derechos humanos y que aprovecharon la carrera en Bakú para quejarse. Como gritar en el desierto, ya les digo, porque cuando la Fórmula 1 de hoy en día huele petróleo y dinero, pierde de vista todo lo demás.
El circuito de Bakú se estrenaba en la Fórmula 1 y tiene cosas interesantes. Es un trazado urbano con una parte lenta, muy técnica, y otra rápida, donde se adelanta con relativa facilidad. La carrera fue entretenida y no hubo incidentes dignos de mención. Un Mercedes-Benz, el de Rosberg, ganó sobradamente, y un Ferrari, el de Vettel, fue segundo. El otro fue cuarto, perdiendo la tercera plaza en la última vuelta, que también es mala suerte, o que ya no daban las gomas.
En campaña electoral se suman muchas bajezas y mentiras y se producen espectáculos bochornosos y vergonzantes. Uno de ellos fue la emisión del partido de fútbol de España contra Turquía en un mitín de Ciudadanos, cerca del Arco del Triunfo, en Barcelona.
El espectáculo al que me refiero.
No los verás en un museo, no.
La génesis de este acto tiene unos orígenes igualmente bochornosos y vergonzantes. El Ayuntamiento de Barcelona no autorizó la instalación de una o varias pantallas gigantes para que el público pudiera seguir las patadas al balón desde la calle y hacer el burro, como suele hacer en estos casos. El porqué oficial era uno y todos sabemos que el porqué era otro.
Aquí, apretando, a ver si sale.
Yo hubiera prohibido lo mismo por razones estéticas (por tanto, éticas), como prohibiría todos esos desfiles triunfales en los que un equipo de fútbol (Barça, Madrid, tanto me da) pasea exhibiendo una copa y una curda como un piano ante el común, para solaz y ejemplo de criaturas, ocupando calles, plazas y avenidas. Pero las razones de los munícipes eran otras y tenían que ver con la sensibilidad nacional, que es una manera muy elegante de decir gilipollez. En ésas, Ciudadanos metió un gol al Ayuntamiento de Barcelona por la escuadra, para decirles aquello de ¿no querías caldo? ¡Dos tazas!
Así es. Como estamos en campaña electoral, montaron un mitín y a eso no puede negarse el Ayuntamiento. Así que ocuparon la avenida Lluís Companys, ese tramo del final del paseo de Sant Joan que da al parque de la Ciudadela. El acto consistió, principalmente, en levantar una pantalla gigante para seguir el partido de fútbol entre hispanos y turcomanos y hacer el cretino delante de las cámaras de los reporteros gráficos. Todos disfrazados con la camiseta de la roja y haciendo el energúmeno (actuando) como el que más. Y banderas, muchas banderas. Unas mil personas berreando a cada patada de sus balompédicos héroes. Admirable.
En Barcelona sabemos mucho de agasajar al poder fútbol mediante.
Mezclar el espectáculo con la política es tan viejo como la política, que no deja de ser un espectáculo. En Roma, los candidatos pagaban juegos de gladiadores y en la Edad Media se seguían las ejecuciones cuando convenía entretener al personal. En época reciente, el fútbol se ha convertido en el opio del pueblo y si todos esos energúmenos que agitan las banderas en un estadio las agitaran defendiendo los derechos sociales que nos están arrebatando (los que ocupan el palco presidencial, precisamente), otro gallo cantaría.
Pero las banderas así agitadas y exaltadas sirven de cortina, para ocultar las trapacerías de algunos; de venda, para tapar los ojos del público; y de mortaja, para enterrar los derechos que tanto costó conseguir y que tan fácil nos arrebatan. Ya lo dijo Engels, y no pienso repetirlo aquí, que me canso: el nacionalismo es una trampa.
Contemplar ese arrebato nacional (ergo, gilipollesco) en el Arco del Triunfo, trufado hasta las orejas de populismo de arrabal, me produjo asco, tal cual, y ahí lo dejo.
No es la única obscenidad futbolera-nacional que hemos sufrido.
Pero no ha sido la primera vez ni será la última que siento ese malestar en las tripas. En el campo del Barça se producen cosas parecidas demasiadas veces. Es una herencia querida y buscada. Ya en tiempos de Franco metimos un gol a la pérfida Albión, cuando nos dolía Gibraltar. Siempre es lo mismo.
Por eso, con cierta desazón en el cuerpo y desánimo en el espíritu, me pregunto cuándo los señores candidatos visitarán una librería y se dejarán ver leyendo y escogiendo libros, por ejemplo, y no haciendo el paripé haciéndolo ver.
Obama comprando libros para promocionar el pequeño comercio.
¿Se imaginan así a uno de los nuestros?
Recuerdo cuando el presidente Obama, de los EE.UU., apareció en una librería de Washington, D.C., acompañado por sus hijas, para escoger y comprar algunos libros para él y para ellas. ¡¡¡En una librería...!!! No fue la primera vez, ni sería la última. Era un acto político, además, pues el presidente no sólo iba a por libros, sino que hacía publicidad de un mensaje de su gobierno. Pero todavía recuerdo la consternación que produjo la noticia en los tertulianos españoles. Eran incapaces de digerir esa imagen. ¡Dios mío! ¿Qué hace un político en una librería? Pero nadie se pregunta qué hace Rajoy, Puigdemont o el tonto de turno en un partido de fútbol.
Hasta que no se resuelva esta cuestión, estamos vendidos.
El balompié promueve los más altos valores de la sociedad.
Salta a la vista, no me digan que no.
Estos días, las selecciones nacionales de fútbol europeas se enfrentan no sé en qué torneo para ganar no sé qué copa y ya no sé cuántos muertos y heridos llevan ya en sus cuentas los hinchas de uno u otro equipo, que se están dedicando con afición y frenesí a partirse la cara mutuamente. En las televisiones, las broncas entre mal llamados periodistas en peor llamadas tertulias muestran hasta qué punto es humillante el fanatismo.
La lección de humanidad que nos están brindando tales aficionados se suma a la que nos proporcionan los jugadores y los clubes de fútbol. Porque entre escándalos entre futbolistas y prostitutas (algunas, menores de edad) y evasiones fiscales sumamos y seguimos la larga colección de desmanes balompédicos. Dinero fácil, drogas, sexo del sucio, evasión de impuestos... ¿Quién dijo que el fútbol era un deporte sano?
Los médicos, y no es broma. Con guasa, eso sí. Fíjense que un numeroso grupo de médicos y personal sanitario que trabaja en Urgencias, habla del doctor Fútbol. ¿Por qué? Porque han echado las cuentas y resulta que cuando hay un partido de fútbol importante bajan los ingresos en Urgencias ¡en más de un 40%! Un 40%... Ahí es nada.
Si toda la gente que grita por el fútbol gritara por la situación que se vive en Urgencias, otro gallo cantaría. ¡Vergüenza!
Luego el país va como va y nos preguntamos por qué.
Hubo una etapa heroica del automovilismo. El hombre y la máquina seguían sin conocerse y querían saber hasta dónde eran capaces de llegar, uno y otra, en su locura. En esa época, los pilotos eran héroes que, como Aquiles, solían morir jóvenes, alcanzando la gloria, y no hay que olvidarse de los mecánicos, que corrían en el mismo automóvil, abriendo y cerrando válvulas, rezando Jesusito, Jesusito, que no me mate, a cada bache. La Bestia de Turin es, sin duda, un símbolo de esta época mítica y salvaje.
La Blintzen Benz, en una fotografía publicitaria.
En 1909, la Benz 200PS, más conocida como Blitzen Benz (el Rayo Benz) batió una marca de velocidad sobre tierra. Benz & Cie. fabricaron un automóvil innovador en muchos sentidos. Revolucionario. El mismísimo señor Benz había abandonado la empresa, porque su carácter conservador era contrario a la locura de las carreras de automóviles y a la pasión por batir marcas, pero sus sucesores, Niebel y Nallinger... ¡Ah, ésos...! Ésos eran todo lo contrario.
205,4 km/h en ¡un coche a vapor!
Se metieron entre ceja y ceja batir la marca de velocidad sobre tierra, que ostentaba (agárrense) el estadounidense Fred Marriott Stanley ¡en un automóvil a vapor! Que alcanzó, además, los 205,4 km/h (!).
La Blintzen Benz en Brooklands, donde mostró lo mejor de sí.
Observen que corren el piloto y el mecánico y que la pista no está asfaltada.
En Benz escogieron al piloto de la casa, Victor Héméry, francés, que les había pedido él mismo que le construyeran una máquina para batir esa marca. Aprovecharon el chásis del Rennwagen 158 PS de 1908. Construyeron una carrocería aerodinámica a propósito, mantuvieron la carrera de los cilindros en 200 mm, pero incrementaron su diámetro, pasando de 154,9 a 185 mm. La cilindrada del Rennwagen (15.095 cc), creció hasta los 21.504 cc. Impresionante.
Con ese trasto, los pilotos de Benz, Héméry el primero, se lanzaron a batir la marca del kilómetro lanzado y cualquier otra y la máquina acabó en Brooklands, EE.UU., dode batió dos veces la marca de la milla, con un promedio (ida y vuelta) de 211,97 km/h y 228,1 km/h (abril de 1911) sobre la playa de Daytona. Esta marca resultó imbatible hasta 1919. En parte, porque vino la Gran Guerra. En parte, porque el cronometraje de la carrera de la Bestia de Turín no fue del todo correcto.
El aspecto de la FIAT S76 era impresionante, como poco.
Lástima, porque la Bestia de Turín se diseñó, precisamente, para batir a la Blintzen Benz. La FIAT se tomó el desafío de los alemanes en serio y construyó dos FIAT S76, también conocidas como FIAT 300 HP Record. Por lo poco que se sabe, quisieron construir más de dos, pero ahí se quedaron, a medias. Su radiador, sin embargo, fue empleado en otros automóviles de carreras de la marca.
Arriba, chasis y motor de la S76, esperando la carrocería.
En el centro, se distinguen claramente los dos bloques del motor.
Abajo, construyendo el chasis en la fábrica FIAT de Turín.
Una vez más, sus características técnicas quitan el hipo. El motor (Motore Tipo S76, cómo no), tenía dos bloques y cuatro cilindros en línea, que sumaban 28.353 cc. ¡Son cuatro garrafas de siete litros una detrás de otra! El motor podía dar 290 CV a 1.900 rpm gracias a un compresor y a la ignición de tres bujías por cilindro. Tenía encendido por magneto a baja tensión, se refrigeraba con agua y empleaba transmisión por cadena, suspensión por ballesta y un padrenuestro por cinturón de seguridad.
Los caballeros con bigote parecen satisfechos.
Corrió, ¡vaya si corrió! Con Pietro Bordino al volante, en el circuito de Brooklands y en la playa de Saltbrun, EE.UU., alcanzó los 200 km/h. En 1912, pilotado por Duray, alcanzó los 225 km/h en Ostende, aunque la marca no fue reconocida. Ese mismo año, en abril, en Long Island, otra vez en los EE.UU., recorrió la milla ¡a 290 km/h! ¡Qué barbaridad!
Fue, extraoficialmente, el automóvil más rápido de 1911 y 1912, más que el Blintzen Benz, pero la manera de formalizar la marca, con un promedio entre un viaje de ida y otro de vuelta, y algunas irregularidades más, no permitieron reconocerlo oficialmente. En cualquier caso, provocó una gran sensación y todo el mundo dio por batida la marca de Benz... extraoficialmente, claro.
Pronto cesarían los juegos y las heroicidades, para dar paso a la catástrofe de la Gran Guerra. Las dos FIAT S76 fueron desmontadas y guardadas, no fueran a caer en mano del enemigo, no fueran a destruirse. De un ejemplar no se ha vuelto a saber más, pero el otro fue salvado del desguace y hace unos años, restaurado. Su propietario, Duncan Pittaway, ha dejado la máquina que da gusto verla y un siglo después de batir su marca de velocidad (extraoficialmente) ha vuelto a correr en los circuitos, provocando el pasmo y la admiración del personal.
Es un trocito de historia que hace mucho ruido. ¡Me encanta! Qué locura.
Mi sobrinita y ahijada, Andréa, ha aprendido a buscar mi nombre en la agenda telefónica, dar con mi número de teléfono y llamarme a casa, a cualquier hora y porque sí. El primer día me llamó no menos de cinco o seis veces. Hola, ¿qué haces?, decía. Al volverme a llamar, preguntaba: ¿Y ahora qué haces?
Al día siguiente llamó a primerísima hora de la mañana. Me sacó de la cama. ¿Quién llamará a estas horas? Hola, ¿qué haces? A ésa, siguieron varias llamadas, hasta que su madre despertó al oírla hablar a solas en el comedor y descubrió el pastel. Colgó el teléfono, fue directa a la escuela y se acabó el despertar telefónico. Desde ese día, llama recién se despierta. Hola, ¿qué haces? ¿Para qué necesitas un despertador?
No me quejo, pero su padre creyó conveniente decirle que no me llamara tan temprano. Tu tío está durmiendo, le explicó. Y Andréa respondió: No, no está durmiendo, porque siempre que le llamo me contesta, y si estuviera durmiendo, no contestaría. Mi hermano se quedó sin saber qué decir. La lógica del argumento es irreprochable, ¿verdad?
El Gran Premio del Canadá es uno de los grandes premios que más me llaman la atención. No sabría decir por qué. Será el trazado, me digo... ¡Da igual! La cuestión es que este fin de semana han corrido en el Canadá y Ferrari nos ha dado una agradable sorpresa. En la salida, zas, como un rayo, el bólido de Vettel se puso primero. Luego, el coche demostró tener nervio y músculo. Quiero decir que podía plantar cara a Mercedes Benz, lo que no está mal. Pero luego... Ay, luego...
Una cuestión de estrategia. Ferrari optó por cambiar dos veces los neumáticos y Mercedes Benz, una. Así ganó Mercedes Benz (Hamilton), seguida de Ferrari (Vettel). Rosberg y Raikkonen repitieron el orden en quinta y sexta posición. Ay. Otra vez será.
Leo a Cristina Fallarás en Diario 16 y las deja ir sobre el debate electoral que emitió ayer Antena 3 TV. El debate se titulaba (agárrense) Las mujeres primero. Sin coma, además. ¿Qué gracia tenía ese debate? Que debatía mujeres, así, tal cual. La sección femenina, que dice la señora Fallarás, yendo con segundas y mala leche.
Se presentaron Andrea Levy, del Partido Popular, Margarita Robles, del PSOE, Carolina Bescansa, de Podemos, e Inés Arrimadas, de Ciudadanos. A alguien se le ocurrió que era guay del Paraguay que hablaran las mujeres, como si fuera algo fuera de serie (fíjate tú, que hablan). Pero lo peor fue que los partidos todos se sumaran a la idea y la dieran por buena.
La señora Fallarás habla de humillación y no diré que no, pero lo que yo pasé, en el breve instante de siete minutos de anuncios en mitad de una película (qué horror), lo que yo pasé, decía, fue vergüenza ajena. Vergüenza por el simple planteamiento del programa, pero también por el nivel de mediocridad alcanzado por las señoras en cuestión. Vergüenza ajena esta mañana, leyendo la prensa, donde se da una especial importancia al vestuario de las bailarinas. Lamentable.
Así las quieren ver.
¡Qué pena! Porque sería muy interesante un debate en el que se hablara de las mujeres. De la conciliación de la vida laboral y profesional, de la igualdad de derechos, pero una igualdad de veras, no de boquilla, de las situaciones en que la mujer, por ser mujer, sale peor parada que el hombre. Etcétera. Y aunque no me considero feminista (no, al menos, seguidor de cierto feminismo), sí que me gusta creer en la igualdad de derechos y oportunidades para todos los hombres, varones o mujeres, y creo que eso es de sentido común. Luego ya discutiremos el detalle, que para eso estamos.
Pero un debate no sobre la situación de las mujeres, sino de mujeres, como si fueran las protagonistas de una atracción de feria... Eso, como que no. Es un insulto a la inteligencia, ese bien tan raro y tan (des)preciado hoy en día.
Cuenta mi editor que ha anunciado la publicación de mi libro en la Feria del Libro de Madrid, ayer mismo. Es decir, que ya es oficial, o poco más o menos.
Así que ya puedo decir que Principal de los Libros me publicará a finales de verano o principios de otoño. Exactamente cuándo es algo que todavía no puede decirse, porque no lo sabe nadie.
Queda mucho por hacer y mucho por pulir. Se ha iniciado el proceso de edición y maquetación y me esperan unos días moviditos, un verano intenso. Valdrá la pena.
La política catalana se compara a veces con una montaña rusa, aunque quizá sería más oportuno compararla con el Túnel del Terror, esa atracción de feria surrealista en la que los pasajeros de la vagoneta van de susto en susto y al final vuelven al punto de partida, maltratados por el camino y habiendo pagado el viaje a ninguna parte. ¡Encima, les gusta! También se ha comparado con un souflé, que se hincha, se hincha, se hincha, y... oh... se pincha.
Contrariamente a lo que se cree, estas hélices sólo sirven para remover las aguas.
La comparación con el Titanic es de viejo cuño, pero sigue siendo válida. El navío insumergible que te llevará a la tierra prometida, decía la propaganda, un monumento a la vanidad de sus propietarios y pasajeros de primera, que resulta ser un trasto con malos remaches que se hunde en su viaje inaugural al chocar contra un iceberg, porque la compañía no le pagó unos prismáticos al vigía. ¿Y quién paga el pato? Los de siempre, los pasajeros de segunda y tercera clase. Los de primera se salvaron muchos, como ahora.
Reunión de Cocomocho y sus aliados.
La suma de la estulticia, la insensatez, la poca honestidad, la corrupción y la falta de gente preparada para las responsabilidades de un cargo público, que a falta de capacidad, inteligencia y narices echa mano del ruido cuando no hay nueces, a la que añadir una corte de correveidiles, pelotas, lameculos, voceros, mercenarios del verbo y aficionados a la mamandurria, que no dudan en echar mano de la caja pública y engañar al personal, da como resultado lo que da, y no puede pedirse que dé otra cosa.
Se ríen de nosotros, o nos reímos con ellos. No lo sé.
Es lo que hay, es así, y el público, en vez de preguntar por lo que interesa y poner los puntos sobre las íes, se distrae con tantos fuegos de artificio y vende muy baratos los derechos que con tanto esfuerzo conseguimos arañar a ésos que hoy se llenan la boca de patrias y las cuentas en Suiza, de pecunio. Así nos va.
Se publica en los periódicos que este martes, en Huesca, alrededor de 1.300 ovejas tomaron las calles. Congregadas en las afueras de la ciudad, esperaban las instrucciones del pastor para proceder a la transhumancia, en busca de pastos. Pero en vez de obedecer al pastor, procedieron a dormirlo. Lo obligaron a contar ovejas una y otra vez hasta que se durmió y una vez libres de él, se echaron a andar. Sin pensárselo dos veces, penetraron en el centro urbano de Huesca.
A las cuatro y media de la madrugada, la policía fue alertada de la invasión ovina por repetidas y constantes llamadas de los ciudadanos. La calle estaba tomada y la situación estaba tornándose complicada. Unos agentes de la ley dieron con el pastor y lograron despertarlo de su beatífico sueño. Alertado por las fuerzas del orden, tuvo que esforzarse para reunir y controlar al rebaño, que no abandonó la ciudad hasta bien tocadas las siete de la mañana, después de lo que, en círculos ovinos, se considera una victoria sobre la tiranía del pastoreo.
Asalto a la ciudad de Huesca, un hito en la historia de la Revolución Ovina.
No ha sido éste el único ni el último incidente ovino en esta primavera. A finales de mayo, la localidad de Rhydypandy, en el Valle de Swansea, allá por el sur de Gales, en la Gran Bretaña del Reino Unido, un rebaño de ovejas provocó el pánico entre la población. Según las autoridades, las ovejas sufrieron un brote psicótico y actuaron en consecuencia. Sin pensárselo dos veces, irrumpieron en Rhydypandy, provocaron el caos circulatorio y arrasaron con los parterres de los jardines públicos y privados. En un caso al menos, las ovejas entraron en una casa y (traduzco y cito literalmente) se cagaron en el dormitorio de sus propietarios. Tremendo.
Ioan Richard, el alcalde de la población, explicó a la prensa que al menos una oveja había fenecido en el ataque ovino, arrojándose bajo las ruedas de un automóvil y provocando un accidente, añadiendo caos al desorden y mártires a la causa ovina.
La explicación oficial del incidente ovino galés es que las ovejas comieron por error los residuos de un centro ilegal que procesaba marihuana. Sin embargo, los que creemos que algo se está cociendo en el campo ovino, creemos que sí, que hubo ingesta de sustancias estupefacientes, pero no creemos que fuera un error de las ovejas, sino un acto consciente de rebelión ovina.
A plena luz del día, Huesca seguía en manos ovinas.
¿No tienen bastante con esto? ¡Más! En abril, un rebaño de ovejas se lanzó sobre la línea férrea que recorre la línea Monzón-Zaragoza y consiguió detener el primer tren del día. Fue una acción suicida, pero el convoy tuvo que detenerse en las proximidades de El Tormillo, una vez pasada la estación de Selgua. La locomotora quedó inutilizada y el convoy tuvo que ser remolcado, provocando un retraso de dos horas y media en toda la línea. Las ovejas inmoladas por la causa de la rebelión ovina despertaron la alarma de las autoridades, que han reconocido que ése no ha sido ni el único ni el último incidente en esa línea provocado por ovejas suicidas.
Con fría determinación y fanática resolución.
La historia viene de lejos. En 2008, la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid tuvo que poner la mano encima de un rebaño de unas mil ovejas, a las que se habían sumado algunos perros y un burro, que pastaban en el término municipal de Las Rozas, Madrid. Las ovejas, reiteradamente y sin avisar, invadían sin ningún control la autovía A-6 y las vías de servicio adyacentes, provocando el caos en el vecindario y el peligro en la carretera.
En suma, atención, lectores. Algo se está cociendo en el campo ovino. La rebelión de las ovejas está próxima y viviremos para contarla. Que nos pille confesados.
Cuando uno se entera de estas cosas, busca el vídeo, lo pone y sufre un ataque de vergüenza ajena, es repentinamente consciente de que este país se nos está yendo al carajo a marchas forzadas.
El 6 de junio de 1944, las fuerzas aliadas desembarcaron en cinco playas normandas. Era la esperada invasión o liberación, según quién hablara de ella. El tiempo pasa deprisa y ya no recordamos el alto precio que pagamos por un poquito de democracia. No valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos, ésa es la verdad.
Estos días, los trabajadores del metro de Barcelona están en huelga. Están en su derecho, aunque nos moleste. Piden lo que suele pedirse: un mejor trato. En medio de sus reivindicaciones, los trabajadores de TMB (Transportes Metropolitanos de Barcelona) han señalado el caso de los llamados trabajadores fuera de convenio, 579 personas (603 si se cuentan los más altos cargos) que cobran, entre todas, un salario anual de más de 35 millones de euros (35,35 millones, más exactamente). Toda la plantilla de TMB suma 7.776 empleados, no todos trabajadores, permítanme la broma. La información pública sobre sus trabajos y retribuciones es deficiente, especialmente cuando nos aproximamos a los cargos directivos (todos fuera de convenio).
Los salarios de esos empleados fuera de convenio van de los más de 146.000 euros al año que cobran algunos de los más altos directivos a los 50.000 que se llevan unos trabajadores que (cito a TMB) desarrollan y coordinan funciones técnicas y de ejecución en su ámbito, que es no decir nada en concreto sobre su trabajo. En la práctica, me cuentan, muchos de estos cargos son verdaderas mamandurrias (v. RAE).
Así, por ejemplo, la señora de don Artur Mas, la señora Rakosnik, cobra de TMB por un trabajo que nunca se ha sabido cuál es (su trabajo depende de a qué hora esté en la oficina, cito) y con (vuelvo a citar) un horario flexible y discrecional, para poder hacer el paripé (v. RAE) en los compromisos políticos de su marido. Es decir, desarrolla y coordina funciones técnicas y de ejecución en su ámbito, aunque no sepamos qué ámbito es, qué funciones son las que coordina y qué hace exactamente. Genial. Como ella, docenas y docenas de personas viven del cuento de un cargo en TMB.
En TV3, aunque quizá sería mejor decir en la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), ocurre algo parecido, pero quizá peor. ¿Por qué peor? Ahora vamos a ello.
Los trabajadores de la CCMA (o de TV3, como diría el común) han ido ya varias veces a la huelga y amenazan con volver a ella. Una de las razones es que quieren ser mejor tratados. Normal. Aquí hago un inciso. Aunque la media de salarios de los trabajadores de la CCMA es notablemente más elevada que la media de salarios de los empleados públicos de toda clase y condición en Cataluña, hay que distinguir entre los empleados de base (electricistas, montadores, redactores, etc.) y los directivos.
Los empleados de base cobran un sueldo comparable al de otras instituciones públicas. Cierto que más alto en algún caso, pero también más bajo en algún otro. La diferencia salarial entre la CCMA y el resto de las empresas o entes públicos catalanes es debida, casi exclusivamente, a la abundancia de cargos directivos y al sueldo que se llevan todos ellos. Así, por ejemplo, el presidente del consejo de la CCMA cobra el salario público más alto de Cataluña (y creo, pero cito de memoria, de toda España). La Voz de Su Amo está bien pagada, y por algo será. Es, también, la televisión con más empleados en plantilla, después de TVE. TVE tiene unos 4.000 y la CCMA, hoy, unos 2.400. Ningún otro grupo de canales de televisión en España, sea público o privado, supera los 1.800 trabajadores.
El señor Duart.
Se enfadó mucho cuando se pudo conocer su salario... público.
El 1 de agosto de 2012, todos los trabajadores de la CCMA recibieron un correo electrónico remitido por Brauli Duart. Aparecía en él el salario de todos los empleados de la CCMA incluidos los salarios de sus directivos (ojo al dato). Hasta ese momento, no se habían publicado nunca. El correo también calculaba cuánto costaría indemnizar a cada trabajador si hubiera que despedirlo y apareció junto con la noticia que decía que en la CCMA se estaba preparando un ERE (expediente de regulación de empleo). Naturalmente, se desmintió el rumor del ERE. Ni hablar del peluquín. Pero por fin pudo conocerse que el señor Duart cobraba varios miles de euros más que el entonces presidente Mas, dato hasta ese momento secretísimo.
La dirección, con Brauli Duart a la cabeza, pilló un cabreo de mil pares de narices y denunció el caso a la policía, a los Mossos d'Esquadra. ¿Quién se ha atrevido a suplantar la identidad de nuestro presidente (de la CCMA) y encima (ahí es donde duele) publicar los salarios de los directivos? Salarios públicos, recuerdo. Cientos (literalmente, cientos) de directivos que cobran unos buenos sueldos por... por... este... no sabemos exactamente por qué. Ésa es la incómoda verdad.
Se desmintió que se haría un ERE, ya lo he dicho. Poco después, más de 300 empleados de la CCMA perdieron su trabajo... en un ERE, el que había sido descubierto en ese correo electrónico. El resto del personal ha visto reducido su salario más de un 13% desde entonces. Pero el sueldo de los directivos (el de Duart a la cabeza)... Ah, eso ni se toca ni se publica. Eso es secreto. Pero la CCMA es pública, me dirán. Sí, ya ven.
La policía estuvo investigando el caso durante catorce meses (14) hasta que dio con un culpable que le iba al pelo, un técnico informático de la CCMA que fue detenido con un gran despliegue de medios (sólo faltó emplear helicópteros y bombas lacrimógenas) e interrogado durante 72 horas seguidas (sic) en la comisaría. Antes, durante horas, pusieron su casa toda patas arriba en un registro. El pobre hombre abandonó las dependencias de los Mossos d'Esquadra con un síndrome de estrés traumático (sic) del que todavía no se ha podido recuperar. Sigue de baja y medicándose. Han arruinado su vida.
Lo peor del caso es que al pobre tipo le acusan de descubrimiento de secreto (sic) y de revelación del mismo, y la fiscalía propone una condena de más de siete años de prisión. ¡Más de siete años!
El caso de la petición de siete años de cárcel para un empleado de la CCMA llegó al Parlamento de Cataluña... y ya está. No pareció importar a nadie.
El señor Duart se tomó el caso como un asunto personal, en eso coincide todo el mundo. La cúpula actual de la CCMA (escogida con los votos a favor de CiU y del PP) sigue en sus trece y hoy, cuando el señor Duart, por motivos de salud (sic) ha dejado temporalmente de ser el presidente del consejo de la CCMA, la demanda sigue interpuesta contra ese técnico informático. El comité de empresa ha pedido que se retire la denuncia al señor don Artur Mas, al señor Homs, cuando era portavoz del Gobierno de la Generalidad de Cataluña y al señor Puigdemont, que es hoy el presidente de la Generalidad de Cataluña. Ni caso. Adelante con el castigo. La denuncia se mantiene. La fiscalía ha dejado bien a las claras que si la CCMA retira la denuncia, no hay caso. Pero la CCMA, la mafia de TV3, busca su particular vendetta y no la retira. Hay que dejar bien claro que quien actúa contra los trapicheos de la CCMA acaba pagando. La omertà es sagrada. El escarnio tiene que ser público.
El lema contra la actual dirección de la CCMA.
No envíes a prisión a mi compañero.
Ésa, entre otras, es una de las razones de la posible huelga que viene anunciándose. Con esta razón sobra y basta para una huelga indefinida y feroz, pero verán como no habrá narices. Tiempo al tiempo.
Hoy publican los periódicos que cualquiera pudo hacerse con las direcciones y contraseñas que permitieron remitir a todos los trabajadores el famoso correo electrónico de agosto de 2012. El archivo con toda esa información estaba desprotegido en la red informática, accesible a todo el mundo durante años. Ya fuera por casualidad, ya fuera buscándolo, usted mismo podría haber dado con él y escribir o leer los correos electrónicos de todos sus jefes y compañeros, haciéndose pasar por otro. Será muy difícil demostrar que fue el acusado quien hizo lo que dicen que hizo. Pero, además, si realmente lo hizo, ¿merece por ello ser tratado como un peligroso delincuente? Ustedes mismos..
No comprendo como este caso no provoca más rechazo entre la población, no despierta a los periodistas, no alborota a los políticos. Los trabajadores de la CCMA tendrían que iniciar una huelga indefinida sólo por esta razón y yo estaría con ellos. Por defender la poca honra que les queda. No es sólo que TV3 y Catalunya Ràdio sean los órganos de propaganda del régimen y que su falta de neutralidad provoque vergüenza ajena, es que es una mafia (v. RAE).