Santa Claus is coming to town


Dicen que escribir un cuento de Navidad es una tradición, pero no sabría decirles. Aquí va, en forma de artículo para Metrópoli Abierta, el mío. Se titula Santa Claus is coming to town, así, en inglés. 

Miedo extraño


Existe un miedo que no puede ser pronunciado por quien lo padece. 

Es la hipopotomonstrosesquipedaliofobia.

¿Qué es? ¡El miedo a las palabras largas!

La ristra de tuits que felicita la Navidad


Este último año he publicado algunas series de tuits en Twitter que han tenido una buena acogida. Cada una de esas series ha sido bautizada como #RistraDeTuits y, para celebrarlo y celebrar la Navidad con mis lectores, he hecho este resumen del último año.

Pueden verlo aquí:

Por cierto, que la felicitación de Navidad es ésta:


La ristra de los dragones y los caballos



Quien me siga en Twitter sabrá de una cosa que he bautizado #RistraDeTuits. La última va sobre los dragones y sus problemas con los caballos. 

Aquí tienen el enlace, para leerla, si gustan:

La señora del capazo


Queridos seguidores de El Cuaderno de Luis:

He aquí un nuevo artículo publicado en Metrópoli Abierta. Se titula La señora del capazo. Hace unas preguntas sobre un suceso anecdótico en medio de una manifestación procesista. Será anecdótico, pero quizá también sea sintomático.

Ni cagar en paz nos dejan


La British Toilet Association (http://www.btaloos.co.uk/) ha escogido como uno de los diseños del año 2019 al llamado Standard Toilet (marca registrada), diseñado por don Mahabir Gill. Su propuesta no sólo ha sido un objeto de diseño curioso, sino que ha dado pie a fundar una empresa, Standard Toilet (https://www.standardtoilet.net/), para comercializar su invento.

La tradicional taza del váter, culpable de innumerables males, según los empresarios británicos.

Cuenta la leyenda que el señor Gill estaba un poco hasta las narices de que sus compañeros de oficina dijeran que se iban al lavabo y que perdieran ahí sentados tantos y tan preciados minutos de su horario laboral. Según argumentan los promotores de Standard Toilet, en el Reino Unido el tiempo de permanencia en el váter de un trabajador a lo largo de su jornada laboral es de media hora, que pasa ahí sentado sin producir y dejando a cambio un regalo. Según los cálculos de no sé qué diabólica agrupación de empresarios, el tiempo que dedican los trabajadores británicos a sentarse en la taza del váter es un despiporre que se traduce en pérdidas económicas de millones y millones de libras esterlinas. Por lo tanto, el invento del Standard Toilet del señor Gill ha sido bienvenido por los desesperados empresarios que veían como tanto la mierda como sus beneficios se iban desagüe abajo.

Una taza del nuevo e incómodo váter.
Imagen procedente de su sitio web.

¿Por qué? Porque el señor Gill ha diseñado un váter que en vez de tener el asiento horizontal lo tiene ligeramente inclinado hacia abajo. Más exactamente, inclinado 13º. Con ese ángulo, sostiene el inventor y cualquier comercial de su empresa, será muy difícil permanecer sentado en la taza del váter más de cinco minutos. Por lo visto, la posición es sumamente incómoda y si el cagar se alarga, aparecen dolores en el culo y las piernas que hacen de la defecación un martirio. Los trabajadores con estreñimiento han puesto el grito en el cielo, pero, como sucede en el trato hacia todas las minorías, aquí pagan justos por pecadores.

La publicidad de Standard Toilet nos dice cosas que ya sabíamos. Una, que la taza del váter occidental se remonta al siglo XVI y que, en lo esencial, su diseño no ha cambiado desde entonces (por algo será). Por lo tanto, el diseño de Standard Toilet es una revolución en toda regla.

Argumenta a favor del váter incómodo que unos estudios médicos sin identificar (cito) han sugerido que [las tazas del váter] pueden provocar dolorosas hemorroides y debilitar los músculos pélvicos. Horror. 

Más a favor de los váteres torcidos. En los tiempos modernos, el váter en el lugar de trabajo se ha convertido en un refugio personal para leer y comunicarse por las redes sociales, dice. Y en los centros comerciales y en las estaciones del ferrocarril, sigue diciendo, se ha vuelto necesario reducir las colas en los lavabos

Otra imagen del incómodo asiento, esta vez con pie y cisterna.
Imagen procedente del mismo sitio.

De nuevo, se vende un invento para beneficio de la explotación del proletariado como un beneficio para el conjunto de la sociedad, pues si hay largas colas en los lavabos públicos británicos será porque hay pocos lavabos públicos o un problema de salud de la ciudadanía relacionado, seguramente, con la alimentación. En cualquiera de ambos casos, la solución no sería promover un modelo de váter incomodísimo, sino invertir más en sanitarios y en salud pública.

Yo lo dejo aquí y ustedes mismos reflexionen sobre el mundo que nos está quedando. Siglos de sabiduría aplicados a la taza del váter tirados al desagüe para que los sufridos empleados no puedan ni cagar en su puesto de trabajo. ¿A esto le llaman progreso?

Un viejo amigo bajo sospecha


Publica El Periódico que la policía está investigando a tres cónsules honorarios por blanqueo de dinero procedente de un clan gitano que domina el tráfico de drogas. Uno de estos personajes es un viejo conocido de El cuaderno de Luis, el señor Calmet, cónsul honorario de Albania. Fíjense que hace años ya les llamé la atención sobre el personaje y mírenlo ahora. 

La noticia de El Periódico es:

Pueden encontrar algunas cosas que dije hace años sobre el cónsul honorario de Albania en mi blog aquí, por ejemplo:

Verán que no es poco. Pero más noticias lo mencionan últimamente.

En ésta, se anuncia su nombramiento como asesor de Telefónica, a 90.000 euros al año:
https://cronicaglobal.elespanol.com/business/telefonica-contrata-como-asesor-al-ex-dirigente-convergente-josep-maria-calmet_28531_102.html

Agujeros


Agujeros es el último artículo que Metrópoli Abierta ha tenido a bien publicarme. Una vez más pregunto por qué no se impulsa un gobierno metropolitano de Barcelona, uno de verdad, capaz de afrontar los problemas y plantear las soluciones que la Gran Barcelona requiere. 

Por supuesto, pocos están por la labor. Pero ahí dejo la necesidad.

Las troyanas



Recuerdo esa regla mnemotécnica que decía: Eurípides, no me Sofocles, que te Esquilo. Esta tontería recoge los tres grandes autores de la tragedia griega, que se interpretaba en clave religiosa, en una especie de catársis colectiva. Cuentan que, para que una tragedia sea considerada como tal, tiene que enfrentar a sus personajes con el destino y mostrar un problema político (en el sentido más amplio del término, social). 

Pueden leer Las troyanas sabiendo estas cosas y muchas otras sobre la tragedia griega, pero también leer la obra directamente y sin intermediarios, con ojos de hoy mismo, los del lector, y dejándose llevar por un texto que es a la vez magnífico y terrible. En mi caso, he leído la traducción de Ramón Irigoyen que publica Alianza Editorial. Es impresionante.¡Por algo es grande Eurípides!

El argumento es simple y se centra en un puñado de personajes y un coro. Los griegos acaban de caer sobre Troya y la están arrasando a sangre y fuego. Un puñado de mujeres ha sido capturada por los aqueos; su suerte está echada: han sido sorteadas y serán el botín de los vencedores. Todas ellas han visto caer a sus padres, a sus maridos, hermanos, hijos, bajo la espada y el fuego de los invasores y ahora sólo les aguarda la esclavitud. Hécuba, la mujer de Príamo y madre de Héctor, su hija Casandra, Andrómaca, la viuda de Héctor... Hasta Helena, quien se dice que provocó la guerra, aparece en la obra. Terrible es su suerte y horrible su destino, y hasta aquí puedo leer.

Las mejores obras antibelicistas son aquéllas que presentan la realidad de la guerra tal y como es. Las troyanas es una obra antibelicista, que muestra el lado oscuro y lamentable de las armas, tan alejado de la gloria y el triunfo. ¡Bien conocían los griegos los males de la guerra! La muerte, la esclavitud, el dolor de la pérdida. La denuncia de los horrores de la guerra proporciona la crítica política de una sociedad que vivía la guerra con orgullo y cotidianeidad; la suerte de esas pobres mujeres las enfrenta a su destino. De principio a fin seguimos la suerte de estas desgraciadas con el corazón en un puño.

Les recomiendo muy vivamente leer Las troyanas. Por algo Eurípides está en el Olimpo de las artes.

¿En público o en privado?


Seguro que les suena. Un político dice una cosa en privado y otra en público. En privado se muestra moderado y dialogante; en público, fanático y esencialista. El ultranacionalismo, el populismo de extrema derecha y la innegable carga de supremacismo y odio por quienes no piensan como él se vomita en los mitines, en los medios de comunicación, en las redes sociales... pero en privado, no. Ahí se muestran educados y moderados y admiten que ese discurso no lleva a ninguna parte.

Pregunta: ¿cuándo mienten? ¿Cuando hablan en público, dejándose ir rodeados por sus fieles acólitos, o cuando te miran cara a cara en un entorno formal y educado? 

Mi opinión es que cuanto más fanático es uno, más miente en privado. Pero dejo ahí la pregunta, para que se sirvan ustedes mismos.

El cuadernillo


¿Sabían que, como mínimo, a todos y cada uno de esos personajes que cada día cortan la avenida Meridiana podría caerles una multa de 300 euros? Pues no sé a qué esperan. De eso va mi artículo en Metrópoli Abierta, que se titula El cuadernillo.

La esgrima a bastonazos



Queridos lectores:

Por si alguno me sigue en Twitter, o por si no me sigue, aquí tiene mi última #RistraDeTuits. En esta ocasión trataré de la evolución de la espada en el siglo XVII y la aparición de las reglas que regulaban los duelos bajo el reinado de Luis XIV. Sin querer, eso pondría sobre el tapete un nuevo e inesperado tipo de esgrima que, con el tiempo, derivaría en una inesperada ayuda al sufragismo británico.
Espero que les guste.

P.S.: Esta #RistraDeTuits fue mi muy particular aportación al día del #OrgulloBarroco, una brillante iniciativa que, año tras año, pone en primera línea de las redes sociales la difusión del arte y de la cultura. Desde aquí envío mi saludo y mi aplauso a los valedores de tal iniciativa.

La única historia



Un autor que, desde el primer día, me llamó la atención y me cayó en gracia es Julian Barnes. Su obra me pareció fascinante y obras como La historia del mundo en diez capítulos y medio o El loro de Flaubert me llamaron enormemente la atención. Luego ya ha escrito más cosas y, aunque unas han sido mejores que otras, no me ha defraudado nunca. Por eso no tardó en caer en mis manos su última novela, publicada por Anagrama y traducida por Jaime Zulaika. Se titula La única historia y es magnífica. Pero, claro, es Barnes y podrían pensar que me dejo llevar por mi entusiasmo por sus letras.

La única historia es una historia de amor en tres partes. Cuenta el narrador que toda persona tiene una única historia realmente importante en su vida, la principal de todas, y se refiere a una historia de amor. Marcará su vida, su manera de ser, su pasado, su presente y su futuro. En este caso, la historia única del narrador es la historia de amor que comparte con una mujer casada que conoce en un club de tenis. Él tiene diecinueve años y ella, cuarenta y tantos. Será algo más que una aventura.

La novela se divide en tres partes. Muy por encima y aproximadamente, la primera describe el enamoramiento, la consumación del amor, la parte bonita; la segunda parte, en cambio, proyecta la sombra y la desgracia sobre la relación; en la tercera y última parte, el narrador protagonista compartirá la narración con un narrador omniscente, que relatará el recuerdo de esa relación años después. El final es... tremendo, e interpreten tremendo como prefieran.

Es una novela honesta y por eso mismo muy dura. Magnífica, ya he dicho. La recomiendo sin dudas.

"Yo no lo hubiera hecho"


He aquí el último artículo que he publicado en Metrópoli Abierta. Trata algún tema polémico y espero que les guste; si no lo que dice, cómo lo dice. Se titula "Yo no lo hubiera hecho".

Ya no cuentan


Hace cosa de una semana, más o menos, una diputada del grupo socialista en el Parlamento de Cataluña elevó una pregunta al Gobierno de la Generalidad de Cataluña sobre los efectos de la pobreza infantil. Más concretamente, preguntó cuántos niños catalanes sufrían desnutrición por causas socioeconómicas y qué hacía el gobierno exactamente para remediarlo. 

La respuesta del gobierno tendría que haber salido en primera página a varias columnas, para subrayar el escándalo. La respuesta del gobierno fue que no sabían cuántos niños estaban expuestos a la desnutrición porque no se habían molestado en contarlos. Es decir, no es un tema que les preocupe, ahora mismo, literalmente. Imaginen, pues, qué políticas sociales pueden hacerse para intentar aliviar o resolver un problema que no les importa, que no les preocupa, del que no tienen noticia. 

No sé a ustedes, pero a mí me parece un escándalo mayúsculo. Que nadie levante la voz, que nadie dimita, ¡que no cesen a nadie!, me provoca pasmo y vergüenza.

Esta salvajada (no merece otro nombre) tiene responsables con nombre y apellidos, a los que hay que señalar y censurar. Todo comenzó en julio de 2017 cuando la entonces consejera de Bienestar y Familia, Dolors Bassa, anunció en sede parlamentaria que la comisión de seguimiento interdepartamental (Educación por un lado y Bienestar y Familia por otro) no se reunía desde, lo menos, 2015, y que, como el porcentaje de niños en riesgo de pobreza había bajado del 25% (eso dijo), había decidido que los miembros de la comisión ya no se iban a reunir más y abandonaban la estadística de los casos de niños con problemas de desnutrición a causa de pobreza. Total, ¿para qué contarlos? Tal cual. Con un par. 

El ruido era mucho entonces y el agitar de banderas tapó la crueldad intrínseca de este comportamiento, la dejadez de funciones del gobierno en materia social, el brutal cinismo de esa señora al anunciar que, como el problema no afecta a tres de cada cuatro niños, mejor mirar hacia otro lado, porque así el problema desaparece. Y al niño afectado, que le den. Esta señora ha sido condenada recientemente por malversación de fondos públicos y condenada a doce años de prisión. No es por nada, pero fondos destinados a resolver el problema de la malnutrición infantil u otros problemas sociales igualmente serios fueron destinados a la farsa del procés. Pues, miren, quizá merezca la prisión, si no por una cosa, por la otra.

Ese comportamiento persiste y la situación, obviamente, se agrava. Siguen sin contabilizarse los casos de desnutrición infantil desde el gobierno, siguen sin coordinarse las diferentes consejerías concernidas y todo ello sigue sin preocupar a los partidos que apoyan al gobierno. Mal asunto.

Diversas organizaciones (Cáritas, UNICEF, etc.) han dado la voz de alarma estos dos últimos meses. La Mesa de Entidades del Tercer Sector ha pedido una actuación urgente del gobierno; Save the Children se ha sumado a las alertas. Cualquier persona que conoce el problema se lleva las manos a la cabeza ante la acción de gobierno. Según los datos recopilados por estas organizaciones e instituciones, los niños en riesgo de pobreza son ya más del 28% en Cataluña, una cifra que se ha incrementado entre un 3 y un 4% en apenas un año. En esta situación se encuentra también uno de cada tres adolescentes. El Idescat (Instituto de Estadística de Cataluña) asegura que la tasa de pobreza en Cataluña supera el 21%, ¡la cifra más alta desde 2004! Y los casos de pobreza severa pasan del 6,5% de la población, otra marca (negativa)... Pero la desnutrición infantil no es cosa que merezca ser contada por el gobierno.

Para más inri, la inversión en Educación ha batido una marca negativa en Cataluña; ya supone menos del 3,6% del PIB este año. Si comparamos la inversión de la Generalidad de Cataluña en 2009 y 2019 en políticas sociales (educación, sanidad y servicios sociales), ésta ha disminuido más de un 27%. Estamos en el vagón de cola de políticas sociales en España, con diferencia. No parece que importe.

Y esto, ¿dónde lo enchufo?


Parece que todos se empeñan en promocionar el vehículo eléctrico, pero quizá conviene preguntarse si no lo hemos idealizado demasiado. Va por ahí mi artículo en Metrópoli Abierta, que se titula Y esto, ¿dónde lo enchufo?

¡Cras! ¡Pum! (Gran Premio de Brasil 2019)



Ay, qué daño. El Gran Premio de Brasil ha resultado movidito y emocionante. Fíjense en el podio, donde, por orden, tenemos un Red Bull, un Toro Rosso y un McLaren, un Mercedes-Benz (Hamilton) en la séptima posición y el otro, averiado y quedándose con las ganas de terminar la carrera. Pero, cuando el final estaba cerquita, ¿quiénes se peleaban por ocupar la cuarta plaza? Los dos Ferrari. ¿Y que pasó? Que se tocaron. El de detrás (Lecrerc) rompió la suspensión; el de delante (Vettel) perdió la rueda trasera por pinchazo. Los dos quedaron fuera de carrera. ¡En mal momento se pusieron a hacer tonterías!

Barry Lyndon



En verdad, el título de la novela no es Barry Lyndon, sino (agárrense) Las memorias del caballero Barry Lyndon del Reino de Irlanda donde se incluye: el relato de sus extraordinarias aventuras; sus desgracias; sus penalidades al servicio del finado monarca de Prusia; su estancia en numerosas cortes europeas; su matrimonio y magníficas residencias en Inglaterra e Irlanda; y las muchas y crueles persecuciones, contubernios y difamaciones de las que ha sido víctima. Así que, si no  les importa, como tanta gente antes que yo, incluyendo a sabios y experimentados editores, Barry Lyndon será, y no lo otro, por una cuestión de economía.

El título original tiene la ventaja nada despreciable de hacernos un resumen muy aproximado del libro, el famoso de qué va. Es, en efecto, la autobiografía que escribe un personaje de ficción, Redmond Barry, posteriormente Barry Lyndon (en la obra se explica por qué este cambio), en la segunda mitad del siglo XVIII. La escribió William Makepeace Thackeray (1811-1863) y es una maravilla, créanme. 

Por cuestiones que no vienen al caso, tengo que leer muchas porquerías en forma de manuscrito y hay días en que cuesta llevarse bien con las letras, si tal es el nivel de los que escriben. Así que, de vez en cuando, preciso urgentemente reconciliarme con la literatura y viene a mis manos un clásico como éste. El tratamiento funciona, porque la novela es magnífica y no está falta de intrigas, aventuras, sátiras y reflexiones sobre la naturaleza humana.

Me dicen que la obra está inspirada en un personaje llamado Andrew Robinson Stoney, pero qué importa, tal y como está narrada. Se publicó por partes en 1844 (como solía ser costumbre en la época) y sólo publicadas como libro diez años más tarde. Y como suele ocurrir, el libro no fue bien recibido por sus contemporáneos. Ahora decimos que no lo entendieron, pero lo cierto es que entendieron perfectamente que el protagonista de la obra era un tipo moralmente reprobable y eso, en aquel entonces, no gustaba nada. 

Porque el protagonista es un idiota moral. Vamos a decirlo de otra manera: un amoral. El autor consigue que éste, que comienza como pícaro, nos caiga simpático. Luego, nos resultará antipático, hasta ser odioso. Tendremos la peor opinión de su persona y, cuando se precipite al abismo... ¡nos apiadaremos de él! No sabemos en qué momento nuestro héroe pasa a ser un tipo despreciable, ni exactamente cómo o por qué. Esa metamorfosis del sentimiento que nos despierta el personaje (que nunca ha disimulado su verdadera naturaleza, he ahí su mérito) es algo muy, pero que muy difícil de conseguir. Thackeray lo consigue.

Además, deja ir en la obra una visión de la historia reciente (de aquel entonces) irónica y punzante, y una exposición que roza el cinismo de la hipocresía social de entonces (y de ahora, la verdad es ésa). Cultiva la ironía con arte y salero y sabe tensar las cuerdas del relato. Hay mucho que decir y mucho que contar sobre el tratamiento de los personajes, la exposición de los hechos, la trama, los trucos del autor... pero ¿hace falta que hablemos de ello aquí y ahora? No creo. Hay bibliografía abundante sobre este asunto y en la edición de Penguin Clásicos, una buena introducción, para quien esté interesado. 

Mi consejo es que lean Barry Lyndon y la disfruten como es, que no es pequeño el gozo.

Los pájaros



Me regalaron y he leído con placer un breve relato de Daphne du Maurier titulado Los pájaros, publicado por Gallo Nero, ilustrado por Pablo Gallo (¡también es casualidad!) y traducido por Ma. Carmen de Bernardo. Es un relato magnífico y se lee de un tirón. Digo relato porque decir cuento ya no se estila, por mucho que me guste más el oficio de cuentista. Es un libro magníficamente editado y un objeto de regalo ideal. 


Quizá no sepan que la película Los pájaros (The Birds, 1963), la celebérrima película de Alfred Hitchcock, se basa en este cuento, escrito en 1952 y publicado en una colección de cuentos de terror en 1953. No es éste el momento de glosar la película, pero sí de constar cómo Hitchcock era capaz de sacar una grandísima película de un material tan escaso (escaso de volumen, de páginas, que no de buen oficio). 

El libro es muy bueno y la película, también.


Torneo



Ayer crucé los aceros con mis compañeros de la sala de armas, en un torneo amistoso que celebramos de tanto en tanto. El objetivo es aprender y divertirse. Aprender a tirar en competición, que es muy diferente al tirar en la sala de armas; y divertirse, claro, algo que sucede con relativa facilidad a la que tengas un sable en la mano y alguien con quien tirar.

Si me preguntan por el resultado, satisfactorio. No gané, pero no perdí. Estoy en la parte media de la tabla, llegué a los cuartos de final. Me satisface saber que los mejores tiradores me ganan, aunque no lo pongo fácil.


Rubens y Monteverdi en Mantua



Editorial Acantilado publica un breve ensayo de Hans Ost, historiador del arte, sobre un cuadro de Rubens, El consejo de los dioses, que se conserva en un castillo de Praga.

La tesis de Ost, que adquiere la forma de un librito muy docto y bien documentado, titulado Rubens y Monteverdi en Mantua, es que el lienzo era, en verdad, un telón para el teatro de los Gonzaga, y partiendo de esta hipótesis nos introduce en el mundo de la teatralidad del Barroco. Porque el Barroco tiene mucho de artificio, teatro, maravilla y disimulo, un aire docto por lo clásico y una afición por las pasiones que desatan sentimientos y fascinación. No queda señalado de mejor manera que con un lienzo que, en verdad, fue telón de un teatro donde se interpretaron las primeras óperas de Monteverdi.

Que Rubens y Monteverdi se cruzaran en la corte de Mantua y que quizá se conocieran no es poca cosa, y Ost juega con ello para mostrarnos cómo todas las artes, y más en la corte de los Gonzaga, tejen alianzas y beben de las mismas aguas, comparten inquietudes y plantean soluciones semejantes. 

Aunque se trata de un breve ensayo más académico que literario, es un librito muy recomendable, a poco que uno tenga idea o afición por el arte (y muy especialmente, por el Barroco).

En el calor del más crudo invierno


Queridos lectores:

He aquí otro de mis artículos, que Metrópoli Abierta tiene a bien publicar. Se titula En el calor del más crudo invierno y quiero decir que sólo una apuesta fuerte y decidida por la cultura puede sacar a Barcelona del peligro de convertirse no en una ciudad de provincias, sino en una ciudad provinciana.

Espero que les guste.

La incursión sobre Lorient



Queridos lectores míos:

De nuevo una #RistraDeTuits sobre un episodio bélico estrambótico y descerebrado a más no poder, en el que participó Hume (y su participación no fue menor) y que provocaría, andando el tiempo, una célebre disputa entre Hume y Voltaire. Por eso, y porque la historia es divertidísima, aparece en el segundo volumen de la Historia torcida de la Filosofía.

Aquí tienen el enlace para ver esos tuits encadenados. Espero que les guste.
https://twitter.com/CuadernodeLuis/status/1194311866887081986?s=20

Ya tenemos campeón (Gran Premio de los EE.UU. 2019)



En la pasada carrera, Mercedes-Benz se ha llevado el Campeonato de Constructores; en ésta, el de Pilotos, con una victoria de Hamilton, muy merecida. El único Ferrari que ha llegado al final ha sido el de Lecrerc, cuarto. El otro rompió la suspensión trasera y tuvo que retirarse. 

Este año volvemos a vernos luchando por segundas y terceras posiciones en ambos campeonatos. Eso sí, nos queda el consuelo de tener el bólido más potente y el que mejor responde en algunos circuitos; pero también el disgusto de haber cometido errores de bulto en carrera, ya sean de estrategia, ya sean de conducción. ¡De todo se aprende! Lo que cuenta es mejorar. 

El año que viene será un año raro. Todos mirarán hacia 2021, donde los cambios en la Fórmula 1 serán considerables. Quieren que la competición no sea una batalla de ingenieros, sino entre pilotos, quieren más lío en la pista y limitar las ventajas que da tener el mejor coche. Escéptico todavía, espero los resultados.

Barcelonassssnif


Éste es mi nuevo artículo para Metrópoli Abierta, que ha tenido en bien publicar. Se titula Barcelonassssnif y señala un hecho preocupante. Se ha detectado un importante incremento del consumo de drogas en la ciudad y este consumo es de los más altos de Europa, pero... ¿alguien hace algo, toma alguna medida?

La ristra del sitio de Viena de 1683



Queridos y aplicados lectores. He aquí una nueva #RistraDeTuits. Esta vez, va del sitio de Viena y de las consecuencias que tuvo en nuestro cotidiano comer y beber. 

Espero que les guste.

La dirección es:

La Barcelona de los libros


De verdad, de verdad verdadera, que me entró una pereza terrible cuando me pasó por la cabeza tener que hablar otra vez del procés. Así que opté por hablar de lo mejor que tiene Barcelona, los libros. Apenas un apunte, que Metrópoli Abierta tuvo a bien publicar. El artículo se titula La Barcelona de los libros. Espero que les guste.

¡Ándale, ándale! (pero no tanto) (Gran Premio de México 2019)



Es que ya no sé... En los entrenamientos, Ferrari se sitúa en las dos primeras posiciones de salida. Son los más rápidos, no hay duda. Ahora mismo superan en potencia a los Mercedes-Benz, pero... La estrategia de carrera ha regalado la victoria a Hamilton (Mercedes-Benz). Ferrari ha obtenido la segunda y la cuarta posición en una carrera donde el cambio de neumáticos y el cuidado de los mismos ha sido clave. Mientras las Flechas de Plata optaron por un solo cambio, los Ferrari optaron por dos, y en mal momento decidieron cambiarlos, lo que empeora todo un poco. Cuando por fin parece que el bólido corre, falta... ¡Algo falta! Ay, Señor, qué paciencia.

Hamilton, con esta victoria, está a dos puntos de un merecido Campeonato del Mundo. 

El contraataque aliado



Ático de los Libros nos obsequia con una colección de libros de historia que son una golosina para los aficionados. Entre éstos destaca una trilogía dedicada a la Segunda Guerra Mundial en Occidente, escrita por James Holland. 

Ático de los Libros ya ha publicado El auge de Alemania (una obra de la que hablé aquí en su día) y hace unos meses publicó la segunda parte, El contraataque aliado (The Allies Fight Back 1941-1943) y ya esperamos con impaciencia el último volumen de los tres, que nos llevará de 1943 a 1945. Y digo que lo esperamos con impaciencia porque, pese a su volumen, la historia que nos explica James Holland se lee casi como una novela, sin descuidar el rigor histórico en ningún momento.

En este segundo volumen, el autor presta un poco más de atención a los sucesos en los campos de batalla, especialmente a la Batalla del Atlántico (quizá la batalla más decisiva de la Segunda Guerra Mundial) y a los combates en el norte de África. Pero no abandona su enfoque inicial, que subraya la importancia de gestionar los recursos económicos y materiales y la producción industrial y contemplar la contienda desde una distancia que le permite señalar los aciertos y los errores estratégicos de ambos bandos. 

Contemplamos el declive de Alemania, que no pudo, en 1940 y 1941, doblegar al Reino Unido. Fue en ese punto, sostiene Holland, cuando Alemania perdió la guerra. El resto de la contienda es la paciente construcción de una fuerza aliada lo suficientemente poderosa como para aplastar al enemigo. Ambos bandos cometen errores de bulto. La intromisión de Hitler en el control de los campos de batallas supuso un desastre, y la intricada y corrupta burocracia de la Alemania nazi no facilitó en absoluto la tarea de armar y equipar al ejército alemán.

Como ya les digo, Holland describe con gran acierto y rigor los grandes (y los pequeños) acontecimientos que fueron marcando el curso de la guerra, y lo hace con un texto fácil de leer, incluso para un lego en la materia, y muy entretenido.

¿Qué más se puede pedir? Una obra muy recomendable.

La #RistraDeTuits del Arte Degenerado



El nacionalsocialismo en particular y los regímenes totalitarios en general tienen una relación muy singular con el arte. En los tiempos modernos, con el arte contemporáneo. Como todo el mundo sabe, el arte busca siempre los límites de lo prohibido y sólo crece en libertad, lo que explica muchas cosas. 

En esta #RistraDeTuits intento dar unas breves pinceladas al caso del Arte Degenerado en la Alemania nazi, poniendo énfasis en la exposición itinerante con ese nombre y en el negocio que se hizo con la venta de los fondos contemporáneos de los museos alemanes, en un III Reich dominado por una clase dirigente muy corrupta.

Aquí comienza todo:

Contra Barcelona


Escribí este artículo mientras ardían los contenedores de mi barrio. Lo ha publicado Metrópoli Abierta y se titula Contra Barcelona.

Espero que les guste, aunque gustar no sé si es el verbo más adecuado.

La Vilardella



Para aquellos lectores que gusten, he publicado en Twitter otra #RistraDeTuits. Esta vez, sobre una espada legendaria, que hoy (quizá) reposa en el Museo de los Inválidos, en París. Hablo, por supuesto, de la Vilardella, matadragones, espada de reyes y de virtud.

Pasen y lean, en:

Consenso o sin él


He aquí un ingenioso (ejem) juego de palabras que pone título a mi nuevo artículo en Metrópoli Abierta, Consenso o sin él. Señala a cierta izquierda que considera que el procés es de izquierdas, lo que nunca ha dejado de asombrarme.

Se llevaron el campeonato (Gran Premio de Japón 2019)



Estas cosas pasan. En el Gran Premio de Japón, los Ferrari estaban marcando su territorio. En los entrenamientos quedaron por delante y todo señalaba que en carrera también podrían hacer algo. Suzuka es un circuito muy técnico y de adelantamientos difíciles. Por lo tanto, quedar por delante es una ventaja.

¿Qué ha pasado? Una muy mala salida. Tan mala que los Mercedes-Benz se ponen en cabeza y uno de los Ferrari (el de Lecrerc) sufre un topetazo que le obligará a cambiar el alerón delantero. A partir de ahí, la carrera, emocionante lo justo, no pudo cambiar lo suficiente y Ferrari se llevó la segunda y la sexta posición. 

Mercedes-Benz volvió a llevarse el Campeonato de Constructores, y es de caballeros felicitar a los alemanes por ello.

La batalla contra el maestro poeta


A finales del siglo XVI, Japón vivía una época convulsa en que varias familias se disputaban el sogunato, el gobierno del país. Desde el punto de vista militar, es una época más que interesante, porque el Japón medieval incorporó las pólvoras al orden de batalla. Primero, con sus cañones y luego, con la mosquetería. Los portugueses, en su intento de cristianizar Japón, llevaron consigo los primeros arcabuces. Pocos japoneses ganaron para la causa del Cristo, pero los arcabuces fueron harina de otro costal. Los japoneses los adoptaron con tantas ganas que a finales de siglo en Japón ya había más arcabuces que en toda Europa. Eso, naturalmente, revolucionó el arte de la guerra, dominado hasta aquel entonces por la nobleza guerrera, los samuráis.

Hosokawa Yûsai.

Hoy quiero mostrar el caso de un famoso samurái de la casa de Hosokawa, una de las familias de más rancio abolengo del Japón de aquel entonces. Me refiero a Hosokawa Fujitaka, que en los años 80 del siglo XVI se convirtió al budismo y cambió su nombre (Fujitaka, que el apellido, en japonés, va primero) por el de Yûsai, por el que se le conoce más a menudo. En ese momento, cedió la jefatura del clan a su hijo Hosokawa Tadaoki, pero él conservó el estatus del sabio paterfamilias y depositario de los tesoros de la familia, de los que corresponderá hablar a continuación. Se retiró a la provincia de Tonga.

Distintivo de los Hosokawa.

La familia Hosokawa tenía docenas de emperadores entre sus antepasados, más notables guerreros y un gran prestigio a cuestas. Pero también era la depositaria de una antología de poemas waka ordenada por el emperador en el siglo X, la Kokin-waka-shû (o Kokin-shû, para los amigos). Esa antología contenía más de mil preciados poemas del período Hei, cuando la cultura japonesa se distanció de la japonesa, y eran, por lo tanto, un signo distintivo del Japón y su Imperio. Los poemas pasaban de un depositario a otro, que empleaban la antología para formar a la nobleza en tan bello arte. El maestro escogía a un discípulo con mucho cuidado y lo instruía en los secretos de tal poesía hasta que le tocaba, a su vez, ejercer de depositario. 

La historia de este depósito de poesía imperial no está exenta de intrigas y violencia entre maestros de poesía de diferentes escuelas, pero también era un asunto de la mayor importancia porque el depositario de tales poemas tenía que estar al tanto de los secretos y sutilezas del Kokin-waka-shû, que se decía que eran el colmo de la sabiduría. Con el tiempo, los depositarios de estos poemas acabaron siendo nobles de casta guerrera, aunque también monjes y poetas de gran fama, como Sôgi (1421-1502). Tras una larga lista de maestros y discípulos, la responsabilidad recayó en Yûsai.

Yûsai mismo era poeta (y de los buenos), músico, coleccionista de antigüedades y de bellos objetos de porcelana. Era lo que en Europa llamaríamos un hombre del Renacimiento. Pero era también un guerrero, un samurái hecho y derecho, con todo su pundonor bélico.

Con este bagaje a cuestas, Hosokawa Fujitaka (o Yûsai, nombre con el que firmó sus propios poemas) fue asesor y consejero en la corte de la dinastía Ashikaga y en las cortes de dos grandes sogunes, Oda Nobunaga y Toyotomi Hideyoshi. Pero tras la muerte de Toyotomi, el país se partió en dos bandos. Uno formó el Ejército del Oeste, a favor del clan Hideyoshi; otro, el Ejército del Este, a favor de Tokugawa Ieyasu. La tensión derivó en una guerra abierta. Así y todo, Yûsai se mantuvo neutral en su retiro en el castillo de Tanabe, en Tonga, y se permitió asesorar a los enviados de uno y otro bando con igual sabiduría. Recibía una renta anual de los Hideyoshi por ello y no pocos regalos de los Tokugawa.

No hay ni que decir que los dos bandos soñaban con tener a Yûsai de su lado. Su hijo, Hosokawa Tadaoki, se había casado con la hija del jefe del clan Akechi, Gracia (se había convertido al cristianismo y de ahí ese nombre tan raro en Japón) y por eso mismo había sellado una alianza con el Ejército del Este. Pero, como hemos dicho, se había independizado de su padre para encargarse de los asuntos mundanos mientras éste se recreaba en su sabiduría. Un poderoso señor del Ejército del Oeste, Ishida Mitsunari, intentó ganar para su causa a los Hosokawa, a los que no convenció por su participación en conjuras pasadas, y todo acabó con un golpe de mano en el que murieron Hosokawa Gracia y su hija, librándose Tadaoki de la muerte por muy poco. Muy shakesperiano todo.

Llegados a este punto, el honor de Hosokawa Yûsai Fujitaka le obligó a tomar partido de forma inequívoca contra el Ejército del Oeste. Así lo hizo público y así se interpuso con 500 hombres en la ruta del Ejército del Oeste, fortificándose en el castillo de Tanabe, donde guardaba sus bienes artísticos, su biblioteca y demás.

¡Aquello era poco menos que un suicidio! Ishida Mitsunari avanzaba para unirse a las tropas de los Hideyoshi con 15.000 hombres y no tuvo más remedio que poner sitio al castillo. Eran treinta contra uno, el castillo no tenía probabilidad alguna de resistir el ataque... y Yûsai no pensaba rendirse ni en broma.

Sucedió que muchos de los samuráis que asediaban las murallas del castillo de Tanabe habían sido discípulos del maestro Yûsai o sentían admiración por su obra, su elocuencia... Sería vergonzoso acabar con él, una mancha en la memoria. Igualmente, el castillo contenía una amplísima biblioteca y una rica colección de bienes preciosos, cuya pérdida hubiera sido imperdonable. Para más inri, Yûsai se asomó a las murallas diciendo que él era el único depositario del Kokin-waka-shû y que no pensaba transmitir los secretos de los waka a nadie de los ahí presentes, que esos secretos morirían con él. 

Eso dificultaba todo. Si los sitiadores se negaban a luchar contra Yûsai, lo deshonrarían y éste se vería obligado a suicidarse ritualmente, para evitar la humillación de no haber podido presentar batalla contra los enemigos de su aliado. Si luchaban y vencían, sucedería igualmente la muerte de Yûsai. ¡Pero nadie quería matar a Yûsai ni destruir sus preciados tesoros!

Así que procedieron a bombardear el castillo. Cargaron los cañones y ¡pum! ¡pum! ¡pum! Quemaron muchas pólvoras, pero no tiraron con bala. Es decir, hicieron todo el ruido que pudieron, simulando un bombardeo, mientras enviaban un emisario al emperador.

Su Divina Majestad, enterado de las noticias, se alarmó considerablemente. Envió a tres emisarios, Sanjonishi Saneeda, Nakanoin Michikatsu y Karasumaru Mitsushiro, los tres eminentes nobles, guerreros y, sobre todo, poetas, y una orden kokin-denju, que ahora diré lo que es.

El emperador tenía una prerrogativa por lo que hace a la colección de poemas del Kokin-waka-shû. Si el depositario no daba con un discípulo adecuado para transmitir sus conocimientos, su Divina Majestad podía designar uno (en la llamada designación de palacio, rara vez empleada). Así que el emperador, para salvar a Yûsai, ordenó escoger a Yûsai un discípulo entre los tres enviados. Y para salvar su preciosa vida (que tanto estimaba el emperador) y los irremplazables bienes que atesoraba en el castillo, la orden kokin-denju también le obligaba a rendirse. La orden kokin-denju podemos traducirla como una orden imperial que ha de cumplirse más pronto que tarde (traducción casi literal) y es de obligatorio cumplimiento, sin discusión.

Carta autógrafa de Yûsai.

Yûsai, obediente, rindió el castillo el 19 de octubre de 1600. Dos días después, en la batalla de Sekigahara, faltaron los 15.000 hombres de Ishida Mitsunari por haber perdido tanto tiempo sitiando Tanabe disparando salvas de mentira. ¡No llegaron a tiempo a la batalla! Yûsai, sin derramar una gota de sangre, había ofrecido un magnífico servicio a su señor. Y fuera por ello o por lo que fuera, Tokugawa Ieyasu venció y supo premiar con honores y regalos al gran Yûsai que, mientras tanto, había comenzado a enseñar a sus discípulos los verdaderos y sutiles secretos de la poesía waka

Presupuesto de incultura


Queridos lectores:

Aquí tienen un nuevo artículo para Metrópoli Abierta que se ha tenido a bien publicar, titulado Presupuesto de incultura. Por si preguntan, la partida presupuestaria para Cultura en el presupuesto de la Generalidad de Cataluña es aproximadamente el 0,6% del total.

Rosas





Fotografié con mi teléfono móvil (i.e., hice unos apuntes gráficos, como diría uno de Leica) las rosas esculpidas en un portal del Ensanche barcelonés. En verdad, abundan las rosas como motivo decorativo en el Modernismo de Barcelona. A veces, porque representan el amor; en ocasiones, como icono católico (se asocian con la virginidad de María); también, como símbolo masónico (los rosacruces y compañía); simplemente, porque quedan bien y son bonitas.

El linchamiento de Viktor Frankenstein



Según consta en los periódicos, al caer la noche del primero de octubre cientos de gerundenses se reunieron al grito de ¡Muerte a la Criatura! y, empuñando antorchas, corrieron al castillo del noble Viktor Frankenstein, al que acusan del terror que se ha abatido sobre la población. Sus intenciones parecían peligrosas.

En cualquier caso, aunque no fueran ésas sus intenciones, requiero a los gerundenses y a todos aquéllos que los imitan a prescindir de las antorchas en sus desfiles. Acudir a esta estética con el recuerdo de la historia europea reciente es, cuanto menos, un error. Ahora bien, si resulta que el parecido no es casual ni fruto de una monumental torpeza, entonces allá ellos y pobres de nosotros.

Comenzó bien, pero... (Gran Premio de Rusia 2019)



Alguna pieza han tocado en Maranello que los Ferrari comienzan a ir como un cohete. Aunque, como se verá, siempre surgen inconvenientes.

Por cuarta vez consecutiva, Ferrari (Lecrerc) se hizo con la vuelta rápida en la clasificación para la parrilla de salida. La salida fue bien, con los dos Ferrari delante. La estrategia dictaba que Lecrerc se dejaría adelantar por Vettel y que después se cambiarían el uno por el otro en el cambio de neumáticos, pero Vettel alargó su presencia en la pista, fastidiando esta estrategia, y lo que es peor, su bólido se averió. Así que Lecrerc, acosado por Mercedes-Benz y ahora solito ante el peligro, decidió arriesgarlo todo y poner neumáticos blandos... y no pudo ser. 

Acabó tercero, eso sí. ¿Pudo haber acabado primero? Es muy posible, pero así son las carreras.

La ristra de los duelistas



Para quien tenga acceso a Twitter, he aquí una nueva #RistraDeTuits sobre la historia del general Fournier, que inspiró a Joseph Conrad, quien, a su vez inspiró a Ridley Scott.

El enlace es:

El general Fournier es uno de esos personajes detestables a la vez que fascinantes. Son esos personajes que despiertan tanto interés en las páginas de un libro o en una pantalla, pero que ojalá nunca se crucen en la vida de uno.

Pobrecitos ellos


Ya saben que tenemos elecciones el 10 de noviembre que se nos echa encima, ¿verdad? Pues aquí van mis previsiones sobre los resultados, en un artículo que titulo Pobrecitos ellos y que Metrópoli Abierta ha tenido a bien publicar. No digo gran cosa, pero espero que les guste.

¡Yupiiii...! (Gran Premio de Singapur 2019)



En las tres últimas carreras los ferraristas nos hemos llevado tres alegrías. En ésta, en Singapur, una alegría doble, pues Ferrari ha acabado en las dos primeras posiciones, con Vettel delante de Lecrerc, y Mercedes-Benz ha quedado cuarto y quinto. 

Vettel ha adelantado a Lecrerc en un cambio de neumáticos y la carrera ha visto tres salidas del safety-car, pero el éxito de Ferrari ha sido una sorpresa para muchos. En los entrenamientos, Lecrerc consiguió la primera posición en la parrilla de salida, algo que no esperaba nadie. Iba como un cohete, dándolo todo. En carrera, ya ven. No partía entre las favoritas, la Scuderia.

Ferrari tiene (a decir de sus adversarios) el motor más potente, pero su aerodinámica no les acompaña y en circuitos donde importa la carga aerodinámica... Pues parece que están resolviendo el problema. En cualquier caso, esté resolviéndose o no, una alegría nunca viene mal.

P.S.: Singapur no es uno de mis circuitos favoritos y no me gusta que los coches corran de noche. Pero el negocio manda, dicen. En fin...

¿Volver a empezar?


El catalanismo, como el brontosaurio, se ha extinguido y ya no tiene lugar.

Desde hace unos días, numerosas voces, aquí y allá, entre las derechas (normal) e incluso entre las izquierdas (qué gran error), piden (suplican, más bien) un retorno del llamado catalanismo. Añoran los tiempos del Oásis Catalán, donde todo iba como la seda, dicen. Es fácil añorar cualquier otra época si lo que tenemos encima es el procés, un movimiento político-religioso que se mueve entre el esperpento y una ideología nefasta, excluyente y autoritaria, movimiento que, además, está en manos de personajes ineptos. 

Pero ¿de dónde surge el procés? De ese tan añorado catalanismo. Así que, amiguitos, no será tan bueno como dicen. Además, se ha extinguido, ya no queda sitio para los dinosaurios. ¿Por qué volver a empezar? Tal y como está el patio, los procesistas jamás votarían algo así, y los demás, tampoco. ¿No sería mejor ofrecer algo nuevo? Algo que pueda hacer de España un país más justo y mejor, donde todos podamos estar más a gusto, un poquito mejor.

¿Tengo que recordarles lo que fue ese oásis catalán? Las voces discrepantes fueron eficazmente apartadas y silenciadas. La cultura cosmopolita pasó a ser folclore provinciano, un proceso que se impuso a machamartillo y ahí sigue. Una red clientelar, alimentada con cargos y subvenciones, se hizo con el control de los medios públicos. Se propagaba la idea del hecho diferencial, germen supremacista de primera especial donde los haya, que finalmente ha germinado en el fanatismo acrítico de dos millones de votantes.

Mientras se cubría el paisaje con la bandera de nuestra bondad, a su sombra se movían los más oscuros negocios y se tejían más redes clientelares. Nada de eso fue en beneficio de lo público. Se construyó el edificio de la Generalidad de Cataluña como se construyó Banca Catalana, y no fueron muy diferentes las intenciones del arquitecto. A modo de ejemplo, más de una cuarta parte de la sanidad pública catalana está en manos privadas y su compleja red de consorcios y concesionarias no sólo es ineficiente, sino que está concebida para escapar al control público. Dicen los expertos que la red de la sanidad pública catalana podría ahorrar un 30% de lo que nos cuesta si hubiera sido diseñada y se gestionase más racionalmente. A muchos les está bien que siga así, porque se benefician de ello, pero el que sufre las consecuencias es el ciudadano. 

Etcétera. Sírvanse ustedes mismos. 

De esos polvos, estos lodos, en suma. Pero nada, que quieren resucitar eso del catalanismo, como si volver a empezar (lo mismo) fuera el no da más. Vale. Y ahora viene la noticia.

Varios partidos, agrupaciones, asociaciones y qué sé yo han surgido estos años de la desintegración de la antigua CiU. En el campo procesista, el espacio antes convergente-unionista es ahora un caos indescriptible; entre los que pretenden resucitar el catalanismo no es menor la confusión. Siglas, movimientos, partidos... Un follón. En pocas palabras, todos los que algún día fueron algo quieren volverlo a ser, pero nadie tiene un plan.

Estos días, muchas de esas facciones pro-catalanistas se reúnen, o ya se han reunido, qué más da, en el Monasterio de Poblet, porque en cuestiones de fe, mejor contar con el auxilio divino. Poco antes almorzaron veinte personalidades destacadas de esas facciones para intercambiar opiniones. Para preguntar qué hacemos, vamos, para perfilar el debate, que se dice ahora.

No sé qué debate será ése. En agosto publicaron entre líneas el programa previsto en la reunión de Poblet. Doscientas personas, más o menos, aunque hablan ahora de trescientas. A las once de la mañana comenzarían las acreditaciones; a las once y media, el debate. Pero a la una y media del mediodía, almuerzo, y luego cada uno de vuelta a su casa. Si me salen las cuentas, eso da un máximo de dos horas de debate, que en la práctica sería difícil que supere la hora y media. Doscientas, trescientas personas. Hora y media.

Ése es el nivel del debate. O lo tienen ya todo dicho o no saben qué decir.

Parecidos razonables


Paseando por Barcelona...




El tren de colorines


El otro día, paseando, me llegué hasta la Estación de Francia, un lugar al que me une el recuerdo de las veces que, con mi padre y siendo yo muy niño, íbamos a ver trenes y pagábamos un billete de andén, que te permitía pasear entre aquellos interminables expresos de largo recorrido que antaño esperaban su turno para partir en aquella estación. Esta vez, sin embargo, el objeto de mi curiosidad fue casi inmediatamente un curioso tren de mercancías.

En efecto. RENFE, en cooperación con un programa europeo para promocionar el transporte de mercancías por ferrocarril, exponía su particular Arca de Noé. Varios artistas del grafito con aerosol han decorado los vagones de este tren, contenedores estándar, con motivos de la naturaleza salvaje, para señalar que el transporte por ferrocarril es mejor para el medio ambiente que otros tipos de transporte de mercancías, como el avión o el camión.

El tren, largo y colorido, era curioso de ver, y aquí les dejó algunas imágenes que no tendrán toda la calidad exigible porque las hice con prisas y con mi teléfono, que ya tiene unos años, pobrecito.