El Día de la Raza (vaya nombre)



El 12 de octubre, Colón descubrió América. Mejor dicho, Rodrigo de Triana, uno de sus marinos, subido a una de las cofas, gritó ¡Tierra a la vista! y de la emoción le faltó poco para caer y partirse la crisma.

En eso están casi todos de acuerdo, aunque los italianos tienen el corazón dividido. Colón era genovés, ergo, italiano, pero también sostienen que América se llama América y no Colombia porque el primero en apreciar que aquellas islas y aquellas costas eran un continente y no otra cosa fue Americo Vespuccio, también italiano. De ahí el nombre de América. ¿Cómo no se llamó Vespucha o Vespuccia al nuevo continente? También podría haberse llamado Triana, por el avistador. Váyanse a saber.

A lo que íbamos. En 1913 amanece uno que había sido ministro español, don Faustino, y como preside una sociedad llamada Unión Ibero-Americana, propone (cito) efectuar activa propaganda de las celebraciones que el propone organizar el 12 de octubre. Su intención (vuelvo a citar) es exteriorizar la intimidad espiritual existente entre la Nación descubridora y civilizadora y las formadas en el suelo americano, hoy prósperos Estados. En fin, así se hablaba entonces. La primera Fiesta de la Raza Española se organizó en 1914; en 1915 perdió el adjetivo Española; en 1917, el Ayuntamiento de Madrid la declara festiva; en 1918, Alfonso XIII, juerguista irredento, se suma al carro y la declara fiesta nacional.

Pero los argentinos se habían adelantado al rey, porque tenían un presidente que se llamaba Hipólito que declaró ese día fiesta nacional, que siguió llamándose Día de la Raza. Dos vascos, el señor embajador del Reino de España y un sacerdote, ambos residentes en Argentina, promovieron un cambio de nombre, porque el término Raza les daba repelús. Propusieron Día de la Hispanidad.

Resulta curioso que el Día de la Raza se emplea todavía en América, mientras que el Día de la Hispanidad tuvo éxito sólo en España, que lo adoptó como oficial en 1958, bajo la tiranía de Franco.

Los mejicanos se sumaron a la fiesta en los años veinte, y su presidente, el señor Vasconcelos, fue el primero en decir de qué raza estábamos hablando (hasta el momento, nadie se había preocupado de ello). La raza iberoamericana nace del sincretismo y el mestizaje, aseguró. Se quedó tan contento. Vino a decir que lo que distingue a la raza iberoamericana es que no tiene rasgos distintivos propios de una raza, y ése es precisamente el rango distintivo de la raza iberoamericana. Una vez más se demuestra que el racismo es una solemne estupidez, la que Vasconcelos denuncia con ironía... o en la que quizá cree, no sé.

Vasconcelos ataca al espíritu del racismo europeo basado en las ideas de Hegel (de quién, si no), de los románticos alemanes y los franceses que habían leído a Gobineau, que, en su Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas, sostenía que el declive de la sociedad y la civilización provenía del envejecimiento de las razas; es decir, de la mezcla, la diversidad y el respeto que se debe al prójimo. No me extenderé sobre este asunto: la gilipollez no conoce límites.

Día de la Raza en Méjico, cierto, aunque de la raza que no es raza, por definición. Día de la Raza en prácticamente toda América, aunque oficialmente conoce otros nombres. En el Caribe, puede ser el Día del Descubrimiento o el Día Panamericano; en Argentina, desde hace dos años, será el Día del Respeto a la Diversidad Cultural; en Bolivia, Dia de la Liberación, de la Identidad y de la Interculturalidad, y luego Día de la Descolonización; en Chile ha sido siempre el Aniversario del Descubrimiento de América, aunque ahora sea el Día del Encuentro de Dos Mundos; en Costa Rica, el Día del Descubrimiento y de la Raza se ha cambiado por el Día de las Culturas; en el Ecuador será el Día de la Interculturalidad; en Perú, Día de los Pueblos Originarios y del Diálogo Intercultural; Día de la Resistencia Indígena en Venezuela; etc.

En los EE.UU., por cierto, los italianos o los americanos de origen italiano celebran el 12 de octubre. Será el Columbus' Day, el Día de Colón. Colón era italiano, Colón fue el primero, de qué presumen, pues, esos blanquitos anglosajones, caramba, quieren decir.

Lo cierto es que en la mayoría de tantas naciones, los ciudadanos celebran que no tienen que ir a trabajar.

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