Morir es un asco, pero hay maneras de morir especialmente asquerosas. Pregunten, si no, a los que presenciaron la muerte de Edward Archbold en Deerfield Beach, condado de Broward, Florida, EE.UU.
Fue en una fiesta, la noche del pasado viernes, en la Ben Siegel Reptile Store, The Night of the Midnight Madness. El señor Archbold quería ganar un concurso por quedarse el premio, una serpiente pitón, que pensaba vender a un amigo. El día anterior, el señor Archbold afirmó en su feisbuc (pronúnciese facebook) que lo hacía por la gloria de la victoria, no por dinero (sic). Competían treinta concursantes, a ver quién comía más cucarachas gigantes (vivas) en cuatro minutos.
Han leído bien. El que zampase más cucarachas gigantes (vivas) en cuatro minutos se hacía con la serpiente pitón. Comenzó el espectáculo y los testigos cuentan que el señor Archbold engulló docenas de bichos (sic). Se mostró imbatible y ganó el concurso.
Se apuntó al siguiente: a ver quién comía más gusanos gigantes, también en cuatro minutos. Comenzó a tragar gusanos, uno tras otro.
Volvió a ganar, pero pronto dijo no encontrarse bien. Comenzó a vomitar. Se desplomó ahí mismo, entre los concursantes. Después, murió.
El asunto está en manos de la policía y se investigan las causas de su muerte. El finado tenía antecedentes penales por exhibicionismo y conducta desordenada, pero no vienen al caso. ¿Murió por la ingesta de cucarachas y gusanos?
Los otros comedores de cucarachas no notaron nada raro en los bichos, pero lamentan la suerte de Eddy (el señor Archbold). Todos le queríamos, dicen. A todos los amigos de la Ben Siegel Reptiles nos entristece no haber tratado más con él, pero en el poco tiempo que lo conocimos, se ganó el aprecio de todos nosotros.
En cualquier caso, el propietario de la tienda de animales se hace el sueco, porque los concursantes habían firmado un documento librándole de cualquier responsabilidad. En un comunicado, la tienda de bichos explica (traduzco) que el consumo de insectos está extendido por todo el mundo, y los insectos presentes en el concurso fueron obtenidos en un estabulario de insectos criados para el sector doméstico en un hábitat seguro y controlado como alimento de reptiles.
Preguntado por este asunto, un entomólogo de la Universidad de California, Michael Adams, ha reconocido no haber oído nunca de nadie que muriese después de haber comido cucarachas. Si no es que éstas estén contaminadas, explica, ya con alguna bacteria, ya con otro patógeno, no creo que comer cucarachas sea peligroso.
Las cucarachas, por su parte, se han negado a hacer declaraciones.
¿Y qué resultados arrojó la investigación policial?
ResponderEliminarPorque ciertamente comer cucarachas no es dañino para la salud...