Al borde del abismo


En plena crisis, con la que está cayendo, los directivos de Goldman Sachs, el famoso banco de inversiones americano, se suben el sueldo. El consejero delegado, el señor don Lloyd Blankfein (el caballero de la fotografía), se ha puesto un sueldo anual de un millón y medio de euros para 2011, tres veces más de lo que cobró en 2010. Hay que sumar las primas. Este mismo caballero será obsequiado con 9,25 millones de euros por su brillante gestión, y con 9,25 millones de euros más en forma de acciones, euro más o menos. Los cuatro directivos que dependen directamente de él cobrarán un millón casi cuatrocientos mil euros de sueldo base, y un tanto en acciones casi idéntico al del señor Blankfein. El resto de los asociados de Goldman Sachs (470) suman una media salarial de 370.000 euros per cápita, y se reparten con los empleados un paquete de acciones valorado en más de 2.400 millones de euros. Todo eso cuando ha caído el beneficio de la empresa un 38% y los ingresos, un 13%. Por eso no es de extrañar que Fortune la clasifique entre las cien empresas que tratan mejor a sus empleados.

¡Si sólo fuera Goldman Sachs...! Recuerden: la crisis reventó en 2008. Pues, según Fortune, los directivos de las quinientas mayores empresas del mundo batieron una marca en primas y salarios en 2009. Los veinticinco mayores gestores de fondos especulativos del mercado cobraron alrededor de 750 millones de euros cada uno, de media, según las mismas fuentes. Se aprecia que dos de cada tres multimillonarios de hoy en día son empleados, no empresarios; es decir, no ganan dinero con su propia empresa, arriesgando su propio capital, sino especulando con el dinero de los demás y otorgándose primas por ello. ¡Qué bonito! Así, cualquiera.

Hace veinticinco años, el 1% de los norteamericanos más ricos poseían poco más del 12% de la renta nacional; hoy poseen más del 24%. Desde 2002, dos terceras partes del incremento de la renta nacional norteamericana ha ido a parar al bolsillo de este 1%. Es curioso, pero el fenómeno se ha dado en prácticamente todos los países desarrollados o en vías de desarrollo. Cuando se nos ha echado encima la crisis, este 1% ha incrementado sus ingresos, pero la mayoría los hemos visto menguar más de la cuenta, y eso que casi no habían crecido. Los datos son los que son, no hay vuelta de hoja. Consulten con su nómina, si todavía tienen nómina.

Si se reparte la riqueza entre la mayoría, se estimula el consumo y la economía productiva. Si se reparte entre la minoría, si se concentra, se invierten grandes fortunas en fondos especulativos y crece el riesgo de eso que llaman una burbuja. A la que revienta una burbuja, paf, crisis. ¡Qué burbujón, el último...! Para evitar el colapso, tiene que procederse al rescate de las entidades financieras, no vayan a llevarse por delante toda la economía. Goldman Sachs fue rescatada, ¿recuerdan? Pero las entidades financieras no tienen amo, sólo empleados multimillonarios que se suben el sueldo si va bien, si va mal, o simplemente, si va, y contemplan satisfechos las pocas ganas que tienen los gobiernos de poner cercas al campo y lo bien que les va que así sea. Quien paga, el de siempre: menos dinero, menos trabajo y menos prestaciones sociales cada día que pasa.

La mejor defensa es el ataque. Visto que arrecian las críticas que cuestionan la fortuna de los superejecutivos, se acude a la prensa que les da coba. The Economist asegura que estos salarios de miedo (nunca mejor dicho) son un premio a la inteligencia (sic) y que las empresas pagan para tener el mejor talento (sic, de nuevo). Ya saben, cuando la economía es mundial y la tecnología manda, es preciso pagar lo que sea necesario por tener a alguien que sepa de qué va al frente de tu empresa... aunque la empresa no sea de nadie en particular y luego tengan que rescatarla porque ha sido gestionada que da pena. Pero ¡qué le vamos a hacer! Son las leyes naturales del mercado, basadas en la desigualdad (sic). Esta legión de ejecutivos multimillonarios propone, para acabar con la crisis, a ver si les suena, una menor regulación del mercado de trabajo, la desaparición de los convenios colectivos, menores prestaciones sociales, menos impuestos y menor regulación de los mercados financieros, el tipo de soluciones que, paradójicamente, nos han llevado de la manita al borde del abismo.

1 comentario:

  1. Ja fa anys que vaig arribar a la conclusió que Financial Times, Economist... són una peste -tot i que pugui anar bé donar-lis un cop d'ull per tenir dades-. Però, sense cap mena de sentit crític, el món continua tenint-les com a bíblia de referència. I així ens va.
    Per què no introdueixes al teu blog aquella aplicació que permet compartir el teu comentari al Facebook? Ja sé que tu no l'uses, però el Facebook no és només una foguera de vanitats, sinó una eina molt útil per a compartir articles, reflexions, contrainformació.

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